Capítulo 12
-¡Maldita sea, Harry! ¡Llevamos dos horas aquí sentados!- exclamó Liam perdiendo la paciencia.
-¡Cállate de una buena vez, pareces una niña llorona!- gritó Zayn exasperado.
Hacía dos horas que habíamos venido a una bodega abandonada en las afueras de Holmes Chapel. Según la pista que Zayn había conseguido, el padre de Heather se estuvo refugiando allí por unos días. Cada vez entendía menos la extraña huída de este hombre. Sin embargo, teníamos dos horas de estar allí y no había movimiento alguno, nadie entraba ni salía. Pensé en que podría ser una falsa pista pero a estas alturas no podía descartar nada. Mis dedos tamborileaban nerviosos sobre el volante y mis ojos se movían de un lado a otro impacientes por notar algo que valiera la pena. Estaba ansioso por regresar a casa y ver a Heather, había dejado la zona donde se encontrada ella bien vigilada pero tenía un sentimiento de intranquilidad en el pecho. Con Desmond Styles todo podía suceder.
-Harry, hermano, de verdad creo que no vamos a encontrar nada aquí- prosiguió Liam.
-Zayn, ¿estás seguro de que quién te dio esta pista realmente identificó bien al padre de Heather?- hablé por primera vez.
-Por supuesto, yo les mostré las fotografías que me diste. Aseguran haberlo visto por estos alrededores hace unos días. Pero ya sabes como es esto, Harry. Pueden haber huído durante la noche- explicó Zayn.
-En ese caso, no tiene sentido que permanezcamos aquí- dije algo decepcionado, encendiendo el motor de mi auto para ponernos en marcha.
-¡Al fin alguien me escucha!- ironizó Liam nuevamente.
-¡Oh, ya cállate! ¡Me estoy cansando de ti!- rugió Zayn encolerizado- Harry, la próxima vez traeremos a Niall o a Louis- apuntó dirigiéndose a mí.
Me reí mientras negaba con la cabeza por la falta de paciencia de los dos. Aunque podría decirse que la paciencia tampoco era una de mis grandes virtudes. Dirigí mi auto hacia la carretera principal de regreso a Holmes Chapel y pasados unos 5 minutos de camino mi teléfono anunció una llamada de la Sra. Johnson. Era extraño, puesto que ella siempre me llamaba del teléfono de la mansión y no de su móvil personal. Sin pensarlo dos veces contesté, poniéndolo en altavoz.
-¿Diga?- atendí.
-¡Joven Harry!- contestó la señora Johnson desesperada y en un susurro- ¡debe regresar ahora! ¡su padre ha irrumpido en la mansión y tiene a Heather!
Juro que pude escuchar la forma en la que mi corazón se detenía por un latido. Lo sabía. Sabía que no debía fiarme en ninguna vigilancia cuando se trataba de Desmond. Esa era la razón de la intranquilidad que tenía. Había dejado a Heather sola y desprotegida por venir detrás de una pista falsa. Era un imbécil. Pisé a fondo el acelerador adelantando peligrosamente a dos autos que conducían a la velocidad de un caracol, ganándome insultos por parte de los conductores y también de Liam y Zayn.
-¡Voy para allá!- exclamé determinado y con mi vista fija en la carretera. La llamada se cortó.
****
Estuve a punto de atravesar las enormes rejas metálicas de la mansión con mi auto, pero estas fueron abiertas para que yo pudiera entrar rápidamente. Dirigí el auto a la entrada principal y frené bruscamente. Inmediatamente salté del auto dejándolo encendido; Zayn o Liam se ocuparían de eso.
Divisé a la señora Johnson abriendo con velocidad la puerta principal y pude observar en su rostro la preocupación y el temor. No me detuve a saludarla ni a darle un beso en la mejilla como siempre lo hacía, la esquivé y corrí sin descanso por los pasillos de la mansión hasta que llegué a la parte que estaba siendo remodelada. Subí de dos en dos las escaleras, recordando que tan solo ayer había hecho lo mismo pero solo para recibir a Heather en mis brazos diciéndome que me necesitaba. Le había fallado, le había prometido estar ahí para ella pero hoy había tomado la decisión equivocada.
Luego de subir la escalera en segundos, ágilmente atravesé el agujero de la vieja pared para toparme con los oscuros pasillos. Escuchaba voces, pero debía actuar con cautela para que no notaran mi presencia antes de lo debido y me capturaran. En mi mente solamente deseaba ver a Heather con bien y sacarla de allí, pero debía reprimir ese impulso y acercarme cuidadosamente.
Mi respiración era pesada y sentí gotas de sudor resbalar por mi frente. Saqué el arma que llevaba en la cintura de mis pantalones y escondí la cuchilla que siempre cargaba conmigo en una de mis botas. Me estaba acercando y pude escuchar los sollozos desesperados de Heather. Mi estómago dio un vuelco al escucharla y apresuré mis pasos irrumpiendo sorpresivamente en la que era la habitación de Heather.
