CAPÍTULO 11
LOGAN
Esa chica me estaba volviendo loco, ya no toleraba su soberbia y el tono con el que me hablaba; ¿Quién se creía que era para actuar de ese modo? Yo era quien ponía las reglas, yo era quien dictaminaba lo que se hacía y lo que no; no estaba dispuesto a cambiar mis planes para adecuarme a sus cambios de ánimo y mucho menos sucumbir a sus deseos absurdos; pero intentar hablar con ella en mi parecer, era una pérdida de tiempo.
Todo con Ivy era estar en un extremo o el otro; no existía un equilibrio, no tenía filtro ni sabía contenerse y aunque eso me agradaba, también estaba acabando con la poca paciencia que tenía; me sentía realmente frustrado y lo peor era que justo en el momento en que tenía a Ivy en frente, algo me impedía reaccionar y siempre terminaba del mismo modo, con ella dándome la espalda y dejándome con la palabra en la boca.
Pero a pesar de que sinceramente no tenía ganas de hablar con ella y tener que volver a sostener la misma discusión de siempre, era cierto que teníamos temas de los cuales hablar; en primer lugar, sobre la investigación del asesinato de Duncan que se estaba llevando a cabo y de cómo íbamos a proceder nosotros para evitar ser descubiertos, si bien habíamos ocultado nuestras huellas, tan solo hacía falta una palabra, un detalle o un simple error para que todo se fuera por la borda y en segundo lugar, teníamos que hablar sobre el plan para salir de este lugar y sobre lo que hacía falta para conseguirlo.
Necesitaba abordar a Ivy en el momento justo para que no pudiera huir y me escuchara sin más problemas ni objeciones de por medio, pero no tenía muy claro cuál era ese momento o como evitar que volviera a reaccionar como siempre lo hacía.
No tenía las ideas claras, así que me decidí por olvidar todo lo relacionado con Ivy por el momento y llamar a Enzo para ver cómo iban las cosas; tomé el celular del lugar donde lo ocultaban y marqué el número de Enzo, quien no tardó mucho en responder.
- Hola Logan
- Hola
- ¿Cómo vas?
- Todo va bien
- ¿Ya me dirás cuál es tu plan? – preguntó
- Todo a su debido tiempo
- ¡¿Enserio?! – cuestionó un poco alterado
- Basta
- Logan, ¿Cómo quieres que te ayude si no me dices nada?
- Solo sigue mis indicaciones y todo irá bien
- Sí que es imposible tratar contigo, es como hablar con una pared
- No puede ser – me quejé – ¿Tú también?
- ¿Yo también qué?
- Parece que fuera el día elegido para joderme
- ¡¿Y ahora que dije?! – preguntó aún más alterado
- No entiendo porque las personas no pueden solo escuchar y obedecer, porque necesitan complicar tanto las cosas
- Creo que me perdí de algo, ¿Qué sucede?
- Nada – dije de manera cortante
- Bueno, tú no sueles perder los nervios por nada
- No he perdido los nervios – aseguré
- ¿Y todo eso que dijiste a que viene?
- A nada, además, no te llame para que estés haciendo preguntas
- ¿Entonces?
- Necesito que prepares a un equipo especial que pueda venir a sacarnos en unos días
- ¿Sacarnos? – cuestionó - ¿Y según tú cuanto es unos días?
- Sí, sacarnos – afirmé – A Ivy y a mí
- Así... que... Ivy – dijo con un tono que no me gustó en lo absoluto - ¿Ya sabes su apellido al menos?
- Pronto
- Así que no has conseguido nada
- Cambia ese tono – exclamé malhumorado
- No tienes por qué reaccionar así, no dije nada malo
- No es lo que dijiste o lo que no, es la forma como lo dijiste
- Eres una persona sumamente complicada
- Mi paciencia se acaba
- Bien, bien, ¿Qué más necesitas?
- Como ya dije, un equipo especial, además quiero que revises el plano del lugar a detalle, los horarios de los guardias, el cambio de guardia, los horarios de los doctores y el personal médico adyacente; todo debe de ser preciso.
- Bien...
