Capítulo único

Baekhyun suspiró mientras miraba por la ventanilla del autobús. Hacía ya tres meses que estaba viviendo en Londres por un programa de intercambio entre universidades y seguía estando solo.

Había recibido una beca para estudiar en una de las universidades más prestigiosas de Londres. No era Cambridge ni Oxford, pero aún así era una buena universidad que había sido cuna de nombres notables.

Al principio, cuando le asignaron aquella plaza, que no era su primera opción, Baekhyun se había asustado ya que Londres era una ciudad cara, él no vivía precisamente en Seúl y su familia no nadaba en dinero. Pero aún así sus padres lo animaron y lo convencieron para aceptar la beca y mudarse a Londres durante un año entero.

La verdad era que lo emocionaba la idea, Londres era algo así como su ciudad soñada, lo había leído todo acerca de sus calles, de sus monumentos, la arquitectura de la ciudad y sus parques; todo le parecía mágico de alguna manera, y no hablaba de las múltiples escenas de Harry Potter que se habían rodado en algunos rincones de la ciudad (los cuales pensaba visitar). Así que se compró un billete de ida a Londres, sin vuelta, y se fue cargado con dos maletas gigantescas, una mochila llena hasta los topes, y muchas ganas de enfrentarse a un desafío.

El choque cultural no fue tan grande como esperaba, al haberse informado de todo sabía más o menos qué podía esperar. No se esperaba a la pareja que se intentaban succionar el alma el uno al otro en la parada de metro de Leicester Square, donde tenía que hacer transbordo de la línea Picadilly que lo traía del aeropuerto de Heathrow a la Nothern que lo llevaría hasta Camden Town. Una vez allí, y algo más calmado del shock, consiguió montarse en el autobús 29, destino de su residencia.

La residencia estaba bastante cerca de la parada de metro, pero aún así Baekhyun agradeció no haber tenido que arrastrar sus dos maletas calle arriba. Al ser de los primeros en llegar, no tuvo problemas para que lo atendieran en recepción, donde le dieron el pack de sábanas, toallas y demás que había reservado junto con sus llaves. Al salir, se encontró un billete abandonado de veinte libras, y lo tomó como un signo de buena suerte.

Su habitación estaba en el segundo piso de uno de los edificios de la residencia. El piso en sí era como un apartamento con un vestidor que daba a cinco dormitorios, un habitación para la ducha, otra para el váter y una cocina. 2E, rezaba su llave, así que allí se dirigió, descubriendo una habitación pequeña pero acogedora con lo básico para vivir. Agradecía haber comprado aquel pack para la habitación, la cama era un colchón con patas simplemente y el edredón nórdico y la alhomada venían entre las toallas.

El primer día no fue tan horrible. Colocó sus pertenencias escondiendo las maletas y la mayor parte de su dinero suelto debajo de la cama, conoció a algunos de sus compañeros de piso que ya estaban allí y salió a comprar algunos víveres, reclamando para sí el tercer estante de la mininevera que tenían en el piso. Suponía que tendría que ir a comprar a menudo, pues la cosa no le llegaba ni a la cintura y era una nevera para cinco.

Aún así, no dejó que eso lo desmoralizase. Salió, compró víveres básicos en un Tesco 24h que había cerca e incluso volvió andando a la estación para pedir su tarjeta de transporte de estudiante, dándose cuenta de camino del Sainsbury's gigante donde no tendría problemas en encontrar algo tan simple como col, que en el Tesco no había encontrado.

Al volver, simplemente avisó a su familia de que estaba bien y durmió. Durmió hasta el día siguiente, aunque se despertó a una hora bastante temprana. Esperaba que la diferencia horaria no lo afectara mucho, pero decidió levantarse igualmente. Con un poco de suerte, llegaría agotado a la noche y podría dormir a una hora más acorde al sitio donde estaba.

