Capítulo 13
El siguiente fin de semana...
Nunca imaginé que mis acciones podrían desencadenar tales eventos, ya que de hacerlo, me hubiera quedado en el molde.
Al parecer mis deseos de tomar justicia por mano propia habían sido mal vistos por las mezquinas deidades y en ese momento pagaba las consecuencias.
¿Y cuál era mi karma? Para empezar tener a mi peor enemiga sentada en el living de mi casa.
Después de una semana, en la que fue absolutamente ignorada por Nahuel, a Karen se le había agotado el repertorio de "Drama Queen", y sin más excusas o lágrimas que ofrecer, comprendiendo finalmente que su relación no tenía punto de retorno, había decidido blanquear con Yaguati y ambos estaban de novios.
Razón por la que ella estaba ahí, de lo más campante, sentada en el sillón junto a mi hermano, compartiendo mates con mis viejos, charlando como si los conociera de toda la vida, mientras yo intentaba reprimir el profundo sentimiento de arrojarme por la ventana, al ser testigo obligada de semejante imagen.
Pero no podía hacerlo, debía quedarme, así sea observando la escena a la distancia, detrás de la barra de la cocina, "fingiendo" que no me molestaba continuar respirando el mismo aire que ella, aún en horas extracurriculares, aunque evitando compartir saliva (alegué que tenía diarrea para evitar tomar mate con Karen).
¿Y por qué lo hacía? ¿Por qué me quedaba, pese a mi malestar? Ante todo porque era mi casa, y yo no estaba dispuesta a renunciar a mis espacios por la presencia de esa intrusa (la dejaría que disfrutara su breve periodo de estabilidad, antes de que mi propio hermano la exiliara de la casa y de su vida, por aburrimiento) y luego, porque alguien debía velar por la seguridad de Mauricio, el gato, (finalmente había adoptado ese nombre por mayoría familiar) que estaba acurrucado, muy confiado, en su regazo.
Si bien, los gatos se caracterizan por su astucia, Mauricio, hasta el momento, no había resultado ser muy avispado. De hecho, yo tenía mejores facultades para la cacería de ratones que él mismo, que estaba acostumbrado a que le dieran todo servido en bandeja.
Además, ¿qué terribles calamidades podían surgir si permitía que un gato estableciara alianzas con una zorra?
Con más razón debía intervenir, así tuviese que controlar mis impulsos vomitivos cada vez que mi hermano y su novia se hacían arrumacos, y se profesaban mayor devoción que el cura a Cristo, en la misa del domingo.
Al menos, me contentaba el pensar que Yaguati volvía a estar medianamente tranquilo con la presencia de Karen, y había claudicado en sus deseos de venganza contra aquellos dos tipos que lo habían golpeado (si algo había aprendido a través de mi experiencia es que la justicia por mano propia no acaba bien, y menos en ese caso) Mi fraterno acabaría peor que antes, porque pese a la enorme furia que lo embargaba, no le habían crecido músculos nuevos, ni había desarrollado súper poderes para hacerle frente a ese par de Terminator.
Por otro lado, también le había sentado bien tener una mascota en la que enfocarse (hablo del gato, no de Karen).
—Si seguís conspirando contra ella, te sugiero que tu nueva venganza no involucre a nuestro hermano —sugirió Katu, que había aparecido sigiloso, por detrás de la encimera. Volteé a verlo. Sostenía un vaso de jugo en la mano ( a él le provocaba acidez el mate, así que no tomaba, y como era reservado y tendía a aislarse, su decisión de no compartir "el momento familiar" y observar a la distancia no resultaba tan extraña)— Digo, ahora que Yagua se calmó y dejó de alucinar con buscar a los tipos que lo golpearon para romperles la cara, algo que tendría un resultado inversamente proporcional, es mejor no volver a alterarlo.
—No estoy planeando nada contra Karen—me quejé, frunciendo el ceño ante tales acusaciones—.Con una vez basta. Además, ya aprendí mi lección con semejante karma. Solo me aseguro que la zorra no mal influencie a nuestro gato. ¡Ya bastantes mañas tiene el desgraciado!
Katu se retiró un mechón de su flequillo (nuevamente lacio por el efecto plancha) de su frente y evaluó mis expresiones. Era callado, pero siempre estaba observando y prestando atención al entorno y a las personas que lo rodeaban, por eso raramente algo pasaba desapercibido para él.
—Okey, te creo—dijo encogiendo sus hombros, y bebió un trago de jugo—. Aunque todavía sigo pensando que aquella vendetta contra nuestra cuñadita temporal, tenía segundas intenciones.
