Capítulo V: La mudanza
El día lunes había llegado y con él, el momento de la ejecución de Blackwood. Sherlock y Watson habían pasado por mí y en un carruaje, fuimos directo al lugar.
Al llegar, ya estaba presentes Lestrade junto con sus hombres, todo el jurado y demás personas necesarias para la situación. Un hombre que sostenía una hoja, bastante grande a decir verdad, comenzó a hablar y a enumerar cada uno de los crímenes de Blackwood por los cuales era acusado. Luego de eso, se le pidió decir unas últimas palabras.
-La muerte solo es el comienzo. –dijo Balckwood por lo bajo a lo que Holmes, Watson y yo solo nos miramos. Un verdugo le colocó una soga en el cuello y acto seguido, abrieron las compuertas donde el hombre descansaba todo su peso, haciendo que cayera sostenido del cuello y a los pocos minutos, desfalleciera.
Luego de unos momentos, el cuerpo de Blackwood fue bajado, le quitaron la soga y Watson se acercó a verificar si el estado en el que se encontraba era correcto. Luego de tomar su muñeca durante unos segundos, asintió con un leve movimiento de su cabeza que ya no vivía y los tres vimos cómo se lo llevaban directo al cementerio.
***
Había ya pasado una semana desde la ejecución y en esos días estuve constantemente visitando a Holmes, ya que Watson tenía que ir a ver a Mary y revisar todos los preparativos para su boda que sería en un mes.
Era un viernes por la tarde, estaba con Holmes tomando el té en su habitación mientras conversábamos y en un punto de nuestra conversación me acerqué a su ventana para abrirla y ver el paisaje; estaba lloviendo, como era costumbre en Londres y eso a mí me encantaba.
-Brooke, ¿me estás ignorando? –me preguntó Sherlock mientras tomaba un trago de su té.
-Disculpa, ¿qué decías? –le contesté volviendo mi vista a él.
-Hasta cierto punto me parece adorable tu manía de siempre contestar mis preguntas con otra pregunta. –me dijo sonriendo mientras se paraba a mi lado junto a la ventana- Y como me parece adorable, te lo volveré a repetir: te decía que probablemente podríamos investigar a los otros hombres que trabajaban con Blackwood y poder cerrar todo el caso de una vez. –me dijo recargándose en el marco de la ventana observando la lluvia junto conmigo.
-Oh sí, me parece buena idea. –le sonreí de lado y justo en ese momento una fuerte corriente de aire apareció haciendo que la ventana se cerrara de golpe. Yo alcancé a alejarme, pero Holmes recibió un golpe en la nariz- ¡Oh, Sherlock! ¿Estás bien? –le pregunté sin poder contener una leve risa que se me escapó. Él me miró entrecerrando los ojos.
-Mira, si no te preocupo de verdad, mejor ni me preguntes. –me dijo fingiendo molestia, yo rodé los ojos y ahora sí, no pude evitar la risa.
-Vamos, no seas dramático, todo está bien, no te estás desangrando. –le dije examinando su nariz para verificar que no le había sucedido nada- El golpe si se vio algo fuerte, pero estás bien. –le dije y volví a abrir la ventana.
-Me gusta que te preocupes por mí, aunque seas un tanto despistada y te burles de mí. –me miró arqueando una ceja y tocando su nariz con la yema de su dedo índice.
-Yo siempre me preocupare por ti, Sherlock. –sonreí- Aunque seas un egocéntrico dramático.
De nuevo apareció un fuerte viento que hizo que algunas gotas de lluvia cayeran en nuestros rostros lo que nos hizo reír al instante. Me limpié con la palma de mi mano y cuando volví la vista a Holmes, él me miraba fijamente con una sonrisa de lado. Yo pestañé varias veces pero no puede evitar ruborizarme; pasé saliva un poco nerviosa y acto seguido también limpié de su rostro el leve rocío que yacía en sus mejillas.
Antes de que pudiera retirar mi mano de su rostro, él ya la había tomado con la suya y para mi sorpresa, había depositado en suave beso sobre ella. El rubor en mi rostro se hizo más notorio y luego sus ojos se posaron en mí, en ese momento habló.
-______, tengo que hablar contigo sobre algo importante. –suspiró- En realidad, desde hace un tiempo he querido hablar de esto contigo, pero me ha sido complicado... -hizo una pausa.
-¿Y de qué quieres hablar? –le pregunté y me estremecí.
-______, yo... -no pudo continuar porque en ese momento Watson entró a la habitación. Ambos nos giramos para verlo, una gran sonrisa estaba presente en su rostro. Sherlock soltó un suspiro pesado, rodó los ojos y se giró a ver a Watson. Yo no sabía qué hacer.
-¡Hola! –habló Watson animado- ¿Qué tal su tarde? Oh.... –se paró en seco al ver que Holmes todavía sostenía mi mano- Yo, ¿interrumpo algo? –preguntó con algo de incomodidad.
-La verdad, no estoy segura. –respondí confundida.
