011.

Malfoy no volvió a las aulas hasta la última hora de la mañana del jueves, cuando nos encontrábamos junto a los Gryffindor en mitad de la clase de Pociones.

Entró como siempre con aire arrogante, donde ha dejado ver su brazo derecho envuelto en vendajes mientras actuaba como si hubiera sido el heroico superviviente de una horrible batalla.

—¿Qué tal, Draco? —preguntó Pansy, sonriendo como una tonta. —¿Te duele mucho?

—Sí. —dijo él, con gesto de hombre valiente. Pero sabía que estaba fingiendo.

—Siéntate. —le dijo el profesor Snape.

Malfoy había comenzado a acercarse hasta donde me encontraba y ha dejado su caldero a mi lado mientras me sonreía con vanidad.

—Profesor. —dijo Malfoy. —Necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.

—Weasley, córtelas usted.

—Ya has oído al profesor Snape, Weasley. —me dijo, sin dejar de sonreír con vanidad. —Córtame las raíces.

—¿Del cabello? —dije, haciendo que me mirara espantado mientras se alejaba levemente y ante aquello he soltado una ligera risa maliciosa para así comenzar a cortarles las raíces de margarita.

—¿Qué son esos cortes? —preguntó, mirando brevemente las raíces que había cortado. —Profesor. La chica Weasley está estropeando mis raíces.

El profesor Snape comenzó a dirigirse a nuestra mesa, aproximó su nariz ganchuda a las raíces y luego dirigió su mirada hacia el chico Malfoy.

—Están bien. —decretó de manera neutra mientras se alejaba, dejando a un Malfoy boquiabierto porque no esperaba esa respuesta.

—También necesitaré que peles este higo seco, Comadreja. —me dijo con una risa maliciosa a lo cual simplemente refunfuñe por lo bajo para así comenzar a pelarle aquel higo seco. —Ese tal Hagrid. ¿También es tu amigo?

—Eso no te importa.

—Digo, me temo que su trabajo como profesor no durará. —comentó, haciendo como que le daba pena. —A mi padre no le ha hecho mucha gracia mi herida...Se ha quejado al Consejo Escolar y al ministro de Magia. Mi padre tiene mucha influencia, no sé si lo sabes.

—Sinceramente no me interesa que tanta influencia tiene tu padre. —dije terminando de pelear aquel higo y aguantando las ganas de lanzárselo en el rostro. —Tu herida no es nada.

—¿Disculpa? Casi pierdo mi brazo en ese lugar.

—Como digas.

Mientras seguía preparando la pócima para la solución de encoger, he oído como Seamus Finnigan le mencionaba a Harry que en el diario el profeta aparecía que habían visto a Sirius Black.

—¿Pensando en atrapar a Black tú solo, Potter? —preguntó Malfoy, a quien le brillaban los ojos de forma malvada.

—Exactamente.

He notado que los finos labios de Malfoy se curvaban en una sonrisa mezquina.

—Desde luego, yo ya habría hecho algo. No estaría aquí en el colegio como un chico bueno. —le dijo sin quitar aquella sonrisa de su rostro. —Yo saldría a buscarlo.

—¿Qué estás queriendo decir, Malfoy? 

—¿No lo sabes, Potter? —musitó, casi cerrando sus ojos claros.

—¿Qué debo saber?

—Tal vez prefieres no arriesgar el cuello. —dijo. —Se lo quieres dejar a los dementores, ¿verdad? Pero en tu caso, yo buscaría venganza. Lo cazaría yo mismo.

—¿De qué hablas?

Antes de que Malfoy pudiera responderle, si es que iba a responderle, hemos oído como el Profesor Snape regañaba a Neville por arruinar la poción.

—¿Qué quisiste decir con buscar venganza? —pregunté.

—Es inesperado que estés preguntándome algo, Weasley. Pero no pienso decirte. —me dijo, con una sonrisa ladina. —Ahora ayúdame cortando los ciempiés.

Refunfuñé por lo bajo para así comenzar a cortarle el ciempiés y luego seguir con mi poción, la cual esperaba que estuviera bien.

Ya que no quería tener que recibir un regaño por parte del Profesor Snape, tal como se lo habían dado a Longbottom por arruinar su poción.

