capítulo 3. un glorioso propósito
Peter se miró en el espejo por última vez, escaneándose de pies a cabeza para asegurarse de que todo estaba perfecto y cuando sus ojos se posaron sobre su cabello, desordenó este un poco con sus manos para aparentar lo más despreocupado posible, cuando en la realidad había pasado casi una hora arreglándose esa mañana en particular.
Quizá pareciera una mañana cualquiera, pero para él era todo lo contrario, ya que hoy, después de mucho, mucho tiempo, había logrado reunir el valor suficiente para invitar a MJ a una cita.
Aunque parecía bastante imposible que el apuesto hijo de dos Vengadores multimillonarios tuviera problemas para conseguir a la chica que le gustaba, Peter era la prueba viviente de lo contrario, y había planeado la manera perfecta de invitar a salir a la castaña durante el último mes.
¿Y qué mejor manera de intentarlo que el día en que comenzarían a vender boletos para el baile de regreso a casa? Al menos eso pensaba cuando, al asentir levemente para él, tomó su mochila del borde de su cama y abrió la puerta de su habitación, más que listo para comenzar el día.
Sin embargo, solo fue cuestión de dar los primeros pasos hacia abajo para que sus planes cambiaran, ya que el sonido de un alboroto se hizo escuchar que solo se volvió más fuerte cuando terminó de bajar las escaleras.
No pudo evitar fruncir el ceño ante la imagen que sus ojos captaron una vez que desaceleró su ritmo hasta que finalmente se detuvo al borde de las escaleras: agentes de S.H.I.E.L.D. entrando y saliendo, más de los que podía contar, todos dirigidos por la única e inigualable Maria Hill, que se hallaba en el centro de todo, dirigiendo lo que parecía ser para Peter, un equipo STRIKE.
Se aferró con más fuerza a su mochila, mientras miraba a su alrededor tratando de averiguar qué podría estar pasando y todo lo que necesitó fue posar sus ojos en dos rostros familiares además del de Maria Hill, para que él sintiera un tipo de consuelo, lo suficiente para que se acerque a ellos sin dudarlo en busca de respuestas.
—Happy, ¿qué está pasando?
Le preguntó directamente a él, ya que la fulminante mirada en el rostro de su hermana fue suficiente para que él supiera que sea lo que sea que estaba pasando, no era nada bueno.
Happy Hogan suspiró al notar la preocupación en el rostro del joven, fue claro para él en ese momento que ni Tony ni Stephen le habían dicho una palabra sobre lo que estaba pasando, y no estaba seguro si era su lugar decírselo pero, después de conocer al chico toda su vida, no pudo evitar sentir una obligación de ser honesto con él. Se preocupaba por él como si fuera suyo.
Por suerte para él, apenas y abrió la boca dispuesto a explicarle la situación después de darle una corta mirada a Wanda quien permanecía de brazos cruzados a su lado, cuando Stephen entró en la habitación acercándose a ellos sin dudarlo.
—Ha surgido una situación y nos estamos ocupando de ella ahora —mencionó, agarrando suavemente el hombro de Peter.
—Sí, eso es bastante obvio, pero ¿por qué están todas estas personas en la casa? ¿Qué está pasando?
—Muy bien, el paquete está asegurado. Estamos listos para la transferencia.
La voz de Maria Hill se hizo escuchar mientras que dio un paso atrás quedando su lado, abriendo el camino para que un agente STRIKE que cargaba un maletín de metal, asegurado por cuatro agentes más, saliera del "garaje" de Tony y pasara justo delante de ellos siendo seguido por el propio Tony, quien se detuvo junto a Maria Hill.
—El Fridge confirmó. Están listos para la entrega, pero tenemos que irnos ahora.
Tony simplemente asintió mientras ella se alejó siguiendo ahora a los agentes, haciendo que Tony se volviera hacia esos pares de ojos que lo miraban y solo le bastó captar la preocupación en esos inocentes ojos marrones para darse cuenta de la terrible idea que fue de mantener el Cetro allí en primer lugar, pero al menos tenía razón en ese momento: nadie sospecharía que un arma tan poderosa estuvo escondida en su sótano todo este tiempo.
—Papá —suplicó Peter cuando Tony se acercó a ellos—. Papá, ¿qué diablos está pasando?
—Todo está bien —le respondió Tony en un tono calmado—. No te preocupes.
—¿Qué quieres decir con "no te preocupes"? —respondió él en un tono más agitado—. Algo claramente está pasando, ¿por qué no quieren decirme? ¿Qué está...
