Capitulo 11 (Especial Día Del Niño Parte 5)

Hoy en mi ciudad se estrena la película de Saint Sieya, iré a verla en un rato mas junto a papá terrón.

Mañana les cuento que tal.

Disfruten la lectura de este.

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-Wuujuu qué buena esta la carne- Brinda con una enorme jarra de cerveza el cangrejo dorado.

-¿Podrías comportarte mejor?- Va cortando con parsimonia un poco del enorme filete qué tiene delante.

-¿Por qué, Florecita?- Le sonríe coqueto, tocándole la mano -No todos los días podemos comer algo así de delicioso-

-Por todos los cielos, cangrejo imbécil- Retira la mano de aquel agarre para ignorar al contario para beber del té que tiene a un lado -Tú cocinas mejor, solo que eres demasiado flojo como para invitar-

-Ooooh, lo que escucho ¿Es que mi Florecita me esta haciendo un cumplido?- Se le acerca sonrojándose, y queriendo casi besar al Piscis -Deja te dio una recompensa-

Le da un fuerte golpe en la barbilla para que se esté quieto -¡¡¡QUÉ TE QUITES!!! ¡¡¡APESTAS A ALCOHOL!!!- Aunque no niega qué ese acercamiento fue agradable, ya que el cangrejo ha sido su único amor desde que eran unos chiquillos, pero por la forma de ser del Italiano, pensar en una relación romántica, claramente es cada día más descartado.

Aunque el descaro del peli morado no es nada indiferente para los demás, poco les importa a los dos tener algo de público en si.

-Se llevan bastante bien-

-Siempre han sido así, desde que éramos unos niños- El peli verde come un poco de la pasta con champiñones y crema que tiene delante, siendo todo acompañado con una rica bebida helada sabor manzana.

-Entonces, ¿No han cambiado nada?- Toma con un tenedor un poco de la carne asada qué tiene en su plato.

-Solo en altura y poder, pero siguen siendo los mismos despistados y ruidosos de siempre- Sonríe y lanza un suspiro animado, para tomar su papel de adulto responsable y con cuidado -Debes comer también las verduras, no sigas los malos ejemplos de Death, al comer solo carne-

Este acto por alguna razón, sorprende y hace sonrojar muy levemente al dragón, qué sólo asiente ante tal acto.

Puede ser la sonrisa y una mirada curiosa de añoranza al ver como esos dos se llevan "Tan bien", lo que le causa una cierta intriga, pues... No recuerda a ver visto alguna vez a Shura interesado en nadie o simplemente no ha prestado suficiente atención.

Mientras sigue comiendo su pasta y tratando de pasar el día lo mejor posible, no va a negar que se ha divertido junto a sus mejores amigos y este niño... Su pensar es simple.

"Es una lástima que pronto acabe este día tan divertido."

-Shura, ¿Te puedo hacer una pregunta?- Duda un poco, jugando levemente con los brócolis y lechuga qué le sirvió el mayor.

-Dime- coloca un bocado en su boca, para seguir mirando la discusión de Piscis y Cáncer en silencio.

-¿Alguna vez, te has enamorado de alguien?- Le parece bastante obvio que algo raro le sucede, pues ver a los otros dos demostrando su "Cariño" bastante apache, le despierta ciertas cosas al Capricornio.

Se sorprende por esa pregunta, tanto es así que suelta sobre el plato su tenedor, y sus ojos desvían el campo visual, para sonrojarse levemente -Yo... La verdad...-

De vuelta en alguna cadena de hamburguesas, con colores azules en las paredes.

-Aioros, son demasiadas papas fritas hasta para Seiya-

Sin dudarlo más, abraza con fuerza al Géminis mayor, para darle un besito en la frente -Oh, no pasa nada mi precioso Saga, hermoso, que amo con todo mi corazón- Se ha puesto bastante romántico, pues no va a perder oportunidad alguna.

El sonrojo en el rostro del tercer dorado es bastante evidente, como adorable, significa qué su corazón está feliz, pero... Tal vez le hubiera gustado que fuera más calmado el asunto, pero hablando de Sagitario eso pudo haber pasado o no.

-No tiene nada de malo que Seiya disfrute un poco de las papas fritas, después de todo, una vez al año no hace daño- No puede evitar darle un beso en la mejilla a Saga, para abrazarlo más fuerte y también darle unas cuantas papas en la boca.

