Segundo capítulo
Segundo capítulo: Hora de la verdad.
Para HyungWon, su vida no podía estar pasando por un peor momento, sentía sus pies acalambrados y doloridos después de haber caminado sin rumbo por las calles de su ciudad. No tenía ni la más mínima idea de dónde se encontraba ni qué tan lejos estaba, las calles iluminadas lo cegaban y se sentía conmocionado cada que alguien le chocaba el hombro, respirar le costaba y empezaba ver todos los rostros que pasaban a su alrededor borrosos.
Había llegado a una calle que no conocía muy bien, no había muchas personas allí, pero tampoco estaba solitario. Se sentía perdido, pero tenía miedo de preguntar a alguien. Caminó arrastrando los pies, pasando frente a un puente; su cabeza dolía luego de tantas lágrimas al igual que sus ojos ardían, no llevaba sus lentes y tampoco sabía exactamente dónde estaban, seguramente los había perdido.
Se detestaba, detestaba a WonHo y detestaba a sus padres. Nunca debió ceder a sus hormonas y dejarse tocar por un hombre que solo con decirle algunas palabras bonitas lo arrastró a su cama, y por ello odiaba a sus padres en ese momento, por tener razón. Su garganta soltó nuevamente un sollozo fuerte y hundió su rostro entre sus manos.
Estaba desesperado, perdido y sus labios temblaban en un inminente llanto. De solo pensar en volver a casa sus piernas temblaban de temor. No quería saber cual sería la reacción de sus padres ante tal noticia, casi podía escuchar los gritos de sus padres y las constantes palmadas que le darían en la espalda y en el rostro.
Sorbió su nariz, deteniéndose frente al puente, con su mirada de pronto perdida en las ondas que el viento hacía contra el agua y como la luz de los faroles se reflejaban allí. Su vida no podía estar más arruinada, no tenía a dónde ir, no tenía quien lo comprendiera, no tenía nada.
La situación en la que se encontraba era algo que lo sobrepasaba.
Sus manos descendieron temblorosamente hasta sus zapatos, donde comenzó a desanudar sus cordones. No era consciente de lo que hacía, lo único en lo que pensaba era en lo mucho que deseaba era encontrar una salida a todo ese embrollo en el que se encontraba metido.
Intuía que sus padres deberían estarlo buscando, y probablemente era algo egoísta de su parte perderse de ellos sin razón aparente, pero tenía miedo, no se sentía capaz de verlos a la cara. Lo mejor era desaparecer, les ahorraría a sus padres tantos problemas y humillaciones.
Ni siquiera quería pensar en WonHo, hasta ahora se había dado cuenta de lo confusa que su relación había sido, de lo estúpido que fue al dejarse llevar por ese hombre de buenas a primeras, si de verdad lo apreciara, aunque sea un poco, no le pediría que se encontraran a escondidas.
Eso era una de las cosas que más le dolía, había sido tan ingenuo, sintiéndose superior a todos únicamente porque un chico mayor se había fijado en él y no en otros chicos que eran mucho más atractivos en comparación suya. Claro que se había fijado en él, porque era la presa más fácil, tan tonto e ingenuo como un corderito.
Estúpido, estúpido, estúpido.
Sentía que valía menos que nada en ese momento, quitó su otro zapato luego de unos segundos y dejó que sus pies hicieran contacto con el frío suelo que le quemaba la piel. No creía que fuera más frío que el agua del río a esa hora, seguramente se sentía como hielo contra su piel. Bajó su mochila de sus hombros y la descargó descuidadamente en el suelo, sus labios formaron una línea mientras intentaba reprimir los sollozos e hipidos, sabía que necesitaba fuerza en ese momento o terminaría arrepintiéndose de lo que haría y necesitaba hacerlo, era lo mejor para él y para todos.
