Especial: MinHyuk

La manera en que esos labios se posaron sobre los suyos lo dejó en blanco, él estaba moviéndose tímidamente hasta que MinHyuk hizo lo mismo. Ambos subieron sus manos al rostro ajeno y se acariciaron el rostro con delicadeza, MinHyuk ladeo su cabeza para recibir mejor el beso al igual que su novio, quien de repente parecía tan emocionado y estaba intentando zafar de sus hombros su cardigan azul.

Aún sin separarse, MinHyuk abrió sus ojos por un momento, solo un poco, notando como el rostro de HoSeok tenía una expresión comprimida. Parecía esforzarse más de lo debido, era apresurado y tosco, nunca antes lo había visto así.

MinHyuk fue quien separó el beso, intentó decir algo, pero fue cuando HoSeok lo tomó de la mano y lo arrastró hasta el sofá en la sala. Se sintió consternado cuando fue obligado a sentarse y luego sus labios fueron besados de nuevo.

HoSeok generalmente era un buen besador, siempre era considerado y gentil, pero ahora parecía solo querer comerle la boca y no importaba cuánto intentara ignorarlo, no lo estaba disfrutando.

—HoSeok, basta —le dijo, en medio de balbuceos. Pero él no le prestó atención, continuó retirando su abrigo hasta que logró sacarlo.

Un gemido escapó de su boca cuando los labios acariciaron su cuello, llevó sus manos hasta los hombros de HoSeok y lo separó de su piel. Él lo miró a la cara, a través de sus lentes que ahora se encontraban torcidos y algo empañados, no era lujuria lo que veía en sus ojos, era algo mucho más deprimente.

—¿Qué sucede? —le preguntó él.

—¿Qué haces? ¿Por qué te estás comportando de esta manera?

—Pensé que era lo que tú querías.

¿Lo que él quería? MinHyuk se encontraba confundido.

—Solo quería que lo hicieras si tu también lo deseabas.

HoSeok calló, ahora bajando su mirada.

MinHyuk apretó sus labios, tomando débilmente una solapa de su abrigo y volviendo a subirla por su hombro. Se sentía peor que antes. Siempre había dicho que los silencios dolían más que las palabras, y los silencios de HoSeok, eran especialmente hirientes.

—HoSeok, por una vez... Sé sincero conmigo.

HoSeok se sentó a su lado y acomodó su camisa que también estaba algo desarreglada, permanecieron en silencio un largo rato hasta que él finalmente decidió hablar.

—MinHyuk no... puedo hacerlo.

No le respondió. Lo dejaría expresarse, conocía a HoSeok lo suficiente para saber que si le dabas la oportunidad de evadir el tema, él la tomaría sin duda.

—Yo solo —se tomó una pausa—. Estoy confundido, no tengo claro lo que siento por ti y en realidad lo siento.

—¿No me quieres?

—MinHyuk, no, por favor no —lo hizo mirarle a la cara mientras sostenía sus manos entre las suyas—. No digas eso, por supuesto que te quiero, eres una gran persona y no sabes todo lo que tengo por agradecerte.

—¿Pero?

HoSeok soltó un suspiro, soltando con lentitud sus manos y bajando su mirada con vergüenza. MinHyuk conocía muy bien ese gesto. Los ojos caídos y la expresión de culpa en su rostro, ¿por qué siempre terminaba igual? ¿Por qué todos siempre terminaban igual al momento de estar con él?

Arrepentidos.

—Tal vez nos apresuramos un poco con el noviazgo.

Permaneció en silencio, pasando un trago de saliva de manera sútil mientras intentaba mantener la compostura.

—N-No era mi intención... —la voz de HoSeok comenzó a temblar. Eso llamó la atención de MinHyun, quien lo miró por el rabillo de su ojo—. No era mi intención lastimarte.

—¿Entonces por qué lo estás haciendo ahora?

No pudo responder.

—HoSeok...