Los primeros días se le pasaron entre papeleos en la universidad ('Si hubiera sabido que tenían que hacerme una foto para el carnet' pensó mirando su foto, 'habría venido más presentable'), papeleo en el banco para abrirse una cuenta allí para transferirse el dinero y que no le cobraran comisiones, y comprándose un teléfono inglés para su vida diaria. Había ido solo, ya que sus amigos o bien habían ido a otras ciudades por Europa, o bien directamente no habían aceptado la beca porque no podían permitirse semejante gasto. Baekhyun no se lo reprochaba, más bien estaba triste por aquellos que no podrían disfrutar de aquella experiencia.

Sin embargo, tres meses más tarde, Baekhyun estaba triste por sí mismo. Al ser estudiante de Filología Inglesa, había descartado de plano el tener contacto con alguien de su mismo país. Sabía que la tentación era fuerte, pero no quería terminar relacionándose tan solo con gente coreana, porque no había ido a hacer amigos, había ido a aprender y juntándose con gente de su mismo país no iba a aprender más inglés. Así que no hablaba mucho en clase de Traducción Inglés-Coreano I, sospechando que sus compañeros lo veían como a un bicho raro, ya que todos entre ellos se llevaban bastante bien. Había un par de extranjeros en clase que estaban estudiando coreano como segunda lengua y no como primera, pero eran tan poco comunicativos como él mismo cuando intentaba entablar una conversación.

Con los clubes y sociedades no le fue mejor. Evitó a toda costa la Korean Society, prefiriendo otras como la Sci-Fi and Fantasy o la de Anime. Conoció a algunas personas, incluso fue a la MCM de Londres, la Comicon más grande en la que había estado, pero aún no era capaz de encontrar verdaderos amigos, aunque al menos ahora tenía un pequeño grupito del que pensaba que empezaba a formar parte.

Las navidades se presentaban tristes y solitarias, no iba a volver a Corea por el dinero que eso le suponía, sus amigos volvían a sus países o estarían con sus familias y estaba pensando qué podría hacer para sentirse menos solo cuando fue empujado violentamente contra la ventana del autobús.

- ¿Pero qué...? -maldijo en su idioma natal.

- Ah, disculpa, se me escapó la mochila... ¿Estás bien?

Baekhyun parpadeó. Un chico coreano lo miraba muy apurado desde el asiento contiguo, medio escondido detrás de una mochila enorme y sujetando una maleta gigantesca con la otra mano. Era muy guapo, pensó con algo de vergüenza, a pesar de que sus orejas se le despegaran de la cabeza de un modo que le pareció adorable.

- No te preocupes... Llevas mucho equipaje, sé que es difícil de controlar -le sonrió levemente.

- Y que lo digas, menos mal que ya llego a mi residencia...

- ¿Residencia? -no pudo evitar preguntar de vuelta. No había muchas residencias a las que se llegara en la línea 253, que era la que había cogio esta vez de vuelta.

- Sí, voy a pasar aquí un par de trimestres, la residencia se llama... Espera -sacó un papel doblado y con pinta de manoseado de uno de los múltiples bolsillos de la mochila, desdoblándolo para leer el nombre de la residencia-. Ifor Evans. Eso. Tiene un nombre tan complicado que siempre se me olvida -rió el chico.

- Yo vivo ahí -le dijo sorprendido, haciendo que el otro abriera mucho los ojos.

- ¿De verdad?

- Bueno, la residencia es grande y hay varios edificios, pero sí, vivo ahí.

- Esto es increíble -le sonrió ampliamente el otro, burbujeante de felicidad-. Por cierto, mi nombre es Park Chanyeol -le extendió la mano a Baekhyun por detrás de su mochila. Baekhyun pensó en su norma de no hacerse amigo de nadie que fuera coreano. Pero sólo por uno, pensó, no pasaba nada.

- Byun Baekhyun -le sonrió, apretando su mano de vuelta.

