Otro mensaje extraño

Pasaron unos días desde que Amaris y Marcos se vieron por última vez, y por alguna extraña razón el chico se había estado alejando de ella.

A Amaris le intrigaba saber cuál era el motivo de que estén cortando tanta comunicación, pero a la vez, sentía que era su culpa.

— ¿Por qué te preocupa tanto? — le dijo un día su amiga Alice cuando la llamó por teléfono.

— Porque siento que es culpa mía — respondió Amaris con pesadumbre.

— Y a ver, ¿por qué va a ser tu culpa? — preguntó otra vez su amiga indagando en la preocupación de Amaris.

— Porque... — se calló antes de decirlo.

¿De verdad tenía sentido mencionarlo? Alice no soportaba ni siquiera la sola mención del nombre de ese chico, si ahora le contaba lo que Amaris había hecho, probablemente estallaría diciendo cosas sobre él y eso empeoraría la situación.

— La verdad no lo sé — mintió — solo lo siento así — añadió poniendo toda la inocencia que sus mentirosas palabras podían cargar.

— Bueno — respondió Alice, parece que la había creído - ya sabes que él no me cae, y cómo estás preocupada, sé que no vas a dejar de hablar de él; así que te llamo más tarde u otro día, porque tengo que terminar un proyecto de la uni también.

— Bye — dijo desganada Amaris detrás del teléfono.

Odiaba mentirle a su amiga, pero si lo pensaba bien, no lo había hecho, simplemente le ocultó parte de la verdad. Amaris no sabía por qué razón exacta Marcos se había alejado de ella, y solo especulaba una razón primordial.

Amaris creía que Marcos se había enojado con ella porque le había pedido utilizar su personalidad para darle vida a un personaje literario y pensaba que las preguntas que le había hecho eran demasiado personales que lo habían incomodado tanto, hasta el punto que él no quisiera responderle.

Pero lo que ella no entendía, era que, si ese fuera el caso, él debería haber comenzado a alejarse después de que se hayan visto, y no, la cosa no fue así; Amaris simplemente se despertó una mañana y vio que Marcos no le había respondido los mensajes de la noche anterior y que pues desde ahí, tardaba como uno o dos días hasta que volviera a aparecer.

Amaris intentó tranquilizar sus pensamientos, seguramente que había otra razón, seguramente que tenía problemas que necesitaba solucionar o cosas que le ocupaban mucho el tiempo como para responder el celular.

Pero aparte de todo eso, ¿por qué le preocupaba tanto? Marcos había sido la persona que la ayudó a salir de sus problemas, aquella persona que la impulso a plantarle cara al caos y ganar; perder su amistad ahora sería para Amaris como volver a caer en picado en aquel pozo de oscuridad, desesperación y problemas. Pero también tenía que aprender a calmarse, ya que lo que hablaba en sus pensamientos en estos momentos era su ansiedad extendiéndose, y debía aprender a controlarlo.

Se convenció a sí misma de que sería bueno avanzar en los capítulos de su libro, después de todo, Marcos siempre se los pedía para leer, y cuando volviera a hablarle sería muy decepcionante para él que ella no tuviera nada preparado.

Así que se puso a escribir, eran como las 19:00 hs de la noche cuando Amaris se sentó en el escritorio de su habitación y abrió su blog de notas para leer todo lo que había escrito hasta el momento; una taza de café amargo y caliente llenaba el espacio con su delicioso aroma, mientras que afuera, se escuchaba que pequeñas gotas de lluvia habían comenzado a caer.

Ya había comenzado a entrar en ese estado de concentración absoluta, donde las palabras solamente comenzaban a fluir y la historia se iba desentramando sola en su cabeza mientras pasaban palabra por palabra a las páginas del Word, cuando el sonido de un nuevo mensaje la sacó de su ensimismamiento.

No tenía muchas ganas de dejar de escribir y responder mensajes, pero a la vez le intrigaba mucho saber quién le escribía, ya que no tenía muchas personas que le quisieran enviar un mensaje, para su sorpresa, el mensaje era de Marcos.

— "Tengo buenas noticias" — Marcos. C / 21:15 pm.

Amaris esperó un rato, no había nada más, el mensaje no venía acompañado de otro explicando cuales eran las buenas noticias o de un audio, o de algún aviso de que él la llamaría, nada.

— Genial — dijo Amaris, acompañado de un bufido — otro mensaje extraño.

Estuvo unos minutos pensando si responderle o no, ya que ni siquiera había dicho otra cosa, quizás solo era un mensaje equivocado, quizás debía enviárselo a alguien del trabajo o algún familiar, y por equivocación se lo había enviado a ella.

Pero la curiosidad de Amaris era muy intensa, ella sabía que la curiosidad no la dejaría dormir esa noche si al menos no le respondía preguntando a qué se refería. Así que eso hizo, le escribió un mensaje corto, no más de cuatro palabras, en realidad todo lo que le mandó fue un:

— "¿A qué te refieres?" — 21:25 pm

Luego de eso, Amaris intentó desaparecer cualquier preocupación que viniera a su mente, así como las ideas locas que siempre le venían, pero no podría lograrlo si es que no dejaba el celular de lado; así que eso hizo, apagó su celular y se obligó a concentrarse de lleno nuevamente en la historia que estaba escribiendo.