-Pero... Una comida adecuada, debe tener más que solo papas fritas, malteadas y postres. Ya comió mucho de eso en el cine y...- El ser tratado con todo ese cariño y amor por parte de su centauro le da tantos nervios en su corazón, qué no sabe como comportarse más que como un poco regañón y sensato a lo que puede -Por favor, amor no...- Hasta se queda callado de golpe por lo que acaba de decir, ya que solo en sus sueños le había dicho de esa manera y de repente se lo puede decir sin miedos, ni restricciones...

Solo recuerda que después del beso qué Kanon le dio a Aldebarán, fue la forma en que Aioros se animó de hacer lo mismo con Saga, pues en sus propias palabras...

"No puede dejar pasar más tiempo sin profesarle su amor"

-Te amo, te amo, te amo Saga... Te adoro mi corazón hermoso de cabellos azules preciosos, te quiero con toda el alma- Le hace cumplidos a más no poder, para seguir dándole miles de besos en la mejillas, pues el gemelo mayor le pidió que en los labios solo fuera privado pues le da aun pena.

Los ojos marrones del Pegaso se fijan apenas en su maestro y Saga. Sin duda se imaginaba que algo como eso llegaría a pasar, pero no le toma mayor importancia...

Al igual que al girarse a su flanco derecho, puede ver como Aldebarán, ya está consintiendo al Dragón Marino, dándole en la boca nuggets de pollo, la bebida que guste y luego un postre dulce y, todo esto mientras el segundo tiene una cada de enamorado que no puede evitar y Kanon, sonríe triunfante dándole de recompensas besos por ser tan lindo con él.

Sin duda, Seiya está en medio literalmente dos parejas bastante melosas, aunque le incomoda un poco sus muestras de afecto tan notorias, no es algo que le desagrade de verdad, tanto tiene papas fritas, tienes sus juguetes, consola y, aunque Sagitario y Tauro están atentos de los gemelos, le prestan todavía atención... Y mientras pueda comer y ver feliz a sus amigos, está todo bien para él.

Ahora nos vamos para un lugar que venden deliciosos mariscos.

La comida marítima es muy buena.

-Ordene tu favorito. Espero te guste-

-Ah... Si, gracias-

-Pocas veces había podido comer pescado y esta realmente bueno-

-¿De verdad?- Sorprendido por lo que acaba de decir el unicornio -Hacia tiempo me lo habían recomendado, pero no había tenido oportunidad de venir-

-En Siberia, Camus y tú comían mucho pescado, ¿Cierto?-

-Sí, era lo mejor para comer. Una pesca era suficiente para casi una semana- Aún está un poco cohibido ante sus interacciones con el Escorpión dorado, pero lo está intentando, como todos a su alrededor.

-Recuerdo una vez que fui a visitarlos y ese día casi me estaba muriendo por una espina- Ríe casi a carcajadas.

-Eso no fue gracioso, nos asustaste a todos y mis niños lloraron por que creían qué te morías de verdad- Camus, frunce el ceño, recordando las caras de angustia de sus dos aprendices.

-Perdón cubito- Hace una señal de perdón, juntando sus dos manos delante de su pecho y sonriendo apenado -Pero quiero contar esas historias para que las conozca también Jabu, ya que es parte de nuestra pequeña familia- Le da unas palmadas en la espalda a su discípulo, qué lejos de sorprenderse, sonríe feliz por este trato.

Jabu tampoco había tenido una familia al igual que el resto de aquellos cien huérfanos, y encontrar una con el caballero de Escorpio y su pareja, sin contar que Hyoga está incluido en esta, lo hace sentirse feliz.

-Muchas gracias- No pudo evitar sonríe, y sentirse querido... Pues no solo Milo lo integró, sino que Camus también lo ha estado haciendo de a poco... Y más por el apoyo que brindo por la situación vivida con Hyoga.

-No agradezcas, es lo que somos ahora los cuatro- El mago de agua y hielo, también se siente alegre al ver las sonrisas de los jóvenes, pero sobre todo al notar que su alumno esta calmado.

-¿Familia?- Murmura quedamente el Cisne, dándose cuenta que esa palabra sigue en pie.

-Claro que si- Responde Milo, quien lo escucho muy bien.

-¿Qué?- Se sorprende por que pensó que fue discreto en sus palabras, aunque no puede escapar del buen oído de un dorado.

