Capítulo VII: Un nuevo misterio.
-Y eso es todo. –dije colocando la última de mis maletas en el carruaje.
Nos había llevado todo el día empacar todas mis cosas para mudarme con Holmes pero, como afortunadamente no tenía mucho, no fue tan duro el proceso. Terminamos cerca de las 8:00 de la noche y me sentía agotada. Sherlock y yo nos subimos al carruaje luego de cerrar la que ahora había pasado a ser mi antigua casa; Watson no estaba, se había marchado desde temprano para poder también mudar sus cosas donde Mary, así que solo éramos Holmes y yo esa noche. -¿Qué crees que deba hacer con la casa? –le pregunté cuando el conductor ya había emprendido en viaje.
-Te aconsejaría que la conservaras, por si algún día te enojas conmigo y quieres ir a un lugar donde no me puedas ver. –comentó riendo por lo bajo y yo negué con una sonrisa.
-¿No se supone que para que eso no pase debes comportarte y si pasa, no se supone que debes pedirme una disculpa? –le pregunté cruzándome de brazos.
-No prometo nada. –sonrió Holmes de lado- Por eso te aconsejo que conserves la casa.
-Tal vez lo mejor sea ponerla en renta. –dijo desviando mi vista a la ventana.
-Sí, es una buena opción. –musitó cambiando de asiento, ya que estaba sentado frente a mí y ahora se había colocado a mí lado- _______, ¿por qué decidiste que era buena idea mudarte conmigo? –me preguntó cruzando una pierna mientras me observaba fijamente. En sus labios se formó una mueca juguetona.
-Bueno, pues... -tragué saliva nerviosa al ver su rostro tan cerca del mío. Por algún motivo, esa noche se veía mejor que de costumbre. Las mangas de su camisa estaban arremangadas y un par de botones del cuello desabrochados, por lo que me dejaban apreciar una parte de su pecho; llevaba un chaleco ajustado y su cabello que estaba un poco largo al estar un tanto despeinado hacía que algunos mechones cayeran sobre su frente. Sus ojos marrones brillaban con intensidad y esa mueca que se formó sobre sus labios... Me iba a llevar a la perdición- pues... ¿Quieres que te diga la verdad? –le pregunté parpadeando un par de veces.
-Por favor. –me contestó en un tono bastante suave y sensual que me hizo sentir escalofrío.
Acomodándome mejor en mi lugar (y un poco a propósito acercándome más a él) sentí su aroma a canela con un ligero toque amaderado que invadió mis sentidos haciéndome suspirar profundamente. –La verdad es que, no quería dejarte solo. –sonreí de lado mirándolo a los ojos y él cambió su mueca por una gran sonrisa- Y, fue por eso, no quería que te quedaras solo cuando Watson se fuera con Mary y pues, aquí me tienes. ¿Crees que sobreviva al vivir contigo? –reí.
-Adorable. –dijo pasando su brazo detrás de mí.
-¿Qué es adorable? –le pregunté frunciendo el ceño.
-Tú eres adorable, ________. –dijo dándome un beso en la mejilla- Y respondiendo a tu pregunta, sí, vas a sobrevivir, porque a pesar de todo, me amas. –me dijo así, sin más y yo abrí los ojos.
-¿Dis...cul...pa? –pregunté con dificultad.
-Nada, ya dije. –sonrió triunfante y en ese momento llegamos a su casa- ¡Oh, mira! Hemos llegado a casa. –exclamó contento bajando del carruaje y ayudándome a bajar a mí también. Bajamos las cosas, el conductor nos ayudó a meter todo a la casa y luego se fue.
-Ya luego empezamos a acomodar todo. –dije pateando una de mis maletas quitándola del paso para que no estorbara.
-No te preocupes, ya vemos eso en los próximos días. –sonrió tomándome de la mano mientras caminábamos a la cocina- Estaba pensando que tal vez te gustaría tener mi habitación. Ya que, si la comparamos con la de Watson, tiene ventanas más grandes y bueno, sé que te gustan. Así que, ¿qué te parece si aprovechamos que él ya desocupó la que era su habitación, yo mudo mis cosas a esa y tú, te quedas en la mía. –comentó echando su cabeza hacia un lado con una tierna sonrisa.
Me pareció un gesto adorable de su parte, tomándose esa molestia tan grande. –Claro, claro. Me encantaría. –miré el piso- Pero no quiero causarte molestias.
Sherlock rodó los ojos. –Creo que ese comentario sale sobrando, _______. Sé que amarás esa habitación, además tú eres mucho más ordenada que yo, se verá bien. –me dijo riendo y yo hice lo mismo.
-Está bien, pero por ahora será mejor que descansemos, mañana tenemos que ir a la comisaria a revisa que Lestrade no haya arruinado todo y empezar a investigar todo este caso. ¿Podemos ir a dormir? –le pregunté subiendo los escaleras.
-Seguro, pero, ¿no quieres tomar un baño antes?
-Tienes razón, es buena idea. –aseguré.
-Anda, me avisas cuando salgas para luego bañarme yo, mientras prepararé la habitación.
Luego de un rato, Sherlock y yo caímos en un profundo sueño, estábamos agotados.
