Única (18)
—¿Eira? —abro mis ojos de golpe al escuchar mi nombre—. Eira, no se dónde estamos.
Me siento en la cama y mira a mi derecha. Ethan se encuentra ahí observándome con preocupación. Trae puesto un pantalón blanco al igual que una camisa negra, abierta ligeramente en su pecho.
—¿Qué es lo que está pasando? —pregunto levantándome de la cama y poniéndome de pie a su lado—. ¿Por qué estamos vestidos así?
Miro la fina bata blanca que me cubre hasta las rodillas.
—No tengo idea, desperté y todo estába en silencio —explica caminando hacia la ventana—. Fui a buscar a papá y a los demás, pero la casa está vacía a excepción de nosotros, además tengo la sensación de que algo anda mal.
—¿Algo anda mal? —cuestiono acercándome a él—. ¿Ethan, en dónde está tú collar?
Este me mira y frunce en seño antes de llevar la mano a su pecho.
—No está —dice mirándome—. No lo tengo.
De inmediato llevo mis manos a mí cuello y me doy cuenta de que yo tampoco traído puesto mí collar. Ya no tengo el collar de Alix.
—Yo tampoco tengo el mío —confirmo avanzando en dirección a la puerta—. Están manipulando muestra mente, esto es una pesadilla.
—¿Estás segura?
—Creeme, no te lo estaría diciendo si no estuviera —confirmo saliendo al pasillo—. Estoy segura que algo malo nos está esperando en alguna parte.
—Debemos encontrar la forma de salir de aquí —musita siguiéndome—. Si es verdad lo que dices, no es bueno que estemos aquí más tiempo.
—Lo sé, pero siempre que salgo de una pesadilla así, termino en el hospital o con golpes en todo el cuerpo —asevero bajando despacio los escalones.
—¿Me dices todo eso y aún así quieres bajar? —cuestiona.
—Entre más rápido pasé lo que tenga que pasar, es mejor —replico pisando los últimos escalones—. De todas formas, que nos tengan aquí, no se significa algo bueno.
—Algo extraño... Siento algo extraño —confiesa mientras camina a mí lado.
—Pues creó que ver a Milka frente a nosotros es peor que ver a Koray o Camalia —puntualizó y retrocedo un paso—. Quien esté haciendo esto sabe muy bien que puntos débiles tocar.
—¿Milka? —Ethan pronuncia el nombre de mi amiga quien se gira hacia nosotros y nos sonríe de una forma bastante cuestionable.
—Ethan... Ethan, sigues tan guapo como siempre —responde Milka, para después sacar su blusa y quedar solo en sujetador.
Ethan la mira impactado al mismo tiempo que niega con la cabeza.
—Ésa no es Milka —dice tomando mi mano lentamente—. Eso es un Incubus.
—¿Qué? —pregunto al sentir como Ethan retrocede y me hala con él.
—Es un demonio —finaliza—. Cuándo te diga que corras, haslo y no te detengas. ¡¡Corre!!
Al escuchar su orden empiezo a correr hacia donde me indica. Los gritos agudos y endemoniados de la mujer trás nosotros, provoca que Ethan se detenga y caíga al suelo subiéndo sus oídos.
—¡¿Ethan?!
—No puedo —revela arrastrándose, para esconderse detrás de la encinera.
—¿Qué? ¡No, vamos, sí puedes! —le aliento, pero al menor intentó de levantarnos el demonio nos lanza cosas y grita aún más fuerte.
—¡Vete, tú tienes que salvarte! —grita, mirándome con temor—. Si mueres aquí también lo harás fuera.
Le veo sangrar por los oídos y la nariz. Sus ojos se cierran con fuerza por el dolor y por sus mejillas caen lágrimas.
—¡No voy a dejarte! —digo posando mis manos sobre las suyas, tratando de bloquear el paso de los gritos a sus oídos—. Esa cosa no va a matarnos, no hoy.
Cierro mis ojos al igual que él y con todas mis fuerzas comienzo a gritar el nombre de Alix.
—¡Alix! ¡Alix! ¡Alix! —su nombre dale de mis labios a una increíble velocidad mezclándose con los gritos del demonio.
Esto parece endurecerla más, por suelta palabras y maldiciones a su nombre, pero no me detengo, y Ethan pronto se une gritando el mismo nombre.
De pronto un calor me inunda y la presencia de Ethan desaparece tan pronto como los gritos de la mujer. Y sin esperar unos brazos me rodean por la cintura y tiran de mi con fuerza.
