Había decidido volver a su departamento, tenía que hacerlo tarde o temprano, no podía depender de la limpieza que gratuitamente su hermano mayor le ofrecía, de todos modos le gustaba limpiar, no tendría problemas con renovar su piso tras un mes de ausencia.

Al llegar todo estaba ordenado, tal cual lo había dejado antes de partir, la única diferencia es que olía a encerrado y el polvo estaba acumulado, provocando que apenas entrara estornudara, ¿Cómo pudo entrar tanto polvo? se preguntaba.

Se arremangó las mangas de su camisa y tras dejar sus cosas en la sábana, se dispuso a hacer su ciclo de limpieza profunda, debía dejar todo impecable, que brillara en plena oscuridad.

Mientras se colocaba unos guantes, vio de reojo en el armario varias remeras de Ink, abrió la puerta por completo, viendo la parte perteneciente al albino. Habían decidido compartir debido a que el mayor pasaba más tiempo en su departamento que en cualquier otro lado. Se mordió el labio inferior, logrando no tocar aquellas prendas perfectamente dobladas, las lavaría en su momento.

Dejó los adornos a un lado para limpiar las repisas, después de limpiar todos los muebles de dedicó al suelo, prosiguió con la cocina y fue cuando el primer recuerdo le llegó a la mente.

"Amor, ¿Por qué cuelgas las esponjas? ¿Le tienes miedo a Bob Esponja?"

Estiró ligeramente una de sus comisuras, una débil sonrisa ante tal rara pregunta.

Al volver a la habitación se quedó mirando las persianas.

"¿Por qué usas un calcetín? ¡Huele a vinagre!" 

Todavía recordaba cómo arrugaba el rostro adorablemente por el olor. Suspiró, llenándose de aquellos momentos cuando estaba con el albino, divirtiéndose, comienzo pizza en la cama, haciendo cosas que jamás creyó que haría, solo por Ink.

"Es solo que tienes formas muy raras de limpiar..."

Y ello le hizo suspirar de nuevo, algo decaído. 

— Diablos, Ink, sin ti esto no brilla como antes. —Comentó una vez terminó, decidiendo seguir haciendo otras cosas para distraerse.