Primer capítulo

Primer capítulo: Miedo.

Limpió la salsa restante de sus palillos con su lengua y dejó la bandeja vacía sobre el comedor, soltó un suspiro mientras se recostaba en el espaldar de su silla y acariciaba su estómago por encima de su ropa, recibiendo una mirada algo extrañada de su amigo.

—¿Ya terminaste todo?

—Si ¿Tú no?

—No —el pelinegro miró su bandeja de comida donde aún quedaba bastante arroz y algunas algas —. ¿Por qué tenías tanta hambre?

—No comí antes de venir a la escuela —respondió él, con simpleza, ahora sentándose mejor en su silla.

KiHyun, como se llamaba su amigo, no le dio mucha importancia al asunto y continúo comiendo en silencio mientras HyungWon sacaba un libro de su mochila —: Ten. Gracias por prestarme tus apuntes.

KiHyun recibió el libro y lo dejó a un lado suyo. Miró a HyungWon, tal vez intentando obtener algo más, pero él solo le sonrió y continuó con lo suyo . A KiHyun la curiosidad le pinchaba la lengua, y conocer la razón por la que su amigo había fallado —misteriosamente— la semana pasada, era una incógnita que deseaba resolver.

—¿Por qué no viniste el martes de la semana pasada? —preguntó, finalmente.

HyungWon calló, por unos largos segundos, siendo tomado por sorpresa. Y aunque quería evadirla, sabía que levantaría más sospechas si no respondía nada.

—¿Por qué lo preguntas?

—Es solo curiosidad, no sueles fallar seguido —KiHyun se llevó una cucharada de arroz a su boca.

—Una cita médica —con indiferencia, HyungWon le respondió.

—¿Una cita médica? No te veías enfermo días antes —siguió cuestionando, algo que ya empezaba alterar a HyungWon.

—No era algo tan grave —murmuró entre dientes.

—¿Y si no era tan grave por qué tuviste que ir a una cita médica?

Todos en el comedor escolar escucharon el estruendo que HyungWon hizo al estrellar sus manos contra la mesa, los estudiantes más cercanos a ellos les dieron una mirada corta. Sin embargo, todo volvió en cuestión de segundos a la normalidad.

—¿Cuál es tu problema conmigo? ¿Por qué estás tan pesado? —su ceño estaba fruncido al igual que sus labios, detonando su molestia.

—Cálmate, solo quería saberlo, tú nunca me ocultas nada y me extrañó que no vinieras. Eso es todo —su amigo también había usado un tono altanero, frunciendo los labios.

—Ya te dije que era una cita médica, fuera por la razón que fuera.

KiHyun no le respondió de vuelta, evitando crear un conflicto mayor con su amigo y continúo comiendo de su bandeja, en silencio, pero aun así su rostro denotaba su molestia.

Si, era cierto, HyungWon y KiHyun habían prometido no ocultarse nada, pero el secreto de HyungWon era algo tan sucio y bajo que ni siquiera era capaz de decírselo sin morir de vergüenza. Parte de la institución y toda su clase tenía una imagen suya. HyungWon el chico pulcro que siempre obtenía las mejores calificaciones y los diplomas de honor, incluso, su escuela tenía una pared donde estaban los estudiantes de honor y su fotografía había estado allí algunas veces, ¿cómo se escandalizarían sus compañeros si supieran qué es lo que hacía cuando fallaba a clase?

Sus padres siempre habían sido demasiado estrictos, desde que era pequeño lo habían saturado con clases de piano, de baile y en las olimpiadas matemáticas. Pocas veces disfruto de esos placeres de la infancia. En su mente permanecía el recuerdo de aquella única vez que salió a jugar con sus vecinos, por la tarde, cuando llegó a casa sus padres notaron su rodilla raspada por haber caído de la bicicleta. Inmediatamente le prohibieron volver a jugar con ellos, HyungWon había pensado entonces que no era algo tan grave, pero su madre había alegado que eran niños demasiado bruscos para jugar con él.

