Capitulo 13 (Especial Día Del Niño Parte 7)

Mi querido Afrodita.

Mi pequeño que siempre llenaba los recintos patriarcales con hermosas flores que recogías en los campos silvestres.

Desde niño, has tenido ese toque de elegancia, curiosidad y cariño hacia todo lo que consideras hermoso.

Adorabas tanto cuidar cada detalle y te enojabas si las flores se marchitaban. Les dabas agua, las cambiabas constantemente, les hablabas para que fueran bonitas siempre.

Cuando me llegaste a hacer esas bonitas coronas de flores, fueron detalles que siempre eh atesorado.

Y eso es algo que quiero que siempre tengan en mente, qué sin importar lo que pase o suceda, cada uno de mis pequeños niños son especiales para mí.

-Oh... Patriarca...- La sonrisa en esos labios maquilados con labial rosa, demuestran la sonrisa melancólica por la alegría de aquel recuerdo.

Shura, el valiente niño que ya deseaba defender a nuestra Diosa Atena, y practicaba conmigo, al defenderme de cualquier cosa.

Nunca voy a poder olvidar, las veces que estabas conmigo en los días que más trabajos había, y aunque fueras solo un niño de tan solo cuatro años, te acomedías a ayudarme a organizar papeles o que me pasaras sellos...

Moría de ternura cada vez que algún caballero llegaba apurado y no se presentaba adecuadamente, lo de tenías rápidamente...

Esa pequeña espada de madera qué te hice, la usabas como medio de advertencia para que mostrarán sus respetos ante mi, pues... Si me faltaban al respeto entrando de esa forma, no merecían llevar el título de caballero.

Tan fiel has sido, y tan adorable también, aunque cualquier cumplido que te dedicara, te hacia sonrojar. Ocultándote detrás de tus manitas.

Mis niños, qué con sus cualidades únicas. En aquellos momentos en que pensaba en el pasado y me sentía realmente trise, con su sola presencia hacían qué yo reirá y olvidara cualquier dolor.

-Su santidad...- Igual que en esa carta, sus mejillas se han tornado rojas y comienza a sentir mucha vergüenza, como alegría, sonriendo dejando escapar una lagrima de añoranza.

Nunca olvidaré las miles de ocurrencias qué tenías Milo.

Aunque creo que aún las tienes, espero qué estás no sean tan arriesgadas como aquellas inocentes travesuras qué solías hacer.

Nunca has tenido maldad en tu corazón, pero si eres mi hijo más travieso.

¿Cuántas veces te dije que no podías tener escorpiones de mascota?

¿Y cuantas veces termine sacándolos de tu templo?

Tu sonrisita inocente al decirme que "Eran tus amiguitos".

-Les dije que no lo picaran a usted. Eran muy buenos mis bichitos-

¿Cómo un niño de tres años no le temía a los escorpiones?

Fácil, parecía que te podías comunicar con ellos, y también era porque nunca te mostré o enseñe qué eran peligrosos... Al menos no para ti.

Ellos nunca te hirieron...

Tal vez a mí no me gustaron mucho, pero... Cada que encontrabas uno me lo enseñabas y yo me sorprendía con tu inmensa facilidad con algo tan pequeño como peligroso.

Aunque no te limitaste solo a los escorpiones. Cualquier insecto o arácnido te gustaba traerme, y a veces ponerlo en mi mesa de trabajo, escritorio, regazo, o... En la cama. Cuando desperté rodeado de escarabajos peloteros y tú, tan adorable dormido entre mis brazos.

No supe como llegaste allí, pero... Escucharte llamarme papá, fue bastante hermoso.

Por esa razón, quiero qué todos ustedes, mis amados hijos, conozcan que son todo eso y más para mí.

Son mis hijos, porque yo los crie como tal, nunca lo olviden.

Su carta ya está manchada por miles de lágrimas qué se le han escapan, los fluidos nasales igual se han presentado, aunque los ha intentado aspirar para no estar peor.

