CAPÍTULO 13
IVY
Tomar una decisión....
Se escuchaba muy fácil, pero no era en lo absoluto; en la vida existían muchas clases de decisiones; algunas eran sencillas y no requerían que nos detuviéramos a pensar por mucho tiempo, pero otras decisiones eran mucho más complicadas y las que yo tenía que tomar, eran tan complicadas que me era imposible elegir un camino para seguir.
En primer lugar, tenía que decidir qué es lo que iba a hacer con el doctor Barroso, porque, aunque nunca iba a admitirlo frente a Logan, él tenía razón y yo estaba siendo cobarde al no enfrentar lo que sucedía, pero iba a resolverlo por mí misma, nadie debía resolverlo por mí.
Pero además de eso, tenía que tomar otra decisión...
Mi consciencia, mi miedo y esa dualidad que habitaba en mí; todo eso debía desaparecer, porque solo me hacía débil; en un mundo sin consciencia, en un mundo podrido y oscuro como en el que vivimos, el miedo nos vuelve presas fáciles y la esperanza nos convierte en tontos, así que la parte de mí que aun creía en las personas, la parte de mí que aún conservaba algo de esperanza y fe, debía morir.
En el pasado fui una persona amable, dulce, enamorada de la vida y dispuesta a todo por encajar en el mundo al que siempre deseé pertenecer, pero el universo se encargó de quitar la venda de mis ojos y mostrarme que ese mundo al que yo admiraba, no era más que un monstruo disfrazado de héroe y finalmente ese monstruo se había deshecho de su máscara para mostrarme lo cruel que podía ser.
Así que habiendo vivido todo eso, no podía permitirme conservar esos sentimientos que no hacían más que volverme un blanco fácil de matar; la esperanza no traía nada bueno, el amor era una espada de doble filo que siempre terminaba con la vida de dos amantes y la consciencia, la moral y los valores, eran inútiles en una sociedad que solo fingía tenerlos.
Pero... ¿Cómo dejar atrás lo que una vez fui? ¿Cómo acabar con esa dualidad en mi interior? ¿Cómo aplacar las voces que me decían que tuviera esperanza en las personas? ¿Cómo terminar con esa parte de mí que aún tenía una consciencia y que no quería lastimar a otros?
Saqué esos pensamientos de mi cabeza y me centré en lo que tenía que hacer; esta noche vigilaría el lugar donde tenían una copia de la llave que me había pedido Logan y mañana por la noche la robaría; así que debía de concentrarme en mi meta y dejar de pensar en todas esas preguntas que volaban por mi mente.
De acuerdo a lo que había averiguado, una copia de la llave era guardada en la oficina de seguridad del piso en el que me encontraba y si bien no tan difícil llegar hasta ahí, conseguir entrar sin ser vista y sacar la llave, eso sí que era sumamente complicado.
Por lo que sabía, normalmente la habitación permanecía cerrada durante el día, pero durante la noche, varios guardias rotaban y algunos permanecían en su interior, lo cual complicaba mucho mi tarea, pero iba a lograrlo a como diera lugar.
Esperé a que fueran las once y salí de mi habitación en completo silencio; me dirigí a la oficina de seguridad y cuando estuve lo suficientemente cerca, me escondí en otra habitación desde donde podía ver la puerta de esa oficina claramente.
Tenía que prestar mucha atención a los movimientos de los guardias y averiguar cuál era el momento apropiado para llevar a cabo mi misión; así que en eso consistió toda mi noche y parte de la madrugada, en mirar atentamente la puerta de esa oficina y memorizar los patrones de conducta de los guardias.
Había momentos en que solo uno de ellos permanecía dentro de esa oficina, pero también había momentos en que varios de ellos se quedaban o en el interior o en la puerta, así que, si antes pensaba que era difícil, ahora me parecía casi imposible.
La unica forma de lograr que todos salieran de esa habitación era provocando que una emergencia mayor los hiciera salir, pero tendría que ser algo sumamente importante para que todos ellos abandonaran la oficina dándome la oportunidad de entrar y tomar la llave.
