Alix (14)
Saboreó el último trago de mi limonada con menta. Un día en la mansión Stromberg y me siento como la dueña y señora de ella.
—Me quedaré aquí a ver como metes tu lengua en el vaso, por la última gota, Eira —murmura Ethan reposando su cabeza en el hombro de Eiden.
—Ve y échate sobre Milka —le dice su hermano empujándolo—. Ahora dejanos a Eira y a mí, terminar nuestro almuerzo sin tus comentarios llenos de estupidez.
—Agua fiestas —suelta Ethan, mientras lleva un panecillo a su boca y el da un buen mordisco—. Para ser mi gemelo, eres bastante amargado.
—Hay personas que maduramos y no nos quedamos con el comportamiento ni la mentalidad de alguien de quince años —informa Eiden, mientras parte un trozo de su pancake—, y está más que claro que tú no entras en éste grupo.
—Imbécil —le insulta Ethan dandole un golpe en la cabeza.
Rio al ver como Eiden ni sé inmuta por el golpe, es más lo ignora, como si él no estuviera a su lado.
—Ha llegado Ágatha y Almery —avisa Eiden con la vista fija en su plato.
Frunsco el ceño y en seguida volteo hacia la entrada del comedor en espera de ver a mi amiga y su esposo entrar.
—Suéltame o te juro que hoy regresas solo a casa —escuchamos decir a Ágatha.
—Alguien está desesperado —suelta Ethan tomando otro panecillo.
—Al igual que tú, pero él lo disimula —le contesta su hermano, levantándose de la mesa.
—¡Hola!...¿Eira? —Ágatha se acerca a mi de inmediato para inspeccionarme—, pero ¿cómo es que...
—Él ya sano —dice Almery observándome también.
—Papá nos lo dijo, pero no lo creímos —agrega Eiden saludándolo con un apretón de manos—. A todos nos pareció bastante extraño que a solo un día luzca tan recuperada, pero en vista de que ambos reciben por igual las consecuencia de las agresiones físicas, pudimos concluir que la teoría de papá, tiene cierta veracidad.
—No es una teoría, es un hecho. Solo conocí a un hombre con el mismo poder de sanar a su pareja de ese modo —habla Almery cruzado de brazos—. Su conexión no solo se basaba en lo carnal y sentimental, si no más bien en lo espiritual, más de una vez lo ví desvíar el dolor de su única a él.
—¡Es impresionante! —fargulla Ethan uniéndose a la conversación—. Podría ser la razón de su rápida recuperación, tal vez él logra hacerlo con ella.
—No podría ser para menos, si Milor Cobognerwotf fue capas de hacerlo no veo porque su hijo Alix no pueda —levanto mí cabeza al escuchar ambos nombres.
—¿Cobognerworf? ¿Tú sabés quién es Alix? —pregunto levantándome de la silla—. ¿Sabés dónde está?
—Eira...
—¡Sé qué lo sabés! —levanto la voz provocando que en segundos Stella aparesca junto con su esposo.
—Es complicado, no puedo decírtelo por ahora —responde Almery con tono seco.
—Lo mismo de siempre. ¿Cuándo demonios van a decirme algo? —grito alejándome de la mesa—. Me tienen encerrada en esta casa sin decirme algo.
—Es por tu bien —habla Stella, mientras trata acercase a mí.
—Pues mira todo el bien que me a hecho no saber nada —reprocho—. Yo soy la prueba de que algo pasa, sin embargo siguen tratándome como una tonta. ¿Acaso creen que he olvidado lo de antes?
—Eira, no estás en condiciones de tener una discursion —increpa el padre de los gemelos.
—¡Al demonio mí condición! No pienso seguir en este casa escondiéndome.
Salgo del comedor dejando a todos en silencio. Camino lo más rápido que puedo hacia el patio trasero, el dolor en mi costilla sigue ahí y aumenta con cada movimiento.
Nadie parece entender en daño que estába provocándome no saber nada sobre él, sobre su mundo. Cada vez más me doy cuenta, de que ellos también están metidos hasta el cuello en ésto, es más ellos son parte de todo.
—¿Eira? ¿Puedo hablar contigo? —Ethan se sienta a mi lado en el pasto.
—¿Hablar sobre qué?
—Quiero hablarte sobre Alix Cobognerwotf y su única —anuncia, ganando toda mi atención.
—¿Su única?
—Sí, pero antes quiero que sepas que aún que voy a hablarte de ello, no te lo diré todo. Papá creé que cuando llegue el momento indicado y el venga por ti, te darás cuenta de todo —Ethan evita mírame a los ojos, se dedica a mirar hacia el bosque—. Eira, Alix no es un hombre normal, pero es obvio que eso ya lo sabes. Él al igual que muchos y también de otras razas tienen la obligación de permanecer ocultos, no solo por sus condiciones especiales, si no por todo lo que implica tratar de pertenecer al mundo de los humanos, tu mundo, al que no pertenecen aún que actúen y se vean iguales.
