Error estuvo pensativo desde el día que abandonó aquella casa tras ver lo que había detrás de esa puerta con manchas de colores. Pudo haberlo adivinado, pero se le hizo imposible al pensar que el albino era perfecto. 

No podía pensar que su pareja no era lo que pensaba que era.

Había notado actitudes que las dejó pasar, se le olvidaba limpiar sus zapatos después de llegar, jugaba en los charcos que se formaban en la lluvia y pequeñas cosas que siempre podía ignorar. Pero saber que concentraba toda la suciedad en ese cuarto, manchas por todos lados, polvo y desorden fue lo que gatilló su peor duda.

¿De verdad Ink no era perfecto? ¿De verdad se había equivocado?

Ink no trabajaba aquel viernes, así que pasó por el centro sin tener que recurrir a la lavandería, pero algo llamó su atención, y era una bata cubierta de estampados de flores; se la pensó unos segundos antes de decidir comprarlo.

Fue directo a la casa del albino, aprovechando que sus suegros no estaban y tenía la copia de las llaves que tan gentilmente ellos le habían regalado.

Entró con cuidado, esperando hallar a su pareja, creía que si le daba aquella prenda, podría evitar que sus sueños de la perfección se vieran más agrietados.

Pero al final, se rompieron con más fuerza.

Ink estaba pintando distraído en aquel cuarto, casi ni se dio cuenta que el moreno había entrado sin hacer tanto sigilo, el suelo y sus trajes estaba completamente con pintura, incluso su mejilla tenía una salpicadura.

Tragó saliva y habló.

— Si fuera un ladrón, ya estarías muerto. 

Solo esas palabras provocó que Ink se cayera del piso, chillando y casi pateando el balde de pintura que tenía a su lado.

— ¡Error! ¡Casi me da algo!

— Prefiere eso antes que la muerte. —Suspiró.

El albino estaba pálido, quizás por ser visto con todo el desastre a su alrededor.

— Hola... ¿Qué traes en tus manos?

— Algo para ti, pero creo que ya no es necesario.

Error le mostró la bata que le había comprado, Ink pensó varias cosas, como una disculpa pero el tono que usó no era tan cariñoso como tenía acostumbrado.

Sonrió, apenado, esperando que sus malos augurios fueran ciertos, y tomó la prenda.

— Está muy bonita. —Confesó, pasando un pulgar por una de las flores, dejando una mancha sin querer; tras eso, su rostro se desfiguró a uno asustado y se lo devolvió al menor— Eh, mejor me voy a bañar, de todos modos ya terminé aquí, si quieres, espera en la habitación o comedor, mis padres llegarán bastante tarde.

Error se quedó callado, miró la bata y no supo de su pareja una hora después cuando volvió renovado, unas ropas limpias, sin marcas de que alguna vez estuvo jugando con pintura. Se acercó con una sonrisa al más alto y tomó el delantal para doblarlo tanto como a Error le gustaba.

— Error. —Dijo— Te amo. 

El azabache sintió todo su mundo elevarse, ¿Por qué pese no era perfecto le seguía engatusando?

Sonrió débil pero suficiente para hacer que el ambiente dejara de ser pesado.

— También.

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¡Hola! Quería darles publicidad de mi historia sistema corrupto. Es una novela Afterdeath — Apocalíptico. Le he dado mucho esmero y realmente deseo que lo lean.

No es necesario que les guste el shipp porque es lo de menos en realidad... Besos ~