Su vida se basaba en estar encerrado en casa, practicando melodías en el viejo piano de la sala. Ese que incluso había aparecido en sus pesadillas. aunque él no le encontrara sentido ya que solo era un objeto inerte. Había vivido tanto tiempo bajo el yugo de sus padres que él mismo se sorprendía por la cantidad de cosas de las cuales él no había tenido conocimiento. Ni siquiera estaba seguro de quién era él realmente.

Cuando tenía doce años sus padres lo habían llevado a un chequeo médico, no hubo nada de extraño en aquella cita, exceptuando por la conversación que sin querer había escuchado. Su padre estaba charlando con el médico mientras HyungWon se calzaba los zapatos, él le había dicho: "Es mejor que lo hable con él pronto. Los niños desarrollan comportamientos sexuales mucho más pronto de lo que muchos creen, y si él tiene un útero, puede no tener el mismo desarrollo que sus otros compañeros."

¿Qué era un útero y por qué eso le hacía diferente a sus otros compañeros? Cuando salió de la consulta, la recomendación le daba vueltas en la cabeza. Sus padres nunca le habían comentado nada al respecto y en cierto modo le aturdía que ellos estuvieran como si nada, ¿ellos lo sabían desde antes? ¿Por qué ocultarlo?

—¿Qué es un útero, papá?

Cuando finalmente se atrevió a enfrentar a su padre, lo hizo en una de sus prácticas de piano. Él estaba sentado junto a él, ayudándole a leer las partituras, pero aquella pregunta había tensado el ambiente y entonces su padre permaneció callado, sin mirarlo y tocando una que otra tecla de forma desafinada.

—¿Por qué me preguntas eso? —le preguntó de vuelta.

—El doctor me dijo que yo tenía uno —le contó —. Me dijo que mi cuerpo era diferente al de los demás niños porque tengo un útero. ¿Por qué el útero me hace diferente?

Él no se lo explicó, al menos no en ese momento. Durante su infancia la incógnita de su cuerpo nunca pasó más allá de eso, sus padres no estaban dispuestos a darle una explicación del tema.

Y así, siguiendo su apretada agenda de siempre, ahora sumándole las clases de esgrima, logró entrar becado a un instituto privado de gran prestigio. Sus padres no tenían que pagar mucho a pesar de que sí tenían con qué pagar la matrícula corriente, pero a ellos les encantaba la idea de no tener que gastar tanto.

Nunca se sintió muy cómodo en esa escuela, a pesar de que era supuesto que ese lugar estaría lleno de eruditos, en realidad estaba lleno de niños ricachones y malcriados. Cuando empezó a destacar por sobre otros estudiantes empezó a obtener algunas burlas por parte de estos, llamándolo por sobrenombres como "lamebotas", "nerd" y demás apodos no muy agradables. Por suerte conoció a KiHyun, también era un chico algo mimado, pero era la persona más decente que había conocido ahí. Al menos se dirigía a él por su nombre y eso ya era un gran avance.

Su amistad comenzó a florecer con los años, al punto que KiHyun dejaba de pasar tanto tiempo con sus antiguos compañeros para pasarlo con él, era el único amigo que sus padres aprobaban, sin embargo, tampoco eran muy flexibles con él ya que si tenían un trabajo en equipo HyungWon no podía ir a otra casa, tenían que hacerlo en la suya. Y sus salidas de amigos se reducían a media hora el día de su cumpleaños, únicamente eso.

Bien, pero eso era algo que ya todo el mundo conocía, sabían que HyungWon era un mojigato controlado por sus padres que seguramente jamás perdería la virginidad y se quedaría al lado de sus progenitores por siempre. O al menos esa era la opinión popular.

HyungWon también lo creyó, por muchos años, y había aprendido a vivir con esa idea. Al menos hasta que conoció a WonHo.