Tony miró a Stephen, quien no pudo evitar desviar la mirada. Sabían que estaban haciendo mal al mantener a Peter en las sombras, pero lo último que querían era preocuparlo. Ahora sabían que era demasiado tarde para eso. Los ojos de Tony se posaron por un momento en los de Wanda, quien también desvió la mirada de la suya. No le sorprendía que le estuvieran ocultando cosas. Es todo lo que sabían hacer.
Tony suspiró—. Está bien, tienes razón —interrumpió a Peter haciéndolo detenerse—. Un viejo enemigo nuestro está de regreso. Ya se acercó a tu hermana —Peter se volvió hacia Wanda completamente desconcertado—. No queremos que estén en riesgo, por eso los llevaremos a un refugio hasta que lo neutralicemos.
—Espera, ¿cómo? —fue todo lo que Peter pudo preguntar volviéndose hacia Stephen—. No, no quiero ir.
—Peter, escúchanos —intervino Stephen ahora—. Esta persona es peligrosa y lo último que tu padre y yo queremos es que tú o tu hermana salgan lastimados.
—¿Pero adónde vamos? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué hay de ustedes?
—No te preocupes por eso —Tony volvió a hablar recuperando su atención—. Happy irá con ustedes y te prometemos que los cuatro estaremos juntos de nuevo antes de que te des cuenta —Peter abrió la boca batallando con los pensamientos en su cabeza, pero antes de que pudiera articular otra palabra, Tony lo tomó por el hombro apegándolo a él—. Todo va a estar bien, pero en este momento necesito que cuides a tu hermana así como ella va a cuidar de ti, ¿puedes hacer eso por mí?
Él asintió, todavía desorientado por toda la información que pasaba por su mente.
—Jefe, todo está listo.
Maria Hill intervino caminando dentro de la casa una vez más, pero para Peter, su voz fue apenas perceptible al sentir que su cabeza comenzaba a dar vueltas. Tony lo apretó con más fuerza, apegándolo más a él hasta que lo sostuvo en un abrazo que Peter le devolvió, abrumado ahora por el ruido que para él, de alguna manera crecía con intensidad.
Tony se separó del abrazo de Peter mientras que Stephen imitó su acción, para él acercarse entonces a Wanda, quien aún permanecía con los brazos cruzados a un lado de Happy, apenas dedicándole una mirada.
—Espero que sepas que todo lo que hacemos es porque te amamos —dijo en un susurro—. Que te amo.
—Tenemos que ponernos en marcha.
Maria Hill habló por última vez mientras Happy dirigió a Peter fuera, lo que hizo que Wanda finalmente mirara a los ojos a Tony durante unos cuantos segundos antes de alejarse sin decir una sola palabra.
Tony dejó caer la cabeza sintiendo su corazón estrujarse. No tenía dudas de que Wanda sabía que la amaba al igual que sabía que todo lo que quería era lastimarlo. Y lo había conseguido.
—Jefe, ha habido otra invasión en la Torre Stark. Tenemos que irnos ahora.
Le informó Maria Hill, pero al igual que su hijo minutos atrás, todo se había desvanecido para él cuando sus manos encontraron el camino de regreso a la otra, frotándose con intensidad. Estaba pasando, pensó. La pelea ya había comenzado.
-:-
—Aquí la agente Romanoff, solicito confirmación. Repito. Solicito confirmación.
Ordenó la pelirroja, llevándose la mano a su auricular para asegurarse de que este estaba encendido y tal como lo sospechaba, este realmente estaba encendido y el silencio en la otra línea no era producto de alguna falla en el sistema, pero una clara señal de que sea lo que sea que estaba pasando en aquel lugar no era nada bueno.
Pero apenas y Nat abrió la boca lista para solicitar confirmación una vez más, que chispas y destellos que rápidamente se convirtieron en un portal de forma circular aparecieron frente a ella, de donde emergieron tanto Tony como Stephen, ahora armados para la pelea.
—Romanoff —musitó Tony, volando más cerca de ella—. ¿Tenemos confirmación sobre el atacante? ¿Es Loki?
Nat negó—. Ninguna imagen de ningún tipo. Ni siquiera estamos seguros de que esta persona estuviera en el edificio durante el ataque.
—¿Estás diciendo que alguien los controló con la mente? —Stephen intervino, cruzando de brazos.
—Más bien algo —respondió, haciendo que ambos fruncieran el ceño—. El Fridge, el Sandbox, el Slingshot... todas las instalaciones de S.H.I.E.L.D se están perdiendo. Esta persona está atacando en todas partes y no está en ninguna al mismo tiempo.
