Capítulo 9
Habían pasado casi dos semanas y mis nervios iban en aumento. Mañana volvería Desmond, el padre de Harry, y estaba completamente segura de que sería mi fin. No teníamos nada. Harry había tratado bajo todos los medios saber algo del paradero de mi padre, pero no tuvo éxito. Era como si se lo hubiera tragado la tierra, o probablemente a estas alturas estaría lejos de Holmes Chapel, olvidándose por completo de mí y de su familia. Mi madre tampoco sabía nada de él, estaba deprimida y lo único que deseaba era irse a Londres con mis hermanos.
Yo, por otro lado, también estaba devastada y muy asustada. Trataba de no hacérselo ver a Harry porque él se esforzaba mucho por encontrarle una solución a esto. Sabía que cada día, al terminar la universidad, iba con sus amigos a tratar de encontrar información sobre mi padre. Aun no entendía cómo es que él sabía tanto de ese mundo, cómo sabía adónde ir y con quién hablar. Suponía que al haberse criado con su padre tendría que saber muchas cosas, pero cuando se lo preguntaba abandonaba el tema rápidamente. Por dos semanas, Harry siempre venía a mi habitación cuando finalizaba su búsqueda. Hablábamos, nos hacíamos preguntas, jugábamos scrabble, me ayudaba a armar los rompecabezas de gatos; simplemente cada instante que compartía con él era muy valioso para mí. O tal vez, es que Harry se estaba convirtiendo en alguien muy valioso e importante para mí. Podría parecer una loca al confiarme tanto en un chico que conocía apenas 3 semanas y cuyo padre deseaba asesinarme, pero Harry había demostrado ser más que eso. Cada noche se quedaba conmigo hasta que yo me quedaba dormida y a veces, antes de que cayera en la inconsciencia lo sorprendía acariciando suavemente mi mejilla antes de irse.
Estaba perdida. Harry me gustaba. Lo había aceptado y reconocido delante de mí misma hacía dos días cuando lo había abrazado por primera vez de verdad. Muchas veces cuando hablábamos y bromeábamos él colocaba su brazo juguetonamente alrededor de mis hombros, pero esta vez había sido distinto. Yo, de mi propia iniciativa, me había lanzado a sus brazos como forma de agradecerle lo especial que era para mí. Él caminaba hacia la puerta para irse y yo lo llamé suavemente antes de correr hacia él; el impacto de su cuerpo contra el mío me había quitado la respiración y me encontré rodeando su cuello con mis brazos y enterrando mi rostro en su cuello. Me sorprendió aun más, cuando él rodeó mi cintura con sus fuertes brazos y me atrajo más hacia él. Nunca supe cuánto tiempo estuvimos abrazados, no sé si fueron segundos o minutos, pero jamás alguien me había hecho sentir así en un solo abrazo. Ni siquiera el chico al que creí amar durante tres años había acelerado mi corazón de tal forma con un único abrazo. Cuando reuní la fuerza de voluntad suficiente para deshacer mi abrazo con Harry, lo escuché suspirar y luego inclinarse hacia mí para besar tiernamente mi mejilla y susurrar un buenas noches en mi oído. Su ronca voz lanzó llamaradas hacia todo mi cuerpo.
Mi pulso estuvo acelerado aun minutos después de que Harry se marchara. Una sola y traicionera lágrima resbaló por la mejilla que él recién había besado, confirmándome lo que yo ya sabía en el fondo de mi corazón. Él había llegado. Llegó hasta donde yo había enterrado mis sentimientos por cualquier persona del género masculino. No habían podido permanecer en ese escondite por mucho tiempo, y eso era lo que más rabia me daba porque yo no quería sentirme expuesta nuevamente. No después de la forma en la que Charlie me había destrozado, no después de las miles de promesas que me había hecho para protegerme a mí misma. Y Harry, en cuestión de semanas, había encontrado el camino a mi escondite. No sabía exactamente qué hacer con esto que estaba sintiendo, estaba más que claro que Harry tenía una novia no tan novia. Pronto todo tuvo sentido cuando recordé eso y me juré a mí misma que Harry jamás sabría una palabra de mis sentimientos hacia él.
