012.

La mayoría de los alumnos de Hogwarts caminaba con algo de inquietud desde el día en que se enteraron que Sirius Black había ingresado al castillo.

Pero quien más se encontraba inquieto con esta situación era Scabbers, la rata de Ron que ha estado conmigo desde ese día en que vino a mí en el Gran Comedor.

Scabbers había estado actuando raro desde hace varios días por lo que se lo comenté a Ron, quien se ha colocado contento de saber que su rata se encontraba conmigo y no perdida. Y según él, Scabbers estaba actuando raro debido al gato de Hermione, el cual ha intentado cazarlo desde el primer día.

Debido a eso, Ron me ha pedido que mantuviera a Scabbers conmigo, ya que, así se aseguraría de que el gato de Hermione no se apareciera una noche y se llevara a la rata moribunda.

Sinceramente pensaba negarme ante su petición, ya que, no quería cuidar de Scabbers debido a que no me daba confianza. Pero al ver a mi hermano bastante desesperado he terminado por aceptar.

—¿Ahora te dedicas a cuidar ratas, Weasley? —preguntó Draco, quien había ingresado a la sala común completamente solo. —Una rata cuidando de otra rata.

—¿Hablas de ti mismo, Malfoy?

Draco refunfuñó ante lo que dije, pero en tan solo unos segundos me ha mostrado una sonrisa orgullosa y se ha acercado para quitarme a Scabbers; el cual había estado durmiendo en mis piernas.

—Esta rata ya está por morirse. —dijo sin quitar aquella sonrisa de su rostro. —¿Por qué no le ayudamos?

—¿Qué estás haciendo, Malfoy?

Al ver que Draco había sacado su varita me he asustado por lo que rápidamente me he acercado para así quitarle a Scabbers, el cual no ha reaccionado en ningún momento.

—Regrésame a esa rata.

—No pienso hacerlo. Scabbers no es tuyo.

—Tampoco tuya, ¿verdad? —decía acercándose por lo que he comenzado a retroceder. —Entrégame a esa rata, Weasley.

—Ni en broma, rubio teñido.

Mis palabras han molestado al chico, quien ha sostenido mi brazo fuertemente haciéndome soltar un pequeño quejido, pero su contacto no ha durado demasiado debido a que Scabbers ha reaccionado y le ha mordido la mano.

En ese preciso momento Draco se alejó para así comenzar a mirar su mano espantado.

—Voy a morirme... —mencionó. —¿Quién sabe cuántas infecciones tenga esa rata? ¡Voy a morirme!

—Que exagerado eres.

—¿Exagerado? —preguntó ofendido mientras me miraba. —¿Qué no has visto su aspecto? ¡Es un asco!

—Scabbers solo está viejo. —le dije, pero él no me prestaba demasiada atención. —Como sea. Tú te lo has buscado.

—¿Yo? Eres tú la que ha empezado.

—¿Disculpa? Eres tú el que comenzó a molestar. —le dije un tanto irritada. —Yo estaba bien aquí...

—Ese es el problema, Weasley. —me interrumpió. —Tú no deberías de estar aquí. Tú no deberías de estar en Slytherin porque eres una traicionera a la sangre.

He bufado ante sus palabras.

—Piensa lo que quieras.

He tomado a Scabbers en mis brazos para así comenzar a alejarme, pero entonces he sentido como Malfoy me sostenía del brazo fuertemente. Sin embargo, él me ha soltado en el momento en que Scabbers iba nuevamente a morderlo y ante aquello me he sorprendido.

Al parecer Malfoy consiguió un nuevo enemigo.

✧✧✧

Me encontraba junto a Ron, quien se encontraba bastante decaído desde que se enteró que Scabbers había muerto, al parecer en manos, en este caso patas, del gato de Hermione.

—Vamos, Ronnie. No te pongas así. —le dije mientras miraba la casa de los gritos. —Scabbers ya estaba viejo. Algún día su momento de partir llegaría.

—Pero él no se ha ido por su cuenta. —me dijo un tanto molesto. —Lo ha matado el gato de Hermione.

—No sabes si eso es verdad.

—¡Es verdad! —exclamó. —¡Desde el primer día que lo ha estado persiguiendo! ¡Ese gato endemoniado...!

Iba a mencionarle algo, pero entonces he oído voces por el otro lado de la colina y al momento de ver a Malfoy junto a Crabbe y Goyle he bufado.

—¿Qué hacen dos Weasley por aquí? —preguntó al momento en que levantaba su vista hacia la casa en ruinas que se encontraba detrás de nosotros. —Supongo que les encantaría vivir ahí. ¿Sueñan con tener un dormitorio propio? He oído decir que en vuestra casa duermen todos en una habitación.

—Cierra la boca, Malfoy. —expresó malhumorado Ron.

