Capítulo 4
¿Alguna vez habían sentido chispas cuando tocaron a alguien?
Demonios, ni yo mismo sabía cómo explicar eso...
Pero las había sentido...
Cuando toqué a Heather...
¿Acaso te estás volviendo un jodido sentimental, Styles?
Caminé con Heather por un par de pasillos, lejos de donde el desgraciado de mi padre la había encerrado sin piedad. La guié gentilmente con mi mano en su espalda baja, no quería apartar mis manos de ella. Debía de confiar algo en mí para permitirme tocarla de esa manera después de todo lo que le había pasado.
Unos minutos despúes nos detuvimos frente a una puerta, la había llevado a la parte que más adelantada estaba en la remodelación, por lo menos estaría en un lugar decente mientras solucionaba lo que pasaría con ella. Abrí la puerta y le señalé con la mano para que entrara. Ella me miró de soslayo por un segundo y luego entró, se quedó de pie a unos cuantos pasos de la puerta.
La señora Johnson, nuestra ama de llaves, me había ayudado a acondicionar esta habitación para Heather. Trajimos una cama, una mesita de noche y una lámpara. Además le traje ropa de mi hermana, dos o tres de mis sudaderas, además de varias mantas y almohadas. Le compré varios artículos de higiene que usan las mujeres, hasta le traje algunos libros y rompecabezas. Estaba orgulloso de mi trabajo. Quería que se sintiera cómoda y menos asustada.
-¿Tú hiciste todo esto, Harry?- me preguntó ella sacándome de mis pensamientos.
-Umm, bueno sí, pero obtuve mucha ayuda de la señora Johnson- respondí ruborizado. Ella enarcó una ceja en mi dirección con curiosidad.
-La señora Johnson es nuestra ama de llaves, la conocerás más tarde cuando te traiga la cena- agregué.
-Eres muy detallista, muchas gracias Harry, la verdad no esperaba algo como esto- me sonrió mientras inspeccionaba la habitación.
-No quiero que estés incómoda, linda- dije mientras me acercaba más a ella. La observé ruborizarse y dar un paso atrás. La había incomodado. Eres un imbécil, Harry...
Tomé una distancia prudencial y me senté en la cama, de pronto mi móvil comenzó a sonar pero cuando vi que era Taylor corté la llamada. Cuando levanté mi mirada Heather no se había movido ni un centímetro y tenía su vista fija en una de las ventanas. Rápidamente pensé en qué decir para sacarla de su ensimismamiento.
-Puedes tomar una ducha si así quieres, allí hay ropa limpia- la alenté con una sonrisa. Heather caminó hasta la cama y tomó la ropa en sus manos, vi como se sonrojaba nuevamente. Era adorable cada vez que hacía eso.
-¿De dónde has sacado esto?- preguntó mientras seguía ruborizada.
-No te alarmes- reí por lo bajo- tengo una hermana.
-Oh- fue todo lo que dijo.
-Toma tu tiempo, no me iré a ningún lado- le guiñé un ojo y me puse cómodo.
Ella sonrió nerviosa, se quitó mi abrigo y se encaminó al baño cerrándolo bien. Heather me provocaba curiosidad, hablaba poco y hacía muchas preguntas, eso me ponía nervioso; sin embargo, entendía que estuviera asustada. Ni yo mismo había determinado qué haría para ayudarla. La escuché tararear despreocupada mientras se duchaba y por alguna extraña razón, eso me hizo sonreír.
Al cabo de unos 20 minutos salió del baño y gracias al cielo me encontraba recostado en la cama, sino las rodillas me hubieran fallado dejándome como un completo idiota en el suelo. Heather era hermosa. Lo sabía desde que la vi por primera vez hace unas horas, pero ahora que estaba limpia y con su pelo húmedo peinado hacia atrás resaltaba. Era unos diez centímetros más baja que yo, delgada pero no en extremo, tenía curvas que podía ver con los pantalones de yoga de mi hermana que llevaba puestos. Su cabello era castaño, un poco más oscuro que el mío, era lacio en la parte de arriba y lo tenía largo, formándose unos suaves rizos al final; sus ojos eran de color chocolate y tenía largas pestañas. Creo que tenía algunas pecas en sus mejillas rosadas. Me quedé como un estúpido contemplándola. Ella pareció notarlo y desvió su mirada al suelo.
