Capítulo 33 (Maratón 3/3)
Me incliné sobre él, mentalizándome en la verdadera razón por la que había un cadáver allí. Al quitarle la máscara contemplé su auténtico rostro. La impresión que tuve fue la misma que con el antifaz puesto: desconcierto.
Se trataba de un adulto de unos cuarenta años, caucásico, cabello cortado al rape color caramelo, barba estilo candado y ojos obsidiánicos. Más allá de esas generalidades, sus facciones me resultaban indescifrables. Jamás había visto a ese sujeto.
En ese momento el celular comenzó a vibrar de nuevo, de manera insistente.
—Deberíamos atender—sugirió Dana. Yo la miré con incredulidad—. Quizá nos dee una pista sobre su identidad.
Le di el punto, retiré el aparato del bolsillo de su jean oscuro y oprimí el botón verde, pero no hablé, simplemente me dediqué a escuchar.
Otra voz masculina, que me era indiferente, estaba al habla.
—¿Está hecho? ¿Pudiste averiguar si había otras como ella?—Fue todo. Ante la falta de respuesta, el extraño cortó.
—¡Mierda! Hice mal en atender. Me parece que alerté a más Cazadores...—Pellizqué el puente de mi nariz, cerrando mis párpados con fuerza, mientras inspiraba. Luego solté todo el aire de golpe y la miré fijo—. ¡Nos tenemos que ir YA!—La tomé de la mano con intención de salir corriendo, pero de inmediato debí soltarla porque su piel ardía—. ¡Auch! Algo me quemó.
La morena observó la piel de sus muñecas, mientras yo lamía mis yemas chamuscadas.
Aquellas pulseras que las adornaban eran apenas un recuerdo rosado.
Luego, deslizó sus dedos por aquel surco imaginario y dijo:
—Creo que las cuerdas estaban mojadas con algo nocivo para los de tu especie—Debí darle la razón ya que era una explicación posible. De hecho, si lo analizaba, una simple soga no era competencia para la fuerza de un Lobizón, a menos que estuviese en su fase humana. Pero ese Cazador era astuto. Sabía, o creía que la persona que había capturado no era cualquier tipo de licántropo, sino uno "especial". Lo que se traducía en que mis enemigos tenían más información sobre mi condición de la que yo misma poseía—. ¿Será acónito?
—Es probable—admití al fin—. Pero no podemos parar a analizarlo. Tenemos que irnos—insistí.
—Pará—Se frenó en seco observando nuestras pisadas, que habían quedado impresas en el suelo, debido a la sangre derramada—. No podemos irnos así como así Irupé. ¡Hay ADN nuestro por todos lados!—hizo una señal abarcativa.
"¡Puta madre!" Tenía toda la razón, una vez más.
—¿Qué vamos a hacer? Tampoco podemos ponernos a limpiar todo el lugar, vamos a tardar mucho. ¡Carajo! ¡Necesitamos un milagro!—Hundí mi rostro entre las manos, abatida.
Fue entonces cuando el "milagro" llegó montado en una motocicleta. Para ser exacta, una 110 marca Zanella.
—¡Tobías!
Jamás me había sentido tan feliz en toda mi vida (Ok, quizá exagero, pero sí sentía alegría) Si alguien podía resolver un lío semejante, era él. Salí de la cabaña disparada y corrí a abrazarlo, dejando atrás a una Dana que me dedicaba una mirada de sorpresa.
—¿Cómo es qué...
—Mi moto tiene sistema de rastreo satelital preciosa—explicó, sujetándome todavía entre sus musculosos brazos cubiertos por su chaqueta de cuero—. A propósito, también estoy feliz de verte, aunque me hayas robado.
—Yo...Lamento eso, sí—Mordí mi labio, avergonzada—. Era una urgencia—Él elevó la ceja con inquietud, esperando que profundizara mi argumento—. Te juro que te cuento todos los pormenores en un rato, pero antes tenés que ayudarnos con algo—suspiré, volviendo mis ojos hacia la chica que agitaba su mano desde la puerta, saludando al castaño. Él correspondió con un gesto de cabeza.
En el breve trayecto hasta la cabaña usé mi asombroso poder de síntesis para explicarle a GRANDES rasgos lo que había pasado y lo que encontraría allí.
—Dana fue secuestrada por un Cazador. Los seguí hasta acá, maté al Cazador y no sé cómo deshacerme de un cuerpo. Ah y es obvio que Dana sabe toda la verdad sobre la licantropía. FIN.
—Ooookeyyyy—exclamó llenando sus pulmones de aire—. Me voy a encargar de eso—añadió, para mi tranquilidad—. Después me contás todo en detalle.
—¡Te lo agradezco mucho!
—Sí, yo igual—aportó Dana, que seguía recargada en el marco—. Solo date prisa, porque Irupé atendió el celular del tipo muerto y creo que alertó a otros Cazadores sobre nuestra ubicación.
Estaba claro que a Danita ya se le había pasado el efecto "adrenalina" y volvía a ser la misma de antes.
—¿Es en serio?—preguntó Tobías, escéptico.
Fruncí el ceño mirando a mi amiga. Que no tuvieramos secretos entre nosotras era una cosa, ahora contarle "nuestros secretos" a terceros era otra muy diferente.
—Técnicamente sí, pero no hay que "olvidar" quién dijo: ATENDÉ—La morena desvió la vista poniéndose roja—. Además, no es mi culpa que haya que cubrir un centenar de huellas por mi falta de experiencia en homicidios. Lo hice porque NUESTRAS vidas corrían riesgo y no hubiera llegado hasta este punto si no te hubieras tardado un SIGLO en llegar hasta acá para salvar el día—increpé, mirando a Tobías. Ya habían logrado alterarme y él no se salvaría.
—Cuando me percaté del robo estaba en clase. Tuve que escaparme de la escuela, robar otra moto, y atravesar medio pueblo para llegar...—se excusó pobremente.
—Irupé, estás haciendo otra vez lo de los ojos—comentó Dana, señalando sus propias cuencas oculares—. Llamas anaranjadas...
—¡Eureka! Tengo la solución al problema—expresó el castaño, sonriendo de manera amplia, como si hubiera resuelto la hambruna mundial (aunque aquel asunto era igualmente serio)
—¿Qué cosa genio?—indagué.
—¡Hay que quemar la casa!
¡
Espero que les gustara la maratón! Quisiera agradecer especialmente a xDISTURBIAx quien me ha obsequiado esta bella portada para la obra. Mil gracias crusha! Está preciosa ❤
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