Sonríe y lanza un suspiro -Hyoga, tal vez desde un inicio debí hablar contigo, así hubiéramos evitado todo este mal entendido. Ya que... Sé muy bien que Camus significa tanto para ti, al igual que para mí, pero de diferente forma- Trata de aclararlo lo antes posible.

El rubio lo mira atento, algo incómodo, pues no creía que hablarían de algo como esto tan pronto

-Emh... Si-

-Lo que quiero decir... Es que, yo no quiero alejar a tu maestro de ti, nunca ha sido mi intención y, perdóname si creíste que así era- Sonríe rascándose la nuca -Soy medio empalagoso y meloso, pero es mi forma de demostrarle todo mi amor a mi lindo Camus- Explica sonriente, mentar las mejillas de decimo primero se sonrojan y Jabu gira los ojos, sorbiendo un poco de su limonada.

-Mi intención jamás fue apartar a alguien de nadie, sino... Volvernos una enorme familia, ahora los cuatro- El pelicerúleo es bastante puro sobre sus sentimientos y honesto al hablar sobre la situación actual, incluso maduro, sí es que lo explica de forma correcta.

El Cisne solo lo escucha con los ojos curiosos, algo confundidos, casi como si volviera a ser un niño y lo escuchara de nuevo hablar sobre el amor que tiene por su maestro.

-Antes éramos cuatro... Yo iba a visitarlos, no para robarles su tiempo con Camus, sino para pasar tiempo también con Isaac y contigo- El mencionar ese nombre, causa qué ambos acuarianos se sientan un poco tristes, pero conservan su calma.

-Deseaba formar parte de sus vidas... Y sigo queriendo lo mismo... Pero ya no sólo con Camus y contigo Hyoga, sino que ahora agregar a Jabu a nuestra familia-

Ambos bronces se sorprenden y atentos miran al Escorpión.

-Por esa razón... Creo que si me das tu permiso para estar siempre a lado de tu hermoso maestro, mi lindo cubito- Es imposible para él dejar su tendencias cursis de hablar -Lo haré muy feliz y a ti igual, como a Jabu. Ya que...- Mira de reojo al peliaguamarino y sonrojado continua -Ambos hemos planeado volvernos una familia más oficial qué antes-

Ambos menores se quedan aún más confundidos. Al notar esto, el décimo primero dorado suspira y llama la atención de los Bronce.

-Lo que Milo quiere decirles, es que... Si están los dos de acuerdo y claro que no será de inmediato...- Sus ojos violetas llevan ahora un brillo especial, y un sonrojo igual de precioso -Casarnos sería una posibilidad futura y con ello, aunque ustedes sean más grandes o mayores de edad, adoptarlos de manera legal y volvernos una familia más consagrada de esa forma-.

-¡¡¡¿DE VERDAD?!!!- El cisne no puede evitar quedarse impresionado por esto.

-Si-

-Espero que no te moleste, igual... Puedes tomarte el tiempo necesario para similar la noticia y estaremos bien con ello- Comprende perfectamente la situación -No quiero qué uno de mis hijos sufra-

Pero fuera de que el rubio se enoje o algo por el estilo, solo suspiro y sonríe levemente... Tal vez no diga más, pero... Está dando a entender que aprueba esto.

Sin embargo quien llama más la atención de todos es el unicornio, quien... Con la cabeza baja y con lágrimas cayendo sobre la mesa y su regazo, deja ver un poco de su asombro y alegría.

A diferencia de algunos, Jabu no tuvo suerte de tener un maestro que se preocupará por él al grado de volverse hermanos mayores, o incluso figuras paternas...

Con Milo, sentía algo así. Y ahora, con que resulta que están pensando en adoptarlo, aunque no tenga mucho de conocerlo, se le hace algo increíble... Que incluso las lágrimas no las puede retener.

Los tres se quedan impactados, más el Escorpión dorado imita como su Cubito es, sabiendo lo que es necesario, le dedica una sonrisa al unicornio a la vez que lo toma suavemente del hombro dándole su apoyo, es importante calmarlo y reconfortarlo.

---En Un Restaurante Japonés---

Ambos leones habían tenido que cumplir el siguiente paso de la misión a regañadientes.

Ikki se rehúso a ir, pero Aioria tuvo que obligar hasta donde pudo.

Habían pedido kushikatsu, unas brochetas de carne con vegetales y condimentos...

La mesera es amable y el arroz es de cortesía...