Mi espalda golpea contra una superficie fría y suave. Abro mis ojos y otro par, bicolor, me observan atentamente.
—Alix —su nombre sale en un susurro de mis labios—. Gracias, cariño.
Él continua mirando. Su voluptuoso cuerpo se encuentra sobre el mío, impidiendo que vea más allá.
—¿Algún día vas a decirme algo? —le pregunto.
—¿Hablar? —pregunta también.
—Sí, hablar conmigo —respondo acariciando sus mejillas.
—¿Nesecitas que te hablé? —cuestiona con una voz más clara y profunda.
Le observo hechizada por su voz.
—Son décadas las que han pasado sin que alguien me dirija una palabra, al menos algúna que me interese —confiesa acercado su rostro al mío—. Eira, tu has provocado cosas dentro de mí. No puedo dejar de pensar en ti, tu voz y tu perfume. Eres lo único que hace que tenga el propósito para seguir viviendo y escapando de mi propia familia.
Escucharlo consigue que mis ojos se cristalicen y mi corazón lata a toda velocidad.
—Elliot dice que es por que soy tu única, aunque aún no estoy segura de que lo que se significa en su totalidad esa palabra —admito tímidamente—, pero la verdad es que nadie se a tomado el tiempo para explícamelo. Es decir, se cosas, pero no las suficientes, al menos no las razones por las que todos tratan de matarnos.
—Hay destinos peores que la muerte, pero para mí, ya dejó de ser un tema primordial —replica rosando nuestras narices—. Seas mi única o no, quiero estar contigo hasta el último de mis días. Tú eres lo único que me mantiene con vida, Eira.
—¿Por qué no nos habíamos encontrado antes? —pregunto a solo milímetros de tocar sus labios.
—Cuando la luna este en su punto más alto y sea eclipsada por el sol, será entonces el momento en que mis labios toquen los tuyos y nuestras almas se unan para siempre.
Alix empieza a desvanecerse en un humo gris, opacando todo a mi alrededor, para al final en volviendome en oscuridad.
Abro mis ojos.
Escucho la voz de Almery, Ágatha y Ravenna.
Miro a mi alrededor. Me encuentro en mí habitación.
—¿En dónde esta Ethan? —les interrogo a los tres.
—¿Por qué no nos dijiste que tenías la joya? —frunsco el ceño al ver a Almery con el collar de Alix en sus manos.
—¡Dámelo! —exijo tendiendo mí mano en su dirección.
—¿Cómo lo conseguiste? —pregunta Ágatha.
—Juro que si no me lo das, lo llamaré a él y no va a estar feliz cuando vea que su collar ya no se encuentra en mí cuello —amenazo.
Almery suelta un resoplido y lo deja en mi mano, rápidamente me lo coloco en el cuello.
—Eira, debes de...
—Ahora no —suelto saliendo de la cama para dirigirme hacia al puerta.
Camino por la pasillo en dirección a la habitación de Ethan. Sé con exactitud que para haber estado en esa pesadilla conmigo, debió de estar durmiendo al igual que yo.
Al abrir la puerta de su cuarto, lo miro sentado en su cama con rastros de sangre en su nariz.
—¡Eira! —exclama al tiempo que se levanta y corre a abrazarme.
—¿Estás bien?
—Sí, con un poco de dolor de cabeza, pero estoy bien —responde deshaciendo el abrazo—. ¿Y tú?
—Estoy bien, también. Alix me a sacado de ahí antes de que esa mujer nos destrozará los tímpanos —hablo tanto para él, como para sus padres que se encuentran dentro de su habitación.
—Lo sé. Él también me saco a mí —confiesa con una sonrisa—. No supe en que momento, pero escuché su voz en mi cabeza.
—Ha sido una total pesadilla y todo porque perdimos nuestros collares. Al menos yo ya recuperé el mío, pero ¿en dónde está el tuyo? —mí pregunta lo hace cambiar su semblante.
—Camalia lo robo mientras nosotros teníamos nuestra atención puesta en tí y Koray —dice Elliot acercándose—. Y no solo nos robo y distrajo, si no que también hechizo a Ethan para que tuviera sed de tu sangre.
—¿Cómo es que puede hacer eso? ¿Acaso es bruja?
—Antes de convertirse en un vampiro lo fué y eso explica el por qué de tus contantes pesadillas —replica Elliot casándose su protectum—. Le daré el mío a Ethan así estará seguro y no podrán seguir manipulando su mente.
