010.
Me encontraba desayunando cuando he visto como Harry, Ron y Hermione ingresaban al Gran Comedor, pero no solo yo lo había notado. Draco Malfoy había hecho una parodia de un desmayo, lo cual hizo que los que se encontraban a su alrededor rieran.
Sabía que eso lo había hecho para molestar a Potter, ya que, hemos oído por Neville que el chico se había desmayado cuando tuvo enfrente al Dementor que había ingresado al expreso de Hogwarts.
—¡Eh, Potter! —gritó Pansy Parkinson. —¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuh!
—Patética. —susurré.
—¿Qué sucede, Weasley? —me preguntó, al momento en que me miraba con superioridad. —¿Acaso también te han asustado los dementores?
—Oh, no lo sé. Pregúntale a Malfoy.
He notado como Draco se ahogaba con el contenido que había en su vaso para luego mirarme con una expresión seria. La cual me decía que me mantuviera callada.
—¿Qué quieres decir, sucia Weasley? ¿Insinúas que mi Draco se ha asustado? —me preguntó, mirándome con desprecio. —Es imposible que él se haya asustado.
—Exacto. Yo no me asustado. —habló Draco, mirándome con una sonrisa vanidosa. —Todavía recuerdo cómo te has aferrado a mí mientras temblabas de miedo, Comadreja.
Draco había comenzado a contar una historia totalmente distinta a lo que había sucedido y el estar oyendo como me decía cobarde, llorona e incluso apestosa. Me he molestado.
Por lo que he agarrado el vaso que tenía frente a mí para luego vaciar su contenido sobre el uniforme del chico, lo cual ocasionó que se levantara espantado.
—¡¿Qué demonios haces, Weasley?!
—Oh. Pero que torpe he sido. —dije fingiendo lastima. —La próxima vez me aseguraré de que caiga sobre tu cabeza, Malfoy.
—¡Profesor Snape! ¡¿Ha visto lo que hizo la chica Weasley?! —gritó Pansy, mientras intentaba limpiar el uniforme de Malfoy. —¡¿No piensa darle un castigo?!
He mirado al profesor Snape, el cual era el único que se encontraba en el Gran Comedor en este momento y el verlo mirarme seriamente he soltado un suspiro.
Es seguro que me dará un castigo.
—La espero en la sala de pociones, señorita Weasley. —dijo con su tono serio. Ocasionando que Pansy sonriera victoriosa al igual que Draco.
He refunfuñado levemente para luego tomar mis cosas y comenzar a salir de ahí, porque sinceramente no quería escuchar las patéticas voces de Malfoy y Pansy.
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Descendía por el césped hacia la cabaña de Hagrid, en el límite del bosque prohibido cuando he logrado verlo aguardando a los alumnos en la puerta de la cabaña.
Podía notar lo impaciente que se encontraba por empezar su primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.
Una vez hemos llegado todos los alumnos de tercero de Slytherin y Gryffindor, nos ha comenzado a guiar por los límites de los árboles por unos cinco minutos para luego llevarnos a un prado donde no había nada.
—¡Acérquense todos a la cerca! —gritó. —Asegúrense de que tengan buena vista. Lo primero que tienen que hacer es abrir los libros...
—¿De qué modo? —dijo la voz fría y arrastrada de Malfoy.
—¿Qué? —dijo Hagrid.
—¿De qué modo abrimos los libros? —repitió Malfoy. Sacando su ejemplar de El monstruoso libro de los monstruos, que había atado con una cuerda.
—¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? —preguntó Hagrid decepcionado.
Todos hemos negado con la cabeza a lo cual Hagrid nos explicó que debías acariciarlo para que este se abriera por su voluntad.
—¡Qué tontos hemos sido todos! —exclamó Malfoy despreciativamente. —¡Teníamos que acariciarlo! ¿Cómo no se nos ocurrió?
—Yo...yo pensé que les haría gracia...
—¡Ah, qué gracia nos hace...! —dijo Malfoy, con el mismo tono de antes. —¡Realmente ingenioso, hacernos comprar libros que quieren comernos las manos!
El rostro de Hagrid se había entristecido.
—Ojalá el libro te hubiera comido la mano. —murmuré irritada, haciendo que el muchacho me mirara ofendido.
—Bien, pues... —comenzó nuevamente a hablar Hagrid un tanto perdido. —Así que...ya tienen los libros y...y...ahora les hacen falta las criaturas mágicas. Sí, así que iré a por ellas. Esperen un momento...
Hagrid había comenzado a alejarse, adentrándose levemente al bosque por lo que lo hemos perdido de vista.
—Dios mío, este lugar está en decadencia. —dijo Malfoy en voz alta. —Estas clases idiotas... A mi padre le dará un patatús cuando se lo cuente.
—Cierra la boca, Malfoy. —dijo Harry.
Malfoy al escucharlo se le había acercado levemente para luego colocar una expresión aterrada mientras miraba detrás de Potter.