Lo vio la primera vez a la salida de la escuela; sus cabellos oscuros caían por su frente y tenía una chaqueta de mezclilla, sus ojos buscaban a alguien insistentemente por el gran portón mientras HyungWon estaba desde lejos mirándolo algo extrañado. No era muy común ver a alguien que no perteneciera a la escuela cerca de la entrada, la mayoría de padres que esperaban a sus hijos los recogían en sus autos.

Cuando una chica salió, vio como este se colocaba de pie, sintió un deje de decepción al ver aquella acción. Sin embargo él no recibió a la chica con un beso o un afectuoso abrazo, como se supone lo haría una pareja, en cambio, se había inclinado respetuosamente ante ella y le hizo un ademán con su mano para que caminara enfrente de él. HyungWon aún consternado siguió con su mirada a las dos personas hasta que su amigo tiró de su brazo para que lo siguiera.

Acercarse a WonHo no fue fácil, especialmente por KiHyun. Él era alguien bastante cuidadoso con HyungWon, no le gustaba que estuviera separado por mucho tiempo y se preocupaba cuando no lo tenía cerca. Así que HyungWon disimuladamente intentó llamar su atención. KiHyun a la salida siempre perdía algunos minutos hablando con algunos de sus amigos mientras HyungWon estaba a su lado, completamente fuera del cuadro, intuía que a los amigos de KiHyun no les caía muy bien así que prefería mantenerse al margen.

Se dieron unas cuantas miradas sutiles al principio, cuando sentía que KiHyun no prestaba mucha atención en él. Había empezado a querer imitar el estilo de sus compañeros, al menos de los que se consideraban los más atractivos. Ellos nunca usaban su uniforme completo, así que comenzó quitando su corbata y dejando los dos primeros botones de su camisa abiertos, y cuando veía a WonHo, inmediatamente quitaba sus lentes y los guardaba en un bolsillo. Aunque HyungWon veía algo borroso, sabía que no se veía muy atractivo con sus lentes y si quería llamar su atención tendría que dejar de usarlos.

Aunque era algo tonto, si lo miraba bien, pues él también usaba anteojos solo que no tenían tanto aumento como los suyos, el estilo era mucho más moderno y se amoldaba bien a su rostro. 

No pasó mucho tiempo para que WonHo se diera cuenta de sus miradas y empezó a responder a estas con leves sonrisas que hacían a HyungWon enrojecer y apartar la mirada, avergonzado.

Su día de suerte fue aquel en el que KiHyun salió antes del colegio, se había contagiado de un resfriado recientemente y ese día en especial estaba ardiendo de fiebre y la enfermera le recomendó volver a casa y reposar. HyungWon al principio estaba algo nervioso de devolverse a casa solo, sin embargo, pensó que la falla de KiHyun le podría traer más beneficios que problemas.

—Hola.

Los vellos de su nuca se erizaron cuando sintió una voz hablarle de cerca. Él se había deslizado por la banca donde estaba sentado, hasta su extremo.

—Hola —le respondió, en voz baja. Sintiéndose nervioso de repente.

—¿Estás esperando a tus amigos?

—Umh, no. Ellos... se fueron sin mí —mintió y a la vez no. Mintió al afirmar que eran sus amigos los otros chicos que andaban con KiHyun, pero no mentía al decir que estos al no ver a KiHyun emprendieron su camino sin darle a él al menos una segunda mirada—. ¿Estás esperando a tu... a t-tu novia?

Escuchó una risa nasal por parte del otro, fue entonces cuando HyungWon no tuvo temor de verlo bien al rostro.

—Ella no es mi novia, es mi estudiante.

—¿Ah? —ahora sí que estaba más confundido.

—Doy tutorías en álgebra y cálculo. Ella necesita pasar la materia de cálculo para no reprobar el año, así que sus padres me han pagado para darle tutorías todos los días.

—Oh... —sus labios se abrieron levemente, asintiendo. Ahora todo tenía más sentido, ellos no se veían muy cercanos, él siempre la saludaba cortésmente y cuando caminaban juntos mantenían su distancia.

