CAPÍTULO 52

IVY

-        ¡No! – grité yendo de un lado a otro - ¡No voy a irme! ¡No voy a dejarte! ¡¿Cómo puedes pedirme eso?!

-        Ivy... tan solo escucha

-        ¡No quiero! – sentencié con brusquedad - ¡¿Cómo puedes proponer algo así?!

-        ¡Puedes sentarte y escucharme! – gritó perdiendo la paciencia

-        ¡No!

-        ¡Siéntate!

-        ¡No puedes darme ordenes!

-        ¡Siéntate de una vez!

-        ¡No! – grité aun más molesta

-        ¡Por Dios! ¡Que terca eres!

-        ¡No soy terca, soy obstinada! – refuté y rodó los ojos

-        ¡Es lo mismo!

-        ¡No lo es! – respondí y me miró frustrado

-        Por favor, siéntate – pidió y era obvio que estaba intentando mantener el control

-        ¡¿Por qué quieres que me vaya?!

-        ¡¿Crees que yo quiero esto?! ¡¿Crees que deseo que te vayas?! ¡Es lo último que quiero!

-        ¡¿Entonces porque me haces esto?! – cuestioné furiosa con la mente completamente nublada

-        ¡Quiero mantenerte a salvo! – gritó levantándose de golpe - ¡¿Qué acaso no lo entiendes?! ¡Mierda! ¡Te amo y quiero protegerte!

Logan estaba furioso y sus ojos reflejaban ese fuego que fácilmente podría desatar un infierno; se acercó a mi apretando los puños, como si estuviera a punto de perder el control y ceder ante la ira, así que seguí mis instintos y me apresuré a rodear su torso con mis brazos mientras me escondía contra su pecho.

Quizá otras personas pensarían que era una acción muy arriesgada, porque en cualquier momento, Logan podía estallar, pero yo sabía con certeza que, al abrazarlo, lo ayudaría a contenerse hasta que finalmente pudiera tranquilizarse y eso fue justo lo que sucedió.

Poco a poco la tensión en el cuerpo de Logan comenzó a desaparecer y sus brazos rodearon mi cintura atrayéndome más hacia él; pero, aunque mi intención inicial era solo tranquilizarlo, al sentir su calidez el enojo que sentía también se esfumó y centré mi atención en los latidos de su corazón que iban cada vez más rápido.

No es que no fuera capaz de entender lo que me decía, pero no estaba dispuesta a aceptarlo; ¿Cómo podía pedirme que me fuera y lo dejara atrás? ¿Cómo podía sacarme de la partida después de todo lo que hice?

Logan seguía diciéndome que quería protegerme, pero... yo también quería protegerlo a él, ¿Eso era tan difícil de entender? Juntos éramos más fuertes, eso estaba comprobado, ¿Por qué era incapaz de verlo?

Quería que estuviera a salvo tanto como él quería que yo lo estuviera; ¿Qué no se ponía a pensar en lo que sucedería si estando yo lejos, terminaban lastimándolo? ¿No podía pensar en como me sentiría por no por ayudar o lo mucho que dolería saber que estaba herido y que no podía ir corriendo a verlo?

Sí, quizá estaría más segura estando lejos de él, pero no quería eso, porque... ¿De que me servía la seguridad si él no estaba a mi lado? ¿De qué me servía estar segura si terminaba sola?

Me concentré en sus latidos que con el pasar de los minutos fueron estabilizándose, al igual que su corazón e intenté con todas mis fuerzas hacer lo mismo; porque tenía que recordar que seguíamos heridos y que ser impulsivos en este momento era contraproducente.

Estos días, después de que nos dieron de alta en la clínica, por fin me permití pensar en todo lo que había ocurrido; por mi mente pasaron todos los recuerdos de ese día y todo lo que hice regresó a mí, al igual que el dolor que no había sentido gracias a los medicamentos, pero que ahora era un recordatorio constante de mi humanidad.

Peleé tanto con los doctores y las enfermeras, discutí tantas veces con los chicos porque insistían en que descansara que ahora era incapaz de admitir que tenían razón; porque todo ese sobreesfuerzo realmente me estaba pasando factura, aunque para ser honesta, no me importaba, porque podía sentir dolor físico, pero estuve al lado de Logan a cada momento esperando a que se recuperara y eso valía por completo la pena.

Ahora ambos nos encontrábamos mucho mejor, aunque las heridas seguían presentes, así que debíamos tener cuidado, por lo que discutir y pelear como normalmente lo hacíamos era peligroso; mis pulmones aun no estaban del todo bien y el estado general de Logan era aún un poco preocupante, así que respiré un par de veces más y me forcé a tener paciencia.