Las luces de los autos lo cegaban cada tanto, iluminaban su rostro y el de las pocas personas que estaba pasando ahora, todos iban demasiado sumidos en sus asuntos para tomarlo en cuenta. Sus pies descalzos pronto se colocaron de punta mientras él se inclinaba hacía adelante, el barrote del puente siendo un impedimento en su abdomen para que cayera de lleno al vacío, pero por pura lógica sabía que, si elevaba completamente sus pies y se apoyaba con fuerza inevitablemente su cuerpo caería hacía adelante. Su corazón latía rápido, sentía miedo, pero no tenía claro por qué ¿Sentía miedo de caer al vacío o sentía miedo de no ser capaz de hacerlo?
—¡No, niño!
Alguien le gritó, HyungWon giró su rostro y observó a una mujer que venía corriendo hacia él. Negó hacía ella, pidiéndole en silencio que lo dejara solo, sin embargo, ella continuó corriendo y dejó su cartera tirada en alguna parte. Sin darse cuenta las lágrimas que había intentado reprimir habían empezado nuevamente a correr, mientras le pedía a gritos que se alejara.
—No lo hagas, no lo hagas —una vez a su lado la mujer mantuvo su distancia, pero tenía sus manos estiradas hacia él, invitándolo a acercarse.
—U-Usted no entiende —las lágrimas nuevamente mojaban sus mejillas, su voz salía baja debido al gran escozor en su garganta—. Váyase. Déjeme solo.
—No, piensa bien lo que estás haciendo —su tono era calmado, a pesar de que se notaba angustiada. Era joven, no tanto como él, pero aparentaba un poco más de los treinta con su cabello corto y su piel pálida, y su traje de oficina la delataba—. Sea cual sea la situación que estás pasando s-sé que debe haber otra solución, escúchame.
—N-No, no —de repente se empezó a aferrar al barrote, abrazándolo mientras sus pies nuevamente volvían a estar apoyados en su planta—. Arruiné mi vida, la arruiné por completo.
—Claro que no, niño, todavía eres muy joven, tu vida no puede estar arruinada —caminando lento empezó a acercarse, intentando no alterar al chico y llevarlo a cometer un acto del que podría arrepentirse—. H-Habla conmigo, te escucharé, dime que te tiene así.
La mujer pronto se acercó a él, tomándolo en sus brazos de forma delicada y alejándolo de a poco de aquel frío y tétrico puente. Le ayudó a sentarse en el suelo mientras ella iba en busca de sus zapatos, HyungWon no había detenido su llanto, al verse lejos de ese puente sintió un peso en su pecho, sentía que la consciencia había vuelto a su cuerpo y de solo imaginarse a él mismo de nuevo sobre el puente, sollozos dolorosos salían de su garganta.
La mujer le ayudó a colocarse los zapatos y su cartera y la mochila de HyungWon del suelo, estuvo sentada junto a él un largo rato mientras lo dejaba desahogarse. El joven no decía mucho, solo repetía constantemente que había arruinado su vida.
—¿Pasó algo en la escuela, muchacho? ¿Con tus padres? ¿Por qué estás aquí?
HyungWon hipó, limpiando con la manga de su sudadera sus mejillas mojadas y tomando fuerzas para poder hablar. Esa mujer lo había salvado y ahora se mostraba dispuesta a escucharlo, sabía que no estaba obligado a contarle, pero ella le daba el aura de confianza suficiente para contarle su situación.
—Y-Yo... Estoy esperando un bebé —su cara se deformó en una mueca de tristeza—. Y no sé qué hacer —nuevamente rompió en llanto, escondiendo rostro entre sus manos.
La mujer no le dijo nada al instante, incluso cuando apoyo su frente en su hombro, ella acarició su espalda en un consuelo casi maternal, lo cual le hizo sentir un poco más relajado.
—¿Y no tienes cómo mantener a tu bebé? ¿Qué dicen tus padres?
—No le contaré a mis padres —sorbió su nariz, su voz aún un poco temblorosa pero más calmada—. Ellos van a golpearme, van a... Van a obligarme a abandonar mi casa.