A decir verdad, se sintió inexplicablemente tímido, él no sabía qué clase de relación tenían ellos y aun así decidió arriesgar todo y tratar de llamar la atención del joven. ¿Qué hubiera pasado si ella hubiera sido su novia? ¿Eso lo dejaría a él como un roba novios?

—¿Cómo te llamas? —Cambió de tema, abruptamente.

—HyungWon —le respondió. Él asintió, repitiendo su nombre en voz baja luego de escucharlo —. ¿Y tú?

—WonHo.

HyungWon sonrió, tímidamente, halagando enseguida que era un nombre muy lindo. Siguieron hablando por un rato en el que mayor hacía sugerencia de que le diera algún número o red social para poder contactarlo, pero HyungWon evitaba esto, ya que estaba demasiado avergonzado para decir que no tenía un teléfono propio y mucho menos redes sociales. Sus padres decían que eso le distraía de las cosas realmente importantes.

Un auto frenó en frente de ellos, HyungWon al verlo inmediatamente cambió la expresión de su rostro  cuando la persona dentro bajó la ventana del copiloto.

—HyungWon —la voz masculina llamó demandante dentro del auto.

—¿Lo conoces? —WonHo interrumpió el tenso ambiente.

—E-Es mi papá —dijo, con voz delgada y baja. No se despidió. Simplemente caminó hasta el auto y entró al asiento de copiloto sin decir nada.

Una vez arrancaron, su padre tenía una mirada sería mientras conducía, lo cual colocaba a HyungWon algo nervioso, apretando su mochila contra su pecho y moviendo sus pies ansiosamente.

—¿Quién era él?

—U-Un... Un compañero de...

—¿Tengo cara de tonto, HyungWon? Él no es un compañero tuyo, no llevaba ningún uniforme puesto. ¿Qué hacías hablando con extraños y por qué no te habías ido a casa?

HyungWon soltó un suspiro mientras sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas, no le hacía falta pensarlo mucho para saber que KiHyun había llamado a sus padres. A veces le molestaba tener su vida tan controlada. No existía una sola decisión que él pudiera tomar por sí mismo.

Como era de esperarse sus padres le retaron al llegar, ambos gritándole mientras él se sentía tan pequeño sentado en aquel sillón. Entendía un poco a sus padres. Por eso aceptó sin rechistar ni un poco los regaños y alguno que otro empujón que sus padres le habían dado. Tal vez para ellos WonHo era un extraño, pero no lo era para HyungWon que llevaba alrededor de un mes esperando a que por fin pudiera hablarle.

Su vida consistía en la privación de muchas cosas, cosas que los adolescentes ven como normales pero que para él eran como un regalo. Por eso cuando WonHo apareció en su vida, siendo tan prohibido, quiso por primera vez romper las reglas que le regían y acercarse a él sin importar que consecuencias pudiera traerle más tarde.

—M-Me siento mal, detente —HyungWon colocó sus manos sobre los hombros contrarios y empezó a empujar, débilmente —. Detente

WonHo disminuyó la intensidad de sus embestidas al ver la piel de HyungWon más pálida de lo normal, y los temblores en su cuerpo que no parecían ser de placer. Se asustó y se alejó de HyungWon rápidamente.

—¿Qué tienes? —preguntó, preocupado.

Pero HyungWon no le respondió, únicamente se levantó de la cama sin decir nada y salió de la habitación. Lo escuchó correr por el pasillo hasta que otra puerta fue abierta, y en cuestión de segundos él estaba vaciando ruidosamente su estómago en el inodoro.

WonHo se preocupó al escuchar las arcadas cada vez más fuertes, así que, tomando su ropa interior del suelo, fue hasta el baño donde encontró a HyungWon de cuclillas, desnudo y vaciando hasta las tripas por su boca.

—¿Te sientes bien?

Aturdido, HyungWon negó mientras nuevamente una arcada lo atacaba, vaciando el poco desayuno que había ingerido esa mañana, e incluso algo de la cena de anoche.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? —una vez terminado, WonHo tomó a HyungWon de sus costados y le ayudó a levantarse.

