Capítulo XI: Doble compromiso
12 de diciembre de 1891
Sin darnos cuenta, el invierno ya había llegado y con él, el día de la boda de Watson y Mary. Habíamos dejado de lado por un momento el asunto del misterioso asesino, ya que afortunadamente en esos días, no se había hecho presente, era como si todo se hubiese alineado dándonos una oportunidad de poder disfrutar el momento y tomarnos un respiro. No me imaginé jamás que ese día estaría lleno de sorpresas.
***
Me encontraba con Mary en su habitación. Le ayudaba a terminar de colocarse algunos detalles en su peinado y a que terminara de arreglarse su vestido de novia.
-¡Te ves encantadora! –le dije sonriendo mientras le colocaba en fino collar que tenía un dije de un zafiro azul- Watson se va a desmayar cuando te vea.
-Ay, __________. Muchas gracias por todo. –se giró para poder abrazarme.
-No tienes nada que agradecer. –le dije correspondiendo su abrazo.
-Oh, claro que lo tengo. –me dijo firme- Porque a pesar de todo el trabajo que tienes con Sherlock, te diste el tiempo de ayudarme a preparar todo para mi boda, desde ayudarme a conseguir el vestido, hasta el lugar donde sería la reunión y todos los detalles. No sé cómo haces esas maravillas.
Yo reí. –No es nada del otro mundo, Mary. –me encogí de hombros- Solo organizo mi tiempo y, soy multitareas. –reí.
-Claro que lo eres. –sonrió- Te debo una. Quizá, te podría devolver el favor cuando te cases. –me guiñó un ojo.
-Ajá, ¿y según tú, con quién me voy a casar? –rodé los ojos.
-___________, por favor. No quieras negar lo evidente. Obviamente que con Holmes.
Abrí mis ojos sorprendida y una mueca de sonrisa se formó en mis labios. –Bueno, es que... no sé si eso pase algún día.
-¿Y por qué no? –me preguntó Mary con cierto tono de fastidio en su voz.
Suspiré. –Pues, porque apenas tenemos algunos meses viviendo juntos, a decir verdad y nuestra relación, lleva lo mismo.
-No _______. –Mary me tomó por los hombros- No confundas las cosas. Sí, ustedes tienen viviendo juntos un par de meses y sí, formalizaron su relación también hace muy poco pero, no me vas a negar que lo que hay entre ustedes se vino dando desde hace muchos años atrás, incluso, mucho antes de que John y yo comenzáramos a salir. Recuerdo muy bien cuando los vi juntos por primera vez, entre los dos había una química tan excepcional que, jamás vi en nadie más. Siempre han estado ahí el uno para el otro y sé muy bien, que el sentimiento que comparten ya venía desde tiempo atrás, aunque ustedes no quisieran admitirlo.
-Puede que... que tengas razón, Mary. –agaché la mirada.
-No, no puede, claro que tengo razón. –me dijo con un aire de superioridad y yo reí.
-Bueno sí, tienes razón, pero yo no sé si Sherlock piense eso también. ¿Qué tal si él no quiere llevar nuestra relación más allá, hasta ese grado de contraer nupcias? Yo, no lo sé. –dije suspirando apoyando mi mentón en la palma de mi mano y levanté mi mirada para poder ver a Mary- Yo amo a Sherlock, lo amo de verdad, pero solo el tiempo dirá si nos quedaremos juntos o no.
-No seas tan pesimista, eres igual a Holmes. –me dijo rodando los ojos y yo reí- Ah, pues por eso son tal para cual. Tú y yo sabemos que el destino los quiere ver juntos.
-¿Por qué estás tan segura? –le pregunté divertida.
-Solo lo sé. –me guiñó un ojo y yo negué levantándome de mi asiento.
-Ay, Mary, ya mejor vamos a darnos prisa que tu boda es al medio día y ya son las 9:30 y todavía no desayunas nada. –le dije y las dos comenzamos a reír.
En otro lado de la ciudad...
Narra Holmes
Estaba con Watson dentro de una tienda de trajes, de la cual, había escogido el suyo para el gran día. Saqué el reloj de mi bolsillo y vi que ya eran las 9:30 de la mañana, me empecé a desesperar y por inercia, comencé a mover mi pie con impaciencia.