- Busca las mejores salidas externas y habla con el equipo para acordar el plan que usaran para extraernos; Ivy y yo nos encargaremos de salir de esta zona y llegar al primer nivel, lo importante es que ellos logren sacarnos del complejo
- Me pondré en ello ahora mismo, pero ¿Cuándo exactamente quieres que se lleve a cabo todo esto?
- En unos días, primero tengo que solucionar unos asuntos aquí
- ¿Qué tienes que solucionar?
- No importa, lo resolveré y después nos sacarás de este lugar
- ¿Y sobre esa chica? ¿Tendré que seguir buscando información?
- Tendré el apellido pronto y buscarás todo lo relacionado con ella
- ¿Por qué no se lo preguntas directamente?
- Como si fuera tan fácil – murmuré
- No creo que pueda ser más complicada que tú – dijo y puse mala cara
- Bueno, eso es todo, te llamaré en un par de días
- Oye... pero... - comenzó a decir, pero terminé la llamada
Apagué el celular y lo devolví a su lugar; no tenía ganas de seguir lidiando con Enzo y con sus preguntas sin sentido, además mi paciencia ya estaba al límite y en cualquier momento podría estallar.
Ahora venía el segundo problema, hablar con Ivy y ese sí que era un reto porque entre todas las personas que había conocido, ella sí que era un caos.
Estaba decidido, no esperaría más, tenía que abordarla y hablar con ella, así que me levanté de la cama, tomé las llaves que me había dado ese guardia y salí de la habitación con dirección a la de Ivy.
Me aseguré que nadie me viera y con cuidado logré llegar hasta mi destino, no estaba seguro si la habitación se encontraría cerrada o abierta, pero al tomar el pomo de la puerta, me di cuenta que se encontraba abierta, así que, sin más demoras, entré.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó Ivy desde el suelo y simplemente cerré la puerta detrás de mí
- Te dije que teníamos que hablar
- Y yo te dije que no quería
- No me importó antes y menos ahora
- Que te jodan, Logan – exclamó levantándose
- Que te jodan a ti – exclamé acercándome a ella - ¡¿Quién te crees que eres?! Te recuerdo que tenemos una alianza y no puedes solo hacer lo que te plazca, así que ahora vas a escucharme
Ivy trató de apartarse, pero me apresuré a tomar sus brazos y evité que se alejara
- Por una vez cállate y escúchame
- No quiero
- Pues no tienes otra opción – dije sin soltarla
- ¡Suéltame!
- ¡Cállate!
- Logan me estás lastimando – dijo, pero ya no tenía control – Me lastimas – volvió a quejarse
No quería hacerle daño, pero no podía evitarlo; mis manos la sujetaban con demasiada fuerza y podía ver en su rostro el dolor que estaba sintiendo, pero entonces un dolor inclusive peor me invadió al sentir su rodilla impactar con mi entrepierna, lo cual me obligó a retroceder y soltarla.
- Te dije que me soltaras – escuché decir a Ivy, pero lo único en lo que podía concentrarme era en el intenso dolor que sentía
Me quedé quieto por un largo rato mientras el dolor iba disminuyendo y cuando por fin pude volver a respirar con algo de normalidad, levanté la vista hacia Ivy que se encontraba sobre la cama mirándome fijamente.
- Te lo advertí – dijo sin más
- Lo sé – admití incorporándome un poco
- Vale, te escucho
No podía creerlo, esta chica sí que estaba loca y no había otra palabra con la cual describirla; simplemente no tenía sentido para mí.
¿Para qué generar tantos problemas si al final iba a acceder a hablar?
- ¿Es enserio? – pregunté disgustado
- Si no quieres no hables
- Creo que prefiero a la chica amable de antes
- Pues es a esta a la que tienes, así que habla o vete
Hice acopio de toda la paciencia que me quedaba y me acerqué lentamente hasta donde ella se encontraba, me senté despacio sobre la cama sintiendo nuevamente algo de dolor, pero hice eso a un lado y me concentré en ella.
- Tenemos que encargarnos del asunto de Duncan y de los detalles para salir de este lugar, a menos claro que eso no te importe
- Claro que me importa
- Entonces céntrate de una vez y deja las niñerías a un lado
- Mira quien habla
- ¿Estás jugando? – cuestioné
- ¿Tengo cara de estar jugando?
