Parte 2
Las cosas entre ellos iban de maravilla, desde aquella confesión todo marcha en orden...
A excepción de algo que le incomodaba al caballero de Leo.
No tenía la suficiente confianza de pedirle a Shaka que ambos tuvieran intimidad y la razón era porqué el rubio era el caballero más cercano a Dios... ¿Cómo se vería él pidiéndole ese favor a pareja? Si lo más seguro es que Shaka preferiría mantener su virginidad intacta.
— Te dejaron con las ganas — Se burlaba Milo cada vez que podía, Aioria sabía de ante mano que el caballero de Escorpio le daba seguido por dormir en Acuario.
Se encontraba justamente afuera de la casa de Virgo, dio un gran suspiro antes de entrar y despejar su mente.
Aioria comenzó a caminar para buscar a su amado rubio, quien se encontraba en su lecho de meditación que estaba adornado como una forma de flor de loto.
Miró sorprendido al santo de Virgo en absoluto silencio.
— Shaka — Susurró el castaño tratando de llamar la atención de su amado pero no lo lograba, se encontraba en una profunda relajación conectando lo espiritual y alineando su energía para dejar a un lado todo lo que lo aqueja.
No le quedó de otra más que sentarse a su lado con los brazos cruzados a esperar a que termine.
— Aioria, siento tu cosmos angustiante y confundido... ¿Qué sucede? — Preguntó Shaka terminando su labor y rompiendo esa posición para poder acercarse al caballero de Leo.
— No... Nada, mejor dime si esta ocasión podremos salir aunque sea a cenar — Preguntó el castaño muy desanimado tratando de fingir su molestia.
Shaka respiró profundo y tomó de la mano a su adorado caballero de Leo.
— Vamos a la sala gemela, Virgo es un templo sagrado.
El castaño no entendía porqué su amado caballero de Virgo se lo llevaba hasta ese lugar, se le hizo muy extraño que lo llevara de la mano.
Ambos pasaron a la sala, al estar completamente dentro Shaka cerró la enorme puerta y tomados de la mano caminaron sobre aquel campo cubierto de flores.
— Vamos a sentarnos Aioria — Shaka le hizo una señal para que se sentara en ese suave lugar, algunos pétalos volaban de aquí y allá moviéndose al compás de las corrientes de aire.
Aioria no entendía nada, ni porqué estaban ahí... Jamás había tenido el gusto de estar en la sala gemela como ahora.
— Cierra los ojos — Pidió Shaka intentando tranquilizarlo, entre su meditación se había dado cuenta de la molestia del castaño — Quiero que respires profundamente, deja que el silencio invada tu cuerpo — Susurraba Shaka colocándose detrás de su amado León mientras tomaba sus manos de una manera más sutil.
Le decía muy cerca de su oído, en un tono de sensualidad, no sabía a que jugaba su pareja pero esa sensación recorría cada poro de su piel.
Unos segundos después, Aioria no aguantó más, se giró y tomo de las manos a su amado para acorralarlo completamente en el suelo cubierto de flores.
— Shaka... Ya no puedo más... —No terminó de hablar, fué callado con el dedo de Shaka sobre sus labios.
— Sé lo que deseas Aioria, este tiempo me sirvió para meditar sobre la entrega de dos seres que se aman y no tiene nada de malo — Con mucha seguridad se safó del agarre de Aioria y se levantó de suelo para quedar de pie frente a él.
Lo que estaba a punto de presenciar el caballero de Leo sería algo único y solo para él, comenzó a deshacerse del nudo que tenía enfrente y después dejó caer aquella túnica blanca revelando su cuerpo completamente desnudo, esa suave piel tersa y radiante que incitaba a querer tocar e ir más allá.
Aioria no pudo resistir la presencia del rubio, se levantó también y lo tomó de las manos, esta ocasión lo tendría cerca de él, tomó su estrecha cintura y lo pegó más a su cuerpo deleitándose con ese aroma que emanaba de él.
Ambos sabían que ese deseo era impuro como la elite dorada pero aún así no dejan de ser humanos, tienen necesidades y sentimientos y eso no lo pueden evitar.
Sus manos comenzaron a tocar el cuerpo de Shaka, pero las caricias se fueron intensificando más, su rostro se hundía en el cuello del contrario para besar cada centímetro de su piel.
Shaka se encontraba un poco apenado y con los ojos cerrados, era la primera vez que se entregaría de esa forma, una extraña sensación recorría su cuerpo al sentir el tibio aliento de Aioria.
Una de las manos del castaño tomaron del mentón al caballero de Virgo y depositó un beso, con mucha suavidad lo tomó entre sus brazos y lo acostó sobre aquellas flores. Ambos no podían creer lo que estaba por suceder, a Shaka le estaba gustando el tacto del castaño, aquel que es considerado el más cercano a los dioses...
Sus mentes no tardaron en perderse en esas sensaciones, sus mejillas estaba ligeramente sonrojadas, tener al caballero de Leo sobre su cuerpo lo hacía estremecer de pies a cabeza.
Miraba a un Aioria con las mejillas sonrojadas, sus labios húmedos con el deseo de escribir y experimentar que más sucedería.