—¿Crees que serían capaces de hacerlo? —ella de pronto sonó preocupada, limpiando sus lágrimas con su pulgar—. ¿De verdad tus papás te botarían de casa?
En realidad, no lo sabía, pero ellos eran tan radicales que no descartaba que pudieran hacerlo. Lo único que tenía claro como el agua es que su reacción, fuera cual fuera, no sería buena.
—¿Y el papá de tu bebé? ¿Él que dice?
—Él... No lo sabe aún —pasó un trago de saliva, la mujer mirándolo ahora algo más confundida—. Me enteré de mi embarazo esta mañana.
Ella no le respondió, solo acarició su cabello, le dijo que recogiera sus cosas y le compraría algo de comer, luego vería que harían. HyungWon aceptó, tomando desganado su mochila y siguiendo a la mujer quien tenía una de sus manos en su espalda. Llegaron a una tienda de conveniencia y ella le compró una botella de agua y un sándwich de huevo. Él comió todo el silencio, sus tripas por fin cesando su ruido cuando puso algo de comida en ellas.
—Te llevaré a la estación, chico, la policía sabrá que hacer, no te preocupes —ella le comentó un rato después, dándole una mirada cálida—. Todo va a estar bien, si te sirve de consuelo, entiendo por lo que estás pasando, yo también me embaracé cuando era algo joven. Tal vez no lo parezca, pero es algo muy común, aunque traten de ocultarlo.
—¿En serio? —preguntó con ojos llorosos, pasando su bocado.
—Sí, si quieres puedo darte mi número. Puedes contactarme si tienes problemas algún día —ella rebuscó en su cartera algo hasta que sacó una libreta, allí anotó un número y luego rasgó el trozo de papel. Había un nombre allí también, YoonA.
HyungWon miró por un largo rato el número, alzando su mirada y dándole una sonrisa suave a ella. La verdad dudaba que tuviera las agallas de contactarla luego de ello, pero agradecía su gesto. YoonA lo llevó a la estación de policía más cercana, allí estuvo con él un rato hasta que los policías le dijeron que habían contactado a los padres del menor y venían en camino, fue entonces cuando ella se despidió de él, lo cual colocó a HyungWon nervioso porque no quería estar a solas con sus padres. La estabilidad que había tenido hace unos momentos se vio nuevamente comprometida cuando la mujer no estuvo a su alrededor.
Sus padres llegaron más rápido de lo que le hubiera gustado, su madre se veía angustiada, pero su padre tenía una expresión más serena lo cual le asustaba en demasía.
—Una dama lo trajo, dijo que lo encontró cerca del puente, no nos dio más detalles pero supongo que se trata un intento de suicidio.
Sus padres al instante giraron su rostro hacía él, HyungWon había pedido a YooNa que no comentara nada de lo que había visto, y aunque ella había sido bastante precavida con ello, los policías recibían tantos casos parecidos día a día que para ellos era obvio de lo que se trataba, y en ese caso, debían hacérselo saber a sus padres.
—HyungWon, tú... ¿Qué... Por qué? —su madre se veía afligida, acercándose lentamente a él.
Él calló, su mirada estaba en las manos sobre su regazo, los policías también estaban en silencio, lo cual le ponía más nervioso. Sin embargo, en medio de todo, pensó que lo mejor era soltar la bomba allí mismo, frente a los policías, sabía que en presencia de ellos sus padres no podrían reaccionar de una forma agresiva.
—Estoy... e-estoy embarazado.
Su madre abrió sus ojos al tope, en cambio su padre levantó su mirada bruscamente con su mandíbula apretada. Tuvo miedo, claro que sí, sabía que allí no podrían golpearlo o gritarle, pero no tenía certeza de que así fuera cuando llegara a casa.
—¿Qué estás diciendo? —su padre habló por primera vez.
Los policías notaron el ambiente tenso y les pidieron firmar algunos papeles para poder irse, sus padres lo hicieron subirse al auto e ir a casa. Durante el trayecto ninguno dijo nada, todo estaba en silencio, sin embargo eso no calmaba ni un poco a HyungWon, y supo que su corazonada fue acertada cuando llegó a casa y su padre le interceptó de inmediato.
