Geno no era el único que estaba impresionado, Reaper también lo estaba al punto de casi botar su café del starbucks que había comprado antes de llegar al departamento.

Ambos fueron avisados previamente por Error que iba a llevar a su pareja a la casa de los esposos, más que nada porque este insistía, Geno por supuesto había preparado todo para causar buena impresión pero...

Quedaron muy anonadados al ver la peculiaridad de Ink.

— Albinismo, vitiligo y heterocromía, las tres cosas en una... ¡Diablos, Error! ¿Tu novio lo sacaste del área 51? Es todo un ser de otro mundo. —Habló Reaper tocando con pulgar e índice un mechón de cabello del menor, Ink sonreía muy divertido.

El moreno fue quien le dio un palmetazo a su mano para que dejara de tocar a su novio.

— Tú eres de otro planeta porque tu nivel de idiotez supera al del ser humano. 

Reaper rió a carcajada, y el de bufanda suspiró, acercándose a su cuñado, todos ahí eran más altos que Ink.

— Hola, soy Geno, el hermano mayor de Error. —Se presentó— Perdona a mi esposo, como dice Error, es idiota.

El aludido dejó de reír para quejarse con un "¡Hey, me lastimas!" ignorado por todos.

Ink rió.

— Soy Ink, es un gusto. ¡Tienes un lindo cabello! ¿Es natural como el mío?

— Eh, sí, tengo albinismo también. 

— Error es la oveja negra. —Comentó Reaper sentándose en el sofá— Ven, siéntate, como los padres sustitutos de Error, queremos conocerte.

El moreno se tapó el rostro con ambas manos, soltando un gruñido.

— ¿Ves por qué no te quería traer ahora? Todo es mejor sin él.

— ¡Ow, vamos, Error! Me cae bien.

— Le caigo bien, estás aprobado, amigo mío.

Geno se había retirado previamente para buscar algo para comer en medio de la charla, todos comieron y pese cayeran las migas, Error solo estaba pendiente en Ink, era sorprendente que pudiera soportar a alguien como Reaper.

Pero ahora que lo pensaba, nunca supo cómo las manchas del vitiligo se expandían por su cuerpo, ¿Eran solo en el rostro y las piernas?

Totalmente ido del contexto, había tomado la mano pálida de su novio para deslizar las yemas de sus propios falanges por sobre su piel, notando que sí tenía manchas en los nudillos, eran suaves, casi no se notaban.

— Error, ¿Y así te quejas de que beso mucho a Geno frente a ti? —Sobornó Reaper quitando del ensueño al susodicho.

Soltó su mano, algo colorado en sus mejillas, siempre que pensaba en su pareja dejaba atrás todo, por la ansiedad miró la mesa y se levantó.

— Miren toda esa suciedad, Geno ¿Dónde está la aspiradora?

— Segundo cajón.

Y prácticamente a zancadas se escondió en la cocina. Ink quedó solo con sus cuñados.

— Ink. —Habló Geno— ¿Cómo te llevas con Error? 

— ¡Pues bien! Por algo somos pareja, ¿No?

— Sí pero... ¿No notas algo raro en él?

— No le veo nada raro, es decir, ama la limpieza pero dudo que eso sea algo malo.

Los esposos se miraron, Reaper dejó caer su espalda al respaldo, señaló al de ojos de distinto color.

— Si surgen problemas, debes avisarnos, Error es un gato gruñón pero como su pareja, debes cuidarlo.

— Sí... —Concretó Geno— Nos alegra que pudo hallar el amor.

— Uhg, ¿Qué les he dicho? Ni que fuera mi primera pareja. —Se quejó Error volviendo de la cocina, solo escuchó lo último, Ink miraba sonriente pero sin comprender nada lo que acababa de escuchar de parte de sus cuñados.

— ¡Pero es primera vez que llegas tan lejos! 

— ¿¡Tú que sabes, coreano!?

— Oh cielos, ¡sí, te pareces como esos que tienen locas a las niñas hormonales! —Habló el lavandero.

Reaper se ruborizó.

— ¡Ellos copiaron mi belleza!

— Tienes sangre coreana, Reaper. —Aludió Geno, tomando un sorbo de café como si nada hubiese pasado anteriormente.

— ¡Já, tres contra uno, tarado! —Festejó Error.

— Me hacéis llorar... —Habló dramático Reaper.

Ink estaba feliz de saber que tenía cuñados muy amables y divertidos, pero ahora estaba muy curioso de las acciones de su pareja, ¿Algo más raro que odiar su aroma? Lo hacía pensar mucho.