[9] ¡Un nuevo motivo!

Antiguamente, Error tenía una fascinación inmensa por cierto amigo de Geno cuando era adolescente, un joven de cabello castaño y ojos verdes, era educado, sus gestos no eran bruscos y sonreía amable casi todo el tiempo, la otra mitad de las veces era un gesto agotado por trabajar siempre, pero nunca faltaba su visita a Geno una vez al mes.

Eran buenos amigos ellos dos, y Error siempre se le quedaba cerca, aunque no le admitiera, para saber qué cosas disciplinadas y limpias había hecho. 

Era una rutina que cambió por completo cuando Reaper llegó a la vida de todos, enamoró a Geno, se casó con Geno, también se hizo amigo de Blard y en el mismo plazo que su historia con su hermano, Blard y Reaper habían creado un lazo irrompible. 

Ahí fue cuando tuvo que dejar atrás las historias del castaño y las tazas de té que tomaban, pues Reaper al estar más seguido en el edificio, Blard siempre que llegaba; estaba el de cabello negro, uniéndose a charlas que podían ser para nada agradables para los oídos de Error.

Suciedad, trabajo en el campo, suciedad, y malos hábitos.

Por ello, Geno en la actualidad siempre llamaba a Error un día antes avisando que Blard los visitaría; el azabache pedía salir más temprano del trabajo solo para poder llegar antes que Reaper, y así poder tomar una taza de té. Geno, por supuesto, también se unía.

Esa tranquilidad a Error le encantaba, siendo limpios, sin manchas, sin ruidos molestos.

— Dime, Error, ¿Nuevamente has salido temprano del trabajo?

— Obviamente, si llega el esposito de Geno todo esta calma se estropeará.

— Oh vamos, hermano... —Murmuró el de bufanda.

Blard soltó una risa, él era otro de los pocos que sabían la condición de Error.

— Comprendo que te moleste la actitud de Reaper, y me enorgullece que lo toleres cuando estás de visita, no obstante, no debes sacrificar tu horario cada vez que venga.

— Cierto, Error, hablando de horarios... —Interfirió Geno— ¿No que debías buscar la ropa de la lavandería?

— ¡Mierda!

El moreno casi suelta su taza cuando su hermano le recordó lo más importante, su ropa; casi le da un ataque de ansiedad por las gotas que cayeron a la mesa, pero Geno dijo que lo limpiaría. Error olvidándose de su tradición, tomó todas sus cosas y salió a paso rápido.

Blard se quedó estupefacto por una reacción nada usual en su amigo.

— Es primera vez que algo lo saca de sus casillas. 

— Sí... —Comentó Geno, dejando la mesa nuevamente impecable— Ha agregado a su rutina ir a una lavandería día por medio para lavar su ropa.

— Pero casi no le importó que botara toda su taza...

Geno, de rodillas en el suelo por estar limpiando el estropicio, se le quedó mirando, confundido al principio hasta caer en cuenta ese detalle, usualmente, Error detenía todo para limpiar la suciedad que encontrase en su casa, que ahora saliera corriendo sin importarle nada, era un indicio irónicamente positivo.

— ¿Está mejorando...? ¿Cómo?

— Algo más potente que su deseo de la limpieza ha de estar beneficiando su salud. —Dejó un breve silencio— O alguien.

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