El ceño fruncido de Strange se desvaneció repentinamente al escuchar a Romanoff decir lo último, haciendo que soltara sus brazos y percatándose de que el ataque tenía tatuado el nombre de Loki y si había estado atacando las instalaciones más seguras del mundo, nada le impedía atacar la única donde su guardián no estaba.
Es por eso que, sin siquiera dejar que Tony hiciera otra pregunta, Stephen levantó las manos en el aire en un rápido movimiento, moviéndolas en círculos hasta que estas abrieron otro portal a un lugar a tan solo un par de kilómetros de distancia de ellos, y atravesó este sin decir una sola palabra.
Tanto Tony como Natasha solo pudieron vislumbrar el lugar al que Strange se transportó antes de que el portal se cerrara, lo que hizo que se miraran de nuevo y Tony abrió la boca dispuesto a darle una nueva orden a Romanoff cuando, a través del sistema de comunicaciones, un sonido estático se hizo escuchar en la habitación.
—Cuartel general, ¿me copian? —una voz lejana estalló entre la estática—. Cuartel general, aquí STRIKE Bravo. Nos están atacando. Repito. Nos están atacando —la voz se aclaró entre el ruido—. Cuartel general, ¿alguien copia? ¡Necesitamos refuerzos!
Tony miró a Nat por un instante y sin perder un solo segundo, salió volando a toda velocidad. Sin Stephen ahí, él era la forma más rápida de llegar a ellos y en este momento, cada segundo contaba más que nunca, ya que el equipo Bravo de STRIKE era el que transportaba el Cetro, y si lo perdían, muchos años de paz y tranquilidad se irían directo a la basura.
-:-
El portal de Strange se cerró tan pronto como lo atravesó y llegó al Santuario de Nueva York, sosteniendo sus brazos en el aire listo para atacar a cualquier cosa o persona y preguntar después, pero la tranquilidad del lugar solo lo lograron preocupar más al tomar los primeros pasos logrando teletransportarse encontrando la misma quietud en todas partes y fue solo cuando llegó a la biblioteca que finalmente bajó las manos ante la imagen que sus ojos captaron.
Wong, tan sigiloso como siempre, guardando algunos libros en los estantes, frunció el ceño confundido por la presencia de Strange.
—¿Has escuchado de los otros Santuarios? —preguntó Stephen apenas dejando que Wong parpadeara—. S.H.I.E.L.D. está siendo atacado.
Wong negó con la cabeza—. ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?
Stephen dio otro paso, teletransportándose ahora con Wong a la puerta que conducía al Orbe de Agamotto que yacía en el centro de Kamar-Taj, y sin perder un segundo más, hizo que la puerta se abriera caminando a través de esta directamente al centro para tocarlo y hacer que el Orbe le mostrara el escudo místico.
—Loki ha vuelto y está buscando su Cetro.
El ceño de Wong solo creció ante la noticia, finalmente bajando los escalones para adentrarse en la habitación y levantar la cabeza para escanear el escudo que el Orbe les mostraba, tal como Strange continuaba haciendo.
—Eso es imposible —mencionó—. El Orbe no ha mostrado ningún cruce.
—Eso me temía —respondió Stephen retrocediendo unos cuantos pasos—. Thor dijo que Loki se había aliado con alguien y...
—¿Él también está aquí? —Wong lo interrumpió, haciendo que Strange asintiera—. ¿Cuándo llegó?
—Apenas ayer. ¿No lo mostró el Orbe? —Strange fue el que frunció el ceño esta vez.
—Quizá, pero no lo estábamos monitoreando —dijo Wong—. Solo podemos enfocarnos en tantas amenazas a la vez. Thor no es una de ellas.
El ceño fruncido de Stephen comenzó a desvanecerse cuando las palabras de Wong se reprodujeron una y otra vez en su cabeza, y fue solo cuestión de segundos para que finalmente hicieran clic, obligándolo a levantar la mirada para observar a Wong frente a él.
—Thor dijo que se había aliado con alguien y no sabemos quién es esa persona —señaló, haciendo que el ceño fruncido de Wong también desapareciera.
—Estás diciendo que...
—Loki solo está siendo un cebo. Y un cebo es lo que necesitamos.
Dijo antes de girar para abrir otro portal y atravesar este sin darle otra explicación a Wong. Tenía un plan. Y el tiempo no era uno de los elementos de este.
-:-
—El quinjet de STRIKE Bravo está a once kilómetros de distancia, señor.