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Al final resultó que Chanyeol sí que iba a vivir en su edificio, pero un par de plantas más abajo, en el piso cero. Baekhyun lo ayudó con el papeleo y las maletas antes de indicarle dónde estaba su habitación y darle su número inglés por si necesitaba algo.

Baekhyun sonrió ampliamente ya de vuelta en su cuarto mientras se ponía algo de música y ordenaba un poco. Había invitado a Chanyeol a su piso a comer algo ya que era casi la hora y el chico aún ni había deshecho sus maletas. Cuando creyó que estaba decente y había colocado el sillón bajo al lado de la silla de estudio frente al escritorio, fue a la cocina a empezar a cocinar. Pensó en hacer tteokbokki, era fácil y rápido, para que no tardaran mucho en comer. Puso el arroz a cocer en la arrocera como guarnición, dando gracias de nuevo a los estudiantes chinos que se la habían dejado allí el año anterior, y comenzó con el plato en sí.

Estaba terminando de ultimar la mesa cuando tocaron a la puerta. Abrió y le sonrió a Chanyeol, invitándolo a pasar. Había colocado la olla con el tteokbokki en el centro y había usado un cuenco y un plato hondo para el arroz de cada uno. Los cubiertos eran la mitad suyos y la mitad de sus compañeros, porque realmente cuando empaquetó sus cosas, no pensó en llevarse cubertería extra para invitados.

- Vaya, tiene muy buena pinta -comentó el alto, sentándose a la mesa con él.

- No es para tanto, sólo pude practicar en verano cómo cocinar algunas cosas simples -le restó importancia-. Sabía que tendría que ocuparme yo de mis comidas y no quería volver con diez kilos más por haber comido demasiados precocinados o comida basura.

- Ojalá yo lo hubiera pensado -rió el alto, haciendo reír a Baekhyun con él.

Chanyeol comió como si no lo hubiera hecho en años, dándole las gracias cuando terminó. Quedaron en verse al día siguiente o así si Chanyeol no estaba muy cansado para dar una vuelta y así enseñarle un poco la zona.

De hecho sí que lo hicieron, al día siguiente después de comer Chanyeol había despertado y fueron a pasear por Camden. El más bajo lo ayudó con el trámite en la estación, con los papeles del banco, con su nuevo móvil y a cargar con la compra de vuelta a la residencia. Después de eso, estuvieron dando vueltas sin rumbo entre las tiendas y puestos de Camden Town, decidiéndose a cenar en un restaurante japonés.

Pasaron la navidad juntos, haciéndose compañía mutuamente ya que Baekhyun no iba a volver y para Chanyeol era una tontería volver cuando acababa de llegar. Cenaron juntos un menú especial de comida coreano-inglesa, incluso compraron sidra de buena marca para brindar ya que ninguno era de champán o cerveza. Se quedaron a dormir en el cuarto de Baekhyun, Chanyeol no se fiaba de bajar por sí mismo las escaleras y a Baekhyun no le importó compartir su estrecha cama.

Año nuevo fue parecido. A medio día, ambos se embutieron en sus abrigos gordos, cubrieron sus manos con guantes gruesos y se encasquetaron gorros peludos para salir a la calle a comprar lo necesario. Primero decidieron pasear por Oxford Street, aunque ninguno planeara comprar nada, simplemente para admirar la decoración de sus calles. Bajaron por Regent Street y sucumbieron a entrar en la tienda de juguetes más grande que jamás habían visto, Hamleys. A espaldas de Chanyeol, le compró un pequeño peluche de un oso Rilakkuma que notó que el alto se había quedado mirando. Lo guardó en el interior de su mochila y fue a buscar a Chanyeol, a quien encontró en la parte de los juguetes interactivos, intentando hacer funcionar un avión teledirigido.