—¿Y tú papá? —pregunta Ethan negándose a recibir el collar.
—Tengo el de tu abuela, voy a estar bien. Además no voy a permitir que alguien este jugando un la mente de mi hijo —responde colocando en el cuello de su hijo, su collar—. Y tú Eira, espero que nos cuentes, ¿cómo es que tienes ese collar en tu poder? De haberlo dicho antes no nos habríamos preocupado tanto en mudarnos.
Elliot me sonreí y me da una palmada en la espalda.
—Ya entiendo el porqué te sentíamos diferencia, al parecer Alix continua siendo muy inteligente. Nadie vendrá a buscar a su única por su collar, porque para ellos tú no existes.
—Un día después del incidente en mi patio, fui a casa porque presentía algo y al llegar a mi habitación la encontré hecha un desastre —explico recordado la sangre en las sábanas—. La ventana estába rota y el suelo y mi cama llenas de sangre. Alix llegó a buscarme después de haber huido de las mazmorras, pero cuándo llegué ya no estaba y al sacar las cobijas manchas encontré su collar.
—Justo después del asesinato de la chica de Eisenberg y que Ameth mandará la invitación de su supuesta coronación —añade Almery entrando a la habitación junto con Ágatha, Ravenna y Eiden.
—Que al principio se canceló sin explicación, pero ahora ya sabemos el por qué —concreta Eiden—. Sin collar no hay coronación y sin coronación no hay nuevo rey.
—Pues debemos seguir comportándonos como si no supiéramos en donde esta el collar —comunica Stella con seguridad.
—Eso sería traición —severa Ravenna con el rostro lleno de preocupación.
—Sí, pero si en cualquier caso llegarán a tocarle un solo pelo a Eira, Alix los destrozaría y el consejo estaría de su parte, solo por ser un Alpha —aclara Almery con tranquilidad—. De todas formas estamos en su terreno y Alix no va a permitir que le hagan daño a su única, no cuando hoy por la noche va a ocurrir el eclipse.
—¿Eclipse? —suelto al recordar la palabras de Alix.
—Sí, es el día en que los Alphas recurren a aparecer con su parejas al igual de los demás de su raza —explica Almery evitando mirarme—. Y está más que claro que Alix vendrá por tí, seas su única o no, porque el ya te eligió.
«¿Me eligió?».
—¿Qué pasaría si yo no fuera su única? —interrogo para todos.
—Pues hasta que no se apareen no
... —Elliot interrumpe a Almery.
—Pues tú no podrás concebir y Alix seguirá atrapado sin poder envejecer —el padre de los gemelos me mira con seriedad—. Ningún Alpha y ni ningún hombre lobo, envejece hasta que su primogénito nasca. Es una regla para poder mantener su linaje. Sin bebé a quién pasar su poder jamás podrá encanecer.
—¿Por qué elegirme si no podré darle un hijo?
—Esta enamorado de ti —responde Ravenna con una sonrisa—. El hecho de que no seas su única y no compartan laso, no se significa que no pueda enamorase.
Miro por la ventana que da al bosque.
—Te ama tanto como yo amo a Ágatha o como Eiden ama a Ravenna —asegura Almery, provocando que un nudo se forma en mi garganta.
—¿C-Cómo es que su única no a apreciado aún?
—Lo hizo —expone Elliot ganando toda mi atención—. Esmeralda Lenee, ella fué su única.
—¡¿Qué?!
—Alix no ha estado encerrado en las mazmorras por nada, Eira. Alix no enfermo por gusto —cuenta Elliot—. A él lo destrozaron, a mí amigo le rompieron el corazón, no una sino dos veces.
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¡Hola, hola! Nuevo capítulo disponible.
Perdón por la tardanza, pero he estado ocupada ayudándo a mi madre con la remodelación de la casa.
Espero disfruten el cap, porque la verdad a sido uno de mis favoritos. Me encanta que ya estemos a punto de saber la historia de Alix con la tal Esmeralda Lenee. Sé que tienen muchas preguntas, pero como ven yo siempre cumplo y en cada capítulo todo se va modelando.
¿Qué pasará el el eclipse con Eira y Alix?
¿Por qué llamó "Amigo" a Alix, Elliot?
Y lo más importante aún ¿por qué Gregory sigue desaparecido?
No olviden votar y comentar a que #team pertenecen.
Nos vemos pronto.
Los quiere,
Celeste.
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