- Contigo ya no sé qué esperar
- Es una excelente cualidad
- Exasperante diría yo
- Bueno, prefiero ser exasperante que irritante
- Eres ambas cosas
- Tú no te quedas atrás – respondió y bufé verdaderamente irritado
- ¿Quieres seguir discutiendo o prefieres hablar?
- Hablemos – dijo acomodándose sobre la cama – Así podrás irte y dejarme tranquila
- Excelente razonamiento
- Entonces...
- Bien, viste que nos entregan la comida por una ventana
- Si... da a la cocina
- Exacto, pero si no hay ninguna entrada que conecte la cocina con el comedor...
- Entonces debe haber otra salida en la cocina – terminó por mí y asentí
- Necesitamos la llave de esa puerta
- ¿Y porque no se la pides a tus esbirros?
- No tengo ningún esbirro
- Por supuesto que no – su sarcasmo era más que evidente
- Además, como tú ya lo dijiste, puedo comprarlos, pero no tengo su lealtad y terminarán traicionándome
- Bien dicho – dijo sonriendo
- Al parecer también están bastante controlados por ti ¿no?
- No es control
- ¿Entonces?
- Soy amable, hermosa y vulnerable, ¿Por qué no habrían de ayudarme?
- Te falto manipuladora, controladora e irritante; además, ¿vulnerable? Eso imposible
- Que bien que lo tengas claro – admitió y sonrío - Así que esperas que yo consiga la llave ¿verdad?
- No creo que sea una tarea muy complicada ¿o sí?
- Claro que no – aseguró mirándome como si me quisiera diez metros bajo tierra
- Entonces ya está, tú consigue esa llave y yo me encargaré del resto
- Bien y con lo de Duncan ¿qué haremos?
- Tu amigo ya borró el video de seguridad, pero deberías preguntarle si encontraron otra evidencia
- ¿Mi amigo?
- Ese tal Matthews
- Ah – dijo con desdén – Pues hablaré con él
- Yo me encargaré que los demás guardias no estorben
- ¿Algo más? – preguntó
- Harías bien en decirle a tu amigo que no me gusta que me pregunten las cosas
- Si, le advertiré que sueles perder el control cuando no tienes lo que quieres
- Yo no pierdo el control
- ¿En verdad? - cuestionó acercándose – Porque conmigo siempre actúas un poco...
- Tu eres quien me orilla a actuar así
- Por supuesto – aceptó apartándose
- Avísame cuando tengas la llave
- Claro – aceptó y me levanté para marcharme
No había dado ni dos pasos cuando la sentí sujetarme por el brazo y me di la vuelta para mirarla
- Gracias
- ¿Y ahora que hice? – cuestioné confundido
- Gracias por sacarme de la oficina del doctor Barroso
- Por...
- Te lo hubiera dicho antes, pero no dejas de discutir conmigo
- ¿Ahora yo soy quien discute?
- Por supuesto
- Bien – acepté sin ganas de dar inicio a otra discusión – pero, ¿Por qué me das las gracias?
- Solo quédate con las gracias ¿sí?
- Claro – acepté y ella por fin me soltó
Salí de la habitación y me dirigí a la mía; nuevamente Ivy me había dejado realmente confundido, no entendía porque me daba las gracias o porque al final de nuestra conversación había actuado de esa manera y tampoco podía comprender porque no me había reclamado el haberla lastimado cuando no tenía ningún derecho de hacerlo.
Yo no era inconsciente, sabía que mis arranques violentos no tenían justificación y que no debía arremeter contra las personas que no me habían causado ningún daño y sí, Ivy acababa con mi paciencia y me provocaba una gran frustración, pero yo no tenía por qué hacerle daño.
Francamente merecía el golpe que me había dado y mucho más que eso por la forma como la había lastimado; yo era muchas cosas y todas las aceptaba, pero esa parte de mí, que siempre terminaba hiriendo a las personas más cercanas, la detestaba.
Así que buscaría la forma de compensárselo, después de todo era mi aliada y merecía respeto; quizá podría comenzar averiguando porque me había agradecido el haberla sacado de la oficina de ese doctor y que era lo que le molesta; tal vez si solucionaba ese problema, me evitaría mayores discusiones en un futuro cercano.
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