Y después de tantos años me descubro buscando escuchar esa melodía de nuevo, al sentirla la alegría vuelve a mí y millones de recuerdos vividos invaden mi mente.

Recuerdos de una época ya lejana, recuerdos de alguien que ya no está cerca de mí y sin querer me doy cuenta que aquellos pequeños momentos vividos fueron plenos, brillantes y felices. Apenas duraron unos minutos y fue suficiente para que años después siga sintiendo lo mismo.

Yo, que nunca he tenido buen oído para la música. Yo, que nunca he hecho mía ninguna canción...

No como esas parejas que tiene una canción en su memoria del dia que se conocieron o de alguna situación especial.
No, yo nunca he tenido una canción y menos aún he compartido una canción con alguna de mis parejas.

Por esto, me sorprendo a mi misma al escuchar de nuevo esta melodía. Tal vez sea esta mi canción o tal vez sea la suya…

Pues cuando la escucho su rostro se dibuja en mi mente y sus manos vuelven a tocar mi piel.

Al fin descubrí lo que es tener una canción especial... Lástima que él ya no esté cerca para poder compartirla. Desde que lo conocí algo en mí cambió.

Y cuando la tristeza me invade, cuando mi vida parece demasiado dura para mí. Cuando parece que no puedo seguir, me descubro buscando escuchar aquella canción que tocaste para mí.
Y de inmediato mi mente viaja a aquel momento. Te veo tocando, recuerdo las simples palabras antes de comenzar... Recuerdo un tiempo ya muy lejano. Un tiempo de paz. Un tiempo en el qué la vida todavía no se me había complicado tanto.
Y te hecho de menos.
Porque contigo las adversidades eran menos duras. Porque compartíamos tanto lo bueno como lo malo. Porque después de tantos años sigo buscando tu recuerdo en mi mente cuando todo me supera.