-        Sé que estás enojada – murmuró sin soltarme – Pero por favor, escúchame – pidió y suspiré, pero no me aparté ni luché contra él – En un mundo como el mío, una muerte se paga con una muerte; Peter tenía muchos aliados y cada uno de ellos buscará tomar venganza por mis acciones; ellos se concentraran en destruirme y adueñarse de todos los negocios que controlo; empezaran una guerra y no quiero que queden en medio del fuego cruzado; no quiero que tú seas ese ojo por ojo... no quiero que te hagan daño

-        Podemos contra ellos – dije separándome levemente para mirarlo – Así como pudimos ir contra Peter; juntos podemos lograrlo

-        Míranos – dijo y acarició mi mano – Mira como nos dejó el enfrentarnos a Peter

-        Logan...

-        No me interesan mis heridas ni todo lo que duele incluso respirar; pero me importa el hecho de que tú hayas resultado lastimada – no podía apartar mis ojos de los suyos y por el tono de voz que usaba, sabía que cada una de sus palabras era seria e importante – Prometí que nunca dejaría que nadie ni nada te hiciera daño y no he cumplido esa promesa...

-        Claro que lo has hecho – afirmé interrumpiéndolo – Fui imprudente con Peter y si no hubiera sido porque te fuiste contra él, hubiera terminado mucho más herida; ¡Casi mueres, Logan! ¡Casi te pierdo! ¡No sabes lo duro que fue eso! – exclamé alejándome

-        ¡Lo sé! – exclamó con fuerza, pero no había ira en su voz, si no desesperación - ¡Cuando Peter te secuestró, creí que moriría! ¡¿Cómo crees que me sentí cuando apareciste en ese edificio?! ¡¿Cómo crees que me sentí al ver que volvía a atacarte?! ¡Siempre sentí rabia y eso me permitía actuar, pero cuando se trata de ti, por primera vez siento miedo! ¡No puedo perderte, Ivy! ¡No quiero que te hagan daño!

-        ¡¿Y no importa lo que yo quiero?! ¡Fui a ese edificio porque no soportaba la idea de que lo enfrentaras solo!

-        ¡Enzo y Jaxon estaban ahí! – respondió y bufé con frustración

-        ¡Claro! ¡Porque estaban a tu lado cuando llegué! – dije con sarcasmo y rodó los ojos igual de frustrado que yo

-        ¡Podía encargarme! ¡Ellos estaban haciendo su trabajo!

-        ¡¿Podías encargarte?! – cuestioné con incredulidad - ¡Eres un idiota!

Bueno, para ser sinceros, Logan no me ponía fácil lo de ser paciente, además, mi mal humor estaba comenzando a tomar el control y eso no solía terminar muy bien.

-        Sabes muy bien que no podías hacerlo solo, ¡¿Por qué no puedes admitirlo?! ¡Eres frustrante! – grité y apreté los puños furiosa - ¡Eres un completo idiota!

-        Ivy... - dijo intentando controlarse, pero esta vez la que perdió la cordura fui yo

-        ¡Ivy nada! ¡Fui a ese edificio porque me preocupaba por ti! ¡Fui porque necesitaba saber que estarías a salvo! ¡Fui porque tenía derecho a estar ahí! ¡Fui porque quería acabar con Peter y es lo que hice! – estaba enojada, así que comencé a caminar hacia él y tal vez por instinto de supervivencia, retrocedió – No me digas que podías hacerlo solo, porque ambos sabemos que no es así, no me digas que no sé lo que se siente tener miedo a perder, porque lo he sentido y sobre todo, no me digas que no me protegiste, porque lo hiciste desde el primer momento – dije tan cerca de su boca que palideció, pero no tardó mucho en tomarme en sus manos – Eres un idiota... - murmuré sintiendo sus manos descender por mi cintura

-        Lo sé – susurró justo antes de besarme

Definitivamente estábamos locos, esa era la única explicación razonable; antes discutíamos y explotábamos, pero ahora nuestras discusiones inexplicablemente terminaban con nosotros cediendo ante nuestros deseos; aunque para ser honesta, no podía quejarme. 