—N-No... Mis papás —aún estaba demasiado débil, sin embargo, sabía que ni por eso iría a su casa. Levantaría grandes sospechas si llegaba a esa hora cuando se suponía estaba en su primera clase.

—Llévame a la escuela —logró soltar cuando WonHo lo recostó de nuevo en la cama —. Allí sabré que hacer.

Fue difícil vestirse de nuevo, se sentía débil incluso para eso.Y aunque el mayor insistía en llevarlo a la casa de sus padres o a un hospital, él caprichosamente quería que lo llevara a la escuela. En el auto se sintió un poco mejor cuando abrió la ventana y pudo recibir aire fresco, sus mareos habían desaparecido aunque el nudo en su garganta aún estaba ahí y tenía miedo de vomitar en cualquier parte.

—¡HyungWon! ¿Qué sucede contigo? —KiHyun, al verlo vagar por los pasillos lentamente, se acercó a él y lo tomó bruscamente del brazo —. Perdiste la primera clase ¿En qué estás pensando? Si la maestra te ve por ahí se va a enojar demasiado.

—M-Me sentí mal a mitad de camino, Ki —puso una mano en su cabeza, haciendo que su amigo cambiará la expresión de su rostro.

—¿Quieres ir a la enfermería? —él colocó una de sus manos en la frente de su amigo tratando de medir su temperatura, y a pesar de que no lo encontró caliente tenía un sudor frío que le preocupaba —. Debería acompañarte, vamos.

—¡No! No, yo... Me siento mejor, solo necesito agua ¿Tienes un poco?

KiHyun asintió, un poco dubitativo. Sacó de su mochila una botella de agua a medio tomar y se la extendió a su amigo, HyungWon tomó la botella con rapidez y empezó a beber de ella como hombre en un desierto.

—¿Seguro que no quieres ir a la enfermería?

—No, ya me siento mejor —le pasó la botella, prácticamente vacía —. Vamos a clase.

KiHyun mantenía su mirada extrañada, sin embargo, aún tomó a HyungWon de su brazo con esa fuerza que no era necesaria y lo cargó hasta la cancha de la escuela, ya que gimnasia era su siguiente clase. Agradecía que la cancha fuera al aire libre porque así se sentía menos asfixiado y el aire fresco le ayudaba a controlar sus náuseas.

Al llegar su maestro les pidió que se retiraran el pantalón y solo quedaran en su pantaloneta y medias largas, algunas veces eso le molestaba porque muchos de sus compañeros miraban de más las piernas de las chicas, e incluso una vez atrapó a unos de ellos mirando las suyas descaradamente. Pero por desgracia era un protocolo de la clase y tenía que obedecer si no quería que le restaran puntos en su nota por uniforme.

Sabía que, aunque él no lo expusiera, su cuerpo revelaba que era un portador de vida. Su cuerpo se había desarrollado diferente al de los demás y pudo verlo cuando sus compañeros comenzaron a tener vello por todo su rostro, piernas y brazos mientras a él apenas y le había salido, tal vez habían salido algún que otro vello bajo su barbilla, pero nada más allá de eso. Sabía que su carga de testosterona no era tan fuerte como la de ellos, por eso su cuerpo no recibió los mismos cambios, además de eso había que sumarle como su cintura era mucho más definida que la de los demás chicos y sus piernas mucho más rellenas y tonificadas. Lo poco o mucho que sabía de sexualidad lo había aprendido en su escuela, cuando todos tuvieron la edad, la escuela les dio charlas de sexualidad en las que le dejaron claro que los chicos con útero eran capaces de crear vida, justo como las chicas. Eso lo dejó más preocupado de lo que debería.

