008.

He visto como Draco abandonaba nuestra sala común con una sonrisa orgullosa, lo cual no me daba buena impresión.

He comenzado a seguirlo sin que se diera cuenta y entonces he visto cómo se colocaba detrás de dos personas, donde al ver una cabellera pelirroja he sabido que se trataba de Ron y Harry. ¿Qué hacían estos dos tan tarde?

Al acercarme he podido ver que algunos profesores se habían reunido y el oír que se habían llevado a Ginny me he quedado un tanto aterrorizada, pero inmediatamente he reaccionado para tapar la boca del Malfoy. Quien había tenido las intenciones de mencionar algo para que los profesores lo escucharan y así meter en problemas a Ron con Harry.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Harry, sorprendido de vernos.

—Lo mismo te pregunto. —dije, mientras miraba de reojo a Draco. —Voy a soltarte, pero si piensas gritar te lanzaré un hechizo.

He apartado mi mano de la boca de Malfoy a lo cual él ha comenzado a realizar expresiones de asco.

—No vuelvas a tocarme, Comadreja. —dijo. —Ahora todos los pagarán.

—Malfoy. —pronuncié su nombre mientras le colocaba mi varita en su rostro. —¿Dónde crees que vas?

—Claramente a contarle a los profesores lo que tienen pensado hacer. —dijo, formando una sonrisa arrogante. —Piensan buscar la cámara de los secretos.

—¿Es qué eres tonto? No, espera si lo eres. —dije, mis palabras molestaron al chico. —Si vas a decirles algo ahora nos pondrán un castigo. O algo peor, nos podrían expulsar por estar rompiendo las reglas. Porque te recuerdo que tú también estás rompiendo una regla en este momento.

Malfoy se ha quedado callado un momento, al parecer no había pensado bien en ello.

—No tenemos tiempo. —dijo Harry, ocasionando que lo miráramos. —Debemos de rescatar a Ginny.

—Dejen a esa Weasley que se pudra donde sea que se encuentre.

Sus palabras me han molestado por lo que lo he golpeado fuertemente en su estómago.

—Agradece que no he golpeado tu rostro. —mencioné para luego mirar a mi hermano junto a Harry. —Ustedes vayan a por Ginny. Yo me quedaré con él para que no intente nada.

—Ten cuidado.

—Eres tú el que debería de tener cuidado, Ronnie. —le dije mientras le mostraba una sonrisa. —Trae a nuestra hermana de regreso.

—Sí.

Harry me ha tocado levemente el hombro para luego comenzar a irse junto a Ron y al momento en que los perdí de vista he dirigido mi mirada hacia el Malfoy, pudiendo notar que me estaba mirando muy fijamente con una expresión un tanto... ¿asombrada?

—¿Sucede algo, Hurón? —dije, y como si mis palabras fueran un interruptor, él ha vuelto a mirarme con desagrado.

—Espero que lo que sea que haya en esa cámara se deshaga de Potter y de tus sucios hermanos.

Malfoy había comenzado a irse en dirección a nuestra sala común por lo que comencé a seguirlo mientras rogaba que mis hermanos y Harry salieran ilesos de aquella cámara secreta, de donde sea que se encuentre.

✧✧✧

Draco se encontraba acorralado en una pared mientras mi varita se encontraba demasiado cerca de su rostro.

Hace unos minutos nos habíamos enterado de que Ginny había logrado salir viva de la cámara secreta por lo que yo me alegré, mientras que el Malfoy soltaba un comentario sarcástico que me molestó.

—Aleja tu varita.

—¿Asustado? —pregunté, mirándolo fijamente. —Retira tus palabras y te aseguro que no dañaré tu patético rostro.

Malfoy abrió la boca por un momento, pero inmediatamente la cerró para luego dejarme ver una sonrisa con arrogancia mientras miraba detrás de mí.

Al mirar hacia atrás he podido ver a su padre, Lucius Malfoy, el cual se encontraba junto a un elfo doméstico y detrás de ellos se encontraba Harry.

—Padre. —le llamó Draco, haciendo que alejara mi varita de su rostro rápidamente.

—Draco. ¿Qué haces aquí?

—¿Yo? Pues... —calló un momento, mientras me miraba por unos segundos. —He oído que estabas en Hogwarts. Solo pensaba saludarte.

Su padre en ese momento había notado mi presencia y al verme ha realizado una expresión bastante seria, la cual creía que en cualquier momento me mataría.

—Weasley. —pronunció mi apellido con asco. —Bastante extraño que una traicionera a la sangre se encuentre en Slytherin. Tus padres deben de estar vueltos locos.