Alrededor de las cinco de la mañana regresé a mi habitación y me senté en el suelo a considerar todas las opciones posibles que tenía; era normal en mi realizar actos imprudentes e impulsivos, pero nunca había planeado hacerlos, simplemente ocurrían, así que decidir que iba a hacer ahora para provocar un desastre en este lugar, era algo nuevo para mí.
No podía dormir, pero tampoco era una novedad, además, ya faltaba poco tiempo para que todos se levantaran y los guardias vinieran para llevarnos a desayunar, así que simplemente permanecí sentada en el suelo inmersa en mis pensamientos.
Algo de tiempo después, escuché unos golpes en la puerta y esta no tardó en abrirse, revelando a un guardia que me indicaba que era hora de levantarse; así que, como cada mañana, tomé un juego de ropa limpia y el pequeño set de higiene que nos daban en este lugar y me dirigí a las duchas.
Me di una ducha rápida y dejé la ropa sucia en el cesto común para después salir con dirección al comedor; en la entrada, recibí mi dosis habitual de medicamentos y recogí la bandeja con el desayuno, me senté en la mesa de siempre y prácticamente me desconecté de todo a mi alrededor.
No tenía ganas de nada, me sentía vacía y cansada, mi apetito se había esfumado, pero, aun así, me obligué a comer y permanecí con la mente inmersa en el limbo.
Como siempre, podía sentir las miradas sobre mi espalda, pero había aprendido a vivir con ellas; siendo completamente sincera, no podía recordar tan solo una vez en que las personas no me hayan observado de esa manera, como si estuviera loca o enferma; inclusive en este lugar, donde se suponía que todos nos encontrábamos en el mismo barco, las personas seguían viéndome de la misma forma.
Todos creían que simplemente había perdido la razón y tal vez no estaban muy lejos de la verdad; mis padres me dieron la espalda cuando me encerraron en este lugar y no podía culparlos, para ellos había sido muy difícil criarme y tener que lidiar con mi trastorno, se avergonzaban de mí, de mi condición, de mi comportamiento... se avergonzaban de todo lo que yo representaba y eso era innegable, después de todo... siempre quisieron cambiarme.
Mis padres me abandonaron cuando fui encerrada en este psiquiátrico, los pocos amigos que tenía me dieron la espalda porque no querían tener nada que ver con una chica que además de estar loca, también era una asesina y finalmente lo perdí todo, quedándome completamente sola.
Así que lidiar con las miradas, ya no era importante para mí; todos tenían una opinión formada de quien yo era e intentar cambiar esa opinión, era perder mi tiempo y discutir o enojarme, tampoco era realmente útil.
Terminé de comer y me levanté de la mesa, dejé la bandeja en el lugar asignado y me retiré del comedor; la clase de arte era todavía en una hora, así que me dirigí a la biblioteca y tomé un libro de la estantería, pero tras leer por unos minutos, tenía que admitir que me encontraba aburrida y abrumada, así que dejé el libro a un lado y simplemente me quedé sentada esperando a que el tiempo pasara.
- Qué suerte encontrarte aquí – escuché y suspiré
- Logan – dije sin mucho ánimo
- ¿Ya memorizaste el sonido de mi voz?
- Eres la unica persona que se acerca a mí
- Touché
- ¿Qué quieres? – dije centrando mi vista en él
- Realmente nada, solo venía a pasar el rato
- Pues pásalo en otro lugar
- Que terrible humor que tienes – respondió sentándose frente a mí
- No tengo ganas de soportarte
- Creo que deberías decirle a tu parte amargada que se vaya, es realmente insoportable
- Me largo – dije levantándome y lo escuché reír
- ¿Te das cuenta que no toleras la frustración?
