Capítulo 14
-¡Ya terminamos!-Anunció Nel, mientras depositaba los platos de hamburguesas en la mesa.
-¡Comida!- Kon fue el primero en levantarse del suelo, mientras empujaba juguetonamente a Rukia, quien se dirigia a la cocina por delante de él.
Aunque no tan rápidos como Kon, todos los demás se levantaron en poco tiempo, pues el olor de las hamburguesas les había abierto el apetito desde hace mucho. El hambre que todos tenían se hizo notar cuando, en menos de quince minutos, las hamburguesas ya habían desaparecido.
-Los que no cocinaron limpian- Nel ya había desaparecido de la cocina, yendo a la sala para ver tele un rato.
Ulquiorra e Ichigo la siguieron, sentándose los dos, juntos, en el sillón grande. En ese momento fue cuando Ichigo pudo tener su tiempo de relajación, tanto, que sin importarle la incómoda situación de hace una hora, se acostó en el sillón, colocando su cabeza en el regazo de Ulquiorra.
Ulquiorra esbozó una pequeña sonrisa, la cual no fue notada por nadie más que él. Sutilmente colocó su mano sobre Ichigo, en algún punto de su cintura.
Los demás fueron acomodándose conforme terminaban en la cocina, percatándose de la muy cómoda situación en la Ulquiorra e Ichigo se encontraban.
-¿Qué vamos a hacer ahora?- preguntó Renji, sin despegar sus ojos de la mano de Ulquiorra sobre Ichigo.
-No tengo ganas de bacer nada, me podría quedar así todo el día- Ichigo soltó un bostezo después de hablar, su estado somnoliento volvió a aparecer.
-Ichigo, lo único que haces es dormir- se quejó Rukia.- Cuando te fui a ver estabas durmiendo, en el súper te estabas durmiendo y ahora, te estas durmiendo.
-Bueno, no estaría así si alguien no me hubiera estado fastidiando hasta las 3 de la mañana y luego me hubiera levantado para ir a la playa.- Dijo esto, mientras fulminaba con la mirada a la misma Rukia.
-¿Qué quieren hacer?- Rukia observó a los demás mientras realizaba la pregunta, sabiendo que, esa vez, su mejor amigo tenía razón.
-Yo creo que hay que dejar este día para el descanso, mañana podríamos hacer más actividades- sugirió Inoue, apiadándose del pelinaranja que estaba a nada de caer dormido.
Los demás asintieron, algunos de ellos también estaba somnolientos y tenían ganas de echarse una siesta o, al menos, perder su tiempo viendo tele o su celular, ya mañana tendrían tiempo de hacer más cosas.
Y así, poco a poco se fueron levantando de sus lugares en la sala, unos yéndose a sus habitaciones, otros saliendo a la terrazita de la casa y otros quedándose en la sala.
Ichigo estaba más que a gusto en el regazo de Ulquiorra, pero cuando se dio cuenta de que se iba a quedar dormido, se levantó, provocando un sonido de queja proveniente de Ulquiorra.
-Voy al cuarto- anunció a los que estaban ahí, la verdad, no es como si les importara.
Con pasos pesados se dirigió a su cuarto, el cual estaba vacío. Renji estaba afuera y Kon se había quedado dormido en la sala.
Se dispuso a acostarse a dormir por lo que se cambió su playera por una más grande y cómoda. Cuando se la terminó de poner, aspiró el aroma que esta desprendía, realmente le encantaba.
-Mi rey, ¿Me permite dormir con usted?- se sobresalto al oír la voz de Shirosaki. -Así no tendrá que oler mis ropas para sentir mi aroma.
Ichigo se ruborizó demasiado, a pesar de que estába consiente de que Shirosaki conocía desde hace mucho su manía de colocarse las ropas de él y de Kokuto, debido a que le encantaba el aroma que desprendían, el cual lo hacía sentirse extrañamente cómodo y protegido, no podía evitar sentirse avergonzado cada vez que lo cachaban oliendo su ropas.
-No es necesario.- Aún avergonzado, evitó la mirada de Shirosaki.
-Lo dices, pero no me convences.- Sin importarle la negativa de Ichigo, se acercó a la cama, tirándose sobre ella.
Ichigo no pudo evitar sentir que el calor de su rostro se elevaba, sí, a veces podría ser demasiado ingenuo y despistado con todos los intentos de coqueteo y demás de sus amigos. Pero no podía evitar pensar que Shirosaki era guapo, la imagen de él, con una camisa sin mangas en su cama, era demasiado. Sólo imaginarse que él tenía la posibilidad de dormir entre sus brazos, lo hacía sentirse alagado.