Fueron a comprar a Chinatown los ingredientes coreanos y se compraron un bubble tea para beber de camino a casa. Baekhyun trató de no encontrar adorable que Chanyeol se quejara porque no le habían puesto suficiente tapioca en el suyo y le ofreció del propio. Al ir a llevárselo a la boca, pensó estúpidamente que era un beso indirecto, pero no le dio mayor importancia y colocó sus labios donde hacía segundos habían estado los del más alto.

La cena fue un éxito, a pesar de que ninguno se aclaró mucho con las instrucciones para hacer el puré de patatas y de que el arroz del bibimbap se les quemó, pero les dio igual. Brindaron, comieron, bebieron más y así, un poco achispados, le dieron la bienvenida al nuevo año en la cocina de Chanyeol.

- Toma - le dij'o una vez en el cuarto del más alto, ya en pijama, tendiéndole el regalo que había comprado.

- ¿Pero qué...? -Chanyeol lo miró sorprendido pero sonriendo.

- Sólo nos tenemos el uno al otro este año en Navidades, así que, bueno, pensé que podría tener un detalle... No es gran cosa...

- Bueno, así al menos no me siento tan estúpido dándote el tuyo -le sonrió el otro más ampliamente, riendo por la cara que se le había quedado a Baekhyun y tendiéndole un paquete pequeñito.

- No hacía falta...

- Tampoco me hacía falta éste a mí -le sonrió Chanyeol, rasgando el papel y ahogando un grito al ver lo que contenía-. ¡Rilakkuma!

Sonriendo, Baekhyun abrió el suyo y descubrió un pequeño lobito que recordaba haber estado mirando en la tienda de juguetes. Que pensaran lo mismo casi lo hace reír, pero prefirió abrazar al más alto, seguramente por efecto del alcohol ya que él no era tan efusivo normalmente. Seguramente fuera culpa del alcohol que, al separarse levemente, ambos se quedaran mirándose a los ojos.

Baekhyun no sabe quién de los dos fue, pero de pronto estaba besando a Chanyeol. Era un beso suave pero dulce, el sabor de la sidra de fresa aún estaba en su paladar y de alguna manera, el más bajo se encontró queriendo más y ladeando la cabeza para saborearlo. Chanyeol le devolvió el beso, atrapando sus caderas mientras él le enredaba los dedos en el pelo.

Se separaron cuando sus pulmones gritaban por aire, un pequeño suspiro escapando de sus labios cuando al fin se alejó. Se miraron a los ojos, parpadearon, y fue como si el hechizo se rompiera para los dos. Torpemente, se alejaron un poco más, dejando que el aire pasara entre sus cuerpos, disculpándose mutuamente. Ambos coincidieron en que debía haber sido el alcohol, y que no pasaba nada, que seguirían siendo amigos. Baekhyun le sonrió de manera tranquilizadora a Chanyeol, y éste le devolvió la sonrisa; y el mayor supo que todo estaba bien.

El primer día lectivo del segundo trimestre acompañó a Chanyeol hasta la universidad, esperando por primera vez a que llegara el autobús 29 e ignorando los tres autobuses 253 que normalmente habría cogido y que pasaron por delante de sus narices porque quería enseñarle a Chanyeol la entrada delantera de la Universidad, no la trasera. Mereció la pena. La cara de Chanyeol ante el imponente edificio con columnas simulando el panteón al final de un patio amplísimo con jardines e incluso un puesto de café, hizo que el pecho de Baekhyun se hinchara de orgullo.

Pasaron a dentro por un lateral, saliendo a la parte trasera y descubriéndole al alto todos los edificios que se escondían tras el principal ('Sin contar los laterales a la entrada, que también forman parte del recinto' le había comentado). Baekhyun dejó a Chanyeol en el edificio donde debía registrarse y fue a imprimir algunos documentos a la biblioteca de la universidad, donde le regalaban hasta doce libras en fotocopias.