Les pidieron dar treinta vueltas a la cancha como inicio, comenzó a correr al igual que el resto de sus compañeros, pero el sol pesado y caliente que estaba haciendo ese día no le sentaba muy bien y, alrededor de la vuelta quince, sus pulmones empezaron a necesitar aire. Su cabeza empezó a marearse, se detuvo a mitad de la pista y se recargó sobre sus rodillas mientras tomaba bocanadas de aire.

—HyungWon, ¿te sientes bien? —preguntó una de sus compañeras, que se detuvo a su lado, tocando su hombro e intentando levantar su rostro —. ¡Está muy pálido, algo le pasa! ¡Maestro!

Pronto sus compañeros se amontonaron a su lado, él intentaba alejarlos, pero tenía sus fuerzas en otro lugar, le era difícil incluso estar de pie. Vio a KiHyun correr hacía él, con una botella de agua en su mano, intentó darle un poco de beber, pero antes de que pudiera recibir un sorbo su cabeza, su cabeza golpeó contra el hombro de éste y su cuerpo, como peso muerto, se recargó sobre KiHyun.

—¡Maestro, HyungWon se desmayó!

Lo único que supo después de eso fue que despertó con un dolor fuerte de espalda y su cabeza aún palpitaba. Sintió un parche para fiebre sobre su frente, sus ojos repasaron por todo el lugar, pero no reconocía nada, por lo que decidió levantarse. Una vez sentado, pudo distinguir el escritorio y los estantes llenos de medicamentos e implementos médicos. Era la enfermería de la escuela.

—Ya despertaste, ¿cómo te sientes? —La enfermera de la escuela venía entrando con otro chico, tomándolo del brazo suavemente. HyungWon pudo notar el hueso sobresaliendo de allí y solo frunció sus labios con dolor —. Por favor espera aquí mientras llamo a tus padres, DoYoung.

HyungWon quedó en silencio mientras veía a la enfermera hacer unas llamadas, pensó en levantarse e irse de allí, pero cuando iba a bajarse la camilla, la mujer le hizo una seña con su dedo índice, pidiéndole que esperara.

—DoYoung tus padres vendrán en unos minutos para llevarte al hospital, toma esta pastilla para aminorar el dolor y espera afuera —la mujer le tendió una pastilla que el chico tragó y ella le ayudo a pasar con una botella de agua —. HyungWon, espérame aquí.

La enferma salió unos segundos, pero pronto estuvo de nuevo con él. Ella cerró bien la puerta una vez estuvieron solos, fue entonces que ella se acercó a él, cambiando la expresión de su rostro.

—¿Cómo te sientes, HyungWon?

—B-Bien —le respondió algo dudoso —. No me duele nada.

—¿Seguro? —ella levantó una de sus cejas —. Tus compañeros estaban muy asustados. Dicen que también fallaste las dos primeras clases.

—Lo hice porque me sentí mal a mitad de camino —soltó un suspiro —. No es nada grave.

—¿Has tenido otros síntomas aparte de este? —ella le preguntó, caminando por toda la habitación y esculcando en varios cajones.

—Solo vomité un poco antes de venir acá, pero no es nada anormal, yo me enfermo muy fácil —por alguna razón, las preguntas de la enferma empezaban a colocarlo nervioso y eso lo irritaba.

—Mira, HyungWon, mi trabajo me obliga a ser directa contigo. Uno de tus compañeros me dijo que estabas teniendo unos síntomas raros desde hace un tiempo. Decía que estabas comiendo de más, que muchas veces devolvías los que comías y que, aparte de eso, estabas fallando a clases constantemente —ella soltó un suspiro mientras se acercaba lentamente —. ¿Has tenido relaciones sexuales, HyungWon?

HyungWon calló, mirándola atemorizado y con sus ojos apunto de derramar algunas lágrimas, se sentía asustado y por alguna razón estaba tentado a mentirle, pero antes de que pudiera decir algo la mujer se adelantó.

—HyungWon no tengas vergüenza de decirlo. Yo no soy nadie para juzgar a mis pacientes y mi ética de trabajo tampoco me lo permite. Dime, ¿has tenido relaciones sexuales? —reiteró, con voz calmada y amable.