Incluso le pareció algo adorable como el mayor intentaba sacarle plática al Fénix, pero nada funcionaba.

Así que decidió darles un empujón.

-Aquí tienen sus órdenes-

-Oh, gracias señorita-

-De nada- Deposita los platos y bebidas sobre la mesa -Es bastante adorable ver como dos hermanos vienen a comer juntos. Que el mayor se esfuerce mucho por alegrar al menor-

Solo dijo esto antes de irse para no sonar tan entrometida.

Y claro que eso resonó muy fuerte en las mentes de ambos.

"-¿Hermano mayor?"

"-Hermano menor-"

Fueron los pensamientos de cada uno.

Si bien, Aioria siempre fue el menor, consentido, mimado, amado y muy protegido siempre que pudo Sagitario, al igual que ahora.

En cambio, el Fénix... Siempre tuvo que ser el fuerte, el valiente, el protector. Quien cuidara del menor por sobre cualquier cosa.

Ahora mismo, tal vez la lucha interna por entender que este nuevo trato en que se encuentran es muy diferente a lo que están acostumbrados... Tal vez por ese el conflicto que viven.

Se niegan a volverse lo que siempre admiraron y protegieron.

Aioria, necesita entender qué si bien, ser maestro es una mezcla de muchas perspectivas, de ser alguien que le enseñará a punta de madrazo como están acostumbrados, igual puede llegar a ser protector, cuidadoso, y amable. Ayudarlo a entenderse, pues está en la adolescencia y sabe que eso puede llegar a ser un fuerte dolor de cabeza.

Esto podría ayudar al Fénix, para entender que no debe cargar con todo el pesar en sus hombros. Y que tal vez ahora que su hermanito está en buenas manos, que tiene a más personas que se preocupan por él, se pueda dar el permiso... De también dejar de ser tan protector y solo... Ser Ikki.

Puede que las palabras maestro y alumno sean muy sofocantes para el menor y entablar ese lazo con el León dorado ahora es casi imposible, sin embargo, si se tratan con una diferente perspectiva, puede qué ese lazo se pueda formar de mejor manera.

Una amistad, una hermandad qué hagan.

Puede que sus mentes estén hechas un embrollo ahora... Porque uno quiere ayudar y el otro no se deja, pero pueden ocurrir sucesos inesperados.

-Oye, ¿Mañana entrenare contigo?- Puede ser raro y difícil de creer, pero Ikki es quien habla primero, con la mirada furica, pero un semblante un poco más amigable.

Pensó por unos segundos el cómo se ha esforzado el quinto dorado por él. Si bien, primero fue por la misión, puede que en algún punto ya no fuera así.

Un poco de duda razonable podría ayudar.

El león dorado se sorprendió por esto, y aunque su boca demuestra sorpresa, sonríe y asiente gustoso -Claro, a primera hora del día-

-Bien... Estaré en el coliseo- Se decide a tomar una de las brochetas y nota su sabor picoso.

-Espero que no te moleste que las pidiera con picante-

-Usualmente los extranjeros las prefieren sin tanto sabor-

-Bueno, Marin me enseñó el gusto por la comida japonesa y con ese sabor fuerte-

Una sonrisa burlesca se dibuja en su rostro -El caballero femenino de plata, ¿Águila?-

-Sí, la misma- Sonríe feliz por pensar en ella.

-¿Es tu novia?- Pregunta de forma picara y entrando un poco en confianza

-Es solo mi amiga- Dice sin mayor rodeo, aunque sonriente, pues parecen estar hablando de manera civilizarla al fin.

Sin forzar la situación, ni enojarse mutuamente, parece que están llevando mejor la situación.

Ahora,... En un restaurante Griego tipo Buffet.

Mu, Shaka, Kiki y Shun... Disfrutan tranquilos del ambiente y la comida, donde todos pudieron escoger diferentes platillos típicos del país...

Al ser todos asiáticos y, si bien... Los dorados han estado más tiempo en el santuario Griego, prefieren comidas más al estilo de su lugar de origen, por ende esto es un poco nuevo para ellos.

Kiki, tuvo permiso de escoger todo lo que quisiera, siempre y cuando lo comiera completo y no solo comiera postres.

Shun, decidió seguir esta vez una dieta más acorde a su maestro, escogiendo las ensaladas, pastas y cualquier platillo que no contenga carne. Debe estar agradecido de que Shaka sea vegetariano y no vegano, así que una ensalada horiatika, dakos y demás variedades estará bien.