- Mira quien lo dice
- Creo que la tolero mejor que tú, después de todo, no soy yo quien siempre huye
- ¿Quieres que vuelva a recordarte porque no debes meterte conmigo? – cuestioné y su sonrisa se ensanchó
- Solo si quieres que también te recuerde quien soy y lo que puedo hacer
- ¿No tienes nada mejor que hacer? – pregunté volviendo a sentarme
- Tengo tiempo libre
Tomé nuevamente el libro y decidí ignorarlo, lo último que quería era iniciar otra discusión con Logan y mentalmente no tenía la energía para soportar sus comentarios o defenderme, así que centré mi atención en lo que estaba leyendo y esperé a que él también centrara su atención en otra cosa, lo cual sorprendentemente hizo.
Pasé lo que quedaba de tiempo leyendo y una vez que fue hora de la clase de arte, me levanté, dejé el libro nuevamente en la estantería y me dirigí a la habitación donde habitualmente llevábamos la clase.
Podía escuchar los pasos de Logan siguiéndome, pero simplemente continué mi camino en silencio hasta llegar a la habitación y después de tomar todo lo que usaría para mi pintura, me coloqué frente al lienzo y mi mente volví a desconectarse, permitiéndome pintar.
Inicié realizando trazos en el lienzo y poco a poco todo fue tomando una forma que yo reconocía a la perfección; me encontraba pintando un paisaje de un lugar que había visitado en mi niñez, con un hermoso lago y grandes árboles que me hacían sentir diminuta en comparación
Ese era uno de los pocos recuerdos que me gustaban de mi infancia; el perderme entre las montañas, el sentir que no tenía que fingir con nadie a mi alrededor, el poder simplemente sentarme junto al agua y respirar con tranquilidad... el ser yo misma sin que nadie quisiera convertirme en una persona diferente.
Continué pintando hasta que sentí que alguien se colocaba detrás de mí y cerré los ojos con clara frustración; este chico acababa con la poca estabilidad mental que aún conservaba y se estaba arriesgando mucho a ser el blanco de mi próximo episodio maniaco.
- ¿Qué? – pregunté
- Un bosque y un lago, eso es nuevo
- ¿A qué te refieres? – pregunté girándome hacia él
- A que no sueles dibujar paisajes
- Pues hoy se me dio por dibujar un paisaje, ¿algún problema?
- En lo absoluto, solo admiro tu arte
- ¿Eso es un cumplido?
- Se podría decir que si
- La amabilidad no combina contigo
- ¿Necesitas ser tan hostil?
- No soy hostil – contrataqué
- ¿Prefieres a la defensiva?
- ¿Ahora quien está siendo hostil?
- En contraste contigo, yo acepto que soy una persona hostil
- Y lo portas con orgullo al parecer
- Me siento orgulloso de quien soy
- ¿En verdad?
- Por supuesto – afirmó – No puedo ser alguien más, así que debo estar orgulloso de quien soy, ¿Qué ganaría sintiéndome mal o arrepintiéndome?
- Tener humanidad – dije respondiendo a su pregunta
- ¡Eso no sirve para nada! – exclamó y fruncí el ceño – Acéptalo, eres quien eres y nada ni nadie podrá cambiar eso
- Las cosas pueden cambiar... - murmuré
- Esa es la peor mentira que te puedes decir a ti misma
- ¿Me dejarás seguir pintando? – pregunté molesta, aunque por dentro sabía que él tenía razón
Logan no respondió a mi pregunta, pero no volvió a hablar y simplemente regresó a su propio lugar frente al lienzo, así que hice lo mismo y retomé mi pintura.
Cuando terminó la clase, simplemente dejé las cosas que había utilizado en su lugar y me dirigí a uno de los baños del piso en el que me encontraba para asearme un poco, pero en el camino, Matthews me detuvo y me apartó del pasillo.
- ¿Qué sucede? – pregunté
- Ya entregaron el informe forense, además de las pruebas encontradas en la escena
- ¿Pruebas? – pregunté
- No estoy seguro de que se trata, solo sé que lo llevaron todo a la oficina de archivos
- ¿Alguien ya leyó el informe?
- No – aseguró – Se encuentran lidiando con la situación externa y la mala prensa que generó el ataque, además de las fallas de seguridad involucradas; recién mañana se reunirán para hablar del informe forense y las pruebas que se hallaron.
