Capítulo XVII: Problemas
Escucho el sonido de la puerta abrirse y me levanto enseguida de mi asiento con el cuerpo pesado aun después de haber dormido hasta muy tarde. Ingresa el doctor encargado de revisar el caso de Random. Me hago a un lado para que lo atienda, pero un mal movimiento hace que mi móvil caiga al suelo. Me inclino para recogerlo cuando la puerta es nuevamente abierta.
Volteo y veo a Frank en la entrada. Su atención es dirigida directamente hacia su amigo que se encuentra prostrado en una cama. Sus ojos se enrojecen con la intención de querer derramar lágrima alguna, pero llamo su atención agitando mi mano cerca de su rostro en saludo.
—Frank. —Mi voz es casi un ruido sordo.
Parpadea varias veces, antes de establecer un contacto visual conmigo.
Niega con su cabeza y dice:
—London, salgamos fuera de aquí para hablar.
Asiento.
Salimos de la habitación, dándome cuenta que el pasillo está concurrido por médicos, enfermeras y pacientes con familiares. Ya no está solitario como la madrugada anterior. Frank me guía hacia unas bancas en la cual nos estamos.
—Dean tiene que pagar por lo que ha hecho —suelta.
Lo miro estupefacta, porque no puedo creer que sepa que ha sido Dean el culpable.
—¿Cómo sabes que fue Dean? —Mi tono de voz es bajo, no quiero que nadie se entere a nuestro alrededor de lo que estamos hablando.
Lleva una mano a su cabeza que soba con un gesto de dolor.
—Fue difícil obtener esa información.
En principio, no entiendo a lo qué se refiere, pero rápido capto aquello.
Olivia.
Es la única que podía haberle dado esa información, aun así, pregunto con una expresión incrédula.
—¿Fuiste primero a tu apartamento?
Es obvio que lo había hecho, pero espero su respuesta con total expectación. Viste con su uniforme de piloto. Lo que me hace ver que no ha escatimado su tiempo en cambiarse, simplemente, ha decidido venir a ver a su amigo directamente. Eso me muestra lo importante que es Random para él.
—Sí, pero fui sorprendido por una chica loca. —Me sorprende con su respuesta.
Claramente, la chica loca a la que se refiere es Olivia.
Quiero contener mi risa al recordar que le había advertido a ella que no deje acercar a nadie a los apartamentos. Y ahora que Frank me dice que ha sido sorprendido por una chica loca no puedo dejar de imaginar qué evento loco ha ocurrido para que él la llame así.
Aun así, continuo con mi interrogatorio.
—¿Ella te ha dado la información?
Niega con su cabeza.
—No toda, solo la parte en la que Random es traslado a este hospital, pero para lograr obtener al menos esa información tuve que luchar primero por entrar a mi propio apartamento ya que esa chica no me lo permitía. —Me mira fijamente, y podría decir que serio, pero puedo ver un brillo malicioso en su mirar—. Estaba sentada en una silla bloqueando la entrada a los apartamentos. —Se queja—. El tuyo y el mío. Al lograr por fin entrar, vi sangre en la entrada, justo ahí, me di cuenta que algo grave pasaba y la obligué a confesármelo.
¿Obligarla a confesárselo?
—Olivia —suelto, pensante.
Me alegra que se haya tomado muy en serio mi petición, pero me preocupa el hecho que Frank me haya mencionado lo último.
—¡Ah! Así que su nombre es Olivia. —Alza una ceja, mostrando una sonrisa en su rostro que no veía desde aquel día que por primera vez nos vimos. Sin embargo, se borra rápido cuando cerca de nosotros pasa una camilla con un hombre que tiene la pierna ensangrentada.
—¿La lastimaste? —cuestiono, hacia él con seriedad, llamando su atención.
—No, espera —dice, rápido, enderezándose en su asiento—. Solo tuve que acceder a mi fuerza un poquito, pero te prometo que no le hice daño. Ella cedió cuando se dio cuenta enseguida que yo soy el dueño del apartamento y amigo cercano de Random.
¿Tuve que acceder a mi fuerza un poquito? Pero, ¡Frank se ha vuelto cara dura!
Me inquieto ante la situación.
—Estaré tranquila, si hablo con ella primero. —Tomo mi celular y busco su nombre en la lista de contacto.
—¿Qué no me crees? —Frank bloquea con su mano mi celular. Su tono de voz es como si se sintiera ofendido.
No puedo negar que él es un tipo genial, pero no podría meter mis manos al fuego en decir que es un caballero a capa cabal.