—¡Ya te dije que solo quería saldar cuentas con ella, por lo que nos hizo a mí y a Dana! ¡A parte, no me parecía justo que engañara a Nahuel. Es demasiado bueno para ella!
—¡Tranquila lobizona!—expresó alzando las manos, pero cuidando de hablar en voz baja —. Ahora me da miedo que te enojes y me muerdas, o algo.
—Ja ja. Muy gracioso Katu.
—En fin... Voy a salir con Luciano—señaló, en referencia a "su chico"—, y vos tendrías que hacer lo mismo o vas a terminar con dolor de cabeza de tanto ojearla —acotó, y después de darme un beso en la mejilla, se las tomó.
Luego de un rato, aunque no me dolía la cabeza, mis niveles de azúcar se habían incrementado y estaba a punto de sufrir un coma hiperglucémico, motivo por el cuál me fui a mi cuarto.
Una vez allí mis pensamientos me traicionaron y no pude evitar pensar en Nahuel una vez más.
Durante la semana había estado evasivo, no solo con Karen, sino con todos en general y malgeniado, algo totalmente inusual en él. De esa sonrisa encantadora que lo caracterizaba no había ni rastro.
Eso me decepcionaba y me sorprendía, ya que, así como no había esperado que esos tipos con los que había aparecido en el boliche, golpearan a mi hermano, tampoco había anticipado que el rompimiento con la reina del drama y la superficialidad afectara a tal grado al ojinegro.
Extrañaba su antigüa aura de felicidad, aunque tuviese que apreciarla desde la distancia, y esa lobreguez que lo embargaba era algo que...Algo que me generaba vacío estomacal. Y la languidez nunca era buena.
Necesitaba resolver las cosas para que todo volviera encausarse. Con esto no quiero decir que deseara que Nahuel y Karen volvieran a arreglarse (ni que estuviera loca), pero sí tenía que lograr que él recuperara su buen ánimo.
Así que dejé el libro que sostenía en mis manos a modo decorativo, pues ni siquiera había podido pasar de la primer página (no porque fuese aburrido, todo lo opuesto, sino porque no podía concentrarme), esperé a que la odiosa de Karen se fuera con mi hermano de "paseo" y bajé nuevamente a hacerme un sándwich y de paso...de paso también tomé mi celu (el cual ya me habían arreglado) y llamé a Nahu.
—Hola Nahuel...
—¿Irupé, sos vos? —El deja vú fue inminente.
—Sí, soy yo. ¿Todo bien?—Comencé a hacer bolitas con el pan del sándwich de lo nerviosa que estaba—. Te llamaba para preguntarte si habías podido hacer los ejercicios de mate. Porque la verdad yo no los entiendo...
—Sí ...bien ¿Y vos?—Hizo una breve pausa—¿En serio no los entendés? Pero si sos un bocho en mate. ¡Digo, tenés puro diez!
‹‹¡Puta mierda!››
‹‹Nota mental: buscar excusas más creíbles la próxima vez››
‹‹Nota mental dos: dejar de hiperventilar cuando recibo halagos por parte de Nahuel››
—Todo bien. Eh...gracias. Pero no soy tan "bocho" Tengo algún que otro nueve y hasta un ocho—Eso era falso, pero podría llegar a ser verídico muy pronto. No podía asegurar que en el último examen me hubiese ido tan bien, ya que no había dado el cien por ciento como otras veces, por estar distraída pensando en otras cosas—. En fin, ¿los pudiste hacer?
—La verdad no tuve tiempo, pero creo que los entiendo. Bueno, cuando los iba copiando no se me hacían tan complejos. Además, son ejercicios similares a los que nos tomó en el examen. ¿Te acordás que la profe dijo que no iba a dar tema nuevo hasta que corrigiera, por si tenía que tomar recuperatorio?
—¡Ahora sé que no me fue tan bien en el examen entonces!—exclamé y él rió.
Volver a escuchar su contagiosa risa y ser yo la responsable de provocarla me dejó en hipnotismo momentáneo.
—¿Iru?...
—Sí, disculpá. Nada, te iba a preguntar si ¿me podrías ayudar? Si tenés tiempo y ganas, obvio. Pero si estás ocupado, no hay drama—El mudo fue él en ese momento—. ¿Nahu?
—Eh... sí. ¿Decías ahora? Te ayudo, no hay problema. ¿Dónde nos vemos?
Gracias xandy547 por el hermoso banner.
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