- Bien – dije pensativa - ¿Algo más?
- Interrogaron a los guardias
- ¿Alguien dijo algo?
- A casi todos los compro tu amigo y el resto no sabe nada, así que por el momento están a salvo
- Bien – acepté – gracias por la información
- ¿Quieres un consejo, Kane?
- De todas formas, me lo darás
- No confíes en Harris, al final se elegirá a sí mismo y no dudará en dejarte atrás para que te maten
- ¿Crees que yo no haría lo mismo?
- Eres mejor persona que él, Ivy – dijo y bufé
- ¿Dime a dónde me ha llevado eso?
- Solo no confíes en él, me agradas y no me gustaría que terminarás mal
- Gracias por el consejo, Matthews – dije interrumpiéndolo – Intentaré seguirlo
Le dediqué una sonrisa a Matthews y después continué mi camino; honestamente, él estaba en lo cierto, no podía confiar en Logan y no iba a hacerlo, después de todo, como él mismo solía decir... las personas éramos seres egoístas, sin moral o escrúpulos y aunque fuera decepcionante, empezaba a creer que era verdad.
Después de asearme, pasé el tiempo que quedaba hasta el almuerzo en mi habitación pensando en cual sería mi siguiente movimiento; en como sacaría la llave de la oficina de seguridad, que distracción podía crear y, sobre todo, pensando en qué hacer con el informe del forense y las pruebas; pero francamente, no tenía ni la más remota idea de que hacer.
Mientras comía seguí considerando las posibilidades existentes, pero ninguna me convencía al cien por ciento, así que francamente me encontraba en un gran problema.
Después de la comida, un guardia se acercó a mí para indicarme que el doctor Barroso quería hablar conmigo en su oficina, lo cual no auguraba nada bueno, pero no podía negarme, así que acompañé al guardia y me preparé mentalmente para lo peor.
- Buenas tardes señorita Kane – dijo el doctor Barroso mientras que yo tomaba asiento frente a él
- Buenas tardes doctor
- Quería hablar con usted sobre los estudios de sangre que se le realizarán pasado mañana por la mañana
- ¿Qué? – pregunté confundida
- Por lo sucesos ocurridos se decidió que todos los pacientes debían pasar por un control para tener seguridad de que la medicación está teniendo el efecto que cada uno requiere.
- Claro... - murmuré
- Quería informarle sobre los análisis y sobre las acciones a tomar si no salen de acuerdo a lo esperado
- ¿Qué acciones?
- Usted sabe que se encuentra en una línea muy fina y solo ha permanecido en la zona de baja seguridad porque así lo recomendé – dijo levantándose y acercándose a mí – Sabe muy bien que mis colegas querían enviarla a un sector un poco más cerrado, pero creí en usted y espero no tener que lamentarlo
- No lo hará – aseguré un poco nerviosa
- Lamentaría mucho perderla como mi paciente – dijo acariciando mis hombros y mi cuerpo automáticamente se tensó
- Yo... - tartamudeé
No podía defenderme, estaba congelada y mis músculos no parecían reaccionar; tenía miedo de lo que él pudiera hacerme, tenía miedo de que mi peor pesadilla volviera a hacerse realidad; pero entonces, unos golpes en la puerta nos interrumpieron y el doctor se apartó de mí.
- Doctor, necesito hablar con usted de algo importante – escuché detrás de mí
- Por supuesto – respondió el doctor Barroso – Espérame unos minutos – pidió dirigiéndose a mí y de alguna manera logré asentir y el doctor salió de la oficina dejándome sola
Traté de normalizar mi respiración, pero no podía tranquilizarme y recordé las palabras de Logan como si hicieran eco en mi mente...
"Elige... sé un cordero o un lobo..."
Entonces respiré profundamente e hice mi miedo a un lado y me levanté del asiento para buscar algo que me fuera útil en esa habitación; revisé los cajones del escritorio y encontré una caja de fósforos, la cual tomé sin dudarlo y escondí en mi bolsillo; además encontré algunas pastillas que podría intercambiar y unos calmantes que sin ninguna duda me serían útiles.