Había bastante cola y todos los ordenadores estaban ocupados, así que tuvo que esperar bastante rato y para cuando salió, tuvo que correr hacia Traducción Inglés-Coreano II, mandándole a Chanyeol un mensaje muy apurado de que debía irse a clase y que sentía no poder ayudarlo más. Cuando llegó, casi sin aliento, el profesor le sonrió y lo invitó a pasar, la suerte estaba de su parte ya que era el mismo docente del trimestre anterior y lo conocía. Se dejó caer en la primera silla libre que vio, exhausto, y comenzó a sacar las cosas de su mochila cuando una voz lo dejó congelado en el sitio.

- No sabía que estabas en esta clase, Baekhyun -la voz grave que consiguió que un escalofrío lo recorriera no le era ya desconocida.

Alzó la vista para descubrir a un Chanyeol muy sonriente sentado a su lado.

- ¿Chanyeol?

- Sí, la última vez que me miré me llamaba así -bromeó, haciéndolo bufar pero sonreír. Baekhyun no se perdió las miradas de envidia por parte de algunas de sus compañeras al ser tan cercano al nuevo chico guapo de clase.

- No sabía que estudiabas Filología Inglesa -le comentó en voz baja.

- Yo tampoco sabía que la estudiabas tú -se la devolvió sonriendo.

Baekhyun rodó los ojos y lo empujó suavemente. El profesor pasó una hoja para que firmaran con su nombre y apellidos, y cuando la tuvo de vuelta, les sonrió.

- Bueno, chicos -les habló en inglés con su perfecto acento británico-, este trimestre vamos a hacer otra presentación como el trimestre anterior, pero por parejas.

- El trimestre pasado tuvimos que hacer una presentación individual acerca de algo sobre Londres que nos gustara -le explicó a Chanyeol por lo bajo-. Hubo presentaciones de museos, parques, del metro...

- ¿De qué la hiciste tú? -preguntó el alto, curioso.

- De la MCM -admitió Baekhyun, viendo a Chanyeol intentar aguantarse la risa mientras el profesor seguía explicando la dinámica de la actividad.

- Básicamente es lo mismo que hicisteis el trimestre anterior, pero deberá ser de al menos diez minutos de extensión, y no quiero ver papeles en las manos que os ayuden, ¿de acuerdo? -tras la afirmativa de la clase, se giró para anotar en la hoja las parejas y los días de las presentaciones-. Esta vez el tema serán escritores de habla inglesa. Me da igual dónde hayan nacido siempre que su obra sea en inglés, ¿entendido?

Todos asintieron y el profesor comenzó a hacer las parejas. Baekhyun estaba nervioso, realmente no se llevaba demasiado bien con la gente de su clase y temía que su nota se viera perjudicada si no lograba congeniar con la persona con la que la emparejarían.

- Baekhyun... -lo nombró su profesor, pero fue interrumpido por la mano alzada de Chanyeol. Baekhyun lo miró igual de extrañado que el docente-. ¿Algún problema... Chanyeol? - le preguntó tras comprobar su nombre en la lista.

- Si no le importa, profesor, me gustaría hacer el trabajo con Baekhyun, soy nuevo y es el único amigo que tengo en esta clase.

Qué. Baekhyun estaba anonadado, ¿qué clase de petición era aquella? Sí, vale, eran amigos pero, ¿no sería más lógico que lo emparejara con otra persona para que conociera al resto de sus compañeros?

Era lo más lógico, sí, pero al parecer al profesor le chupaba el pie izquierdo la lógica porque los puso juntos para hacer aquella presentación. Chanyeol sonrió satisfecho y Baekhyun, aunque avergonzado por aquella proclamación pública tan extraña de su amistad, no pudo más que sonreírle de vuelta.

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Baekhyun debía admitir que hacer el trabajo con Chanyeol fue mucho más entretenido de lo que lo habría sido con otra persona. Tan sólo tuvieron que decidir si lo harían sobre J. R. R. Tolkien o sobre J. K. Rowling, pero una vez ambos coincidieron en que sería mejor hacerlo sobre el primero, todo fue sobre ruedas.