—¿Dijiste razas? Eso quiere decir que hay más y diferentes como él —hablo mirando hacia el cielo oscuro y nublado.
—Miles, no tienes idea de cuántos como él y yo existimos —se detiene en seco al darse cuenta de que se incluído en sus palabras—. Ésto que está pasando...tú aquí escondida, jamás a debido pasar. Se supone que estás puertas solo deben ser abiertas por aquellos que hemos estado enlazados a ellas desde antes de nacer.
»Sin embargo aunque nos esforzamos para no mezclarnos con tu raza es imposible, en especial cuando los sentimientos se ponen de por medio y te podría asegurar que nadie como Almery puede darte total fe de mis palabras.
—¿Almery? —pregunto, girándo mi cabeza en su dirección.
—En parte de alejarnos de los humanos por... Ser diferentes, también lo hacemos para protegerlos de nuestros enemigos —me mira y me da una sonríe triste—. Jamás te has preguntado, ¿por qué es que Almery jamás se aleja de su esposa? ¿O por qué yo, siempre quiero estar cerca de Milka?
Niego con la cabeza.
—La respuesta es fácil, si ellas mueren nosotros también—abro mi boca en sorpresa a sus palabras—. No tienes la menor idea de cuánto amamos Eira, daríamos la vida por la suya. Una vez que entramos a nuestra mitad y nos unimos a ellas, se vuelven nuestro mundo.
—Pero yo no soy Milka ni Ágatha —murmuro dispuesta a levantarme del suelo.
—No, tú no eres ellas, pero si eres la única de Alix Cobognerwotf —sus palabras me detienen—. En su mundo entrar a su mitad es un milagro, más si se habla de un Alfa sangre pura. Estar con alguien como él, con ese título, es como permanecer a la nobleza.
—¿Sangre pura? —pregunto ignorando el gran cargo que le da la palabra nobleza a lo que dice.
—Sí, solo basta un pequeño roce para unirlos para siempre —Ethan me toma del antebrazo y dice—: eso debería ser suficiente, pero Alix a vivido maldito por décadas. La misma bruja de lo engaño y que asesino, lo maldijo.
—¿Una maldición?
—Aun cuando tengas a tu otra mitad frente a ti, no vas a reconocerla —Ethan habla como si citará el verso de un poema—. Él te a encontrado por casualidad, Eira y su curiosidad por ti lo a seducido, y en cuanto ambos se encuentren será para siempre.
—¿Siempre?
—Para siempre, Eira. No abra...
—¡Ethan! —la voz de su padre lo detiene y lo hace levantarse de inmediato de mi lado—. Tú también, Eira.
—¿Yo por qué? Nunca en dicen ni entiendo nada —suelto cruzandome de brazos.
—Creí que te gustaría saber sobre Alix —dice dándome la espalda.
Tan rápido como desaparece en el interior de su casa, me levanto y camino junto con Ethan con toda la velocidad que mi costilla me permite.
—¿Estas segura de que quieres escuchar a papá? Nunca son buenas noticias cuando llega una carta del consejo real a nosotros —murmura Ethan en mi oído.
—Si Alix está incluído en las palabras de esa carta, está más que claro que quiero escuchar.
En cuanto llegamos a la sala, la mayoría se encuentran sentados en los sofás a exepcion de el señor Stromberg, quien está de pie en medio de todos.
Eiden se levantan y me cede su lugar en uno de los sofás individuales, para ponerse de pie al lado de su hermano.
El padre de los gemelos se aclara la garganta y abre el elegante y pulcro sobre blanco en sus manos, de este saca una inmaculada hoja que se encontraba doblada en tres.
—El consejo Aglor, escribe para comunicar su gran e inquietante situación —el hombre frente a nosotras guarda silencio unos momentos antes de continuar—: Hemos recibido la carta con firma de los hermanos Canaviri y la familia Stromberg con grato agradó, sin embargo no nos vimos la obligación de responder debido a que dicha situación descrita no había sido confirmada, por nuestra guardia real. No dejaremos por fuera el mencionar que el aviso de Almery y Gregory Canaviri, junto con su respetada familia nos tomo por sorpresa, así como también el hecho de que al final las palabras de su importante carta fueran ratificadas por el mismo y su alteza real Ameth Cobognerwotf, por lo cual extendemos nuestra gratitud y disculpas por dudar de sus palabras.
—Como si nunca dudarán —dice Ethan ganado una reprimenda de su madre y una mirada muy poco agradable de su padre—. Continúa Elliot... Papá.
—Gracias, Ethan —Elliot Stromberg vuelve su vista a la carta nuevamente sin embargo su ceño se frunce y su boca se entreabre.
—¿Qué sucede Elliot? —Stella se levanta y camina hacía su esposo, para arrebatarle la carta de sus manos y continuar ella con la lectura.