—S-Si —dijo, su voz salía temblorosa mientras sentía sus ojos enlagunarse y su pecho comenzaba a doler por la ansiedad.

—¿Cuándo fue la última vez que lo practicaste? —ella estaba a su lado, escuchándolo atentamente sin reaccionar de ningún modo a su respuesta.

—Hace... h-hace unas horas —sus mejillas se tiñeron de rojo mientras la primera lágrima rodaba por su mejilla.

La mujer no respondió nada al instante, de reojo, la vio sacar un objeto de su bolsillo delantero. Cuando este hizo presencia en su campo de visión, sus ojos se abrieron desmesuradamente y su corazón palpitó fuerte.

—No, no ¡No! —Llevó sus manos a su rostro, sintiéndose repentinamente desesperado. Las lágrimas mojaron sus mejillas.

—HyungWon, HyungWon —la mujer le llamaba con voz calmada, tomándolo por los hombros e intentando destapar su rostro —. No estoy diciendo nada, es solo para salir de dudas, estaré aquí acompañándote todo el tiempo.

—N-No puedo estar embarazado —sorbió su nariz —. Yo tomo pastillas, es imposible.

—HyungWon debes saber que todos los anticonceptivos no son cien por ciento efectivos, puede existir la posibilidad de que no funcionen —eso asustó al menor, de pronto su llanto se intensificó más al punto que hipaba sin control.

La enfermera le dio consuelo acariciando sus hombros y de vez en cuando dándole algunas palabras de apoyo; "puede ser solo una suposición, es mejor que te hagas la prueba" le decía. No supo cuánto duró llorando, solo tenía conciencia que después de eso estaba encerrado en el baño de la enfermería orinando sobre la prueba de embarazo.

Los minutos pasaban lentos para él mientras estaba sentado en aquel retrete, su pie se movía ansioso contra el suelo, esperando a que en aquella prueba diera solo una raya, lo cual significaba que estaba fuera de peligro. La enferma esperaba pacientemente afuera, no lo presionaba y eso lo ponía nervioso que si lo hiciera, no había nada en ese momento que lograra calmar sus nervios.

Había pasado un rato y sabía que debía mirar, sin embargo, aún tenía miedo de verla porque, muy dentro suyo, sabía cuál era el resultado de aquella prueba. Había pensado en todas las veces que había pedido a WonHo que utilizara preservativo, pero él le había respondido que nada pasaría si lo hacían sin él, después de todo HyungWon había estado tomando pastillas y hasta ese momento no habían fallado, así que se dejó convencer y desde entonces nunca lo había vuelto a pedir.

De sus labios resecos un suspiro salió de nuevo, tomó aquella prueba con ojos cerrados y los abrió lentamente, en espera de un buen resultado

Dos líneas azules.

Los síntomas que había sentido antes no se comparaban en nada a lo que había empezado a sentir, tiró con fuerza la prueba de embarazo al suelo y se aseguró de destruirla con su pie reiteradas veces mientras soltaba sollozos escandalosos. Escuchó como lo llamaban a través de la puerta, pero él simplemente no respondía a los llamados, inmerso en su dolor y desesperación. Solo deseaba que todo fuera una mentira. Pero cuando la enfermera logró abrir la puerta y lo tomó para tranquilizarlo, supo que todo era malditamente real.

—HyungWon, cálmate, por favor. ¿Cuál fue el resultado? —ella separaba sus largos cabellos negros de su rostro, pero él renegaba de su toque y bruscamente golpeaba sus manos.

—¡Mentira, mentira! ¡No estoy embarazado! ¡Es falso! —lloró. Sus ojos irritados e hinchados más sus mejillas mojadas le daban un aspecto vulnerable que conmovió a la enfermera.

Trabajando en la escuela había recibido muchos casos parecidos a los de HyungWon, pero ninguna de sus chicas y chicos habían tenido una reacción tan brusca como la de HyungWon, siempre lloraban al enterarse de su embarazo, pero en HyungWon veía miedo por sobre todas las cosas. Él sentía miedo por algo más allá de su embarazo.