—Fíjese que ellos están normales. —dije, algo que el señor Malfoy no esperaba.

—Ya veo.

El señor Malfoy me ha mirado con desprecio, algo que su hijo imitó para luego comenzar a alejarse poco a poco.

—¿Sucede algo, Harry? —pregunté al verlo mirar al elfo domestico de los Malfoy.

—Quisiera que Dobby no estuviera con los Malfoy. Ellos solamente lo maltratan.

—Hay una manera. —dije, captando su atención y entonces los ojos de Harry han comenzado a brillar con esperanzas. —Dame tu calcetín y ese cuaderno machacado.

—¿Qué...?

—Que me des tu calcetín y ese cuaderno machacado. —repetí, pero Harry no me estaba haciendo caso. —Dame tu asqueroso calcetín y el maldito cuaderno, Potter.

Harry me miró un tanto aterrado al momento en que se sacaba su calcetín y me lo entregaba junto al cuaderno. Yo he colocado aquella prenda en el cuaderno para luego comenzar a acercarme a los Malfoy. Quienes habían caminado bastante, pero afortunadamente he logrado alcanzarlos.

—¿Qué quieres, Weasley? —preguntó Malfoy hijo, al escucharme llamarlos. —¿Qué no estás viendo que estamos ocupados?

—Déjala, Draco. —dijo Malfoy padre, mientras me miraba con repugnancia. —¿Olvidó mencionarme algo?

—Oh, sí. Olvidó esto. —le prácticamente colocado el cuaderno en sus manos, algo que lo molestó bastante. —Harry me dijo que es suyo. No quería que lo olvidara.

—¿Qué demonios es esta asquerosidad?

El señor Malfoy extrajo el diario del calcetín, tiró este al suelo y luego pasó la vista, furioso del diaria hacia mí.

—____ Weasley, yo me aseguraría de no causar problemas o podría costarle bien caro a tus padres. Y digamos que mucho dinero no tienen... —dijo con desdén, mientras se giraba para irse. —Andando, Draco. Y Dobby...

Dobby no se había movido, él sostenía en sus manos el calcetín sucio de Harry que yo había colocado en el cuaderno del señor Malfoy.

—Mi amo le ha dado a Dobby un calcetín. —dijo el elfo asombrado. —Mi amo se lo ha dado a Dobby.

—¿Qué? —escupió el señor Malfoy. —¿Qué has dicho?

—Dobby tiene un calcetín. —dijo Dobby aun sin poder creérselo. —Mi amo lo tiró, y Dobby lo cogió, y ahora Dobby...Dobby es libre.

Lucius Malfoy y Draco Malfoy se han quedado de piedra, mirando al elfo y ante ello he sonreído con orgullo.

—¿Acabas de liberar a nuestro criado, Weasley? —preguntó Draco, quien me miraba todavía sin creerse lo que sucedía. —¿Cómo te has...?

Las palabras de Draco han sido interrumpidas por su padre, quien me había empujado contra una pared para luego colocar su brazo sobre mi cuello.

—¡He perdido a mi criado por tu culpa, mocosa!

—¡Usted no hará daño a la chica Weasley! —gritó Dobby, quien había apartado al señor Malfoy de mí, ocasionando que este cayera de espaldas frente a su hijo. —Usted se va a ir ahora. Usted no tocará a la chica Weasley.

Lucius Malfoy se ha levantado para luego comenzar a irse junto a su hijo, el cual me ha mirado fijamente un tanto... ¿preocupado?

No, es imposible que Draco estuviera mirándome de esa forma.

—¿Te encuentras bien, ____? —preguntó Harry, quien había estado apartado de esta situación. —No debiste arriesgarte así.

—Tú querías que el elfo sea libre. —me encogí de hombros para luego mirar a Dobby. —Ahora Dobby es un elfo libre.

—Han liberado a Dobby. —dijo el elfo. —¡Ustedes han liberado a Dobby!

Una sonrisa amplia, con todos los dientes a la vista, cruzó la fea cara cetrina del elfo.

—Bien. Es momento de ir al banquete. —le dije a Harry, pero al verlo tan pendiente de Dobby he soltado un suspiro. —No tardes, Potter.

Harry me ha negado para luego comenzar a preguntarle unas cosas a Dobby, el cual se encontraba feliz con aquel calcetín sucio.

Y mientras me dirigía al Gran comedor, no he podido dejar de pensar en la expresión que me ha dado Draco cuando su padre me ha enfrentado.

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