—No lo sé. —Deshago su agarre—. Seamos sinceros la fuerza de un hombre no se compara a la de una mujer.
Sus ojos se ven impactados.
—Enserio, no le hice daño. —Sus ojos avellana se enternecen.
Guardo mi celular en el bolsillo de mi pantalón. Desisto de llamarla, porque pienso ir a casa después de la conversación con Frank. Su presencia me ayudará a no dejar solo a Random, además es su amigo y sé que ambos se necesitan.
Finalmente, digo:
—Eso espero, porque le debo a ella el que haya salvado en parte la vida de Random.
—¡¿Cómo?! —Se le escapa decir aquello en voz alta, llamando la atención de las personas que se encuentran cerca.
Esbozo una corta sonrisa, a fin de disculpas, mirando de un lado hacia otro.
—Después hablaremos de eso —digo.
Asiente.
Entonces, siento que es el momento de decirle lo que en realidad está ocurriendo con Random.
—Frank... —Trato de ser cuidadosa en darle la noticia—. Random está en coma.
Frank se levanta de un solo golpe de su asiento. Tal como me lo esperaba su expresión es de sorpresa y pánico.
—Dime que es mentira. —Su voz sale entrecortada, puede escuchar dolor en sus palabras.
Da una mirada hacia el final del pasillo por donde se encuentra la habitación de Random. Aprovecho para levantarme y poner mi mano en su hombro como símbolo de apoyo.
—Quisiera que lo fuera, pero no.
Instantáneamente, me abraza. Su agarre es tan acogedor que por un momento siento que no estoy sola en todo esto. No sé cómo podré sobreponerme a todo, pero Random me necesita y eso es lo único que tengo en claro.
—Lo siento, London —susurra cerca de mi oído. Esas palabras me toman desprevenida.
Sin dejar de abrazarlo, le digo:
—No digas eso.
Frank se separa de mí.
Me mira de una manera triste que doblega mi fortaleza.
—Debo decirte algo antes de que decidas ir para tu apartamento. —Asiento, incapaz de no dejar que una ola de electricidad reactive mi corazón de manera acelerada. Esas palabras me están dando angustia, miedo, nerviosos, sin saber por qué. Hasta que él continua—: Al entrar al apartamento no solo la sangre fue lo único de lo cual me di cuenta.
Soy incapaz de articular palabras. Siento en lo profundo de mi ser que lo que me va a decir a continuación va a doler. Y eso es lo menos que quiero sentir ahora.
—Random... —Titubea un poco, pasando efímeramente su mano por su cabellera—. Él te había preparado una cena, comprado flores, un regalo y una caja de bombones. ¿No sé si sabías de eso?
Siento un golpe en el corazón. No sé muy bien qué hacer, qué decir, ni siquiera sé que pensar... pero mi cuerpo reacciona en lágrimas que siento desfilar por mis mejillas. Me las limpio con mi mano con rapidez. No puedo seguir así.
Quiero ir al apartamento a bañarme, comer algo y de nuevo regresar al hospital. En cuanto a mis clases en la universidad vería luego qué hacer con eso. No respondo a su pregunta, en vez de eso, le hago una.
—Frank, ¿Te podrías quedar un par de horas aquí hasta que vuelva? —Arquea una cajea para luego esbozar una sonrisa.
—Por supuesto. —Introduce sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—Iré al apartamento a cambiarme y comer algo... —Acomodo mi blusa que se me ha alzado en mi espalda—. Sobre todo, arreglar asuntos pendientes.
Con eso me refiero a Olivia.
—Anda, no te preocupes. —Sonríe.
Me despido de él con un beso en la mejilla y una sonrisa forzada. Mientras camino por los pasillos del hospital hasta llegar a fuera. Veo los casos de parientes esperando con angustia los resultados de salud de sus allegados. Sé lo que se siente.
Al llegar a la puerta principal, mi cuerpo se detiene a raya. Es fuerte el impacto de ver frente a mí a la persona que es la causante de que Random esté aquí internado. Avanza hacia mí a paso firme. Viste de traje elegante como si nada hubiese pasado, como si fuera un día normal para él.
Te odio.
—Mi hermosa, London, veo en tu rostro cansancio —dice Dean, con un ademan en su voz.