—HyungWon, cálmate, vamos a hablarlo.

—¡No quiero hablar nada con usted! —HyungWon intentó empujarla de nuevo pero esta vez la mujer fue mucho más fuerte y logró inmovilizarlo de los brazos.

—Necesitas calmarte, con esto no solucionas nada. Llamaré a la psicóloga de la escuela, necesitas hablar con ella.

Sabía que su vida estaba arruinada, ni siquiera quería pensar que pasaría de ahora en adelante. Sus padres lo acabarían al igual que todos sus compañeros. Sería el tema de boca en boca de todos y todas, y esa reputación que tanto se había esmerado en mantener, se vería manchada irremediablemente.

Salió de la enfermería antes de que la estúpida psicóloga llegara, la enfermera le había pedido que se quedara allí, pero al diablo la enfermera, ella no entendía su situación y no la entendería nunca. Al salir de allí trato de pasar desapercibido de sus compañeros más sin embargo alguien lo detuvo tomándolo por el brazo con una fuerza que ya conocía.

—¿Qué te dijo la enfermera? —era KiHyun. En su rostro no había una expresión de preocupación cuando le preguntó por su bienestar, más bien parecía molesto.

—¿Q-Qué? —aún desorientado, HyungWon le preguntó.

—¿Qué te preguntó la enfermera? —apretó más su brazo haciendo que él soltara un chillido —. ¿Te dijo que estabas embarazado? ¿Te dijo eso?

—¿Qué estás diciendo? —HyungWon lloró mientras intentaba soltarse del agarre de quien decía ser su amigo —. No sé de qué hablas, Ki, suéltame.

—¡Yo encontré las pastillas anticonceptivas en tu mochila! —KiHyun por alguna razón le reclamaba molesto por toda la situación, sus mejillas estaban rojas por el cólera y el agarre en su brazo le dejaba marcas—. ¿Por qué no me contaste nada, HyungWon? Prometimos no ocultarnos nada y tú estabas teniendo sexo a escondidas.

—Suéltame, por favor, suéltame —lloraba sin vergüenza. Toda esa situación era algo mucho más grande de lo que podía manejar y sentía que en cualquier segundo colapsaría.

Sus oídos dolían por la cantidad de gritos que KiHyun empezó a darle, diciéndole que era un mal amigo al no confiarle y un mal hijo al dejarse embarazar a tan temprana edad y echar por la borda todos los esfuerzos que sus padres habían hecho por él. Sus ojos no paraban de soltar lágrimas y sentía que en cualquier momento se desmayaría de nuevo. Se asustó cuando el timbre de la escuela sonó y fue entonces cuando se dio cuenta que era hora de la salida. Gente comenzó a salir masivamente de los salones y pasaban por su lado golpeándole el hombro y la mochila.

—No voy a irme contigo, HyungWon, no hasta que reflexiones todo lo que has hecho —KiHyun le dijo, por último, girándose y saliendo de allí sin darle una segunda mirada.

HyungWon se quedó allí de pie soltando quejidos lastimeros mientras veía a su amigo alejarse a paso largo de él, su garganta dolía después de tantos sollozos al igual que su cabeza, se sentía débil como nunca antes y solo quería desaparecer de toda esa realidad monstruosa que se le estaba presentando. No tenía mente para nada. Su sentido común estaba en el caño y solo siguió a sus pies que empezaron a correr sin rumbo fijo, lejos, muy lejos de allí.

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psjsj se que va
algo rápido
pero la verdad
la idea que tengo
para este fic es
algo extensa,
por eso va un
poco rápido.

cuéntenme
¿qué tal les
pareció este
primer cap?

¿creen que van
a odia a wonho?

¿que dicen de
kihyun? ¿es en
serio un buen
amigo?

las leo ♡

nos vemos
(espero) el
próximo fin
de semana si
el estudio me
lo permite.

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