003.
Tener que escuchar día y noche la fastidiosa voz de Draco en la sala común de Slytherin o en el comedor me era bastante molesto.
¿Por qué el sombrero me ha colocado en esta casa?
Aquella pregunta rondaba en mi cabeza día y noche, pero nunca lograba dar con la respuesta.
—¿Qué sucede, pequeña ____? —me ha preguntado inesperadamente Fred al momento en que se acercaba, ambos nos hemos quedado quietos en medio de uno de los pasillos Hogwarts. —¿Te diviertes en tu casa?
—¿Por qué te han colocado ahí? —preguntó inesperadamente George. —Ningún Weasley ha estado en Slytherin.
—Lo mismo me pregunto. —he soltado un suspiro para luego mirarlo un tanto inquieta. —¿Qué creen que digan nuestros padres? He evitado completamente mencionarles a que casa pertenecía.
—Tal vez te echen de la casa. —dijo Fred.
—O peor...Te mandarán con quien-tú-sabes. —dijo George ocasionando que me espantara. —Los Slytherin tienen mala vibra.
—Mamá y papá nunca te enviarían con quien-tú-sabes. —me tranquilizó Fred.
—O tal vez...
—¡George! —exclamé su nombre, molesta le he dado un pequeño golpe en su brazo. —Tus bromas no son para nada graciosas.
—Como sea, tarde o temprano se enterarán. Así que no te preocupes.
—Divierte en la fiesta.
Mis hermanos me han animado un poco para luego comenzar a irse y al momento en que ellos se han alejado he podido notar como Draco Malfoy comenzaba a acercarse junto a sus dos grandulones amigos.
—¿Qué sucede, comadreja? Te noto tensa. —ha mencionado con aquella sonrisa arrogante. —¿Ya piensas abandonar Hogwarts?
—¿Y darte el placer de vivir tranquilamente? Ni en broma, hurón.
—Crabbe, Goyle. —le llamó haciendo que ambos me miraran con una sonrisa de malicia, lo cual no me daba nada de gracia. —Ahora.
Inesperadamente aquellos grandulones me han sostenido de mis brazos para luego comenzar a arrastrarme por el pasillo de Hogwarts, llegando de esa forma a unos baños donde me han encerrado mientras soltaban grandes carcajadas.
—¡Te juro que me vengaré, Malfoy!
—Mira como tiemblo, Weasley.
He comenzado a golpear la puerta del baño en el cual me habían encerrado y al no escuchar a Malfoy o a uno de sus amigos me he comenzado a alarmar.
—¿Eres la hermana de Ron? —oí detrás de mí y al girarme me encontré con Hermione Granger, la cual se veía que estuvo llorando bastante.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, pero ella simplemente me ha mirado fijamente.
Hermione ha limpiado un poco las lágrimas que se mantenían aun en su rostro para luego verme como si nada hubiera sucedido y ante ello me he preguntado que había sido lo que le sucedió para que estuviera de esa forma, pero he dejado aquella pregunta de lado para así encontrar la forma de salir de este lugar.
—¡Alohomora! —pronuncio Hermione y la puerta que antes de encontraba cerrada se ha abierto, pero lo que nos encontramos detrás de ella no era para nada agradable.
El olor apestoso como de calcetines sucios de aquel trol ha llegado a mi nariz por lo que la he arrugado brevemente para luego sostener la mano de Hermione y escondernos en uno de los compartimientos de aquel baño.
Ambas nos hemos agachado rápidamente cuando aquel trol ha golpeado los compartimientos de aquel baño, destruyéndolos por completo.
—¡Hermione! —oí la voz de Harry, el cual venía junto a Ron. —¿____?
—¡Mi hermana está en peligro! —exclamó desesperado llamando completamente la atención del tol.
Bien pensado, Ron. Distráelo mientras nosotras salimos de su vista, he pensado mientras veía a mi hermano a punto del colapso al tener a aquel trol frente a él, pero en unos segundos ha tomado su varita fuertemente y ha recitado un hechizo.
