Trastornos.

Llegó el día de su cita con el doctor, Amaris sentía una enorme presión que oprimía su pecho y sentía que estaba a punto de ahogarse.

— Tranquilízate — se habló a si misma mientras se arreglaba frente al espejo, — todo estará bien, no te pasará nada malo, y en caso de que ya haya pasado, para eso irás al médico, para solucionar aquellos problemas.

Aunque a veces hay problemas que jamás se solucionan — le respondió una voz en su cabeza.

Y mientras luchaba contra sus propios pensamientos se dirigió a la clínica. No podía darse el lujo de gastar más, así que en vez de pagar un taxi o subir al bus, se decidió a caminar; y, mientras lo hacía, se puso a pensar en cómo se sentiría tener una vida diferente.

¿Qué sentirán las personas que tienen una vida estable? Esa era la pregunta que rondaba su mente mientras veía a las personas conducir, niños jugando con sus perros en el parque mientras sus padres miraban desde una banca; no se trataba de cuánto dinero tuvieran, la vida no dependía de eso para ser estable, sino de poder disfrutar de los detalles pequeños y a la vez, estar en equilibrio con la vida básica que hay que llevar.

Tener un empleo, un hogar, comida caliente, salud y una mente tranquila; Amaris consideraba que aquellas cosas eran las que hacían de la vida, un evento estable. Claro que había más, los hobbies, sueños, gustos y caprichos, esos placeres que daba la vida, para alcanzarlos, ciertas veces debías dar más de ti mismo de lo que en situaciones normales podrías dar. Era ahí, cuando tenías que esforzarte un poco más, donde tu cuerpo mismo parecía entregar el 1.000% para ayudarte, era increíble cómo funcionaba el cuerpo humano, era increíble lo que podían conseguir las personas si tan solo dieran un paso, una acción...

Pero a veces una acción no basta — Se dijo mentalmente a sí misma.

— Sí, pero es lo que necesitas para comenzar — se respondió en voz alta sin darse cuenta.

— ¿Disculpa? — preguntó una señora que estaba sentada en una banca del parque, justo al lado de donde ella había pasado.

— Oh, perdone — respondió Amaris bastante apenada, quizás no veía lo roja que se habían puestos sus mejillas, pero sí sentía el calor en su rostro — No me había dado cuenta que estaba usted ahí.

— Ay mi niña, a veces lo olvido — dijo sonriendo la señora — seguro estabas enviando un audio ¿Cierto? Y yo de antaña aquí interrumpiéndote.

— No, no se preocupe — añadió Amaris con rapidez, la mujer era tan dulce, o al menos hablaba con dulzura, — yo no estaba enviando un audio, de hecho... estaba hablando conmigo misma — comentó avergonzada.

— Eso se entiende mejor — dijo nuevamente la señora — no tienes por qué apenarte — añadió al ver que Amaris se avergonzaba de lo que había sucedido — Hablar con nosotros mismos es lo mejor que podemos hacer; conocernos, entendernos, solucionar nuestros problemas e incluso darnos ánimos, ¿o por qué crees que la mayoría de nosotros venimos al parque? Solo ten cuidado de que cosas te dices a ti misma.

— Gracias, yo... — estaba a punto de contarle lo que se estaba diciendo a sí misma, pero no, así no es como comienzas una conversación con alguien extraño, ¿Por qué alguien totalmente ajeno a ella debía conocer que su vida estaba sumida en el caos total?

— ¿Te gustaría contarme lo que te estabas diciendo a ti misma? Si mal no oí, dijiste algo sobre lo que se necesita para comenzar, ¿quieres que te ayude a encontrar ese motivo o esa acción? — parecía como si aquella señora pudiera leerle la mente, pero no, no podía decírselo, porque, aunque quisiera... ¿por dónde comienzas a decirle a alguien extraño tus problemas?

— Eh... no, no se preocupe — respondió cortés y con una enorme sonrisa — todo está bien, y disculpe que la deje así, pero, tengo una cita con el médico y no quiero llegar tarde, hasta luego — se despidió de ella y volvió a caminar.

Al llegar a la clínica tuvo que esperar unos minutos a que el doctor terminara de atender a otro paciente, y para cuando terminó y salió, la cara del doctor se convirtió en una tierna expresión de compasión, era más o menos, como si estuviera diciendo pobrecita.

— Amaris, pasa por favor — dijo el doctor haciendo un ademán con su mano.

— Gracias — contestó débilmente Amaris y entró a sentarse.

— Bien... cuéntame, ¿Cómo has estado? — preguntó el Dr. Bedoya mientras se sentaba en la silla que estaba detrás de su escritorio.

— Bien — mintió Amaris, puesto que había sufrido varios momentos en los que la palabra "bien" no encajaba para nada — He estado intentando sobrellevar todo esto lo mejor que puedo.

— Mmmmm — el doctor se acomodó en su asiento y entrelazó sus manos — me alegra escuchar eso; sin embargo, me temo que tus estudios no lo dicen así.

— ¿A qué se refiere? — Amaris comenzó a sentir aquella silla más incómoda que nunca, ya que en su interior sentía una agitación agobiante, su ritmo cardíaco comenzaba a acelerarse poco a poco y las manos comenzaban a sudarle.