—¿Puedes explicarnos qué fue la gran estupidez que dijiste allá? —metió sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. A pesar de que HyungWon le ganaba por unos pocos centímetros a su padre, se sentía pequeño frente a él. —¿Embarazado? ¿Y embarazado de quién sí se puede saber?
HyungWon aún no se sentía con la fuerza para responder, por lo cual permaneció en silencio sin levantar la mirada, y su padre al ver la falta de respuesta le propinó un golpe en su brazo.
—Responde.
—N-No... No lo conoces —respondió por fin, a pesar de que había llorado todo un día, parecía no poder detenerse.
—¿Eso era lo que hacías cuando estabas afuera? ¿¡Por qué nos haces esto, HyungWon!? —su padre se estaba empezando a tornar violento, intercalando sus palabras entre empujones bruscos que le daba al menor. —Yo te lo he dado todo y así me pagas. Desagradecido. Mal hijo
—Querido...
—¡Cállate, mujer! Esto en parte es tu culpa, te dije que debíamos quitarle ese útero apenas nació, pero tú quisiste dejárselo. Mira, ahí están las consecuencias, tu hijo se metió con quien sabe quién nada más porque seguramente le picaban las ganas de meterse con un hombre a la cama —ahora arremetía contra su madre, acercándose intimidantemente a ella.
—Y-Yo... No... —el llanto interrumpía sus palabras, así que se aferró al brazo de su padre, pero este al instante se zafó—. Papi, perdóname.
—Debería echarte de casa en este mismo instante, si fuiste lo suficientemente grande para meterte con un hombre a la cama lo eres para valerte por ti mismo.
—No, no, por favor no, papá —cayó de rodillas, abrazándose a las piernas de su progenitor. —No me eches de casa, te lo ruego, por favor.
El zafó su pierna dando con su rodilla en la nariz de HyungWon, quien rápidamente llevó sus manos la parte adolorida, aún llorando en el suelo de manera lamentable.
—Mañana mismo vas y le dices al que te embarazó que venga y se encargue de ti y de eso que tienes en la barriga, HyungWon —fueron las últimas palabras de su padre antes de irse hecho una furia por las escaleras, su madre se quedó un rato allí de pie, mirándolo afligida y decepcionada antes de irse detrás de su esposo.
Hipaba descontroladamente mientras se colocaba en posición fetal en el suelo, se sentía igual o peor de lo que se había sentido esa mañana, sabía que algo así podría suceder, pero aun así no había estado listo para afrontar ello.
A la mañana siguiente ninguno de sus padres le habló, le sirvieron el desayuno como era de costumbre, pero no se sentaron a comer con él, lo cual le causó una pesadez en el estómago, pero así mismo tuvo que salir de su hogar a la escuela. No sabía lo que allí le esperaba, las cosas con KiHyun también estaban increíblemente tensas, y esperaba que no se hubiera enterado del incidente de anoche porque lo que menos deseaba es que alguien más lo supiera.
KiHyun no estaba en ningún lado cuando llegó, pero no le extrañó mucho porque él no era precisamente puntual, así que tomó asiento en su pupitre habitual. Esperó hasta que sus demás compañeros llegaran, entre esos KiHyun, pero cuando este llegó no tomó asiento a su lado como era habitual y se sentó varios asientos más atrás. Aunque lo disimuló, no pudo evitar sentirse mal cuando KiHyun lo ignoró de aquella forma. Había mantenido ese secreto por intimidad, por lo vergonzoso que resultaba para él hablarlo con alguien y por el miedo de ser juzgado, no era su intención lastimar a alguien.
La primera clase transcurrió de manera rápida, así que saliendo de clases HyungWon intentó hablar con su amigo, pero este alargó el paso para su próxima clase, entendía que KiHyun estuviera molesto, pero también pedía que lo entendieran a él, que alguien se pusiera en sus zapatos y comprendiera el miedo que sentía en ese momento.