Con la excusa del trabajo, no era raro que Baekhyun fuera a visitar a Chanyeol a su cuarto en el piso del semisótano o que Chanyeol subiera al suyo. Allí buscaban información, leían o veían juntos alguna peli con un bol gigantesco de palomitas entre los dos. Incluso alguna vez eran tan vagos que en lugar de volver a sus respectivos cuartos, se quedaban a dormir espachurrados en las pequeñas camas, demasiado pegados el uno al otro. Cuando Baekhyun, ya de noche, se despertaba con Chanyeol pegado a su espalda, su calor muy presente, rodeándolo con sus brazos y respirando en su nuca, no podía evitar cerrar los ojos e imaginar que Chanyeol y él estaban juntos, que eso no era una situación excepcional porque estuviera dormido, si no que realmente era así.

Porque Baekhyun descubrió que aquel beso en Año Nuevo lo había dejado con ganas de más. Porque ahora que había probado los labios de Chanyeol, no quería volver a besar otros que no fueran los suyos. Ya no era sólo una atracción física, si no que cuanto más tiempo pasaba con Chanyeol, más le gustaba. Se lo había presentado a sus amigos londinenses en cuanto éstos volvieron de sus vacaciones, y había encajado tan bien con el grupo como lo había hecho él mismo. Pero Baekhyun se entristecía al ver la sonrisa amplia de Chanyeol dirigida hacia él y pensaba que no lo podría volver a tener. El día de Año Nuevo, Chanyeol lo había tratado como si nada hubiera ocurrido, así que él simplemente encerró sus sentimientos en un cofre y echó la llave.

La presentación a finales de Marzo fue un éxito, el profesor tan sólo les preguntó un par de dudas que le habían surgido acerca de los idiomas que Tolkien se había inventado, pero no tuvieron errores de pronunciación y la nota en general fue buena. Baekhyun estaba tan contento que invitó a Chanyeol a comer a uno de sus pubs favoritos, con comida típica inglesa.

- Lo hemos clavado, Yeol -le sonrió mientras se metía su hamburguesa en la boca.

- ¿Y lo dudabas? -alzó una ceja, seguro de sí mismo.

- Qué modesto eres -bufó, pero siguió comiendo de igual manera.

- Soy el mejor de mi clase en speaking, qué le voy a hacer -se encogió de hombros-, y cuando vuelva a Seúl, se van a enterar de lo que he mejorado.

La sonrisa de Baekhyun se congeló en su cara. Chanyeol iba a volver a Seúl cuando acabara el curso, y él iba a volver a Bucheon a terminar su último año en la universidad. No estaba lejos, pero tampoco exactamente cerca, y menos cuando tenías trabajos de fin de carrera, un examen tras otro y profesores que parecían no entender que tenían una vida en general.

- Baekhyun, ¿te pasa algo?

- ¿Eh? -Chanyeol lo estaba mirando preocupado, con un poco de salsa manchando su labio inferior-. Estoy bien, perdona, estaba repasando la presentación mentalmente...

No iba a poder volver a estar con Chanyeol como estaba ahora, y eso le dolía. Quizá la realización de que iba a no tener al alto a su alrededor fue lo que le hizo alzar la mano y retirar con su pulgar la salsa de su labio, rozando los labios carnosos que una vez besó, notándolos calientes, suaves y reales.

- ¿Baekhyun...?

Y entonces reaccionó.

- Perdona, se te iba a resbalar y a manchar el jersey... Y las manchas de salsa son difíciles de quitar -intentó bromear para aligerar el ambiente.

- Pero no hacía falta que me la quitaras con los dedos -lo miró intensamente mientras sonreía de medio lado, pero dejó el tema.