****
-¡Gané otra vez!- exclamó un triunfante Harry hacia mí.
-Sí, otra vez- dije desganada rodando mis ojos.
-Has estado distraída, Heather. ¿¡Qué pasa?- indagó buscando mi mirada y acercándose a mí.
-No me pasa nada, Harry. Estoy bien- recalqué un poco brusca, bajando mi rostro inmediatamente.
-Mientes- aseguró Harry, colocando una mano sobre mi hombro y levantando mi rostro hacia él con su dedo índice para que lo mirara- Cuando una chica dice que todo está bien, es porque nada lo está.
El calor inundó mi sistema y sentía como si sus manos quemaran en mi piel. Pude ver chispas saltando a mi alrededor. Moría por su toque. Era una jodida masoquista.
-¡Oh, eso es tan cliché! Inclusive para tí...-repliqué nuevamente alejándome de él.
-De acuerdo- murmuró él- entonces lo diré de otra forma: Sé que algo te pasa y quiero que lo sueltes ahora.
¿¿¿Pero quién se creía???
¡Harry Styles no tenía el derecho de saber todo lo que me pasaba!
Clavé mis ojos en él, lista para soltar toda mi furia. Sabía que él no era el culpable, yo lo había provocado. Solamente se estaba preocupando por mí, pero yo estaba molesta. Molesta por estar encerrada, molesta por su maniático padre, molesta con el abandono de mi padre, molesta con Charlie, molesta con Harry por hacer que me gustara y por tener una novia que no era su novia. Molesta era una palabra que se quedaba corta para el volcán de emociones que estaba a punto de hacer erupción en mí. Poco a poco, sentí mis ojos llenarse de lágrimas causadas por el enojo y supe que ya no podría contenerme más.
-¡¿Acaso crees que tienes el derecho de saber todo lo que me pasa?!- le grité enfurecida- ¡No quiero hablar y no quiero decírtelo, solo quiero que te largues de aquí de una vez! ¡Déjame en paz!
Vi como su expresión cambió de sorprendida a dolida y luego a neutra. También vi la chispa del enojo atravesar sus verdes ojos. Había presionado todos los botones correctos para hacerlo enojar.
-¡¿Qué demonios te pasa, Heather?! ¡Solamente me preocupo por ti, maldición!- me gritó él de vuelta, acercándose imponente.
-¡Nadie te ha dicho que debes preocuparte día y noche por mí! ¡Y deja de decir palabrotas!- vociferé nuevamente apagando la mínima chispa de sensatez en mí.
Harry empezó a dar vueltas por mi habitación con su rostro contraído por el enojo. Creo que trataba de controlarse sin éxito.
-¡Diré todas las malditas palabrotas que yo quiera!¡Solamente trato de ayudarte! ¡¿Es tan difícil de ver?!- gritó en respuesta pasando las manos por sus rizos varias veces.
-¡Vete de aquí y déjame sola!- seguí presionando.
-¡No!- contratacó Harry.
-¡Que te largues de una vez, Harry!- volví a sentenciar mientras lágrimas calientes caían por mis ojos.
-¡No!- repitió una vez más.
-¡Vete! ¡No lo voy a repetir más!- me acerqué gritando y lo empujé por los hombros- ¡No te necesito aquí! ¡Vete!
Parecía que había encontrado la frase con la que lograría apartarlo de mí. Inmediatamente me sentí mal cuando vi sus hermosos ojos oscurecerse al decir que no lo necesitaba. Harry clavó sus ojos en mí una vez más, esperando a que retirara lo dicho. Pero yo estaba fuera de mis cabales y todo sentido de sensatez había abandonado mi mente. Me quedé en silencio, respirando y sollozando forzosamente mientras las lágrimas hacían estragos en mí. Agaché mi cabeza y lo único que escuché segundos después fue el sonido de la puerta cerrándose en un fuerte golpe.
****
¡Hola queridos lectores! Lamento la espera, la universidad me tuvo absorbida toda esta semana.
¡La primera pelea de Harry y Heather! Se reconciliarán?????
Besos, Sallymoon :)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top