La verdad, no le fue muy difícil, ya que cuando su corazón se preocupaba en demasía, ella utilizaba esos sentimientos para trasmitir vida a sus páginas.

Luego de escribir una buena cantidad y sentir que los ojos se le iban cayendo cada vez con más pesadez, decidió dejar de escribir.

Sabía que antes de dejar de escribir y apagar la computadora, tenía que leer lo que había escrito y editar todas aquellas palabras que quizás se hayan salido del contexto o hayan tenido algún error, pero las energías ya no le daban para hacerlo, sentía que se iba a quedar dormida ahí mismo en la silla si no se levantaba y se iba a dormir ahora.

Intentó con todas las fuerzas del autocontrol convencer a su conciencia de que irse a dormir una sola vez sin antes haber editado no era algo malo, y que mañana se levantaría tempranísimo a hacerlo.

Es curioso como en una sola persona pueden habitar diferentes personalidades, y en Amaris, las personalidades críticas tenían mayor autoridad.

Al otro día, su personalidad crítica parecía niño chiquito, puesto que, antes de que sonara el despertador, Amaris ya se había despertado con la ansiedad por delante por tener que editar; pero no era solo eso lo que la tenía tan ansiosa, sino que también, tenía ganas de prender el celular y ver si Marcos le había respondido el mensaje.

Se había dicho a sí misma que solo tenía una opción para saber que ese mensaje era para ella. Si Marcos esa mañana le respondía que le contaría las buenas noticias que tenía, o incluso mejor aún, si ya le había respondido con las buenas noticias, entonces quiere decir que el chico no se había equivocado; pero, si al despertar no encontraba un mensaje de él, se convencería de que todo había sido un error y Marcos le había enviado el mensaje a ella por equivocación nada más.

Prendió con muchas ganas el celular, incluso se enojó con el aparato cuando el encendido era tan lento y le gritó que era una cosa inservible y desastrosa; luego intentó calmarse respirando varias veces para que sus gritos no despertaran a todo el vecindario.

Cuando prendió su celular y la señal del Wi-Fi le había agarrado, comenzaron a llegar las notificaciones. Y definitivamente ahí estaba, un mensaje de Marcos, con un audio de 6 minutos de largo contándole, lo que Amaris supuso, era la buena noticia.

¿Por qué otra cosa sino le mandaría un audio tan largo? Para decirle que no hiciera caso del mensaje y que se había equivocado, no necesitaba más que escribir como máximo dos líneas de texto. No, sin duda en ese audio contaba las buenas noticias que tenía y eso animaba en gran manera a Amaris.

"Señoritaaaaaaaaaaa" — comenzaba diciendo Marcos en el audio.

Esa era su famosa manera de saludarla, a veces a Amaris le parecía fastidioso, pero ya después de un tiempo se había empezado a acostumbrar.

"Tengo muy buenas noticias para ti señorita, bueno, en realidad creo que para todos — continuó diciendo — ¿Sabes que un amigo me contó sobre una escuela online de marketing digital?" — dijo él, totalmente emocionado.

— No, no lo sabía, ¿Cómo podría saberlo si no me hablas hace días? — dijo Amaris rodando los ojos y sonriendo por la forma en como había reaccionado.

"...y bueno, te lo quería comentar a ti también para que puedas analizarlo y si te gusta puedas formar parte. Es una escuela super genial, donde aprendes las bases del marketing, y más adelante, incluso puedes profundizar más aún con los cursos más avanzados que tiene. Lo que es más genial de esta escuela, es que puedes hacer los cursos a tu propio tiempo y en tu horario, solo pagas una vez y el curso se queda para ti por toda la vida. Pero más allá de eso, lo que es más genial aún, es que puedes revender los cursos, es decir, tú puedes recomendar esto a tus amigos, familiares, personas que conozcas tanto como que no conozcas; y si ellos deciden comenzar a estudiar en la escuela, tú cobras comisiones..." — nuevamente se lo escuchaba con ese tono de voz animado y exageradamente feliz, como cuando un niño habla de un juguete nuevo.

A Amaris todo lo que él comentaba le parecía genial, de hecho, ya había escuchado hablar de todo eso, y siempre le causó curiosidad, pero ahora, un amigo formaba parte de ello y le estaba contando todo lo que implicaba, ya estando desde dentro; Marcos no se reservaba nada, ni siquiera las posibles desventajas, consideraba a Amaris como una amiga y quería que ella tuviera éxito en todo lo que hacía, o al menos era eso lo que siempre decía, y pues a Amaris le gustaba creerlo.