-Watson, ¿cuánto falta para que te entreguen ese traje? Son las 9:30, no haz desayunado nada y tu boda es al medio día. Sabes que como padrino, es mi responsabilidad que llegues bien hasta el altar y, tu responsabilidad como mi mejor amigo, es acompañarme a comprar lo que te había dicho hace días. ¡Así que date prisa! –le grité desde afuera de los probadores y al instante, Watson salió.
-Ya voy, Holmes. ¿No ves que no quiero que el traje se vea mal hoy? Además, ya te dije que sí te voy a acompañar a comprar eso que necesitas, luego de que comamos algo. –me dijo mientras se acomodaba el saco y se veía en el espejo- ¿Cómo me veo? –me preguntó sonriente.
-Como alguien muy cuerdo para quererse casar. –le dije arqueando una ceja y él rió.
-Ajá, mira quien lo dice. –contestó riendo al mismo tiempo que volvía al probador para cambiarse.
-¿Alguien muy cuerdo como para casarse, eh? –hablé para mí mismo- Pensándolo bien, estamos locos. –reí por lo bajo y me dediqué a esperar a Watson.
Y sí, la cuestión es que, después de mucho pensarlo y hablarlo con Watson y Mary, había decidido proponerle matrimonio a __________. A simple vista, pudiera parecer que me estoy apresurando al compromiso, pero si lo vemos con retrospectiva, desde hace mucho que entre _________ y yo hay algo, mucho antes que nosotros lo admitiéramos. Podríamos decir que incluso, ya teníamos una relación sin darnos cuenta. Me enamoré de ella desde hace mucho tiempo y, ella también de mí y ahora que tenemos la oportunidad, no quiero dejarla pasar.
Estos pensamientos rondaban por mi mente, cuando el sonido de unas monedas me hizo girar a donde se encontraba el área de pago de la tienda, vi que Watson estaba recibiendo algunas monedas como cambio de su pago por su traje y segundos después, ya venía caminando hacia mí con una gran sonrisa en su rostro.
-Traje listo. –me sonrió dándome una palmada en la espalda- ¿Nos vamos a desayunar? Me muero de hambre. –me dijo y escuché un sonido que venía de su estómago.
-Por favor. Yo invito, soy el padrino. –reí mientras salíamos de la tienda.
***
Llegamos a un pequeño y acogedor restaurante ubicado entre Carnaby Street y Portobello Road, nos sentamos en una mesa alejada de la multitud, nos atendieron y cuando llegó nuestra comida, nos dispusimos a disfrutarla. Estábamos dando los últimos bocados, cuando Watson me llamó.
-Holmes... -me habló.
Yo le hice una seña para que me espera un poco, ya que le estaba dando un trago a mi bebida, una vez que logré pasarlo, le contesté. -¿Qué pasa?
-¿Por qué decidiste pedirle matrimonio hoy a _________ en medio de la celebración de MI boda con Mary? –me preguntó haciendo énfasis en la palabra mí.
-Bueno, no hay mucho qué decir respecto a eso, simplemente quise aprovechar la ocasión y hacer una especia de, doble... compromiso. –me encogí de hombros.
-No quieres perder el protagonismo en ningún momento, ¿cierto? –me pregunto Watson y los dos comenzamos a reír.
-Por eso eres mi mejor amigo. –le dije mientras chocábamos nuestras copas de vino- Oye, no quiero apresurarte con su comida, pero ya son casi las 11:00 y todavía tengo que ir a buscar el anillo para _________.
-Claro, vamos ya. –me dijo cuando terminó su último bocado y luego de pagar, salimos del restaurante directamente al local donde Watson había comprado el anillo para Mary un par de meses atrás.
***
-Mira, el cartel de "Anillos de compromiso para cualquier bolsiilo" sigue en la ventana, vamos a verlos rápido, Holmes, se hace tarde. –me dijo Watson al cruzar la calle para llegar al local. Entramos y un amable señor de avanzada edad, vestido con tirantes y sombrero nos atendió.
-Buenas días, jóvenes, ¿en qué les puedo ayudar? –nos preguntó el hombre a ambos mientras se acomodaba sus gafas.
-Qué tal y buen día. –sonrió Watson- Verá, mi amigo aquí presente le propondrá matrimonio a su novia hoy en mi boda al medio día, y necesitamos un anillo para la ocasión.