Volví a escuchar pasos cerca de la oficina y regresé a mi lugar; el doctor entró a la habitación con una expresión seria en el rostro y decidí que era el momento de marcharme.
- Doctor, me siento un poco cansada, me retiraré a mi habitación, espero podamos continuar nuestra conversación mañana – dije obligándome a sonreír
- Claro – respondió, pero se le notaba algo distraído y me pregunté qué era lo que le habían dicho para ponerlo así
Salí de la habitación deprisa y caminé con paso apresurado hasta mi habitación; una vez en el interior, me desplomé sobre la cama y traté de mantener la calma.
Logan tenía la razón, tenía que elegir... ser un lobo o un cordero... mantener mi consciencia o dejarla morir, escogerme a mi o seguir creyendo que las personas podían cambiar; si mantenía la esperanza, finalmente acabarían conmigo y nunca obtendría mi meta final... nunca conseguiría vengarme de los hombres que me lo quitaron todo y no estaba dispuesta a que eso sucediera.
No podía perder la oportunidad de acabar con los culpables de que mi vida se hubiera convertido en esto y si tenía que dejar morir a esa parte buena que aún quedaba en mi para conseguirlo, iba a hacerlo.
No existía nada que no estuviera dispuesta a hacer con tal de lograr mi cometido y acabar con quienes me lastimaron tan profundamente, no existía nada que pudiera detenerme y ya no iba a dudar más.
Estaba decidida; elegía ser un lobo, elegía la sangre, elegía la muerte, porque en un mundo donde todos eran bestias, estaba cansada de ser un manso cordero al cual todo el mundo quería lastimar, estaba cansada de ser una víctima, así que ahora... yo sería quien pondría las reglas; el juego sería mío y les demostraría a todas que tan buena era jugándolo.
Permanecí en mi habitación hasta que fue la hora de la cena y una vez que terminé de comer, volví a la habitación más decidida que nunca; iba a deshacerme del informe y las pruebas, iba a acabar con quien se me atravesara y crearía una distracción a como diera lugar para poder conseguir la llave.
Esperé a que fueran las diez de la noche y salí de mi habitación con mucho cuidado; caminé con paso decidido hasta la habitación donde se encontraban los archivos y entré sin dudarlo, pero me llevé una gran sorpresa.
- ¿Qué haces aquí? – increpé molesta
- Podría preguntar lo mismo – respondió Logan y me acerqué
Mi vista se dirigió a los papeles que sostenía en sus manos y a los archivos que había dejado a un lado, podía inferir que al igual que yo, quería deshacerse del informe forense, pero los papeles en sus manos no eran el informe, eran mi expediente y eso encendió una llama de ira en mi interior.
¡¿Cómo se atrevía?! ¡No tenía ningún derecho!
Estaba más que furiosa y cualquier atisbo de consciencia o buen juicio en ese instante, se esfumó; metí la mano al bolsillo y extraje la caja de fósforos que había tomado de la oficina del doctor Barroso; sin detenerme a considerarlo, prendí uno y lo arrojé a una pila de papeles que se encontraba cerca de mí y así continué encendiendo uno a uno escuchando la voz de Logan a lo lejos y evitando que pudiera detenerme.
- ¡Detente! – ordenó finalmente llegando hasta mí y tomando mis manos para evitar que prendiera otro fósforo
- ¡Te odio! – exclamé
- ¡Mierda! – exclamó igual de furioso sin prestarle atención a mis palabras - tenemos que salir de aquí – dijo Logan y me percaté que el fuego se estaba extendiendo
Me solté de su agarre y salí de la habitación con dirección a la oficina de seguridad; Logan comenzó a seguirme de cerca y estaba más que claro que se encontraba enfurecido, pero no me importaba, justo ahora yo me encontraba mucho peor que él.
No tenía por qué revisar mi expediente, no tenía ningún derecho a invadir mi privacidad y si algo salía mal ahora, sería su culpa.
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