—¿Sabes? Ahora mismo estábamos hablando de tu amigo Hagrid. —le dijo Malfoy a Ron. —Estábamos imaginando lo que dirá ante la Comisión para las Criaturas Peligrosas. ¿Crees que llorará cuando al hipogrifo le corten...?

Inesperadamente una bola de barro golpeó la cabeza del muchacho dejando su cabello rubio platino cubierto de barro.

—¿Qué ha sido? ¿Quién lo ha hecho? —preguntó confundido. —¿Has sido tú, sucia Weasley?

—¿De qué hablas? Ni me he movido. —le dije mientras intentaba no reírme. —¿No habrá sido un fantasma? Después de todo este lugar está repleto de ellos.

Crabbe y Goyle me han mirado asustado, al parecer sus abultados músculos no les servían de mucho contra los fantasmas.

—Te juro que si estás detrás de esto te irá muy mal.

—No te tengo miedo.

Otra bola de barro ha dado contra Malfoy, haciendo que este comenzara a mirar hacia todos lados y entonces Crabbe y Goyle también han recibido un poco de lo mismo.

—¡Ha venido de allá! —dijo Malfoy, limpiándose la cara y señalando un punto alejado.

Crabbe había comenzado a acercarse, pero entonces ha tropezado y al momento de pisar el suelo, hemos podido notar un rostro a su lado.

Aquello había espantado a Malfoy por lo que ha comenzó a correr colina abajo como alma que llevara el diablo, siendo seguido por Crabbe y Goyle.

—¡Harry! —exclamó Ron, a lo cual el chico había dejado de ocultarse. —¿Qué haces aquí?

—Más vale que regreses al castillo. —le dije, interrumpiendo lo que estaba por decir el Potter. —Si Malfoy le cuenta a alguien sobre esto estarás en problemas.

Harry se ha asustado por un momento para luego mencionar que ya se iba.

—¿Crees que estará bien? —me preguntó Ron. —¿Crees que Malfoy lo haya visto?

—Lo más seguro.

En ese caso debería de regresar para así respaldar a Harry.

He visto como Ron se alejaba rápidamente para luego dirigir mi mirada hacia la casa de los gritos, la cual llamaba mi atención por alguna extraña razón.

✧✧✧

Me encontraba en mi sala común pensando sobre lo que había visto cuando me encontraba en Hogsmeade.

Yo había logrado ver nuevamente a aquel perro negro que me encontré una vez por los pasillos de Hogwarts, y al momento de mencionárselo al profesor Lupin, este se ha colocado bastante eufórico.

—Esa maldita sangre sucia me las pagará. —oí la voz de Malfoy, quien ingresaba a la sala común bastante furioso. —¿Cómo se ha atrevido...?

—¿Y ahora que te ha sucedido?

—¡Esa sangre sucia de Granger me ha golpeado! —respondió rápidamente, algo que me ha sorprendido debido a que no pensé que lo haría. Pero imaginaba que solamente me respondía por lo furioso que se encontraba en ese momento.

—¿Te ha golpeado? Vaya, en verdad me sorprende.

—¿Cómo se ha atrevido a tocarme? ¡A mí, Draco Malfoy! —dijo alterado, y yo al tan solo imaginándome a Hermione golpeando a Malfoy he soltado una pequeña risa. —¡¿De qué demonios te ríes, maldita traicionera a la sangre?!

—Al parecer el golpe de Hermione no te ha restaurado las neuronas.

—Cierra esa maldita boca.

—¿O qué? ¿Piensas hacerme algo si no lo hago?

Malfoy, quien se encontraba molesto por Granger y ahora por mis provocaciones; me ha empujado bruscamente contra una pared.

—No estoy de humor, Comadreja.

—¿Y cuándo exactamente estás de humor? —pregunté formando una sonrisa de malicia, provocando de esa forma que el muchacho presionara un poco mis hombros y comenzara a acercar su rostro.

He sentido en ese momento tanto su respiración agitada como también un ligero olor a menta, lo cual por alguna razón me cautivaba.

Por un momento he creído que Malfoy me golpearía cuando he visto su mano acercarse a mi rostro, pero para mi sorpresa él ha acariciado suavemente mi mejilla y el contado de sus dedos tocando mi rostro me ha causado un ligero escalofrío, y por una milésima de segundo he querido que su contacto nunca terminara.

—¿Sucede algo, Weasley? —preguntó, formando una sonrisa ladina al momento en que se alejaba. —¿Acaso estabas asustada?

—Definitivamente tus neuronas siguen muertas, hurón. —dije bruscamente, caminando hasta la salida de nuestra sala común mientras me maldecía por lo bajo por aquella sensación que había sentido.

¿Qué demonios me sucedía?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top