-¡Oh! Doble compromiso. –dijo el hombre ajustando sus tirantes y yo reí al ver la cara de sorpresa de Watson.
-Doble compromiso, sí. –contesté y me acerqué a Watson- Te dije. –le susurré y él solo se limitó a negar con la cabeza mientras reía.
-Bueno, joven caballero que se le propondrá hoy a su novia en la boda de su amigo, acérquese que le voy a mostrar unos anillos que le encantarán. –me dijo el hombre mientras abría una de las vitrinas del local y no pude evitar reír ante su comentario.
Comencé a ver los anillos y hubo uno que llamó al instante mi atención, era un delicado anillo de oro con un hermoso rubí en forma de corazón. Me emocioné al verlo y Watson se acercó por detrás pasando su brazo por mis hombros.
-Mira este, Watson. Es... es perfecto. –tomé el delicado aro entre mis manos para verlo más detalladamente- Seguro a ________ le encantará. –sonreí ilusionado.
-Claro, si es que ella acepta casarse contigo. –me dijo Watson en tono de burla y lo miré mal- Es broma, Holmes. Fuera de juego, te ves bastante ilusionado, tus ojos brillan como nunca los había visto hacerlo.
-Sí, es que estoy experimentando emociones que nunca había sentido. –contesté sin dejar de ver el bello anillo- ¿Me puede dar este? –le pregunté al hombre de las gafas y él me dedicó una amplia sonrisa.
-Con todo gusto. –me dijo y le entregué al anillo, el cual empacó en una pequeña, suave y bonita caja de terciopelo negro- Aquí tiene, joven caballero. –me dijo entregándome la cajita.
-Muchas gracias. –sonreí mientras le daba el dinero exacto y segundos después, salimos del lugar.
Íbamos caminando de regreso a casa de Watson, ya que _________ y Mary estaban en la mía, y en el camino, me detuve bruscamente. –Watson. –lo llamé y él se detuvo al instante mirándome fijamente.
-¿Pasa algo Holmes? –me preguntó preocupado. Yo tenía mi mirada clavada en la cajita de terciopelo.
-¿Y si me... me dice que... que no? –le pregunté con un hilo de voz y al instante pude sentir los brazos de mi mejor amigo rodearme.
-Solo bromeaba, Holmes. Tranquilo. –me brindó un cálido abrazo que me reconfortó- ________ te ama al igual que tú a ella, de verdad creo que están hechos el uno para el otro, si no lo creyera de corazón, ¿crees que te permitiría pedirle matrimonio en medio de mi boda robándote la atención de todo mundo? –me preguntó riendo y yo me sentí más tranquilo.
-Tienes razón. –asentí y levanté mi vista para mirarlo, separándome de su abrazo- Ahora vámonos ya, que ya son las 11:10 y todavía tienes que cambiarte y yo arreglarme, ¡rápido, Watson! –le dije más animado mientras acelerábamos el paso para llegar a su casa que, ya no estaba tan lejos.
***
De vuelta a otro lado de la ciudad...
Narra ____________
La iglesia estaba dando las últimas campanadas que avisaban que la ceremonia iba a comenzar. Todos los invitados iban llegando de uno en uno y se iban adentrando en el lugar para poder tomar asiento.
Faltaban tan solo unos minutos para que todo empezará y ni Watson ni Holmes aparecían. Estaba tan estresada que caminaba de un lado dentro de la pequeña habitación de la iglesia donde aguardábamos Mary y yo y el vestido color lila que llevaba puesto me comenzaba a estorbar, me sentía algo incómoda dado que, no acostumbraba usar vestidos tan a menudo y mucho menos, zapatos de tacón tan elegantes. Comencé a jugar con mis manos, nerviosa y Mary solo me observaba sentada en una silla.
-_________, cálmate, por Dios. Estás más nerviosa que yo. –detuve mi caminar para acercarme a ella para acomodar su velo de novia.
-Mary. –suspiré- Si estoy nerviosa es porque tu futuro esposo, que es algo despistado, se quedó bajo el cuidado de mi novio que, a pesar de ser un hombre increíblemente audaz e inteligente, es sumamente descuidado con su persona y con los que le rodean. ¿Recuerdas cómo los encontramos la última vez que se quedaron juntos? –la miré.