Baekhyun no tuvo tiempo de recrearse en que iba a perder a Chanyeol. Los exámenes empezaban en Mayo y el tenía muchísimo que estudiar. No compartía todas sus clases con Chanyeol, pero quedaban juntos para estudiar cuando podían, bien en el cuarto de alguno de ellos o en las distintas bibliotecas de la universidad. Chanyeol simepre intentaba desestresarlo invitándolo a tomar un chocolate caliente con un cruasán en algún Caffé Nero, o si lo veía especialmente tenso, se lo llevaba a su cafetería favorita, un rinconcito precioso cerca de Oxford Street pero escondido, donde hacían el mejor brownie de chocolate que habían probado en su vida.

Un mes no era suficiente para estudiar, pero de algún modo consiguió repartir el tiempo de forma eficiente para estudiar más de los exámenes que tenía al principio del mes. Uno tras otro, los exámenes fueron pasando, el peso sobre sus hombros se fue levantando y, antes de que se diera cuenta, eran libres. El último examen fue el de Comic Tales in the European Middle Ages, y la verdad es que salió más contento de lo que esperaba.

Había decidido volver con Chanyeol a Corea, en el mismo vuelo, para que le viaje no se hiciera tan pesado, y habían comprado los billetes para finales de Junio ya que era hasta cuando habían pagado la residencia, lo que les daba un mes entero de libertad en Londres.

- Baekhyunnie -le dijo Chanyeol emocionado, haciéndolo abrir un ojo. Estaban en Regent's Park, disfrutando de los débiles rayos de sol y de su recién adquirida libertad echando una siesta en la hierba-. Vamos a hacer todo lo que no hemos hecho aún en Londres antes de irnos -al alto le brillaban los ojos de emoción, imaginando todo lo que harían.

Y eso hicieron. Viajaron a Oxford y a Canterbury, fueron al tour de Harry Potter en los estudios de la Warner, visitaron la Torre de Londres y Tower Bridge, también Harrod's donde Baekhyun no pudo evitar comprarse un peluche de osito que olía a fresas... Baekhyun no podía evitar pensar que era como si estuvieran de viaje en pareja, sobre todo cuando Chanyeol lo cogía de la mano para evitar que se perdiera y entrelazaba sus dedos suavemente con los propios. Baekhyun entonces se agarraba fuerte porque no quería perderlo, no quería perder a Chanyeol y eso que tenían, fuera lo que fuera.

Conforme los días avanzaban, la sensación de que lo perdería iba en aumento. Le daban miedo las relaciones a distancia, no conocía a nadie a quien le hubiera funcionado, y en cualquier caso él ni siquiera tenía una relación con Chanyeol. Ni siquiera sabía si Chanyeol ya tenía alguien allí. El pensamiento lo atravesó como un rayo, dejándolo parado en mitad de la calle camino al karaoke al que iban y Chanyeol tuvo que cogerle la mano para llevarlo. Se desahogó cantando a todo pulmón en aquella pequeña habitación privada. Sólo la tuvieron alquilada un par de horas, pero para Baekhyun fue suficiente. Debía de dejar de pensar en Chanyeol de aquella manera, no era suyo y no tenía derecho.

Se resignó a ser su amigo de intercambio, a hablar un par de veces a la semana cuando volvieran y a verse una vez al año si él estaba disponible el día que iba a Seúl con sus amigos a celebrar su cumpleaños.

Quizá Chanyeol notó su ligero cambio de humor, porque unos días antes de su vuelta le ofreció volver a ir a visitar las Casas del Parlamento y el Big Ben. El primer día que habían intentado ir había demasiada gente y finalmente no pudieron entrar, así que volvieron a probar suerte. Como acompañando su humor, el tiempo había empeorado, así que Baekhyun se puso su abrigo negro sobre una camisa de cuadros y una gorrita para protegerse de la posible lluvia. Cogió también su paraguas, no sabía si llovería.