—Siempre te admiré. Has cuidado de HyungWon y de mi HaYul tan bien, incluso mejor de lo que yo he hecho, y siempre tendrás mi cariño por eso.

No tenía la intención de llorar, pero fue difícil de sostener las lágrimas que se estaban acumulando en el borde de sus ojos, le bastó cerrar sus ojos para que pronto las lágrimas se deslizaran por sus mejillas.

—Lo siento tanto —Hoseok lo tomó de las manos. Sus ojos estaban llenos de lágrimas también—. L-Lamento no poder ser la persona que tu esperabas.

MinHyuk solo negó con su cabeza, había temido por tantas noches que algo como eso sucediera en realidad, porque en verdad estaba ilusionado. HoSeok parecía quererlo tan genuinamente, sin esperar nada a cambio, que le había sido difícil no crearse ilusiones.

Pero tal vez quien había errado nuevamente había sido él, se había enamorado de la persona equivocada y lo había amado como tal vez no debió hacerlo.

—Es mi error —le dijo—. Esto quizá nunca debió pasar.

—MinHyuk, no, no —HoSeok intentó hacer que lo viera, pero el rubio solo alejaba cada vez más su rostro—. Eso no es lo que quiero decir, haber estado contigo es de las mejores cosas que han podido pasarme.

—No debí hacerlo, eras el novio de mi amigo —sollozó, tomando su rostro entre sus manos.

—HyungWon y yo no somos pareja desde hace mucho tiempo, en realidad, creo que nunca lo fuimos. Esto no tiene nada que ver con él.

—¿Cómo estás tan seguro de eso? —lo miró a la cara, con las mejillas empapadas en lágrimas—. HoSeok, mírame y di que de verdad HyungWon no tiene nada que ver en esto.

HoSeok permaneció callado, solo mirándolo a la cara con una expresión amedrentada. Sus labios se abrían constantemente, tal vez en la búsqueda de las palabras correctas, pero su silencio solo lograba que la ansiedad en el ambiente incrementara.

—No intentes negarlo, HoSeok.

—Esto es algo un poco más complejo. Tengo un hijo con él y... es difícil alejarlo de mi vida.

—Sé que tienes un hijo con él, no pienses que intento alejarte de HaYul o de él, pero, por favor, ambos sabemos que existe algo más allí. HoSeok, estás enamorado de HyungWon.

Más doloroso que decirlo, fue el silencio que le siguió.

MinHyuk cerró sus ojos, dejando que unas lágrimas más escaparan de sus ojos, pero luego de eso se levantó. HoSeok le siguió con la mirada, viendo como corría hasta la entrada donde resguardaba sus zapatos, intentó detenerlo, llamándolo por su nombre, pero MinHyuk ya había cerrado la puerta antes de que pudiera alcanzarlo.

Caminó hasta su casa, se supone que esa tarde saldría con HoSeok, pero ya estaba mas que claro que sus planes se habían arruinado y ahora se encontraba en camino a su casa. Con un nudo en el estómago y un dolor en el pecho.

Al llegar no había nadie en casa, pues HyungWon debía seguir trabajando, así que sin pensarlo mucho fue por esa botella de ron añejado que tenía guardada en uno de los cajones altos de la cocina. La había traído de casa de sus padres cuando se mudó a modo de recuerdo. En realidad llevaba un largo tiempo allí, pues HyungWon no bebía porque aún lactaba y siendo sincero no creía que le gustara un licor tan fuerte.

Sin pensarlo, bebió directamente de la boquilla, sintiendo como el líquido dejaba un rastro de dolor al pasar por su garganta, frunció el ceño, pero aún así siguió bebiendo. Con el paso de los minutos sintió que su juicio empezaba a nublarse, estaba empezando a perder la conciencia a su alrededor, incluso le era un poco difícil reconocer en donde se encontraba ahora.

Sin embargo, aún HoSeok estaba en su mente.