Entre nosotros ardía un fuego tan intenso que, si no teníamos cuidado, iba a consumirnos por completo o tal vez ya nos había consumido, pero en ocasiones vale la pena arder por sentir algo como lo que existía entre él y yo; nosotros éramos ese huracán clase cinco capaz de causar toda clase de estragos, pero como todo desastre natural, además de poderosos, podíamos ser destructivos, aunque llegados a este punto, el riesgo lo valía; después de todo, así era como debía ser el amor, debes amar a la persona que te haga sentir vivo y cuando estaba con él, me consumía, así que estaba dispuesta a arriesgarlo todo, porque aunque éramos peligrosos, cuando estábamos juntos, me sentía en un lugar seguro.

Quizá nuestra historia no era como la de Romeo y Julieta, pero eso no importaba, porque al final, aunque amaron, acabaron muertos; así que prefería nuestra locura, como la de Homero y Morticia, porque, aunque eran incomprendidos, aunque eran rechazados por la sociedad, su locura y su amor era tan fuerte y sincero, que si se lo proponían podían vencer a la muerte.

-        Tenemos que hablar... - murmuró alejándose unos centímetros de mi boca – Un beso no va remediarlo todo...

-        ¿Eso crees? – cuestioné con una sonrisa que, aunque se negara, también lo hizo sonreír - ¿Sabes la diferencia entre dar un beso y ser besado? – pregunté y negó – Cuando uno besa a alguien, lo hace de forma consciente, lo hace porque quiere, porque lo necesita; cuando besamos a alguien, tomamos la iniciativa y nos arriesgamos; pero cuando somos besados, todo se trata de la intensidad, porque no podemos saber que sucederá, pero a pesar de la incertidumbre y la falta de control, no deseamos parar.

-        ¿No sería lo mismo? – preguntó y negué mientras subía mis manos enredándolas tras su cuello

-        Por ejemplo, cuando me besaste por primera vez, ¿Lo recuerdas?

-        No podría olvidarlo... - admitió y mi sonrisa se ensanchó

-        En esa ocasión, no podía respirar ni formular una frase coherente; no tenía control y estaba sumida en mis pensamientos; ese día estaba tan asustada que pensé que no podría reaccionar, pero llegaste a mí y me besaste

-        Quería distraerte... - murmuró en voz baja

-        ¿En verdad? – pregunté y un breve suspiró escapó de su boca

-        Estabas asustada, pero no era como cuando tenías pesadillas, se sentía diferente – dijo mirándome fijamente a los ojos – Por más que lo intentaba, no conseguía que reaccionaras y cuando acaricié tu rostro, cuando vi el pánico en tus ojos, hice lo primero que me vino a la mente; te besé y sentí como tus latidos disminuían, pero, aunque intenté convencerme de que lo hice solo por ti, creo que también lo necesitaba...

-        Cuando me besaste, de alguna forma todo se detuvo; cada pensamiento malo, cada dolor, todo simplemente paró y te sentí a ti; sentí la calidez de tus labios y la forma como tus manos tomaban mi rostro; no pensaba en nada más que en ese beso y no quería que te detuvieras – enredé mis dedos en su cabello y respiré profundamente antes de continuar – Cuando me besaste, sentí que podía volver a respirar y me sentí segura, como no me había sentido en mucho tiempo; por eso ese día decidí ser honesta contigo, porque después de ese beso, sentí que verdaderamente podía confiar en ti

-        Ese día... - murmuró muy lento – Ese día creo que supe que no podría escapar de ti – dijo y reí un poco – Cuando te bese, sentí una mezcla de emociones que nunca antes había sentido y me di cuenta que, así como me hacías perder el control, también lograbas calmarme; eras una tormenta que estaba dispuesto a atravesar y me encantabas, aunque no quería admitirlo

-        No te gusta admitir nada – dije causando que riera

-        Bueno, fui yo el primero en admitir que estaba enamorado de ti ¿no?

-        Cierto – acepté con una sonrisa – Y no te creí

-        Cierto – respondió sujetándome contra su cuerpo - ¿Me crees ahora?

-        Siempre – respondí y volvió a besarme

Era consciente de que teníamos una conversación pendiente con un tema muy serio que resolver, pero no quería volver a discutir, prefería estar tranquila en los brazos de Logan y alargar lo más posible nuestra difícil conversación, aunque estaba segura que muy pronto volvería a insistir.

Pasé toda la tarde con Logan, conversando de temas sencillos mientras él me observaba pintar y estar así con él se sintió natural; me gustaba la forma como me miraba, tal y como yo miraba a las estrellas, pero lo que más me gustaba era sentir sus manos en mi cintura mientras escondía su cabeza en mi cuello y me apegaba contra su pecho.