J.A.R.V.I.S. informó a Tony haciendo que este se impulsara con mayor fuerza a pesar de que ya había excedido su propia velocidad.
—Vamos J.A.R.V.I.S., tenemos que...
—Tony —la voz de Stephen intervino abruptamente—. Ya sé por qué no hemos podido percibir a Loki. Él no ha estado aquí. Solo ha estado proyectando ilusiones para distraernos.
—¿Y eso qué significa? ¿Cómo podemos detenerlo?
Preguntó Tony mientras que la imagen del quinjet aparcado en el techo del Fridge finalmente apareció en su panorama haciéndolo impulsarse más fuerte que nunca, si es que eso era posible.
—Necesitamos llegar a Wanda. Creo que todos los ataques han sido solo una forma de distraernos y esta otra persona de la que habló Thor podría aprovechar la oportunidad para acercarse a ella.
—No creo que todo haya sido solo para show —mencionó Tony al llegar a la azotea, percatándose de que el quinjet se encontraba perfectamente estacionado y sin solo un rasguño para una aeronave que había enviado una señal de auxilio.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Stephen a través de los comunicadores.
Tony se acercó a la puerta del quinjet y, sosteniendo sus muñecas en el aire, disparó láseres que terminaron cortando su marco, abriendo esta y permitiéndole volar a través de ella.
—Tony, ¿qué ocurre?
Replicó Stephen después de no obtener respuesta de su parte, pero Tony sintió que su voz atravesaba un oído y salía por el otro mientras que él recorría el quinjet, visualizando la imagen de los seis agentes aún abrochados a sus asientos, completamente inmóviles, todos con las miradas vacías y perdidas en el espacio.
—Tony.
Stephen insistió mientras Tony caminaba hacia el piloto que parecía ser el único que aún estaba despierto y mientras se aproximaba a él, comenzó a escuchar un murmullo que solo se hizo más claro para él una vez que llegó a su lado.
—Cuartel general, este es el equipo STRIKE Bravo. Nos están atacando. Repito. Nos están atacando...
Tony colocó su mano sobre el hombro del piloto provocando que este levantara un poco la cabeza y fue entonces cuando captó un brillo azulado en sus ojos que hizo que todas las piezas se unieran en su cabeza, provocando que girara en un rápido movimiento en la búsqueda del maletín que contenía el Cetro solo para encontrar exactamente lo que imaginaba: no estaba más.
—Tony, ¿qué es...
—El Cetro no está —finalmente habló—. Necesitamos llegar a Wanda ahora mismo.
—Ya estoy en el refugio —mencionó Stephen—. Deben llegar aquí en cualquier momento.
—Hill —soltó Tony dirigiéndose al Cuartel General—. ¿Cuánto falta para que el quinjet llegue al refugio?
—¿De qué hablas, jefe? —la voz de Maria Hill intervino entre ellos—. El quinjet se fue justo después de ustedes. Ya debería estar allí ahora.
Los ojos de Tony se abrieron como platos ante las palabras de Maria Hill al mismo tiempo que sintió que todo el aire escapó de sus pulmones, tanto que incluso sintió su vista nublarse por lo que sintió que fueron minutos, cuando en realidad, apenas pasaron un par de segundos, lo suficiente para que Strange, quien permanecía a kilómetros de distancia de él, abriera otro portal de regreso a su casa, el último lugar donde se había visto el quinjet, y mientras Tony le pedía a J.A.R.V.I.S. abrir su casco para recuperar un poco de oxígeno, la peor pesadilla de Tony en forma de palabras llegó a través de la voz de Stephen.
—La tienen.
-:-
Y mientras Tony y Stephen lidiaban con la idea de que el dios de las travesuras había logrado engañarlos nuevamente, esta vez, llevándose lo más preciado que tenían en la vida, más cerca de lo que podían imaginar, pero lejos, muy lejos de ellos, en una aislada zona, donde lo único que se podía oír era el fuerte rugido del viento, Wanda se hallaba recostada en un apacible trance sobre una cama de piedra negra, mientras que un par de ojos la observaban con intriga desde el borde de la misma.
—No puedo creer que lo diré pero... tenías razón.
Habló al sentir la presencia de Loki entrando a la habitación, y sin querer mirar a ningún lugar más que a la preciada posesión que parecía estar tranquilamente soñando frente a él, dibujó una sonrisa en su rostro mientras Loki se aproximó lentamente a ellos.
—Luego de todo este tiempo —Loki rió a lo bajo—. Me deberías conocer mejor que eso, Mordo.