*****
Apunté mi arma con decisión hacia todos los presentes y rápidamente evalué la situación. Desmond estaba inclinado de forma amenazadora hacia Heather, había dos hombres más lo suficientemente fuertes para inmovilizarme y por último, Heather atada a una silla con una de sus mejillas hinchada y sangrando probablemente a causa de los golpes. La rabia y la ira recorrieron mi sangre al verla en ese estado tan indefenso.
-¡Quietos!- amenacé gritando.
Ambos hombres se posicionaron frente a mí, listos para atacarme, pero en cuanto me vieron se contuvieron. Desmond carecía de expresión alguna en su rostro, no parecía sorprendido de verme llegar de esa forma. También pude ver una ligera chispa de alivio en los bonitos ojos de Heather al verme llegar y rogaba al cielo porque no me sacara de una patada de su vida por no haber estado allí antes para protegerla. No veía por ningún lado a los dos hombres que había contratado para vigilar. Inútiles.
-¡Oh, Harry!- dijo Desmond en un falso tono de sorpresa- Bienvenido, no te esperábamos por aquí.
-Quiero que la sueltes ahora- ordené con voz fuerte sin apartar mis ojos de él.
-Había olvidado lo sigiloso que eras, querido hijo- prosiguió Desmond ignorando mi pedido- ¿Realmente pensabas que yo no estaba al tanto de lo que estabas haciendo?
No respondí. No tenía ni idea de que él supiera que yo estaba ayudando a Heather. Un escalofrío me recorrió el cuerpo porque no quería que la mencionara a ella ni que hiciera comparaciones.
-¿Creías que no me iba a dar cuenta cuando la metiste en mi casa y escuchaba sus lamentos a través del ducto de ventilación?- cuestioné alzando una ceja con suficiencia.
-Podrías haber acabado con ella y terminar con su miseria si tanto te molestaba- apuntó Desmond con desprecio.
Miré a Heather de soslayo y pude ver lo sorprendida que estaba de verme actuando así y con un arma en mis manos. Recordé que ella aun me conocía muy poco y que había facetas de mi vida que no había compartido con ella. Aquellas facetas de mi vida que no me gustaba revelar pero que estaban muy relacionadas con lo que estaba sucediendo ahora en mi vida.
-Ese no es mi estilo- respondí cortante aun empuñando el arma.
-Sin embargo, hay algo aquí que me parece muy irónico- se carcajeó Desmond mientras se paseaba tranquilamente por la habitación- Parece que la historia se está repitiendo de nuevo.
-Por tu propio bien espero que no se repita, Desmond- respondí entredientes fulminándolo con mi mirada y rogando porque se callara.
-Veamos, Harry- prosiguió él tentando su suerte, alejándose de Heather y caminando en círculos alrededor de ella- Una chica linda en apuros que paga por las traiciones de su padre, encerrada y en peligro; y un chico estúpido que se cree demasiado listo para desafiarme y ayudarla, echando por la borda su brillante futuro. Dime, ¿no se te hace familiar esta historia? Porque a mí se me hace terriblemente parecida a otra...
Vi la curiosidad despertar en la mirada de Heather a pesar de su expresión adolorida. Justamente lo que no quería. Debía actuar y pronto. En un rápido movimiento de mi pierna pateé el arma de uno de los guardaespaldas de mi padre y rápidamente me posicioné detrás de él, aprisionándolo por el cuello y apuntándole con mi arma. Pude ver la mirada de asombro en los ojos de Desmond.
Sí, aun recordaba ciertas cosas...¡Sorpresa!
-Será mejor que dejes de hablar y te vayas. Te advierto que dejes a Heather en paz, ella no te debe nada- dije en tono furioso.
Escuché su profunda carcajada. Se estaba burlando de mí y no cedía.
-¿Crees que me interesa si le disparas?- sentenció con ironía- Adelante, tengo más hombres para reemplazarlo, no trates de amenazarme niño...
-¡Entonces cierra la maldita boca!- grité exasperado y harto de la situación, apretando mi agarre en el cuello de aquel hombre.
-¡Mira nada más como te pones cuando te la recuerdo siquiera!- siguió burlándose de mí- Deja de jugar al superhéroe, Harry.
-Me estás cansando- susurré con furia por lo bajo.
De pronto vi como se movilizaba para llegar hasta Heather y empezó a desatar las sogas de sus manos sin prestarme atención. El otro de sus hombres no me quitaba la mirada de encima y me apuntaba con su arma también.
-¡¿Qué demonios crees que haces?! ¡No la toques!- grité molesto.
-Escúchame muy bien, Harry- me advirtió Desmond con tono amenazador- Me la llevaré de esta casa y tú no te meterás más en mis asuntos.
-¡No!- lo amenacé igual, soltando al idiota que tenía aprisionado y colocándome en la puerta con mi arma apuntando a Desmond nuevamente- ¡No te atrevas a llevártela! ¡No lo permitiré!