Luego de comprar una barra de chocolate en la máquina expendedora, llegó hasta su salón de clases, viendo que allí únicamente estaba KiHyun y algunos de sus amigos. Lo ignoraron completamente cuando pasó por su lado para tomar asiento, descargó su mochila y sacó sus útiles necesarios, no obstante, sobre su mesa había un inusual papel que fácilmente pudo haber ignorado de no ser porque estaba marcado con su nombre.
"HyungWon, ¿crees que tú bebé vaya a ser un mojigato como querías hacer creer o tal vez sea tan fácil como lo eres tú?"
Sintió su respiración detenerse por un momento, sus manos continuaban sosteniendo aquel papel sin posibilidad de moverse. Fue un golpe demasiado bajo. Su garganta se secó al instante y sus ganas de llorar aparecieron, miró a KiHyun de inmediato, este riendo casualmente junto a los otros chicos como si nada estuviera pasando. No podía pensar en otra persona que no fuera KiHyun, nadie más en la escuela conocía de su estado y ese mensaje tan cruel solo pudo haberlo escrito él.
Caminó a paso largo hasta él, llamando la atención de todos los que estaban allí —: KiHyun esto no es gracioso, no tienes por qué tratarme así —una lágrima resbaló por su mejilla mientras agitaba el trozo de papel en su rostro.
—¿De qué estás hablando? —le respondió, de forma ácida.
—N-No seas tan cruel, pensé que eras mi amigo —nuevamente le extendió el papel—. Esto es difícil para mí, no entiendes nada.
El mayor finalmente tomó la nota, leyéndola rápidamente y golpeando a uno de sus amigos cuando intento leerla también, seguido de eso se levantó de su asiento y se llevó a HyungWon lejos del salón tomándolo por su antebrazo.
—Yo no escribí esto —una vez solos, le confesó—. Esta ni siquiera es mi letra, HyungWon.
—¿Y-Y entonces quien lo hizo? Nadie aparte de ti sabe que estoy embarazado —limpió una de sus lágrimas rápidamente, intentando mostrarse firme.
—No lo sé, pero yo no escribí esta nota. Además, ¿qué importa si lo sabe alguien más? ¿Crees que puedes esconder ese embarazo? ¿Qué va a pasar cuando se te note la panza?
—A-Ah... —de repente se quedó callado. Abriendo sus labios en busca de una respuesta, pero la mirada del mayor le atemorizaba.
—¿Ves? Es mejor que lo sepan ahora —KiHyun le devolvió la nota bruscamente, dando paso a irse, sin embargo HyungWon lo detuvo tomándolo de la muñeca.
—KiHyun no me dejes solo, no ahora —tragó saliva, sus ojos nuevamente enlagunados—. Te necesito. M-Mis padres... Mis padres lo saben y quieren que busque al papá de mi bebé...
—Es los más lógico, HyungWon, busca a quien te hizo eso y exígele que se haga cargo —KiHyun cruzó sus brazos sobre su pecho.
—Pero no lo entiendes, mis papás quieren echarme del hogar, quieren que me vaya a vivir con él. Pero él...
—¿Pero él qué, HyungWon? ¿No puede mantenerte?
HyungWon negó de inmediato. Claro que WonHo no lo podía mantener, si él apenas tenía dieciocho años y cursaba su primer año de universidad, ambos eran apenas unos chiquillos.
—¿Y se puede saber quién es?
Bajó su cabeza, evitando la mirada de KiHyun, dando a entender que no lo diría, al menos no en ese momento. KiHyun chasqueó su lengua y rodó sus ojos —: Si quieres mi consejo, solo busca al que te embarazó y dile todo, de ahí en adelante las cosas fluirán como tendrán que hacerlo.