Por su parte... Mu qué decidió seguirle las ideas a Kiki y comer más variado... Algunas albóndigas con tomate, y calamares fritos, simplemente no pudo ignorarlos.

También tuvo que escoger la comida de Shaka, ya que el rubio se encontraba apartando la mesa, pues muchos estaban deseos de entrar a ese local. Así qué Virgo hizo uso de su rostro serio para correr a cualquier qué quisiera sentarse en aquellas sillas reservadas.

Al volver... Empezaron a disfrutar sus alimentos en calma y entre risas.

Kiki está mega feliz por todo lo que le habían regalado. Si bien, los dos adultos pensaron en un juguete cada quien para el pequeño aprendiz, un peluche de borrego y un juego de mesa. El Lemuriano menor solo está soñando con volver al templo de Aries para poder jugar.

Aunque por su parte, Shun también recibió unos pequeños regalos, una pelota de básquet por parte de Mu, ya que alguna vez, Andrómeda comento que le gustaría aprender ese deporte, ya que de niño no tuvo oportunidad de hacerlo.

Shaka, prefirió regalarle un libro... Y aunque se diga que eso no es como tal un "Juguete" Para el peliverde esto lo lleno de alegría, pues se trata de algo que le dará conocimientos en el arte de la meditación como principiante. Y se pondrá a practicar en cuanto tenga oportunidad.

Pidieron de nuevo bebidas carbonatadas de sabores más comerciales, aunque Shaka prefiere sabores a frutas, aunque sean muy dulces para su gusto.

Ahora, claro que Aries y Virgo se lograron acercar aún más, gracias a que el rubio ayudo al pequeño aprendiz de Mu...

Así que, sonrisas coquetas y discretas, son rojos muy obvios y roces de manos tan agradables.

-Shaka, mucha gracias-

-Mu... No tiene que agradecerme nada- Mirar esas preciosas esmeraldas brillantes y, tomar esa mano de forma obvia para sus intereses, pero dulcemente a la vez.

Es tan evidente para los dos menores, pero para los adultos no lo es tanto.

-No tenías que ayudarme en ese momento- Sonríe sonrojado -Pero lo hiciste y por eso te agradezco tanto-

-Mu, yo haría cualquier cosa por ti. Y para que seas feliz, Kiki también debe serlo... Por lo tanto, quiero siempre poder ayudarte en todo- Los zafiros brillan prendados del precioso rostro del Ariano.

Las Tikas, que siempre le han parecido sumamente adorables, los ojos que quiere contemplar por toda la eternidad, esas mejillas qué siempre quiere ver teñidas de rojos por él, besar la punta de esa pequeña nariz y, esos labios rosados qué desea devorar con todas sus fuerzas, pero no se atreve, por que no logra solo confesarse adecuadamente.

-Eres muy amable por decirme eso... Pero me alegra tanto el corazón saber que... Aun sigo contando contigo, como cuando éramos unos niños- La dulce voz de Mu, dedicando tan bellas palabras.

El coqueteo inocente y sutil esta allí.

-Puedes contar conmigo para siempre... No solo como... Amigos- Se acerca un poco más, con el corazón latiéndole sin parar, ante las miradas de los dos menores sobre él, viendo si se atreve, lo hace incomodar.

-¿No solo como amigos?- Mu le pregunta esto, estando bastante sorprendido

A lo cual, Shaka se da cuenta de sus palabras y solo se gira, para no hacer contacto visual y ser descubierto, ahora prefiere comer tan rápido como pueda para no tener que hablar.

Los modales son muy bien cuidados por Mu y claro que no le insistiría a alguien con la boca llena.

-Creo que aún es muy pronto- Andrómeda ríe nervioso.

Si bien, los celos en Kiki no se han ido del todo, suspira muy decepcionado -Creo que mi maestro es muy inocente para darse cuenta de lo obvio-

Deberán tener paciencia ahora los discípulos, pues Aries y Virgo brillan por no entender el coqueteo, aunque sea demasiado evidente para todo el mundo. 

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones?

Yo mega bien, dándome cuenta que ya casi vamos a terminar el especial del día del niño.

Recuerden que el domingo sera el ultimo.

Por mientras, espero que le gustara lo que ocurrió aquí, se viene la fase final.

Les agradezco a todos los terrones por leerme.

Por favor cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas.

Los mega quiero a todos.

Ammu se va. 

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