Sin decir mucho se acomodó en la cama, dejando que Shirosaki lo rodeara con sus brazos desnudos, disfrutando de la sensación que le provocaba el sentir la respiración de su pecho.
-Realmente te gusta ¿No?- cuestionó Shirosaki, adoraba ese lado sumiso y adorable que a veces Ichigo mostraba.
Ichigo soltó un sonido, casi un ronroneo, que afirmaba la pregunta que Shirosaki recién le había hecho.
-Quién iba a pensar que tenias ese lado tan vulnerable y sumiso, Mi rey.- Comentó, mientras pasaba sus manos por la espalda de Ichigo, sintiendo como este se quedaba dormido.- Me encanta.
Ambos se quedaron dormidos, sin importarles nada más, pues el calor del otro les provocaba tranquilidad.
-Ich- ¡Santa Madre de Calcuta! Nel, pasame la cámara- a Rukia casi le daba un infarto de ternura, al igual que Shirosaki y Kokuto, ella era consciente de lo muy cariñoso que era Ichigo cuando de dormir se trataba.
Nel, quien iba junto a ella a su cuarto, regreso corriendo al percatarse que Rukia se había detenido en la habitación de Ichigo, eso significaba que algo jugoso debería estar sucediendo.
-Ay, que lindos- dijo, mientras como había pedido Rukia, sacaba su celular.
-Maldito el momento en el que se acabó la pila de mi celular-. Maldijo Rukia.- Pasamelas después.
-Con gusto.
-¿Por qué tanto alboroto?- preguntó Renji, el cual iba seguido de Grimmjow y Nnoitra, los dos últimos se dirigían a su habitación.
-Nada.- Rukia cerró la puerta del cuarto de Ichigo, no quería que despertaran a Ichigo.
-¿Por qué están frente a mi cuarto?
-Disculpa, pero es mi casa.
-...Voy por mi cargador, con permiso.
-¡Espera! No necesitas un cargador en este momento.
-Sí lo necesito, mi celular me lo pide.
-No creo que si te pidiera que te tiraras a un pozo lo harías, ¿O si?- Rukia en serio no quería que entraran al cuarto, destruirían la tierna escena que estaba dentro.
-Pero nada, vamos a caminar un rato en la playa. Los cinco. Y si alguien más quiere, que vaya.
-¿Por qué los 5?- preguntó Nnoitra, al notar que el estaba contado en eso de "caminar en la playa".
-Porque sabemos que quieres- intervino Nel, fulminándolo con la mirada.
-Sí, quiero ir.
-Bien vamos.- Rukia pasó junto a Renji, jalando su mano, mientras que Nel jalaba a su primo y novio.
Mientras ellos salían, un coche negro se estacionaba frente a la casa. De aquel carro salió un joven alto y peliblanco, el cual bajo una maleta y unas cuantas bolsas de súper.
Poniéndole seguro al carro, se paró frente a la puerta, tocándola.
-¡La policía! ¡Kon escóndete!- escuchó que Shinji exclamaba, para luego escucharon pasos apresurados y después una risa.
-¡La policía ya no me busca!- La voz de Kon se oía molesta.
Después silencio.
-Eh... Que es broma.- Soltó, junto a una risa nerviosa, se escuchaba cercano.
Luego de un rato la puerta fue abierta, dejándole a Kokuto ver a Kon.
-Que bueno que llegaste, no íbamos a sobrevivir con solo tres cocineros.- Kokuto se limitó a rodear los ojos, no tenía tiempo para lidiar con aquel muchacho.
-Con permiso.- Kon se hizo a un lado, dejando que Kokuto entrara. Éste dejó su maleta a un lado para después colocar lo que había comprado en la cocina.
-Tu cuarto es el primero en el pasillo, compartes con Renji e Ichigo.- Le informó Kon, mientras volvía a la sala, dónde estaba un Shinji curioso.
-"¿Ya no me busca?" ¿Qué hiciste?
Poco le podía importar de lo que hablaban aquellos dos locos, por lo que complacido por saber que compartía habitación con Ichigo, se dirigió a ésta.
Al abrir la puerta se encontró con la tierna imagen de Ichigo y Shirosaki durmiendo en la cama, o eso era lo que estaba haciendo Shirosaki hasta que entró.
-Ah, ya llegaste- susurró Shiro, mientras bostezaba, se negaba a soltar a Ichigo. -Tu cama es la de abajo.
Kokuto asintió y dejo sus cosas en su ya designada cama, se cambió la ropa sin importarle que Shiro lo viera, y devolvió su vista a la cama de Ichigo.
-Hazme espacio.- Shiro asintió y se movió ligeramente, tratando de no despertar a Ichigo. Kokuto era la única persona con la que no le molestaba compartir a Su rey.
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