Pese el día anterior Error se había ido de improvisto y sin muchas palabras que dejaron a un Ink por mucho tiempo preocupado, esa mañana fue el primero en mandar un mensaje deseando que tuviera un buen día.

Ese día al parecer el moreno tenía una reunión así que no se verían; el albino aprovechó de llamar de inmediato a su amigo Stave, esperando que tuviera los consejos necesarios para salvar un problema que veía venir.

— Mhh... Tarde o temprano lo iba a saber. —Comentó el de pecas al otro lado de la pantalla, por decisión había elegido tener una videollamada.

— ¡Pero su reacción fue peor de lo que creí! —Exclamó.

— ¿Estás seguro que no estás exagerando? Es eso o tu pareja de verdad tiene algo raro en la cabeza.

— No creo que sea eso último... ¡Pero tampoco estoy exagerando!

— A veces el amor te ciega. Te recomiendo que seas un buen Ink y evites tocar el tema, que sea él quien te hable al respecto.

— ¿Crees que es lo mejor?

— No, no tengo idea, solo te digo lo que yo supongo que es buena idea. Eres alguien muy sucio y si te quiere, no hará algo tan malo como cortar por esa mera razón tan de la nada.

— Sí... Supongo que es cierto. —Suspiró el albino, dejando caer el celular en la cama, ya era tarde.

— Ahora ve a ensuciar esa boca con tu cena, ¡haha!

Y el de pecas cortó.

Ink dejó el celular tal cual en el colchón y miró la puerta donde tenía todo el arte que hacía, ¿De verdad Error estaba bien como para haberse molestado por tener una aspiración artística? Quería preguntar, quería saber sus motivos pero tenía que hacerle caso a Stave y no tocar el tema.