Abrió poco a poco las piernas dejando al castaño en medio de ellas, acercó su rostro al caballero de Leo y comenzó a besarlo ante ese contacto que se intensificaba más. Sus lenguas se entrelazaban queriendo ir más allá, las manos de Shaka se encontraban aferradas en la espalda del contrario, de manera repentina Shaka dejo escapar un gemido que solo hizo que el santo de Leo lo deseara más.
En un solo instante Aioria se levantó y comenzó a despojarse de sus prendas frente al Santo de virgo quien tocaba con la yema de sus dedos el perfecto trabajado vientre del castaño.
Al quedar completamente desnudo nuevamente se abalanzó sobre el cuerpo del rubio, pasando sus manos sobre su cuerpo delineando la cintura de su amado.
— ¡Ahh! — Dejó escapar un gemido Shaka al sentir las nuevas sensaciones recorrer su cuerpo. Aioria se movía de arriba y abajo por simple instinto. El miembro erecto y duro rozaba entre la entre pierna de Shaka, le ocasionaba al caballero de Virgo sensaciones indescriptibles.
Sus cuerpos rozando, una ligera capa de sudor comenzaba a cubrir sus cuerpos, los labios de ambos entre abiertos y húmedos era una dulce música que los invitaba a seguir explorando más allá.
Aioria dejaba ligeras marcar en el cuerpo de su amado mientras bajaba lentamente hasta el lugar que por mucho a deseado tomar.
Tomó el miembro despierto del rubio y comenzó a masajearlo con suavidad.
— ¡Ah... Aioria! — Gritó al sentir la calidez de su boca en su falo, apretaba el suave pasto en el que estaba recostado al sentir como el castaño lo hacía perder la cordura.
— Haré esto despacio mi flor de loto — Le respondió Aioria llevando dedos a la boca del contrario para humedecerlos y prepararlo.
Shaka mantenía los ojos cerrados, jamás en su vida se había imaginado experimentar el deseo y la pasión como las demás personas, pero él solo quería una cosa y esa era que Aioria siguiera en esa labor.
Gritó de dolor al sentir ese par de dígitos entrar en su interior, sin embargo el castaño logró acercarse al rostro de su amado y lo besó para tratar de relajarlo y así no tensara su cuerpo.
— Aioria... Por favor, entra ya — Gimió entre los labios del castaño, esos movimientos con sus dedos lo estaban volviendo loco.
— Estás seguro — Susurró Aioria mordiendo el hombro del rubio, dejando una marca muy notoria.
— Si continua...
Sin duda esa imagen que tenía sobre Shaka perdiendo la cordura es algo que atesoraría por siempre.
Tomó su miembro y lo acarició un momentos y después lo colocó en esta estrecha cavidad, ambos se miraban con deseo, nerviosos también por lo que estaba por suceder. El rubio se aferró a la espalda del castaño cuando sintió aquel bulto entrar por su estrecha entrada, al principio era doloroso pero con las caricias que Aioria le daba poco a poco fue relajandose volviendose agradable para él.
Ambos se quedaron quietos unos momentos, después poco a poco el movimiento comenzaba a ser placentero para ambos.
— ¡Aioria! — Gritó arqueando su espalda cuando el movimiento comenzó a subir de nivel, miles de sensaciones lo hacían querer más.
El sudor hacía que sus cabellos se pegaran a su rostro, Shaka tenía varios pétalos de flores enredados en su cabello.
Arañaba la espalda del castaño por la desesperación de querer llegar al clímax, aquel vaivén que parecía una danza erótica por la entrega inexperta de ambos amantes que perdían justamente la virginidad por esa entrega total, pronto llegarían a su ansiado orgasmo.
— Shaka, no creo aguantar más... — Gritó el castaño arremetiendo con fuerza, sus corazones latían cada vez más por el momento que experimentaban, sentía el interior del rubio contraerse una y otra vez, cerró sus ojos y levantó su rostro, ya no aguantaba más...
— No aguanto más yo...— Gritó Aioria justo en el preciso momento en el que liberó toda su esencia dentro de su amado. Shaka al sentir esa calidez terminó manchando ambos vientres.
Salió lentamente y se colocó detrás del rubio, ambos intentando controlar la respiración agitada por la entrega que tuvieron.
Acariciando con lentitud su piel, exhaustos pero felices por lo que habían experimentado juntos.
— Aioria, esto fué sensacional — Susurró Shaka sintiendo los brazos fornidos del castaño rodear su cintura y depositando un beso en su espalda.
— Te amo Shaka y no sabes como ansiaba esto, sin duda somos el uno para el otro — Se acercó para tomar el mentón del rubio y depositar un beso tierno mientras las flores de la sala gemela los cobijaban en ese lugar.
Afuera podría pasar lo que sea, pero ellos estaban en su mejor momento disfrutando de la compañía del contrario...
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Buenas tardes personitas bellas, esta historia de Aioria x Shaka es especialmente para SaoriBelina
Ella fué la ganadora del concurso pasado del cumpleaños de Camus en la página Fb: Milo x Camus. Categoría video y fanart. Al ser primer lugar además de su reconocimiento ese día también le tocó este fic de mi parte.
Sin más me despido y nos seguimos leyendo. Espero que les guste les mando un abrazo 🥰🥰🥰🥰
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