Pero el escorpión dorado esta hecho un mar de lágrimas, con una sonrisa que solo representa la enorme felicidad por saber que tiene el amor y calor paternal qué siempre deseo, y que sin darse cuenta posee desde hace años -A partir de hoy... De nuevo... Lo llamaré así...-

Shaka... Puedo decirte que desde el momento en que llegaste la santuario... Tan pequeño, delgado y frágil. Si solo me hubiera dejado guiar por la vista, qué de hecho si lo hice por un segundo... Desee cagarte, temiendo qué te pudieras herir, alimentarte correctamente y pedirte que me contaras todo de ti.

Pero conocí tú cosmos desde un inicio, y frágil es algo que nunca has sido, y no has dejado que fuera así. Pero, no quería que pensaras que solo encerrarte en ti mismo era algo bueno.

Y me alegro que a veces fueras al recinto patriarcal y me pidieras qué te enseñara Griego. Entendía muy bien sus habilidades y el rápido desarrollo que tenían de ellas. Por eso, ya era una urgencia para algunos aprender el idioma... El enseñarte fue una manera de acércame a ti.

Varias fueron la veces que te quedabas dormido y te recargabas en mi regazo, con el cuaderno de ejercicios en mano, te dejaba descansar tranquilo, y me alegraba el corazón que te sintieras seguro conmigo.

Por esa razón, porque sabía lo que sufrirías y tendrías que pagar, quería que conocieras algo más que solo la soledad. Ahora ¿Imagino que lo entiendes, pequeño Shaka?

Como mis hijos que son ante mis ojos, solo deseaba en ese momento llenarlos lo más que pudiera y se nos permitirá de instantes infantiles solo para ustedes, qué lograran vivir una infancia lo más normal posible.

En posición de flor de loto... Dentro de aquella habitación de los sales gemelos... Donde nadie podría encontrarlo, mostrando algo de su debilidad qué despreciaba, pero la acepta.

Recordó mucho por esas palabras, enseñanzas qué creía inútiles.

-Sí, lo entiendo bien- Pronuncia esto, ocultado su mirada con su fleco, pero las gota de agua salda no las puede evitar.

Death Mask... O mejor dicho Ángelo.

Sé perfectamente que nunca te ha gustado ese nombre.

Pero fue el que se me ocurrió...

En ese momento, solo eras un bebé, uno que... Bueno. Conoces la historia, los detalles están de más.

Pero, como paso el tiempo en que eras tan enfermizo, delicado de salud, necesitando estar al pendiente de ti a cada minuto.

Discúlpame si tuve que ordenarles a otros tu cuidado, pero necesitaba atender los asuntos del santuario...

-Aún así... Usted no se desatendido de mí, ni una vez- Se quiere morder los labios, reprimir las ganas de llorar y el coraje que trae en su ser por aquellas mala decisiones.

Recuerdo bien, cuando de más grande, me pedías ir al lago, qué sólo fuéramos nosotros solos y te ponías a nadar todo el rato, y en tus inocentes travesuras me arrojabas agua para que te acompañará, a veces funcionaba, en otras no, pero tus ocurrencia siempre han desafiado la autoridad y más de una vez te tuve que llamar la atención, pero eso nunca significo que no te amara.

Aunque, muchas veces los lleve al límite, les mostré qué su destino sería crudo y cruel.

Me dolía y hería el corazón hacer eso, porque solo era unos pequeños inocentes, qué conocerían la maldad del mundo y la de los Dioses desde una muy temprana edad. Quería evitarles eso lo más posible pero, sabía que no podría ser así para siempre.

Mi gran niño Aldebarán.

Siempre has poseído una sonrisa en tus labios, una risa tan sonora y contagiosa.

Te encantaba llegar conmigo y contarme algún chiste que te habían contado, y querías que yo lo oyera, muchas veces me hacia reí tanto que olvidaba mis ocupaciones por unos instantes.

Y yo también te compartía los chistes qué sabía, no eran tan buenos o divertidos como los que tú me contabas, pero también te hacían gracia y luego ibas afuera a contárselo a todos.

Siempre has querido compartir esa alegría y espontaneidad qué te ha caracterizado, a la vez que disfrutabas darles alegrías a todos por igual.

Aún recuero cuando me pediste enseñarte a preparar postres. Me sorprendiste con esa petición y al cuestionarte respondiste con una enorme sonrisa lo siguiente:

"-Mis hermanos dicen que los pasteles son lo más rico del mundo. Y vimos uno muy delicioso en Rodorio la otra vez, y todos queríamos una rebanada. Y ahora yo se los prepararé-."