Empuño mi mano, porque estoy viendo al mismísimo diablo. ¿Cómo no me había dado cuenta de los alcances de Dean? ¿Era tan estúpida para no verlo? Pensaba que sería a igual que Random. Un hombre que tomaría mi cuerpo a cambio de dinero, sin preguntas, sin nada más que el placer que le debía dejar a florar en él, pero no. Tenía que haberme dado cuenta cuando me había propuesto el trato de no hacerme suya a cambio de que enamorara a Random para dejarlo posteriormente destruido, y no lo hice.
Un juego de dos enemigos, intuía tal cosa. Algo que no imaginaba que acabaría por apagar una vida. ¿Qué le hizo Random a Dean para que atente contra su vida así? ¿Qué secretos se esconden entre ellos dos? Dean, me había mencionado que Random lo había alejado de la mujer que amaba. ¿Eso es razón suficiente para que un hombre actué de tal forma?
—¿Qué no piensas hablar? —me cuestiona, regresándome a la realidad. Fija su mirada en mí y tuerce una sonrisa— ¿Acaso se te comieron la lengua los ratones?
—No —respondo seca.
Junta las manos delante de sus labios como si estuviera rezando.
—Como veo que no resultaron las cosas como quería, pues vengo por ti para obtener la ganancia de lo que he comprado.
Trago saliva.
Mis manos empiezan a sudar, incluso puedo sentirlas temblar. Muy dentro de mí sabía que esto pasaría, aun así, no me siento capaz de aguantar otras manos en mi cuerpo que no sean las de Random, y más aún, cuando es su agresor el que me quiere.
¿Debería de reusarme a ello? Después de todo, le he pertenecido desde un principio.
—Tengo que ir a cambiarme a mi apartamento —digo, con el fin de ganar tiempo. No puedo reusarme, él podría hacer conmigo lo mismo que hizo con Random.
Mira hacia los lados para luego mirarme apreciativamente. Siento como si él estuviera desnudándome con la mirada.
—No, tú te vienes conmigo ahora —suelta, contundentemente.
Levemente niego, retrocediendo unos pasos. Sin embargo, agarra mi mano y con la otra se descubre medio su saco dejando a mi vista que trae con él una pistola. Es una amenaza silenciosa por su parte que se certifica con la aparición de una sonrisa en su rostro.
Por reflejo, empiezo a temblar, y ensancha aún más la sonrisa al darse cuenta que su presa está volviéndose débil con solo ser testigo del objeto que porta.
—Yo... o ... —balbuceo.
—¿Tú qué? Tú nada, te vienes conmigo y no quiero protestas.
Me lleva de la mano, encaminándonos hacia fuera donde nos espera un elegante carro negro y un chofer que está atento a su llegada. Me veo forzada a subir al automóvil. Una vez dentro, Dean cierra la puerta.
—Llévame a la mansión, Parker —ordena a su chofer.
Dean se voltea hacia mí, asustándome con su fría mirada. No es el hombre que había conocido el día de la subasta, éste que tengo en frente es otro y temo que pueda provocarme más daño del que puedo imaginar.
—Me di cuenta que no le ibas a hacer daño a Random como me lo esperaba, porque tú lo quieres más de lo que te das cuenta —añade—, me juré que me la pagarías por traicionarme. ¿Y qué mejor manera que hacerte mía? —Trago, asustada— Así que, serás mi esclava durante el tiempo que te tengo comprada y, por supuesto, vas a satisfacer todos mis brutales deseos.
Lo miro enfurecida, pero ¿Acaso ese no era el principal acuerdo de mi compra? Quiero llorar, pero no. Me he prometido que no lo haría, y menos voy a comenzar en bajar cabeza ahora. Dean, no verá lágrimas en mí. Resolveré darle lo que quiere de mi cuerpo, pero no obtendrá nada más que eso. Absolutamente, nada.
Random, solo en ti puedo pensar.
Me duele saber qué estás en una cama sin volver a la realidad, pero por muy egoísta que suene, es mejor que por ahora no lo hagas. No quiero que te enteres en la mujer que me voy a convertir. No seré yo, te lo puedo garantizar.
—Bien —digo, mirando al frente.
*No sé qué decir, pero diré primordialmente que los capítulos de London que estoy editando se me están haciendo muy duros. La cuestión es que me hacen llorar :') Mientras que sé que ustedes me querrán matar jajaja
*No es mi intención hacerles esperar por actualización, pero mi país tuvo elección de presidente y eso acá ocupa tiempo. Estresa, sobre todo.
*Por cierto, ustedes son lo más. Ya me invadieron con ciertas teorías de Olivia y Frank así que, puede ser... puede ser... no diré nada más, porque sé que hasta han hecho apuestas sobre eso jajaja Yo lo haría.
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