Karl Mordo soltó una silenciosa risa, apartando la mirada de Wanda por primera vez para observar a Loki. Seguro que lo hacía. Habían pasado años y años juntos, tramando el plan perfecto que los había llevado hasta este día.
Loki negó con una sonrisa aún dibujada en su rostro para finalmente girarse y admirar la belleza que yacía en la forma de una joven mujer. Dio unos pasos más acercándose a ella, tanto que fue capaz de llevar un dedo para contornear su rostro, sintiendo su piel por primera vez.
—Así que esta es la pequeña que posee el poder de la Bruja Escarlata.
Su sonrisa se desvaneció al sentir la suavidad de su piel. Había pasado mucho tiempo imaginando cómo se sentiría el cuerpo de la portadora de magia más poderosa de todo el universo, y sentir su suavidad le hizo recordar que ella era solo una niña.
—Si no estuviera seguro de que es ella, nunca lo hubiera creído —dijo Mordo, haciendo que Loki se volviera hacia él—. No utilizó sus poderes en ninguna ocasión cuando la tomamos.
—Eso ya no importa —le devolvió la sonrisa mientras se apartó de la cama—. Ahora la tenemos.
Mencionó alejándose hacia el otro lado de la habitación, donde el Cetro yacía desde el momento en que la habían traído allí, y lo tomó mientras Mordo continuaba admirándola.
—No sé qué le hicieron Strange y Stark —dijo, suspirando por un momento—. Pero es como si no tuviera poderes.
—La Bruja Escarlata no nace. Es forjada —respondió Loki caminando de vuelta a ellos—. Tú me enseñaste eso —Mordo rió entre dientes ahora—. Y en este momento, todo lo que necesita es ... un poco de ayuda.
Musitó al llegar de nuevo a un lado de ella, listo para apuntar el Cetro sobre su corazón, pero tan solo como este se acercó a su pecho, que una extraña fuerza tiró de él haciendo que Loki se aferrara con más fuerza al comenzar a temblar.
El agarre de Loki se intensificó, sujetando la pieza dorada como si su vida dependiera de ello hasta que la gema azul estalló en un millón de pedazos, revelando la piedra amarilla en su interior.
Los ojos de Loki se abrieron de par en par ante la imagen que estaban observando. Todo ese tiempo cargando aquella arma sin siquiera imaginar lo maravillosa que se podía ver una gema del infinito, y allí estaba, admirando una de cerca.
La gema flotó en el aire por un momento haciendo que los ojos de Loki se cristalizaran hasta que esta también explotó causando que ondas de luz y energía amarilla fluyeran hacia Wanda, cubriendo su cuerpo en un brusco movimiento que hizo que abriera los ojos de un segundo a otro.
La energía voló entre su piel, entrando en su cuerpo y saliendo de éste en cuestión de segundos antes de regresar a su núcleo y los pedazos de la gema azul volaron hasta unirse entre sí, ocultando de nuevo a la joya.
Loki giró, relajando su agarre por primera vez mientras que el Cetro y todo a su alrededor volvió a la normalidad. Había desviado la mirada una vez que el Cetro había revelado la gema de la mente al sentir que su brillo comenzaba a cegarlo, pero al regresar su mirada a Wanda, se percató de que esta había roto el hechizo que Mordo le había conjurado y ahora yacía despierta.
Wanda parpadeó un par de veces al sentir que la conciencia regresaba a su mente, no podía entender por qué se sentía sin aire, pero ese sentimiento la obligó a sentarse en la cama y finalmente percatarse de que no estaba sola.
Frunció el ceño cuando sus ojos se encontraron con los de Loki y, al darse cuenta de la confusión que revelaba su rostro, acortó distancia con ella provocando que esta retrocediera en un movimiento involuntario.
—No pasa nada —musitó Loki, sosteniendo su mano en el aire en señal de paz—. Hola, brujita.
Le sonrió, tomando asiento en la cama bajo la mirada de Wanda que pronto se desvió de él hacia el extraño que permanecía observándola atentamente desde el borde de la cama.
—¿Qué es... dónde estoy? —preguntó ella respirando temblorosamente.
—Estás a salvo ahora —respondió Loki, ganándose su mirada—. Estás justo donde perteneces. Dónde estás destinado a estar. Para cumplir tu glorioso propósito.
Su sonrisa se hizo más grande, haciendo que el ceño fruncido de Wanda cesara. Había esperado mucho tiempo a que llegara ese momento y allí estaba frente a él: su pequeña bruja. Su glorioso propósito.
-:-
Y el villano es revelado...
Créditos a @wandasmercy en Instagram
-valeequi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top