—La verdadera razón de que nuestra carta de encuentre hoy en sus manos es porque la familia real a notificado con alarma y desesperó la perdida de una importante joya perteneciente a su majestad Alix Cobognerwotf, que por desconocidas circunstancias a desaparecido de su cuello —Stella mira a su alrededor un momento antes de continuar—, lugar que solamente debía dejar, para ser otorgada a su sucesor por derecho, su alteza real Ameth Cobognerwotf.
»No tenemos conocimiento de dónde ni por qué tal valiosa joya se a extraviado, no obstante pedimos y rogamos junto con la familia real que se unan a la búsqueda y no duden en responder esta carta si tienen conocimiento del paradero de tal presea. Su forma es reconocida por cualquiera, el lobo con ojos de esmeralda debe ser encontrado bajo cualquier circunstancia, no podemos permitirnos que caiga en manos de nuestros enemigos.
Llevo una mano hacia mi pecho y palpo el dije que encontré entre mis sábanas con disimulo. No sé que pasaría, si se enterarán que en mi cuello está lo que buscan tan desesperadamente.
—Prefiero que haya desaparecido a que Ameth consiga que se la otorguen —suelta Almery con todo tranquilo.
—La carta no termina ahí —informa Stella—. También muestran su preocupación por la aparición de los...De Koray Sutton y Camalia Dranger.
Ahora soy yo la que frunce el ceño al notar como Stella a alterado las palabras de la carta.
—Creen que son la razón por la que Alix a escapado en varias ocasiones y por la cual de encuentra desaparecio ahora —una sonrisa escapa de mis labios al escuchar que él de encuentra libre—. También hacen alusión a los recientes rastros encontrados de mestizos.
—¿Mestizos? —pregunto levantándome del sofá.
—Son la mezcla... —Ethan es interrumpido por si padre.
—Ethan, no es el momento —vocifera Elliot doblando la hoja en su forma original.
—Nunca es el momento para esto papá —reconoce Eiden mirando a su padre—. Los mestizos son la mezcla de dos razas de forma artificial, aun que hay posibilidad que sea por nacimiento.
—¡Cállate! —está vez es Stella la que habla en dirección a su hijo.
—¿Tú también mamá? Creí que entendías que Eira no es una niña y que queramos o no, está metida hasta el cuello en todo esto —asevera Ethan con tono cansado—, y con Alix afuera es cuestión de segundos para que él vengan a buscarle.
—No puede entrar a nuestro territorio —apunta Elliot muy seguro de sus palabras—. Además todos sabemos que no puede percibir su olor, ni siquiera logro entender cuál es su fascinación por Eira, no olvidemos que no puede reconocerla.
—Que no tenga el olor que la define como su única, no se significa que no posea otro que igual pueda rastrear —habla Almery—. Se siente seguro con ella, lo sé porque es lo que yo siento con mi esposa, de cualquier manera Eira no debe de salir de aquí. Si Alix llega a ella no solo traerá a su primo y a la guardia tras él, si no también a los mestizos.
—No tiene porque venir, yo puedo ir —suelto caminado fuera de la sala.
—Tu no irás a ningún lado —grita Almery a mis espaldas.
—Vete al diablo —grito de vuelta apuntó de abrir la puerta, pero es empujada desde afuera por alguien más.
—¿Ravenna? —retrocedo y dejo que la esbelta figura femenina vestida totalmente de negro se adentré a la sala en dirección a Eiden—. ¿Qué haces aquí?
La mujer no responde, se dedica a sacarse el casco de motocicleta de la cabeza, liberando un largo y sedoso cabello negro. Su rostro es tan perfecto que no logras ver ni siquiera un lunar en él, sus labios son grandes y rellenos, y sus ojos son tan impresionantes que parece imposible desvíar la vista de ellos.
—¿Quién eres? —pregunto a la sensacional mujer frente a nosotros.
—Soy Ravenna y estoy aquí por ti —responde con una sonrisa.
—¿Por mí?
—Sí. Lo he visto Eira, va a pasarte algo horrible tan doloroso que ni siquiera vas a poder recordar quien eres —dice, provocando que de un paso hacia atrás—. No podía seguir ignorándolo, tenía que venir a advertirte.
—Yo...No sé quien eres, ni tampoco voy a creer lo que sale de su boca.
—Debes creerlo, Eira—habla Eiden tomando la mano de ella para besar sus nudillos—. Mi prometida jamás se equivoca.
«¿Acaso dijo prometida?»
—¿Qué? ¿T-Tú prometida?
—Sí, te presento a Ravenna Clapton mi futura esposa.
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#TeamEiden.
#TeamEthan.
#TeamAlix.
#TeamAlmery.
Ahora, ¿quiénes son en realidad los mestizos? ¿Y cómo demonios es que Eiden está comprometido?
Nos vemos pronto.
M. C. Moreno.
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