El día estaba gris, pero al menos sí que fueron capaces de entrar a las Casas del Parlamento, su humor mejorando un poco al ver la tarjeta de 'Visitor' colgando de su cuello. El edificio era precioso, era muy interesante ver a los políticos pasar de un lado a otro, e incluso pudieron ver un poco de un debate político del que entendieron bastante poco, pero fue emocionante igualmente.

- ¿Te gustó? -le preguntó Chanyeol, llevándolo de la mano mientras salían para echar un último vistazo al Big Ben.

- Me ha encantado, me alegra haber podido venir antes de irme, porque a saber cuándo puedo volver...

- Volveremos a buscar un trabajo -rió Chanyeol, pero el uso del plural le dolió a Baekhyun y aquello se reflejó en su rostro-. Baekhyun...

- No es nada, Yeol.

- Llevas diciéndome eso como dos meses, Baekhyun, ya no cuela -lo detuvo delante de aquel famoso reloj, hacia el cual el más bajo desvió sus ojos momentáneamente-. Cuéntame qué te ocurre.

- Dentro de tres días volvemos a Corea -prefirió empezar con lo simple, sentía que había estado haciendo una montaña de un grano de arena pero para él era importante-. Vamos a volver y ya no estaremos jun... Los dos.

- ¿No vamos a estar juntos?

- No estamos juntos.

- Pero ahora estoy contigo -Chanyeol sonaba cada vez más confuso y quizá fue eso lo que hizo que Baekhyun dijera lo que había estado callando medio año. No tenía nada que perder.

- Pero no como a mí me gustaría.

Se hizo un silencio entre ambos. Baekhyun lo miraba a los ojos y lo notaba, notaba que había hablado de más, pero realmente no quería retirarlo. Si fuera necesario, haría como si nada, pero no quería fingir que no lo quería, a pesar de que aquel silencio hacía que se le acelerara el corazón de puro nerviosismo, esperando una respuesta.

- Eres idiota -eso no era la respuesta que esperaba.

- ¿Cómo que id...?

La pregunta murió en sus labios con los de Chanyeol presionándose contra los suyos. Quería gritar, chillar, saltar de alegría, pero prefirió besarlo de vuelta, perdiéndose en aquellos labios que tanto había echado de menos. El contacto duró demasiado poco para su gusto, sintiendo cómo Chanyeol se separaba no mucho después.

- Eres idiota -repitió, sonriendo ampliamente-. Llevo meses intentado decirte que me gustas, pero no creía que yo te gustara, con las caras que ponías al verme...

- ¿Qué? No, no, no... -sacudió la cabeza enérgicamente-. Yo sólo pensaba que al volver no podría estar contigo como ahora y eso me entristecía... Chanyeol, me gustas desde Navidad.

- Entonces te gano, porque me gustaste en cuanto te vi -le sonrió-. Que te empujara con la mochila no fue casual, fue mi sutil movimiento de acercamiento.

- Sutil -alzó una ceja el más bajo, pero acabó riendo y dándole otro beso, simplemente porque podía-. Pero -Chanyeol lo miró con curiosidad, sus ojos oscuros brillando-, eso no quita que vamos a volver en tres días...

- Sí, es una pena que ninguno de los dos pidiera una beca de intercambio nacional a la Universidad del otro y que se la concedieran hace un par de semanas... -miró a Baekhyun con una sonrisa de medio lado, riéndose de la cara de absoluta sorpresa que estaba poniendo el mayor.

- No lo has hecho.

- Verás, cuando llegas a mi nivel de cursilería, piensas que si en medio año no has conseguido que se enamore de ti, quizá con un año más lo consigas...

- Eres idiota -rió Baekhyun, pero colocó su mano en el cuello ajeno y lo atrajo hacia sí, besando de nuevo a su persona favorita en su ciudad favorita.

Sabía que podría seguir haciéndolo cuando volviera a Corea y ese pensamiento, más que ningún otro, era el que lo hacía feliz. Porque ahora Chanyeol era suyo.  

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