Después de todo por lo que pasé, realmente odié mi cuerpo y odiaba aun más que las personas me tocaran, pero con Logan era distinto; él me hacia sentir hermosa, me hacia sentir especial y amada; cuando Logan me tocaba, no tenía miedo o asco, al contrario, sentía la electricidad recorrer mi cuerpo y el calor envolver mi corazón; nuestro amor no era ligero ni simple, lo nuestro era un gran amor, complicado e intenso; no importaba cuanto peleáramos o que hiciéramos, lo que sentíamos nos atraía con fuerza hacia el otro, así que tal vez de cierta forma, éramos inevitables.

Dejé el pincel a un lado y me recargué contra el pecho de Logan mientras que sus manos me acariciaban con delicadeza; su toque era suave y la sensación de sus manos contra mi piel era reconfortante, aunque parte de mí sentía algo de nervios; pero, aun así, cerré los ojos y me dejé arrastrar por las emociones en mi interior.

Logan me hizo girar entre sus brazos y me sujetó fuertemente por la cintura atrayéndome hacia él; podía sentir su respiración mezclarse con la mía y cuando acercó su boca a mi cuello, mi cuerpo tembló y las mariposas en mi estómago despertaron revoloteando desesperadas.

Logan apegó sus labios contra la piel en mi cuello y un calor me recorrió por completo; no sentía miedo, al menos no por el momento, lo único que sentía era el calor que desprendía su cuerpo y el olor de su colonia que me invadía embriagándome como la más adictiva de las drogas.

Sus manos acariciaron con cuidado mi cintura bajando hasta mis caderas y cuando tiró de mí, presionándome contra él, un suave gemido escapó de mis labios y abrí los ojos lentamente encontrándome con su mirada.

-        Todo lo que suceda siempre será tu elección – dijo con lentitud – Si quieres parar, solo debes decirlo, no importa el momento, ni lo lejos que lleguemos, si me lo pides siempre me detendré; conmigo no debes fingir nunca, conmigo eres libre y lo serás siempre.

-        Te amo – respondí acortando la poca distancia entre nosotros, pero en cuanto mis labios rozaron los suyos, la puerta de la habitación se abrió de golpe

Enzo entró corriendo con Jaxon siguiéndolo y me separé de Logan de golpe para centrarme en ellos; ambos se veían conmocionados y hasta cierto punto lucían nerviosos, lo que no era una buena señal.

Ambos balbuceaban palabras incoherentes y hablaban uno encima del otro con tanta velocidad que era agobiante escucharlos; la ansiedad en sus rostros sobrepasaba los límites y sus nervios comenzaban a afectarme.

-        ¡Silencio! – gritó Logan deteniéndolos bruscamente y luego volvió a gritar - ¡Alguno, dígame qué sucede!

-        ¡Hicieron estallar uno de nuestros edificios – respondió Enzo con rapidez

-        Esta vez hay varios heridos – añadió Jaxon

-        ¡Mierda! – gritó Logan furioso y se apartó de mí para después golpear la pared con fuerza

Estaba confundida, pero hacer preguntas en este momento no era una buena idea, así que permanecí en silencio aun cuando los golpes de Logan se hicieron más fuertes y sus gritos más ruidosos; cualquiera en mi lugar tendría miedo y se alejaría, pero yo nunca tendría miedo de Logan, eso no era posible, no después de tanto por lo que pasamos.

Me mantuve a un lado, permitiéndole que se descargara y liberara toda la rabia contenida como sabía que necesitaba hacer y cuando al fin consiguió tranquilizarse un poco, me acerqué tomando su mano para luego comenzar a revisar que sus heridas no se hubieran abierto.

-        ¿Cuántos heridos? – preguntó y Jaxon bufó mientras tiraba su cabeza hacia atrás

-        Al menos una docena

-        ¡¿No pedí explícitamente que aumentaran la vigilancia de cada uno de los establecimientos?! – cuestionó con dureza y simplemente presioné con más fuerza su mano

-        Lo hicimos – respondió Enzo

-        ¡¿Entonces cómo es que pasó esto?! – exclamó volviendo a enfurecer y la reacción de los chicos fue intentar apartarme, pero simplemente me negué

-        No sabemos cómo sucedió, pero logramos capturar a uno de los involucrados – dijo Enzo y el cuerpo de Logan se tensó aun más

-        Bien, vamos – respondió, pero jalé su mano con fuerza para detenerlo

-        Logan...