-Sí, interrumpes. Pero ya, tendrá que ser en otro momento, Watson lo arruinaste. –vi como los ojos de Watson se abrieron de par en par y en su rostro apareció una expresión de sorpresa la cual me dejó más confundida de lo que ya estaba.
-Holmes, lo siento. –dijo Watson con pena.
-Tú eras el que estaba insistiendo en que hablara y justo cuando lo voy a hacer, apareces y arruinas el momento y, era un buen momento. –replicó Sherlock.
-Lo siento mucho de verdad, te aseguro que vendrá otro momento e incluso mejor. –dijo Watson con media sonrisa tratando de que su amigo no lo matara en ese preciso instante.
-¿Se puede saber de qué están hablando? ¿Qué momento? ¿De qué le insistías a Holmes que hablara, Watson? –pregunté tratando de conseguir respuestas.
-______, tendrá que ser en otro momento, ahora ya no. –dijo Holmes mirándome. Yo fruncí el ceño extrañada, pero no iba a discutir. Asentí suspirando y luego giré mi vista a Watson.
-¿Cómo te fue con Mary? –le pregunté.
-Oh, todo de maravilla. –sonrió ampliamente- Ya fuimos a ver el salón donde será la fiesta y es un buen lugar. En los próximos días iremos a revisar otros detalles. –dijo contento y yo asentí.
-Me da mucho gusto escuchar eso. –hablé sinceramente y luego, Holmes tomó la palabra.
-¿Y cuándo te mudarás? –preguntó y yo lo mire sorprendida pero, la incredulidad y la sorpresa en el rostro de Watson, no tenía precio.
-¿Qué? –preguntó él anonadado.
-Oh no Watson, solo _______ puede contestar mis preguntas con otra pregunta.
-Espera, de nuevo, ¿qué? –preguntó un confundido Watson- A ver, ¿por qué me preguntas qué cuándo me mudaré.
-Bueno, porque es lo normal, ¿no? Además, no creo que Mary quiera vivir aquí. Watson, tres son multitud, entiéndelo. –dijo levantando una ceja y yo reí, cuando lo hice vi que Shelock me miró con ¿ternura?
-No, Holmes. –dijo Watson poniendo los ojos en blanco- Eso es obvio. Pero bueno, quizá Mary no quiera, pero seguro que Brooke sí. –dijo esto último con un tono juguetón.
Al escucharlo, mi respuesta fue una toz inmediata que no pude controlar hasta luego de uno segundos y Holmes trataba de ayudarme mientras Watson parecía del todo tranquilo. Quizá, una pequeña venganza. Cuando logré controlarme, Sherlock y yo mis miramos sorprendidos y luego volvimos la vista a Watson. -¡¿Estás tratando de decir que podría mudarme aquí con Holmes?! –pregunté levantando la voz. Sí, estaba sorprendida ante la propuesta tan repentina y más allá de la broma, la idea no me parecía tan descabellada.
-Tranquila, Brooke. –dijo Watson riendo y colocando sus manos frente a él en señal de paz- Era solo una broma.
-Pues, a mí no me parece tan mala idea. –contestó Holmes encogiéndose de hombros mientras veía al techo y Watson lo miró extrañado.
-En realidad, a mí tampoco me parece mala idea. –dije tomando mi mejilla y los ojos de Watson ahora se posaron en mí.
-Bueno, ¿ahora quieren correrme de mi casa ustedes? –preguntó con falsa molestia y yo rápidamente me aclaré la voz.
-No, no. ¡Claro que no, John! –dije algo apenada- Es solo que, ahora que te vayas con Mary, no quiero que Sherlock se quede solo aquí y, a decir verdad, también me preocupa Nany. –reí levemente y Sherlock levantó las cejas cruzándose de brazos- Pero más que nada, quiero hacerle compañía a Holmes, somos amigos, si vivimos juntos sería igual que cuando ustedes lo hacían. Como amigos. –recalqué de nuevo y noté que estaba empezando a ponerme nerviosa. Miré a Holmes y me dedicó una dulce sonrisa.
-Yo si quiero que _______ venga a vivir aquí. Como amigos. –sonrió.
-Ajá. –dijo Watson en un tono divertido mientras levantaba ambas cejas insinuadoramente. Dio un suspiro profundo y volvió a hablar- Entonces, si las cosas van a ser así, será mejor que me mude lo más pronto posible con Mary, había pensado hacerlo el viernes de la próxima semana, pero como están las cosas, será mejor que lo haga este domingo. –dijo riendo.
-Oh no, Watson, no tienes que apresurarte tanto. Si ya tenías las cosas planeadas, hazlas así. Yo no tengo problema en mudarme después. –le dije con media sonrisa.
-¿Estás segura? –me preguntó.
-Totalmente. –aseguré.
-Bueno... -habló rascándose la nuca y quitándose el saco que llevaba puesto desde que entró a la habitación- en ese caso, te ayudaremos a traer tus cosas en cuanto las mías salgan. ¿Qué dices, Holmes? –preguntó mirando al antes mencionado.