✧✧✧

Mientras caminaba por uno de los pasillos de Hogwarts, he podido notar como un perro negro me miraba fijamente desde una esquina y eso simplemente me pareció bastante extraño.

Por lo que he comenzado a acercarme, pero mientras lo hacía aquel animal había comenzado a alejarse rápidamente, por lo que he corrido intentando alcanzarlo y al girar en una parte me he quedado todavía más extrañada al ya no verlo.

¿Acaso había sido mi imaginación?

—¿Sucede algo? —oí la voz del profesor Lupin detrás de mí.

—Profesor, yo he visto... —he callado un momento mis palabras para luego verlo fijamente. —No sucede nada, profesor Lupin.

El profesor Lupin se me ha quedado mirando fijamente por un momento y eso me hizo sentir un tanto incomoda.

—Si sucede algo puedes contármelo, ¿sabes? —me dijo, sonriéndome de manera amable. —Puedes confiar en mí.

—Lo tendré en cuenta.

Le he sonreído de medio lado para luego comenzar a alejarme y mientras me iba alejando no he podido dejar de pensar en aquel perro negro que me había estado mirando fijamente. ¿En verdad lo he visto? ¿O solamente ha sido mi imaginación?

Al estar tan metida en mis pensamientos no me he fijado por donde caminaba y en consecuencia he chocado con alguien, la cual me ha sostenido del brazo ligeramente para que no me caiga.

—¿Qué sucede, Weasley? ¿Acaso te has cruzado a un Dementor?

Al alzar mi mirada me he topado con los ojos grisáceos de Malfoy.

—¿Qué quieres decir?

—Estás bastante pálida. —me dijo y en ello he logrado notar como su expresión cambiaba ligeramente. —¿En verdad te encuentras bien?

¿Acaso estaba oyendo bien? ¿Malfoy estaba preocupado?

—¿Te importa?

Malfoy se ha quedado un momento en silencio, pero a los pocos segundos agregó:

—Sinceramente no. —respondió, mostrándome una sonrisa ladina. —Lo que te suceda no me importa.

Sabía que él no podía estar mostrándose preocupado. Porque, ¡por favor! hablamos del orgulloso, malvado y arrogante Draco Malfoy.

—Como sea. —dije, soltándome de su agarre para así continuar mi camino.

✧✧✧

Mientras me encontraba en el Gran Comedor, podía oír claramente como Malfoy seguía fingiendo que le dolía el brazo frente a Daphne Greengrass y Pansy Parkinson, las cuales lo estaban ayudando en sus deberes.

Simplemente patético.

—¿Qué demonios? —susurré al sentir algo subirse a mis piernas y al ver a la rata de Ron me he quedado confundida. —¿Qué haces aquí, Scabbers?

Scabbers se había ocultado entre mi túnica por lo que he mirado en dirección a la mesa de Ron, donde he podido oír como le decía a Hermione que su gato ha espantado a su ratón.

—Hoy Gryffindor se enfrenta a Hufflepuff, ¿verdad?

—Sí. Es una lástima que mi brazo este todavía mal o de lo contrario le hubiéramos ganado a Potter. —dijo Malfoy, dejando ver su brazo "herido". —Se han salvado por esta vez.

—Estoy segura que le hubieras ganado, Draco. —le decía Pansy con una sonrisa embobada, pero al notar mi mirada ha fruncido levemente el ceño. —¿Qué tanto miras a mi Draco?

—¿Quién lo mira? —pregunté. —Yo estaba mirando a Blaise.

Blaise, quien se encontraba al lado de Malfoy me ha guiñado un ojo al momento en que mencionaba aquello.

—¿Estabas mirando a Blaise? —dijo Draco, un poco hosco.

—Sí. ¿Algún problema, Malfoy?

—¿Qué tiene que me mire? —preguntó Zabini, pero Malfoy no le respondió.

—Como sea. Ya debo irme. —dije, levantándome de mi asiento junto a Scabbers; quien seguía ocultándose en mi túnica.

Cuando me he levantado he podido notar que la expresión de Malfoy había cambiado; su sonrisa ladina ya no se encontraba en su rostro, sino que ahora se encontraba una mueca hosca. 

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