-        Permanece aquí, por favor; enciérrate, los guardias te cuidarán

-        Pero...

-        Ivy – dijo mi nombre con seriedad – Por favor, solo quédate aquí, dónde sé que estarás a salvo

Por su tono de voz sabía que no era una simple orden, era más como una suplica y simplemente asentí antes de liberar su mano y dejarlo marchar.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

LOGAN 

Cuando dejé a Ivy en el apartamento, la presión en mi pecho regresó y la preocupación me invadió de golpe; temía por su vida y a pesar de que no quería marcharse, con cada cosa nueva que sucedía, me convencía aun más de que alejarla de todo este caos era la decisión correcta.

Justo ahora era un demonio atormentado por otros demonios y eso no iba a terminar pronto; así que si Ivy permanecía a mi lado como ambos queríamos, no solo pondría su vida en un grave peligro, si no que arriesgaría algo que no quería que ella perdiera; su humanidad.

Este mundo siempre ha sido barbárico, convierte en monstruos a los humanos y vivimos con eso, como si fuera la máxima normalidad, pero no quería que ella terminara consumida por una guerra que no era suya y mucho menos quería que terminara muerta por quedarse a pelear a mi lado. 

-        Estamos por llegar – informó Enzo y asentí recomponiéndome

Las heridas físicas eran un peso con el que estaba cargando y la recuperación era lenta, pero ninguna herida física iba a detenerme y me encargaría en persona de acabar con quien sea que intentara desafiarme y más aún, acabaría con cualquiera que osara amenazar mi vida o la de Ivy.

La camioneta se detuvo en una bodega aislada y de inmediato nos adentramos en el lugar para enfrentar cara a cara a un peón de alguno de los idiotas que me amenazaba y aunque ciertamente estaba seguro que no tendría mucha información que nos fuera de utilidad, ese hombre serviría como un mensaje; porque quien se atreve a amenazar a Logan Harris, no vive lo suficiente para contarlo.

-        Bien, ¿Qué tenemos aquí? – dije acercándome al hombre atado en la silla - ¿Dijo para quien trabaja?

-        No, no ha dicho nada – informó uno de los hombres que trabajaba para mí

-        ¿Obtuvieron alguna información útil? – pregunté a todos en el lugar

-        Identificamos los compuestos de la bomba que usaron – respondió la analista especializada en explosivos que trabajaba para nosotros – Se relacionan con los usados en otros ataques por una de las bandas criminales asociadas a Peter Mcklagen

-        Ya mandamos a vigilarlos – intervino Jaxon y asentí – Pero, aunque ellos fueran los responsables de la bomba, no podemos estar seguros que se ocuparon de todo lo demás

-        Para eso es útil nuestro invitado – dije con mucha tranquilidad, porque sacarle la verdad a este tipo sería realmente divertido

Tenía muchas ganas de desquitarme con alguien y el hombre frente a mí sería un buen blanco, al menos por el momento; además, cual fuera la información que pudiera darnos, sería mejor que no saber nada y una vez que terminara con él, lo dejaría donde todos mis enemigos pudieran verlo.

-        Retírense – ordené con dureza y todos se marcharon, con excepción de Jaxon y Enzo que esperaban a que les indicara que hacer – Encárguense de la policía, nos los quiero metidos en mis asuntos, además debemos compensar a las familias de las víctimas y encargarnos de los gastos médicos de los heridos

En el pasado las víctimas no me preocupaban; no eran más que un daño colateral y eso era todo, pero ahora pensaba diferente; nadie tenía porque ser un daño colateral en una guerra que era mía; nadie tenía porque sufrir a causa de mis decisiones, especialmente cuando esas personas eran inocentes.

Si tenía que enfrentarme a otros monstruos lo haría sin problema, si se trataba de castigar a los culpables, nunca tendría dudas, pero ya no estaba dispuesto a lastimar a las personas que no lo merecían; el mundo podía ser un asco, pero no todos tenía que pagar el precio.

Si algo me enseñó el conocer a Ivy, era precisamente eso; ella nunca fue mala y pese a todo lo que vivió, la luz en sus ojos seguía presente; la lastimaron demasiado, sin razón alguna y se convirtió en una estadística de las víctimas, pero quienes la hirieron, se justificaron diciendo que ella no fue nada más que un daño colateral y eso además de enfurecerme, me hacía reflexionar.

De ahora en más ya no me justificaría detrás de una frase como esa; ya no soportaría ser el causante de otros daños colaterales, así que me encargaría de cada víctima para ayudarlas a reponerse y por supuesto, me encargaría de acabar con los verdaderos culpables y con todo aquel que se relacionara con ellos.