Dicho eso, KiHyun se alejó dejándolo solo en el pasillo y con un lío en la mente. Ahora sí que se sentía con menos apoyo. A pesar de todo, tenía la mínima esperanza de que KiHyun le dijera que todo estaría bien y que contaba con él, pero al igual que sus padres, lo dejó a su suerte.
—HyungWon.
Levantó su mirada en busca de la voz que lo llamaba, pero no había nadie a su alrededor excepto un grupo de chicos de su salón que jamás le habían prestado atención y cuando estos le sonrieron y le hicieron señas para que se acercará supo que se trataba de ellos. Se acercó a pasos lentos y dudosos, y cuando estuvo cerca, estos lo encerraron en un círculo rápidamente.
—¿Qué quieren? —preguntó temeroso.
—TaeYong lo asustaste un montón, mira como lo tienes —habló uno de los chicos del círculo.
—¿No te tomaste en serio la nota que te dejamos, o sí? —el nombrado, TaeYong, le comentó con voz burlona.
—¿L-La nota? ¿Cómo... Ustedes...
—DoYoung estaba esperando afuera de la enfermería y escuchó todo —otro chico respondió, con voz neutra—. Eres una cajita de sorpresas ¿No?
HyungWon de repente se sintió asustado, pequeño en medio de ese grupo de patanes. Nunca les había prestado especial atención, ni ellos a él, para HyungWon solo eran unos estúpidos que se creían superiores por saltarse clases, responder mal a los profesores y fumar en las instalaciones escolares.
—¿Por qué me están molestando? —susurró, intentando salir de aquel círculo, sin embargo cada vez que daba un paso se chocaba contra alguno de ellos.
—Porque eres un mojigato falso, digo, KiHyun cuida de ti como una porcelana y tus padres apenas y te dan permiso de venir a la escuela, pero estás embarazado. ¿No es eso irónico?
—Déjenme en paz —lloró, ahora sintiéndose presa de todos esos chicos.
—No, a menos de que hagas algo por nosotros —nuevamente TaeYong habló, los otros asintiendo.
—¿Q-Qué quieren que haga? —susurró, mirando a todos y cada uno de ellos con ojos grandes y húmedos de lágrimas.
—Pues van a ser varias cosas, obvio, que tal... Si te besas con JaeHyun y dejas que te toque, para empezar.
HyungWon miró de inmediato al aludido con ojos asustados, sin embargo, contrario a lo que había pensado, este frunció el ceño con molestia —: Yo no quiero besarme con HyungWon, míralo, huele a biblioteca.
—Solo van a ser unos besitos, JaeHyun, a él no le cuesta y a ti tampoco. Anda, hazlo —alentó, TaeYong.
El chico lo miró por un rato, para luego encoger sus hombros y acercarse a HyungWon, el cual empezó a negar cuando él colocó una mano detrás de su nuca e intentó quitar sus lentes empañados. Alejaba su rostro cada vez que este se acercaba, ganándose algunas quejas de los demás chicos presentes y cuando sintió que estaba a punto de besarlo, por instinto le propinó una cachetada que giró su rostro, lo escuchó quejarse a la par que acariciaba su mejilla.
—¡Déjenme en paz! —a empujones logró salir de aquel círculo, llegando directo a su salón de clases donde chocó con algunos de sus compañeros mientras intentaba llegar a su asiento.
Minutos después llegó el grupo al salón, ninguno de ellos disimuló la dura mirada que le dieron, lo cual lo preocupó y de paso llamó la atención de KiHyun, quien se giró verlo, curioso, pero HyungWon solo le dio una mirada corta antes de hundir su rostro entre sus brazos y comenzar a sollozar bajo.
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sorry si vieron un
poquito llorón a
wonnie este cap,
pero bueno,
entiéndanlo.
¿cuántos litros de
agua creen que
perdió woonie
en este cap?
¿wonho se hará
cargo del bebé
o no?
¿creen que de
verdad wonnie
arruinó su vida?
¿qué piensan de
sus padres?
nos vemos el
próximo fin de
semana (espero)
las y les quiero
mucho ♡
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