-Estaban en la cárcel. –me dijo formando una línea con sus labios y yo asentí.
-Por ese motivo es que estoy nerviosa. –le dije terminando de acomodar su velo.
-Tienes razón, ojalá no pase nada malo. –escuché que pasó un poco de saliva con dificultad.
En ese instante, llamaron a la puerta. –Pase- indiqué y cuando la puerta se abrió, puede ver que era uno de los asistentes del sacerdote que celebraría la ceremonia.
-El novio y el padrino están aquí. –nos dijo a Mary y a mí que suspiramos aliviadas.
-Muchas gracias. –dijimos al unísono. –Ya vamos. –le dije al joven hombre, este asintió y sin más se retiró cerrando la puerta. Volteé a ver a Mary.
-Llegó la hora. –le sonreí y la abracé, ella correspondió.
-Ya vamos. –sentenció firme y salimos de la habitación para dirigirnos a la entrada de la iglesia.
Al llegar a la entrada, me encontré con los padres de Mary y ella se quedó con ellos, ya que su padre, sería quien la llevaría al altar. Me dirigí a la puerta principal para lograr ver a Sherlock y cuando mis ojos lograron encontrarlo, me quedé sin aliento.
Llevaba un traje hecho a la medida en color negro, guantes blancos, su cabello estaba peinado hacia atrás y en su cuello se dejaba ver un elegante moño blanco que hacía juego a la perfección con su traje y la banda roja en su pecho y abdomen. A pasos largos, camino hasta llegar a mi encuentro y cuando estuvo frente a mí, me tomó de la cintura y luego me besó.
-Creí que no llegarías. –le dije sobre sus labios, separándome un poco para poder verlo. Al instante, todo su perfume amaderado invadió mis sentidos.
-Justo a tiempo. –sonrió y me dio otro beso, luego me tomó del brazo y me hizo dar una vuelta- Oye, te ves preciosa, si el color de tu vestido fuera blanco, dirían que tú eres la novia. –me dijo acomodando un poco mi cabello.
-Y si la gente no supiera que el que se casa hoy es Watson, dirían que tú eres el novio. –le dije mientras le acomodaba el moño que había perdido un poco su forma cuando me besó.
-Pues, veremos qué pasa. –me dijo guiñándome un ojo, lo que a decir verdad, me desconcertó un poco pero, no le di importancia.
Fuimos a tomar asiento y la ceremonia comenzó.
***
Al salir de la iglesia, la gente aplaudía a los recién casados y Sherlock y yo, también lo hacíamos. Cuando por fin logramos salir del lugar, fuimos directo a un carruaje que nos llevaría al lugar donde sería la reunión para festejar la reciente unión.
Subimos al carruaje, Watson se sentó junto a Mary y Sherlock junto a mí, quedando Watson frente a Sherlock y Mary frente a mí. Íbamos conversando y en el trayecto, noté que Watson se acercó a Sherlock para comentarle algo que, no logré escuchar ya que se lo dijo en un inaudible susurro. Solo vi que Sherlock asintió y luego Watson regresó a su lugar. Fruncí el ceño y me giré buscando la mirada de Mary para ver si me podría dar alguna respuesta, pero ella solo se encogió de hombros, lográndome hacerme sentir muy confundida.
-Bueno, ya habrá tiempo de hablarlo con él. –pensé refiriéndome a que cuando todo esto acabara, hablaría con Sherlock para que me explicara qué había pasado.
Por fin el carruaje se detuvo y llegamos a un apartado, bello y cómodo jardín, el cual me había tomado el tiempo de buscar y preparar para la ocasión, ya todo estaba listo, solo era cuestión de que llegaran los invitados, los cuales, no tardaron en hacerse presentes.
Habían transcurrido algunas horas desde que la reunión había comenzado y yo me encontraba en una de las mesas con Watson, Mary, Sherlock y los padres de Mary y Watson. Estábamos conversando tranquilamente, hasta que vi como Mary se levantó de su asiento. Al parecer las mujeres que se encontraban presentes, ya sabían que era lo que iba a suceder, porque al igual que ella, se levantaron de sus asientos y comenzaron a caminar al centro del jardín.