***
Miércoles por la mañana. Luego de un café recién hecho me sentía renovada. Vi las cajas en la sala donde estaban mis cosas y me limité a pensar que en estos días teníamos también mucho que hacer aquí.
Estaba recostada en el sofá de la sala leyendo uno de los libros que Holmes tenía en la biblioteca cuando lo escuché bajar por las escaleras. Se acercó a mí y con delicadeza, apartó el libro de mi vista, se inclinó hasta estar a centímetros de mi rostro y sonrió triunfante al notar rubor en mis mejillas.
-Buenos días, Brooke. ¿Nos vamos? –me preguntó incorporándose.
-S..í. –me aclaré la voz- Sí. –asentí levantándome del sofá y fui a dejar el libro de vuelta a su lugar. Sherlock estaba empezando a desequilibrarme y eso no era nada bueno, en absoluto cuando no sabía si él solo estaba jugando conmigo o de verdad era en serio.
-Veo que ya tomaste tu café matutino. –me dijo al mismo tiempo que se colocaba su sombrero- Déjame decirte que luces radiante.
Miré al techo y sonreí. -¿Nos vamos?
-Claro, primero las damas. –me dijo abriendo la puerta para permitirme salir.
***
Al llegar a la comisaría, fuimos directamente con Lestrade quien nos dijo que Watson ya no tardaría en llegar ya que el día de ayer le había comentado que necesitan su presencia para poder seguir evaluando lo acontecido con la pobre mujer que encontramos sin vida.
-Por la Reina, Lestrade, espero que no hayas arruinado nada de la evidencia. –le comenté al despistado inspector él cual solo se limitó a desviar la mirada- Sherlock... -llamé a Holmes y él al instante se acercó a mí- creo que lo mejor será terminar de examinar el cuerpo con Watson y después tú y yo iremos a investigar si alguien conocía a esa mujer.
-Claro. –asintió y en ese instante llegó Watson.
-Buenos días. –nos saludó quitándose el sombrero- ¿Me perdí de algo?
-No, apenas vamos llegando. –le sonreí.
-Vamos entonces. –nos comentó Sherlock y ambos asentimos.
Dentro de la comisaria había un espacio adecuado para que un doctor del nivel de Watson pudiera trabajar sin ningún problema. Luego de un largo rato de análisis, entre los tres pudimos determinar con qué había sido herida la mujer; un objeto punzocortante había sido el arma y al parecer aquellas marcas que tenía en el rostro, habían sido hechos con la misma arma pero, aún no sabíamos que querían decir aquellas letras: "HBII"
Justo en el momento cuando Holmes y yo íbamos saliendo de la comisaria para ir a investigar, llegó uno de los oficiales de Lestrade. Se le veía agitado, conmocionado y aturdido. Al vernos, no dudo en comenzar a hablar.
-¡Señor Holmes, señorita Brooke! –nos hablo desesperado.
-¿Qué pasa? Dígame, tranquilo... -le dije en un tono suave tratando de tranquilizarlo.
-Pasó de nuevo, en la misma calle, está ahí... -le costaba hablar al pobre hombre.
-¿Qué pasó de nuevo, oficial? –le preguntó Holmes en el mismo tono suave que yo.
-Otra víctima... -tragó saliva- Y, fue igual...
Holmes y yo nos miramos preocupados, al igual que Watson, así que salimos rápidamente directo a la escena del crimen que de nuevo, era frente a mi casa.
***
Al llegar, nuestra sorpresa fue absoluta, porque de nuevo estaba el cuerpo sin vida de una mujer en el mismo y exacto lugar que la anterior. Negué con la cabeza mientras con íbamos acercando cada vez más y nuestros ojos se abrieron al ver que, al igual que la mujer anterior, esta había sido lastimada y herida en los mismos lugares y, también tenía las marca "HBII" en su rostro.
-¡Dios mío, no! Tenemos que detener esto ya... -me pasé la mano por el rostro.
-Tranquila, Brooke. –me habló suavemente Holmes tomando mi mano y yo lo miré- Primero necesitamos examinar también esto... .dijo mirando más de cerca el cuerpo en el piso.
-Este asesino es muy específico con lo que hace... -señaló Watson tocándose el mentón.
-Es un modus operandi. –dijimos Holmes y yo al mismo tiempo y Watson nos miró frunciendo el ceño.
Mientras nosotros observábamos, Lestrade llegó. –Tenemos que ir a investigar ya. –le dije a Holmes y él asintió.
-Estoy de acuerdo. –musitó- ¿Vienes? –le preguntó a Watson.
-Seguro. –se encogió de hombros- Tengo que evitar que ustedes dos hagan un desastre. –comentó y los tres reímos.
-Y tenemos un nuevo misterio... -dijo Holmes mientras nos adentrábamos en el barrio.
***
Buenas noches, lectores hermosos. Les dejo un nuevo capítulo de con el hermoso de Sherlock. ¡Muchas gracias por seguir apoyando esta historia! 💕✨😊
Espero que les guste, espero sus votos y comentarios dando mucho amor y, sin más por el momento, me despido. ¡Nos estamos leyendo pronto, abrazo! 💕✨😊
Un regalo. 💕✨😊
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