Se levantó en busca de su cartera, pensó en ir hasta la tienda de conveniencia por un par de cervezas, pero le era difícil incluso moverse. Saliendo de casa chocó varias veces contra las paredes y al entrar en la tienda se sintió mareado con todas las luces. Recuerda haber pagado por dos paquetes de cervezas, incluso recuerda que la mujer que atendía le había preguntado si se encontraba bien, pero de ahí en adelante sus recuerdos eran borrosos.

Al amanecer, despertó por un fuerte dolor y gimió adolorido mientras sostenía su cabeza con una de sus manos. Sus ojos se cerraron instintivamente ante el fulcro de la luz que se colaba por su ventana, pero a medida que se fue acostumbrando, notó que se encontraba en su habitación. Estaba en su cama, cubierto por sus sábanas, y él solo se preguntaba cómo había llegado hasta ahí.

Se levantó lentamente, checando la hora en su teléfono y este indicándole que era más allá del medio día.

—¿HyungWon? —llamó, pero nadie le contestó. Pues claro, él debería estar trabajando.

Al llegar a su sala notó el gran desorden que había sobre la mesa de centro, todas esas latas vacías y la botella de whisky vacía y tirada sobre el suelo. Él solo pudo hacer una mueca.

Sentía que había hecho algo muy malo la noche anterior, pero no recordaba qué.

Recogió su desastre y se preparó para ir a trabajar. Desde hace un mes había comenzado a trabajar como cajero en una tienda de conveniencia y, hasta ahora, era el trabajo que más dinero le había dejado. Claro, aparte de su trabajo en el bar, pero ese lo había dejado luego de que los horarios se le hicieron imposibles y el estrés lo estaba consumiendo.

Al llegar, la persona de quien sería el relevo ya lo estaba esperando, no conocía mucho de esa persona, parecía ser un hombre un poco mayor que él y que quizá era demasiado serio para trabajar en servicio al cliente. Tan pronto quedó él en la tienda, se encargó de surtir los estantes y limpiar las vitrinas.

Hacía todo lo posible por evitar un momento de ocio en el trabajo, pero le era difícil mantenerse ocupado todo el tiempo cuando a esas horas de la tarde la tienda se encontraba vacía. Sabía que lo haría, sabía que lo revisaría, lo buscaría y se arrepentiría por saber que no habría ni un solo mensaje suyo esta vez.

No supo de HoSeok por muchos días, y no sabía si eso le afectaba o le aliviaba, porque deseaba insanamente saber algo de él, pero al mismo tiempo sentía que no podía ni siquiera verlo en fotografías. Había cortado con él hace una semana, y aunque se mantenía tan ocupado como podía para evitar pensar en él, le era casi imposible no revisar aunque sea una vez al día su chat vacío.

Entonces notó que su malestar no solo parecía estarlo afectando a él, todos a su alrededor no dudaron en notar su comportamiento. Recibió un llamado de atención por parte del gerente, le dijo que recibió una queja por su actitud y se preguntaba quién pudo haber sido, pero su mayor problema no era ese, era su convivencia en casa.

HyungWon permanecía tenso la mayor parte del tiempo a su lado, lo miraba de una manera extraña, como si estuviera a punto de querer decirle algo, pero siempre se detenía. Se comportaba de esa manera desde esa noche en la que se había embriagado, y eso le hacía preguntarse qué era lo que había sucedido, no creía que su desorden fuera el único problema que causó esa noche.

Aunque tampoco es como si MinHyuk se hubiera esforzado por saberlo, sentía que tenía demasiado en su cabeza como para tener que lidiar con HyungWon también, pero eso no quería decir que lo pasara completamente de largo.

Se sentía confundido, había ocasiones en las que se sentía desconectado. Es como si estuviera en automático, cumplía su rutina con diligencia, pero no era consciente de lo que hacía todo el tiempo.

Al menos hasta ese día.

—Son quince wones.