—¡Un Dementor! —exclamó, haciendo que Harry se girara rápidamente, pero al no ver nada y el oír la risa de Draco se ha vuelto a verlo bastante disgustado.
Inesperadamente Lavender Brown había chillado mientras señalaba hacia la otra parte del prado y al mirar por ese lado he podido ver cómo se acercaban a nosotros una docena de criaturas, las más extrañas que había visto a mi parecer.
Aquellas criaturas tenías el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, pero las patas delanteras, las alas y la cabeza de águila gigante. Su pico era de color del acero y los ojos de un naranja brillante.
Las garras de las patas delanteras eran de quince centímetros cada una y parecían armas mortales.
—¡Id para allá! —les gritó Hagrid, sacudiendo las cadenas y forzando a las bestias a ir hacia la cerca, donde nos encontrábamos nosotros. —¡Hipogrifos! ¿A que son hermosos?
—Impresionante... —murmuré, cautivada por aquellas bestias.
—Lo primero que tienen que saber de los hipogrifos es que son orgullosos. —nos dijo. —Se molestan con mucha facilidad. Nunca ofendan a ninguno, porque podría ser lo último que hicieran. Ustedes deben esperar siempre a que el hipogrifo haga el primer movimiento.
—Sinceramente me recuerda un poco a ti, hermanita. —me susurró Ron.
—¿Acaso estás comparándome con aquella bestia, Ronnie? —le pregunté mientras lo miraba fijamente con seriedad, a lo cual él rápidamente se ha retractado de sus palabras.
—Deberán inclinarse y esperar. Si él responde con una inclinación, querrá decir que les permite tocarlo. Si no hace la inclinación, entonces es mejor que se alejen de él enseguida, porque puede hacer mucho daño con sus garras. —explicó brevemente. —Bien, ¿quién quiere ser el primero?
Inmediatamente todos hemos retrocedido dejando a Harry adelante, lo cual hizo que él tuviera que acercarse a aquella bestia.
El muchacho realizó una reverencia a lo cual el hipogrifo le respondió de la misma manera para luego dejarse acariciar y así finalmente dejar que Harry subiera a su lomo para comenzar a elevarse en las alturas.
Hemos comenzado a aplaudir cuando Harry había aterrizado, todos excepto Malfoy, Crabbe y Goyle.
Lo siguiente que sucedió fue que todos nos hemos acercado a los hipogrifos para intentar acariciarlos con la ayuda de Hagrid.
—Esto es muy fácil. —dijo Malfoy con un tono bastante alto para que así lo oyéramos. —Tenía que ser fácil, si Potter fue capaz... ¿A que no eres peligroso? ¿Lo eres, bestia asquerosa?
—Si fuera tú, me estaría alejando en este momento de aquella bestia. —le advertí al notar como el hipogrifo comenzaba a molestarse ante las palabras dichas de Malfoy.
—Cierra la boca, Comadreja.
Inesperadamente el hipogrifo alzó sus patas delanteras dañando con sus garras al muchacho.
—¡Draco! —exclamé espantada mientras me acercaba y me agachaba a su altura. —¡¿Es que acaso eres tonto?! ¡Te advertí que te alejaras!
En ese momento los ojos grisáceos del muchacho se han conectado con los míos, haciéndome sentir un ligero escalofrío que recorría todo mi cuerpo y por un momento no he querido dejar de ver aquellos ojos, pero al sentir un líquido en mi mano he tenido que dejar de verlo para así poder notar que su brazo tenía una larga y profunda herida.
—Me muero... —mencionó él mientras ligeramente sostenía mi mano que se encontraba en su brazo. —Voy a morirme. Esa cosa me ha matado...
—No te estás muriendo. —oí mencionar a Hagrid, quien se veía bastante pálido. —Voy a sacarte de aquí...
Hagrid ha tomado al muchacho en brazos haciendo que él dejara de sostener mi mano y entonces había comenzado a llevárselo lejos de nosotros.
—¿Estás bien, ____? —preguntó Ron, quien se me había acercado minutos después. —¿Qué ha sido eso?
—¿Qué cosa? —pregunté, mirándolo fijamente y notando que me miraba extrañado.
—Ya sabes...eso... —me dijo, pero simplemente lo he mirado sin comprender. —¿Desde cuándo te preocupa tanto Malfoy?
—¿Qué? ¿De qué hablas, Ron?
—Has corrido rápidamente hacia él y te has quedado mirándolo muy espantada. —me dijo. —¿Acaso él y tú...?
—Él y yo, ¿qué? —pregunté mientras colocaba una expresión seria. —No sé qué está pensando esa cabeza tuya. Solamente me acercado porque uno de nuestros compañeros necesitaba de ayuda.
—¿Estás segura?
—Ya basta, Ronnie. Solamente harás que me coloque de mal humor.
Antes de que mi hermano mencionara algo más, he comenzado a acercarme a los de Slytherin; los cuales se iban dirigiendo a la sala común.
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