Más confundida no podía estar, pero lo que me desconcertó, fue que Mary me tomó de la mano y me llevó con ella. A todas las presentes nos colocó detrás suyo y ella se posicionó al frente de nosotras, en este punto, ya no comprendía nada.
-Bueno, como ya conocen la tradición, quien atrape el ramo, es la siguiente en contraer nupcias, así que, espero estén preparadas. –habló Mary mientras tomaba su ramo de rosas y se paraba dándonos la espalda.
Suspiré extrañada y con la mirada busqué a Sherlock en nuestra mesa que no se encontraba lejos. Cuando nuestras miradas se encontraron, él me brindó una sonrisa. En ese instante, escuché la voz de Mary cuando la había lanzado el ramo, pero al estar distraída viendo a Sherlock, no reaccioné a tiempo y solo atiné a levantar los brazos y cerrar los ojos con fuerza.
Cuando logré abrirlos, para mi sorpresa y mi gran confusión, estaba sosteniendo el ramo con ambas manos y, todavía tenía los brazos en el aire. Pestañeé varias veces incrédula sobre lo que acaba de suceder, luego mi vista se posó en Mary quien ahora estaba al lado de Watson y este la tenía tomada de la cintura. Mi sorpresa aumentó al ver que ahora solo era yo la que estaba en medio del jardín, todavía con el ramo entre las manos, todos los presentes me observaban, incluidos Watson y Mary con una sonrisa que me costaba descifrar. Iba a hablar, hasta que escuché la voz de Sherlock.
-__________. –me llamó y me giré rápidamente para encontrarme con su mirada clavada en mí y con sus ojos que brillaban más de lo normal.
-Ammmm... ¿sí? –lo miré pestañeando un par de veces.
-Yo, quiero preguntarte algo... -mi corazón comenzó a latir rápidamente al ver que Sherlock se apoyó sobre una de sus rodillas y noté que buscaba algo dentro de su saco. Mi respiración comenzó a entrecortarse.
-__________ Brooke, ¿te quieres casar conmigo? –sin querer, deje caer el ramo de rosas de mis manos, ya que al mismo tiempo, las llevé a mi boca para cubrirla. Lágrimas comenzaron a brotar por mis ojos y se deslizaban por mis mejillas hasta caer como gotas. Me puse de rodillas frente a Sherlock y lo abracé. Él al inicio se sorprendió, pero segundos después, correspondió mi abrazo.
-Yo... –el llanto no me dejaba formular correctamente mis palabras- Yo, claro que.. que sí. –le dije al oído con un intento de sonrisa, debido a que las lágrimas no me ayudaban mucho.
-¡Qué alegría! –musitó al mismo tiempo que acunaba mi rostro en sus manos y dejaba un cálido beso en mis labios.
-¡No quiere dejar de ser el centro de atención ni siquiera el día de mi boda! –gritó Watson que seguía de pie junto con Mary, haciendo reír a todos los presentes, incluidos a Sherlock y a mí, que ya estábamos de pie en medio del jardín.
-Doble compromiso. –dije encogiéndome de hombros y Watson levantó las cejas sorprendido, volteó a ver a Mary y esta solo sonrió y él la imitó.
-Vaya que son tal para cual. –dijo negando mientras tomaba su copa de vino de la mesa de al lado- ¡Felicidades, a ambos! –nos dijo haciéndonos una seña con la copa.
-¡Felicidades a los cuatro! –dijo Mary chocando su copa de vino con su ahora esposo.
Los presentes comenzaron a aplaudir mientras Sherlock volvía a posar sus labios sobre los míos.
***
Buenas noches, lectores hermosos. Acá les dejo la actualización de la historia de Sherlock. ¿Saben qué pienso? Que este capítulo quedó muy cursi y cliché, pero no me importa porque me encanta jajajaja. 👀💖✨
En fin, espero que hayan disfrutado de leerlo tanto, como yo de escribirlo. Creo que ya hacía falta algo de amor cursi, luego de tanta violencia y misterios jajajajaja. 👀💖✨
En fin, espero puedan votar y dejar su cometario, porque en verdad, adoro cuando lo hacen y me encanta leerlos. Sin nada más que agregar, recuerden que los amo mucho y nos estamos leyendo pronto, ¡abrazo! 👀💖✨
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