— Seré breve, y espero que también sencillo, para que puedas entenderme mejor, la angiografía coronaria que te realizamos la otra vez, mediante aquella tomografía, nos permitió observar mejor tus arterias — en ese momento, Amaris no entendía mucho, pero sentía que algo malo iba a pasar — encontramos un nivel de calcio en tus arterias que rondan entre los 290 y 300, lo que implica que hay depósitos moderados de placa en tus arterias; es decir, si observas la pantalla... — y prendió un tv plasma que tenía en la pared — verás que hay arterias que están obstruidas por colesterol, y lo mismo pasa en tu caso.

— ¿Qué tan grave es? — preguntó Amaris con miedo, aunque sabía la respuesta, no quería decírsela ella misma.

— Para tu suerte, se puede tratar — un pequeño respiro de alivio se produjo en su interior — Pero habrá que hacer ajustes, una enfermedad de las arterias coronarias se producen por varios motivos, y uno de ellos es la mala alimentación y la vida sedentaria; así que, cuéntame, ¿realmente cómo estás alimentándote?

— En ocasiones consumo lo que sea, hay momentos en los que no como nada, y la mayor parte del tiempo como delante de la computadora.

— Y supongo, — añadió el doctor — que no haces ejercicio.

— No mucho — respondió apenada — casi nada.

— Bien, con eso tenemos — dijo y comenzó a escribir su prescripción médica — Vas a comenzar a cambiar tus hábitos, lo que significa que empezarás a cambiar tu vida; necesitas tener una alimentación saludable, comer a hora y en regla; harás ejercicio, pero con moderación, debido a que no puedes forzar a tu corazón; también es óptimo que reduzcas cualquier nivel de estrés en tu vida, recuerda que no puedes recibir emociones fuertes ¿ok?

— Uff — espero y pueda con lo último, aunque créame que no me va a ser muy fácil, tiendo a estresarme por todo — comentó secando el sudor de sus manos contra sus muslos, aunque el pantalón de mezclilla que tenía no ayudaba mucho.

— ¿Qué tienes? — preguntó intrigado el doctor cuando terminó de escribirle los medicamentos que debía tomar.

— Yo... soy así — respondió apenada Amaris — me sudan las manos cuando me pongo nerviosa, eso no es nada, debería ver cuando de la nada se me empieza a acelerar el pulso y empiezo a sentir pánico — añadió con una pequeña risa.

— Pero estás temblando... — comentó preocupado el doctor.

— Si... es normal, es que, de verdad estaba muy preocupada por los resultados de los exámenes.

— No, — dijo seriamente el doctor Bedoya, — no es normal, dime, ¿sueles sentirte cansada o débil cuando te agarran estos ataques? — quizás el doctor no podía darse cuenta, pero a más que preguntaba, más incrementaba los nervios de Amaris.

— Sí, es algo que acompaña siempre a mis nervios, siempre me digo que soy una floja porque solo me dan ganas de dormir.

— Mira — le tendió dos papeles, uno era la prescripción médica, y la otra, era una tarjeta de contacto — ahí te he puesto los medicamentos que necesitarás tomar para tratar tu enfermedad y poder ir reduciendo el colesterol de la arteria — cuando Amaris se fijó, vio que uno de los medicamentos era Aspirina — a lado de los medicamentos encontrarás las indicaciones que debes seguir, y si ves — señaló la tarjeta que llevaba en su mano — aquí te doy el número de una colega mía que es psicóloga, contáctala por favor, ella podrá ayudarte con tu problema de los nervios, si no me equivoco tienes Trastornos de ansiedad.

— Pues... ojalá se equivoque — dijo ella esbozando una débil sonrisa, y ya cuando estaba saliendo del consultorio, el doctor la llamó.

— ¡AMARIS! — dijo en voz más alta de lo normal.

— ¿Sí? — respondió dudosa ella, volviéndose a mirarlo.

— No dudes en venir a verme si sufres alguna complicación — añadió y ahora sí, la dejo ir.

Ya cuando estaba en la farmacia retirando los remedios que le había recetado el doctor, se fijó en la tv del local una noticia que alarmaba a todos; al parecer en china, se había esparcido un virus llamado COVID-19 que obstruía a las personas el sistema respiratorio, y que era tan letal que muchas personas estaban muriendo. Lo que alertó a todos, era que el virus se propagó y ya había llegado a Europa, lo más alarmante de la situación era que no podían conseguir una cura efectiva para tal enfermedad; si el virus llegaba a Latinoamérica... bueno, no está demás decir que más de uno sufriría las consecuencias

— Genial, los chinos acaban de inventar una nueva forma de morir - murmuró Amaris por lo bajo — y lo peor es que nuestro asesino ni siquiera puede verse — Dijo esto en forma de broma, pero la realidad es, que mientras caminaba a su casa, la idea de que un maldito virus arruinara sus planes le causó un terrible pánico excesivo.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Okey... TENEMOS NUEVO CAPÍTULO!!!!🥳 Y vamos empezando las situaciones trágicas del 2020, aunque esperanzados por que no mucho de lo vivido ahí fue malo, sino fue más para aprender. 

Bien. Dejando de lado ese momento mega filosófico, coméntenme que les pareció el capítulo, que les pareció la enfermedad que tiene y como creen que va a continuar.😏😏

LES MANDO UN BESOTOTOTE GIGANTEEE 😘😘😘😘😘

Y POR FIS NO SE OLVIDEN DE SEGUIRME AQUÍ EN WATTPAD.❤️ 🧡 💛 💚 💙 💜 🖤 🤍 🤎

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top