-Me parece perfecto. –contestó con una leve sonrisa. Watson y yo asentimos- Bueno, tengo que decirles que ya son más de las 9:00 de la noche y tú _______, ya debes de ir a tu casa. ¿Te parece si mañana paso por ti para revisar lo que hablamos con Lestrade?
-Claro, sin problema. –asentí sonriendo.
-¿Trabajan juntos de nuevo y sin mí? –preguntó Watson tratando de sonar ofendido.
-Es que tu futura esposa ya no te dejará ir a nuestras aventuras, pero si te quieres arriesgar puedes ir con nosotros. –dijo Holmes riendo levemente.
-Lo pensaré. –dijo Watson sonriendo.
-Te acompaño a tu casa, Brooke. –me dijo Sherlock y yo asentí.
-¡Nos vemos luego, Watson! –me despedí de él mientras me colocaba mi gabardina y tomaba mi sombrilla, él asintió con una gran sonrisa y acto seguido Holmes también tomó un paraguas y ambos salimos de la habitación y luego de la casa.
***
Mientras caminábamos de regreso a mi dirección, Holmes hizo que lo tomara del brazo. Hacía frío, así que me aferré más a él y sin pensarlo mucho, él me rodeo con su brazo dándome más calor. Sin querer me ruboricé y solté un leve suspiro lo que provocó que algo de vapor saliera de mi boca a causa del frío. Íbamos caminando por el pavimento húmedo y las lámparas daban luz a las oscuras calles.
-Debes saber que cuando me mude contigo, te voy a obligar a hacer una sustanciosa y larga limpieza por toda la casa. –le dije seria y él rió- No, no te rías Sherlock, es en serio.
-Claro, claro. Tranquila. Estoy de acuerdo que hay que arreglar un poco la casa. –me dijo haciéndome sonreír.
-Bueno, entonces trabajaremos en eso. Por cierto, ¿qué fue eso que pasó hace un rato? ¿Qué querías decirme antes de que Watson entrara y por qué me besaste la mano? –le pregunté mirándolo mientras seguíamos caminando y él tragó saliva bruscamente.
-_______, Watson arruinó el momento. Será en otra ocasión, no me presiones. –me contestó y sonaba un tanto nervioso.
-Seguro, no pasa nada. No quiero incomodarte. –dije tranquilamente. Y era verdad, no quería incomodarlo- Sea lo que sea, me lo dirás, siempre lo haces y me alegra, porque eso me hace entender que confías en mí. –sonreí de lado y me pegué un poco más a su cuerpo. -¿Será qué tal vez él sienta algo más por mí? No, no, no _______, no te hagas ilusiones todavía. Deja que él te lo diga. –pensé.
-Muchas gracias y, sabes que sí. –me dijo dándome un beso en la mejilla, y yo agaché la mirada apenada.
Justo estábamos dando vuelta en la esquina de mi dirección en el barrio de Whitechapel; me pareció extraño que la calle se encontrara vacía, ya que siempre ese barrio se había destacado por ser muy seguro y a esas horas todavía había gente en la calle; mi casa se encontraba unos pasos más adelante. Cuando, al acercarnos, empezamos a divisar algo en el piso o más bien, a alguien en el piso.
Mientras más nos acercábamos, la luz de las lámparas nos permitía ver un poco más. Unos pasos más y yo empecé a ver el agua en el piso de color rojo. Tuve que pasar una mano por mis ojos, ya que creí que estaba viendo de más pero al llegar justo afuera de la puerta de mi casa pude notar de dónde provenía ese llamativo color carmesí en el agua. Ahí mismo estaba el cuerpo de una mujer que tenía una gran herida en el vientre y en la garganta. Parecía que no tenía muchas horas de haber fallecido.
Me estremecí ante la horrorosa escena; a pesar de ser detective, no me había podido acostumbrar a ver este tipo de cosas, así que lo que hice fue cubrir mi rostro con mis manos y pegarme más a Sherlock, buscando algún tipo de refugio y él al instante me abrazó.
Al igual que yo, estaba estupefacto ante la escena, pero a diferencia mía, él soportaba más ese tipo de situaciones. Sin soltarme de su abrazo, habló.
-Tú te mudas inmediatamente conmigo. –dijo firme y yo asentí sin dudar para después regresar rápidamente a su casa.
***
Hola, personas bellas que leen mi historia. Disculpen la tardanza en actualizar pero es que ya volví a mis clases virtuales de la universidad y ya me dejaron mis kilos de tarea jajaja. Pero no se preocupen, me voy a hacer un tiempo para las historias y poder compartirlas con ustedes. 💖💕👀
Espero sus comentarios y sus votos, ¡muchas gracias por eso! :3 Y por cierto, denle las gracias a Robert por este capítulo, porque mientras lo escribía escuchaba su disco y eso me hizo inspirarme. Mi musa es Robert. 💖💕👀
También les quería decir que mañana habrá nuevo capítulo de Hilo rojo del destino. :3
P.D: Su regalo.
Nos estamos leyendo pronto. ¡Un abrazo! 💖💕👀
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