—¡Wingardium leviosa!
El bastón de aquel trol se ha elevado para luego caer sobre su cabeza con una gran fuerza. El trol se ha balanceado para luego caer fuertemente contra el piso de aquel baño.
—No sabía que podías realizar ese hechizo. —mencioné mientras me acercaba a él.
—Pues yo tampoco lo sabía.
He soltado una risa al oírlo mencionar eso para luego percatarme de que la profesora McGonagall entraba apresuradamente, seguida por el profesor Snape y el profesor Quirrell, quien este último daba las clases de DCAO.
—¿En qué estaban pensando, por todos los cielos? —preguntó la profesora McGonagall con gran enfado. —Ustedes deberían de estar en sus dormitorios. ¿Por qué han venido hasta aquí?
El profesor Snape ha dirigido su mirada hacia mí con un poco de sorpresa, pero en tal solo segundos ha mirado a Harry Potter con una mirada aguda e inquisidora.
—Es culpa mía, Profesora McGonagall. —habló Hermione sorprendiendo a la profesora. —Ellos estaban buscándome, ya que, he venido a buscar al trol porque...yo...pensé que podía vencerlo, porque, ya sabe, había leído mucho sobre el tema. Si ellos no me hubieran encontrado, yo no hubiera salido con vida.
Hermione se había echado la culpa, lo cual le costó cinco puntos a Gryffindor, mientras que, a Ron, Harry y a mí nos han dado 5 puntos para nuestras respectivas casas por la suerte que hemos tenido al vencer a aquel trol.
Luego de aquella pequeña aventura, si se podía llamar así, he regresado a mi sala común; donde he podido encontrarme con Malfoy y al no verlo junto a sus dos gigantes amigos me he acercado para golpearlo en su rostro.
—Eso es por dejarme encerrada con un trol.
—¿Un trol? —preguntó mientras tocaba tu rostro donde lo he golpeado. —¿Cómo iba a saber que había un trol en ese lugar?
—Como sea. La próxima vez ven tu solo a enfrentarme. —le he dicho seriamente. —¿O acaso el "gran" Draco Malfoy no puede solo?
—Claro que puedo enfrentarte yo solo.
—Entonces demuéstramelo.
Draco iba a mencionarme algo, pero en ese momento sus dos gigantes amigos se han acercado para comenzar a contarle que Harry Potter se había enfrentado a un trol.
Vaya que las noticias vuelan rápido en este lugar.
—Es imposible que él haya vencido a ese trol. —mencionó Draco bastante malhumorado.
—Es verdad. —mencioné mientras lo miraba fijamente. —Él y mi hermano han aparecido para enfrentarse a ese trol.
—Oh. Así que la sucia Weasley ha tenido que ser salvada. —sonrió con arrogancia, algo que me molestaba bastante. —Sabía que eras una cobarde.
—Cierra la maldita boca, hurón.
—Deja de llamarme así, comadreja.
Hurón era la palabra que más me gustaba mencionarle, ya que, me recordaba bastante a uno: inteligentes, un tanto miedosos y con mucha energía, aunque, él usaba toda su energía en molestar a quien se le cruzara en su camino.
También los hurones tendían a obsesionarse por algo y como Draco estaba obsesionado por molestar a los demás, lo he asemejado a uno.
—Malfoy. —le llamé al momento en que apuntaba mi varita hacia su rostro haciendo que él se asustara. —¿Quién es cobarde ahora?
—Mi padre se...
—Sí, sí. Tu padre se enterará de esto. ¿Qué no te sabes otra frase? —bufé al momento en que alejaba mi varita de él para así comenzar a dirigirme a mi cuarto, el cual compartía con unas chicas para nada agradables.
—Que apestoso. —oí mencionar a Parkinson, pero la he ignorado llegando a mi cama. —La habitación cada vez apesta más.
—Tienes razón, Pansy. —le dijo Daphne Greengrass.
He maldecido por lo bajo para luego arroparme entre mis sabanas y así finalmente dormir, esperando a que estos días terminaran pronto.
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