-No me intimidan tus amenazas, Harry, apártate porque...- se interrumpió de pronto, clavando sus ojos en algo o alguien detrás de mí.
Desmond había enmudecido y su rostro empalideció. Lentamente y sin dejar de apuntar, me di la vuelta para verificar quién era. También me asombré muchísimo al ver nada más y nada menos que a mi madre, flanqueada por Zayn y Liam. Atrás de ellos dos también estaba Gemma, mi hermana. Mi madre dio unos pasos y entró en la habitación colocándose a mi lado, a su vez Liam y Zayn se posicionaron atrás de mí.
-Baja el arma, Harry- me ordenó seriamente mi madre mientras ponía su mano en mi hombro izquierdo. Le obedecí y bajé mi arma.
-Anne, ¿qué haces aquí?- preguntó con cautela mi padre.
-¿Olvidas que estás en mi casa, Desmond? Creí haberte dejado muy claro que no quería tus sucios negocios aquí, ni cerca de mis hijos- le recordó mi madre.
-Solamente fue por unos días, Anne- explicó mi padre fingiendo inocencia- Pero no te preocupes, como le decía al pequeño Harry, me llevaré a la chica y asunto terminado.
-La chica se queda- sentenció mi madre antes de que yo pudiera abrir mi boca para contradecirlo.
-Me temo que eso no es posible- negó Desmond sonriendo falsamente.
-Vamos, Desmond- apuntó mi madre- Eres lo suficientemente listo para darte cuenta que la chica no sabe nada de lo que necesitas saber. Ya la has molestado bastante, déjala ir.
Mi padre calló, y pude ver como su mente trabajaba para poder tomar una decisión. Sabía que no podía negársele a mi madre, aun tenía interés por ella y era su debilidad. Gemma y yo le importábamos una mierda pero mi madre era su mundo, lo único que quería y no podía tener de vuelta. Esperaba que a ella si la escuchara.
-De acuerdo- acordó dándose por vencido- La dejaré ir pero habrá condiciones. Deberá quedarse aquí en la ciudad donde la pueda encontrar y me informará lo que necesite saber si así lo requiero.
Todos nuestros ojos se posaron en Heather para escuchar su reacción.
-Creo que podré vivir con eso- señaló ella en un susurro.
-Entonces no se hable más, Heather estará con nosotros y tú, Desmond Styles, respetarás el trato y no le harás daño- advirtió mi madre.
-Como tú digas, querida Anne- respondió mi padre en actitud sumisa.
Sin embargo, yo no me fiaba de él. No volvería a cometer el error de dejar a Heather desprotegida, pero algo dentro de mí me decía que por el momento mi padre nos dejaría en paz.
-Zayn, Liam- hablé con decisión- Desaten a Heather y llévenla con Gemma por favor.
Mis amigos la desataron con cuidado y la ayudaron a levantarse y caminar. Heather y yo cruzamos nuestras miradas por algunos segundos y le hice saber que pronto estaría con ella. No me quedaría tranquilo hasta que Desmond y sus hombres salieran por completo de la mansión. Gemma y los demás desaparecieron rápidamente y me permití relajarme.
-Anne, deberías enseñarle a tu hijo a no entrometerse en mis asuntos- sentenció mi padre con molestia.
-Tú trajiste a la chica aquí, Desmond- le respondió secamente mi madre- Era natutal que alguien la encontrara y la auxiliara. Estoy orgullosa de que Harry lo hiciera.
- Estaré vigilando- advirtió finalmente mientras hacía su camino fuera de la habitación. Mi madre lo siguió, diciéndole que lo acompañaría hasta la salida. Yo esperé para salir de último y los seguí por todos los pasillos.
Fimalmente, llegamos a la salida y Desmond abordó su camioneta rápidamente. Su semblante reflejaba ira y tensión, probablemente molesto por no haberse salido con la suya. Yo por mi lado, estaba aliviado y contento de haberle ganado por una vez. Sin embargo, algo difícil me esperaba con Heather, porque no había ninguna maldita manera para disculparme adecuadamente con ella. Me quedé de pie cerca de la puerta principal y me cercioré de que el vehículo hubiese salido completamente de la propiedad.
Cuando los vi desparecer solté un suspiro agotado. Tampoco entendía como mi madre se había enterado de todo esto y como había reunido el coraje para aparecer y plantarle cara de esa manera. Tendría luego que hablar con ella para aclarar mis dudas.
A paso lento me adentré en la mansión nuevamente. En mi mente solo había una cosa: Heather estaba a salvo. Eso era lo único importante para mí.
******
¡Hola, queridos lectores! Gracias por seguir esta historia. Quisiera conocerlos, les agradecería si comentan qué les va pareciendo la historia. Sus opiniones son importantes para mí.
Por fin Heather estará libre, al menos de esa habitación. Se vienen cosas interesantes.
¡Gracias por leer!
Besos, Sallymoon
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top