-Ven aquí Heather- carraspeé mientras me enderezaba en la cama. Ella caminó hacia mí y se sentó en el extremo opuesto.
-Cuéntame algo sobre ti- le pedí. Ella me miró seriamente.
-No hay mucho que contar realmente- me dijo.
-Oh, vamos Heather, no creo que eso sea cierto- contrataqué con una sonrisa burlona.
-Bueno...mi nombre es Heather- dijo riéndose de mí. Yo solté otra risa.
-En ese caso, tendré que presionarte un poco- sentencié- ¿cuántos años tienes?
-Tengo 20 años, ¿y tú?
-También tengo 20 linda, pero en unas semanas cumpliré los 21- le conté.
-Genial, supongo que celebrarás por lo alto- comentó divertida.
-Supongo que sí, estás invitada- volví a reír. Parecía un idiota con tanta risa...pero a ella parecía gustarle.
-Realmente no creo que esté disponible Harry, recuerda que estoy prisionera- dijo con una mueca.
-Eso déjalo en mis manos, muñeca- le guiñe un ojo y ella se sonrojó como por décima vez- ¿dónde vives?
-Umm, en Holmes Chapel, ¿puedes decirme dónde estamos?- me pidió.
-Estás en Holmes Chapel aun- le informé, ella levantó sus cejas con sorpresa.
-Pensé que me habían llevado más lejos- dijo pensativa- es mi turno, ¿quién es tu padre Harry?
-Wow, te pusiste profunda- me carcajeé- Verás linda, mi padre es el narcotraficante más poderoso de todo Cheshire, hasta tiene influencias en Londres. Es un hombre peligroso y definitivamente el mayor hijo de pu...
-¡Ok! ¡ok!- me interrumpió Heather riéndose fuertemente- ¡Lo entiendo! No tienes que decir palabrotas Harry...
-Me gustan las palabrotas- la miré divertido y arqueando mis cejas- mi madre dice que tengo una boca muy sucia.
-Ella tiene toda la razón- me regañó volteando sus ojos. Me sentía a gusto con ella.
-Así que un narcotraficante mafioso, ¿eh?- siguió Heather- ¿cómo encajas tú en todo esto Harry? Pareces ser un buen chico...
Oh nena, he sido de todo menos un buen chico...
-Mmm, verás Heather, sé lo que hace mi padre pero no estoy de acuerdo con ello, ya no más- le afirmé.
-¿Eso significa que antes lo estuviste? ¿Antes estabas de acuerdo?- preguntó curiosa.
Demonios, esta chica pensaba demasiado...casi nunca me enfrentaba a una chica que hiciera tantas preguntas...
-Tal vez algún día cuando seas mi amiga te responderé eso- solté finalmente. Heather frunció su ceño y clavó sus ojos en mí tratando de leerme. Había despertado su curiosidad.
-¿Crees que seré tu amiga?- me interrogó nuevamente. Solté un suspiro.
-Estoy aquí contigo, ¿no? No sé cuánto tiempo estarás aquí Heather, estoy seguro de que algo crecerá entre nosotros, sé que seremos amigos- le dije mientras la miraba a los ojos.
Heather pareció bajar la guardia, me sonrió dulcemente y solamente asintió.
Bien, logré que dejara de hacer preguntas incómodas...
-Vendré a verte antes de que te duermas, la señora Johnson traerá tu cena, trata de descansar linda- le pedí.
-De acuerdo, gracias por todo lo que estás haciendo Harry, no me conoces y me estás ayudando, no sabes lo que aprecio tu ayuda en estos momentos- dijo ella bajando su cabeza y mirando sus pies.
-Es un placer ayudarte, muñeca- le sonreí ampliamente y me dirigí a la puerta- nos vemos pronto.
-Nos vemos pronto Harry- dijo mirándome otra vez con una pequeña sonrisa en sus labios.
Necesitaba un plan.
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Hola, espero les esté gustando Locked in! Gracias por leer y me haría muy feliz si votan y comentan para que otros puedan conocer mi historia.
Besos, Sallymoon :)
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