-        Vayan – ordené y en cuanto salieron, me acerqué al hombre en la silla con una mirada entre divertida y molesta en mi rostro – Pues es tu turno

Tomé uno de los cuchillos y realicé un primer corte ocasionando que gritara, pero aun así no dijo nada, así que continué; seguí cortando su piel lentamente mientras sus gritos inundaban la habitación, pero tenía que admitir que este hombre era tenaz, porque no parecía estar dispuesto a ceder.

-        Sabes, te ahorrarías mucho dolor si dijeras quien te contrató – comenté y simplemente me miró desafiante - Puedo seguir todo el tiempo que haga falta

Estaba comenzando a perder la poca paciencia que me quedaba y ya no estaba siendo divertido torturarlo; ¡¿Por qué se negaba a darme la información que quería?!

Seguí golpeando y cortando al sujeto hasta que no era más que un desastre cubierto de su propia sangre, pero seguía sin decirme lo que necesitaba y ya no estaba dispuesto a continuar perdiendo mi tiempo con él.

-        ¡Habla! – grité y negó con lentitud por toda la sangre que había perdido

-        Hagas lo que hagas morirás – murmuró con la sangre brotando de su boca – Y ella morirá contigo – su voz sonaba bastante débil y yo ya no tenía paciencia para esperar que me dijera algo útil

-        Los mataré a todos primero – respondí y tomé el arma disparando justo en su cabeza

Me marché de la habitación y en cuanto salí, me dieron algo donde limpiar la sangre en mis manos para después dar indicaciones sobre como y donde debían dejar el cuerpo de nuestro invitado; la idea era mandar un mensaje y para ser francos, era excelente cuando se trataba de aterrar a las personas, así que, si querían un espectáculo, es lo que les daría.

Tantos ataques, tantas amenazas y tantas muertes, solo porque ellos querían vengarse de mí por acabar con su querido jefe, pero cometieron un grave error, porque si despiertas a la bestia, debes estar dispuesto a morir bajo sus garras.

Una vez que terminamos con todo, los chicos y yo regresamos al apartamento, donde Ivy nos esperaba ansiosa; en cuanto entré, noté el miedo reflejado en sus ojos, pero sabía que no temía por ella o por lo que pudiera sucederle, temía por nosotros.

Ivy estaba nerviosa y lo entendía a la perfección, pero lo que ella desconocía era la razón por la cual nosotros tres nos encontrábamos tan mal; una cosa era un ataque, pero una muy diferente, una amenaza.

Ante un ataque, solo se puede responder con la misma brutalidad mientras te haces cargo de los daños, pero cuando se trata de una amenaza, ¿Qué haces? No puedes responder porque amenazar a alguien que te amenaza, carece de sentido; tampoco puedes atacar, porque si no has tenido un motivo para hacerlo, lo tomarán como una agresión directa que justificará sus propias acciones; ante una amenaza es más difícil responder, porque necesitas pensar con cuidado la forma como proceder para evitar futuras complicaciones.

Lidiar con amenazas era frustrante y una pérdida de tiempo, por lo que, por el momento, lo único que podía hacer era dejar a ese hombre muerto como un mensaje claro que les advirtiera las consecuencias de molestarme; pero ese mensaje también tendría sus propias consecuencias y eso era justo lo que nos mantenía en ese estado de ira, preocupación y ansiedad, porque, a decir verdad, no teníamos idea de que podía suceder a continuación.

Ellos me amenazaron, quemaron algunos de mis establecimientos y desataron el caos, pero no reaccioné con brutalidad y solo me mantuve distante; después sus amenazas subieron de nivel y un par de víctimas aparecieron en escena, pero ahora, literalmente hicieron explotar uno de mis edificios y el número de víctimas creció exponencialmente, por lo cual tuve que responder y les dejé como regalo a uno de los suyos en un estado interesante, pero... después de mi jugada, era su turno y eso me preocupaba.

¿Cuál sería su respuesta?

¿Quién sería ahora la persona que terminaría herida?

Ese hombre dijo que el plan era acabar conmigo, pero también la mencionó a ella y tan siquiera considerar que podía resultar herida, me hacía hervir la sangre, así que solo existía una opción viable, aunque no fuera del agrado de ninguno de nosotros.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Cada vez falta menos
¿Qué creen que pasará?

Voten y comenten
Los leo
❤️❤️❤️

Atte. Alessi

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top