"... discúlpame muchísimo también Amaris que no te haya hablado, es que estaba con eso estos últimos días y pues he aprendido cosas demasiado geniales que me gustaría que tú lo vieras también. Si estás escuchando este audio hasta aquí, porque sé que es muy largo — se rio — probablemente te interese la idea, y pues quizás te preguntes cuánto cuesta acceder a esta escuela, pues bueno te cuento que solamente necesitas 50$ para comprar tu acceso a la escuela y comenzar a revenderla. Pero quiero hablarte de todo esto cuando despiertes, así que ni bien lo hagas llámame y charlamos ¿te parece? Señorita te mando un abrazo gigante y hablamos mañana, que descanses."

50$... Amaris no tenía ni 5 centavos en ese momento, pero también sabía que la oportunidad no era mala y que aprender una nueva habilidad tampoco estaba mal. Así que en vez de pensar en negativo y poner excusas a esa oportunidad, agarró el celular nuevamente, marcó el número de Marcos en WhatsApp y lo llamó.

— Hola... — respondió una voz masculina y somnolienta del otro lado.

— Señoritooooooooooo — lo imitó Amaris saludando con ánimos.

— Hola señorita — saludó nuevamente Marcos seguido de un largo bostezo — cuando te dije que me llamaras al despertar creí que te despertarías un poco más tarde, no a las... 06:00 hs de la mañana — se quejó.

— Tu dijiste "así que ni bien lo hagas, llámame" — repitió ella imitando su voz.

— Si... lo sé — añadió — pero... a ver, ok, está bien, dame 10 minutitos y te vuelvo a llamar ¿sí?

— Está bien — dijo Amaris y cortó la llamada.

Pasaron 10, 20, 40 minutos y la llamada nunca llegó, más allá de enfadarse Amaris se mataba de la risa esperando. Una hora y media después el celular de ella sonó y la pantalla indicaba que era Marcos quien la estaba llamando.

— Hola — respondió ella aguantándose la risa.

— Señoritaaaaaaaaaaa — dijo él, y ahí estaba, su ánimo de todos los días — perdóname muchísimo ¿vale? Es que me volví a quedar dormido — dijo apenado.

Para entonces, Amaris no lo aguantó más, su risa estalló en plena llamada y se imaginó que cuando ella colgó el teléfono hace rato, él volvió a caer dormidote en la cama, y con solo imaginarlo la risa se profundizó.

— Ya sabía — logró decir entre risas, luego recordó la razón de la llamada y pensó que no podía comportarse así con un tema serio que tratar — lo siento, ¿ahora puedes hablar? — dijo preguntándose a ella misma si el pobre chico, aunque sea había desayunado.

— Si, claro, sin problemas — respondió él con muchos ánimos de empezar a conversar sobre el tema — dime ¿Qué te pareció lo que te comenté? — preguntó.

Amaris comenzó a contarle todo lo que ella pensaba sobre la oportunidad que él le había ofrecido la noche anterior; no se reservó nada, ni siquiera las dudas que tenía o que en ese momento no tenía ni los 50$ para comenzar.

— No te preocupes — le dijo él intentando calmarla — he pensado en eso anoche después de habértelo comentado. Mira, si realmente quieres comprar tu escuela y comenzar a aprender sobre marketing digital yo te presto la mitad del dinero, y así te será más fácil conseguir la otra mitad, ¿Qué te parece?

¡EXTREMADAMENTE GENIAL! Quiso gritar Amaris, pero se contuvo para no parecer más loca de lo que ya era. La verdad que conseguir la otra mitad del dinero le era pan comido; no era algo así como que tuviera un medio recurrente para sacar dinero cada vez que lo necesitaba, pero sí tenía un tío que la adoraba y le daría todo lo que ella pidiese. Claro que pedirle 50$ era más difícil que pedirle solo 25$, ya que podría explicar que necesitaba el dinero para pagar algo sobre unos estudios y todo el mundo se lo creería, porque siendo sinceros, tampoco estaba mintiendo con eso.

Amaris aceptó inmediatamente el trato que Marcos le propuso, y quedaron que en esa noche activarían su escuela. ¿Tenía ya Amaris el dinero cuando aceptó el trato? No, pero no le costó nada conseguirlo, llamó a su tío, le explicó los motivos, y él le giró el dinero en el almuerzo; casi parecía una suerte de película.

Pero lo que realmente parecía de película era todo lo que se vendría después con esa escuela, las nuevas personas que conocería y las oportunidades que le irían abriendo paso a cumplir nuevos sueños, también darían paso a algo más grande: a un nuevo comienzo, una nueva Amaris.

Una nueva vida...

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola chicos, ¿Cómo están? Yo estoy muy emocionada por traerles un nuevo capítulo de ésta emocionante y alocada historia. 

Ahora si, las oportunidad están poniéndose en alineación con la vida de Amaris, y a partir de ahora todo va comenzar a cambiar. Sí, más cambios aún, porque los que ha tenido no son nada comparando con los que se vienen jaja. 

¿Va a tener dificultades en el camino? Mmmmm sí, osea, siempre las hay, pero no les adelantaré cómo saldrá de ellas, o mejor dicho, si saldrá realmente muajaja. 

Coméntenme qué les pareció la historia y que opinan que vendrá más adelante. 

Gracias por leerme, les mando muchísimo amor. 



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top