Desde niño haz amado hacer feliz a los demás, por eso siempre te has logrado abrir camino en los corazones de muchos y eso jama lo olvides.

Por eso les quiero pedir disculpas, perdónenme... Por tener que guiarlos en este camino qué no pidieron, pero ya eran muy necesitados. Puse una carga enorme en sus hombros y aunque sabía muy bien que todos tenían miedo, ninguno desistió, siguieron adelante, lo hicieron con un inmenso orgullo y sé... Que era para no decepcionarme y eso jamás lo van hacer hijos míos.

Con una enorme sonrisa muestra los dientes, sentado en una silla frente a una mesa, su rostro muestra una inmensa alegría, pero los recuerdos por aquella carta lo llenan de nostalgia y claro que las lágrimas hacen uso de presencia.

Solo con recordar aquello, es evidente que se trasporta a otros momentos de la tierna infancia.

Mu, mi pequeño y curioso alumno.

El haberte encontrado aquella vez en Jamir... En un desolado páramo, con tu llanto por el clima extremo. El solo verte... Me confirmaba que no estaba solo como Lemuriano.

Fui muy duro contigo y lo siento tanto... Pero creo que me entiendes ahora que también tienes un alumno y sabes... Que lo último que querríamos es que algo malo les llegará a pasar, por esa razón... Debí ser extremadamente estricto contigo.

Siempre me dolió hacerte tanto daño, por eso... Las ocasiones en que podíamos solo estar tranquilos, sin que entrenaras, no enseñarte nuestra labor. En donde, con la brisa del viento y tu inocente curiosidad, nos sentábamos al borde del acantilado a ver las estrellas y tú me pedias que te contara las historias de siempre...

Me hacías tan feliz, te conté tanto, y te compartí todo lo que pude.

Pase conocimiento... Como lo hace un padre con su hijo... Por qué eso eres para mí, como lo son todos mis pequeños dorados.

A cada uno de ustedes, mis doce revoltosos y grandiosos hijos, qué eso les quede por completo en claro, qué ninguno es más especial que el otro para mí.

Los amo a todos por igual, quiero lo mejor para todos. Deben saber que este viejo corazón los amara sin importar lo qué suceda. De verdad quiero qué sepan que cuando lo necesiten yo los abrazare, escuchare y les daré el mejor concejo posible, como también deben siempre tratar de pasar el mejor momento posible.

No va contener sus lágrimas, ni el fuerte latir de su corazón, está feliz, tan alegre de la vida que es imposible no contenerse y este bien, nunca ha temido llorar, ni demostrar lo que en realidad siente.

Y más por tan bellas palabras.

-Lo entiendo bien, maes... Papá...- Ver de reojo a su alumno durmiendo tan tranquilamente, lo hace asentir -Solo queremos lo mejor para todos los pequeños qué siguen nuestros pasos... Y poder proteger su alegría por siempre-

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están terrones de azucar?

Espero que estén disfrutando la parte ya final.

No se vayan a confundir, entenderán mientra mas sigan leyendo, pero en fin.

Ya mañana sera el día del niño aquí en México, pero como han estado festejando todos los días...

Pregunta.

¿Como les festejaban el día del niño cuando eran pequeños?

A mi, pues en mi ciudad llegaba la feria por estos días, así que me llevaban a la feria de noche, allí te regalaban nieve de limón, palomitas, vasitos de refresco y se pagaba la mitad del precio por el boleto del niño y podías ir a todos los juegos mecánicos y lo disfrute mucho. Lo que me caí tan mal eran los conciertos y siempre me aburría.

En la escuela el convivió y algunos regalitos, y sobre todo en las tiendas grandes pasteles, dulces y mucha diversión en la plaza.

De allí tome inspiraron para este especial.

Primero algo... Vamos a cantarle la canción oficial a un terrón, pues hoy esta de cumpleaños.

Y uno, y dos, y tres...

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades RubyPrz93, tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades RubyPrz93, tu cumpleaños si que si.

Espero que la pases super bien comas mucho pastel.

Ahora respondan ustedes terrones.

Les agradezco de todo corazón a lo terrones que me leen.

Cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas.

Los quiero mucho.

Ammu se va.

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