Recibió el pago de manos de una mujer y se aseguró de darle su debido cambio junto con su factura, ella le agradeció una vez tomó sus productos, pero él no le respondió de vuelta. Solo tomó una inspiración, recibiendo al siguiente cliente.

En medio de su labor miró de reojo el reloj de pared que se encontraba a su derecha, aún le quedaba un largo rato antes de terminar su turno. Esa semana tenía un turno más largo, al parecer el relevo nocturno se había enfermado y ahora MinHyuk tenía que cubrirlo durante su incapacidad.

Estaba ciertamente agotado, estaba trabajando el doble, pero cuando su jefe se lo había pedido le fue difícil negarse. Él le había prometido una buena recompensa tan pronto terminara, pero francamente eso no era lo que más le importaba, solo estaba buscando excusas para distraerse.

A eso de las diez de la noche se escuchó la campanilla de la entrada y MinHyuk se preparó para recibir al cliente. Los clientes durante la noche y madrugada no eran tan frecuentes, sin embargo él siempre se veía obligado a recibirlos con amabilidad.

Lo sintió acercarse y lo saludó —: Hola, buenas no... —pero él mismo se detuvo a la mitad, al notar a quien tenía enfrente.

—¿MinHyuk? —él parecía tan sorprendido como el propio MinHyuk, pero a diferencia, una pequeña sonrisa estaba surcando de sus labios con el paso de los segundos—. Que sorpresa encontrarte aquí.

MinHyuk quiso responder, pero las palabras estaban atoradas en su garganta. Sintió el impulso de esconderse, pero sus pies parecían estar pegados al suelo, era como si su cuerpo se negara a responder y eso lo estaba alterando.

Siempre pensó que si lo volvía a ver, lo golpearía tan pronto su rostro apareciera en su campo de visión. Pero ahora que lo tenía ahí enfrente, solo sentía unas inmensas ganas de llorar, quería tomarlo de la camisa y rogarle que le explicara porqué le hizo todo lo que le hizo, ¿por qué jugó de esa manera con sus ilusiones? ¿Por qué tuvo que hacerle tanto daño?

—¿Esto es todo lo que va a llevar? —fue lo único que le respondió. Intentó tomar los productos que había sobre el mostrador, pero la mano le temblaba, y eso lo notó el otro hombre.

—No, no —él puso su mano sobre la suya, haciendo que MinHyuk se alejara rápidamente—. Digo sí, sí lo voy a llevar, pero... No aún.

—Si no va a llevar nada, por favor retírese.

—No, no, espera —él quiso detenerlo cuando MinHyuk hizo el ademán de alejarse—. ¿Por qué te comportas de esa manera? Solo quiero hablar contigo.

—No tengo nada de qué hablar contigo —intentó alejarse, pero él estiró su mano hasta que le tomó la muñeca—. JiHoon suéltame o llamaré a la policía.

—No, perdóname, no quería incomodarte. Es solo que... no te he visto en un largo tiempo y quisiera poder hablar contigo.

MinHyuk solo apretó sus labios, evadiendo la mirada.

—¿A qué hora termina tu turno? Puedo esperarte.

—No... yo... tengo turno nocturno.

JiHoon guardó silencio. Lo miró por unos segundos antes de decir —: Está bien —y seguido de eso le pasó sus productos, los cuales eran una cajetilla de cigarros y un paquete de ramen instantáneo, y MinHyuk se apresuró en facturarlos. Él le agradeció y seguidamente se fue.

Una vez escuchó la campanilla de la entrada pudo soltar todo en un largo suspiro, se sostuvo con ambas manos del mostrador mientras se permitía llorar. Su cuerpo parecía estarse debilitando y le era difícil incluso levantar la cabeza, no se había sentido de esa forma en mucho tiempo. Era curioso el hecho de que la persona que provocaba sus lágrimas al punto de debilitarse, seguía siendo la misma.

El resto del turno tuvo que trabajarlo de manera corriente, por suerte en el resto de la noche no llegaron más clientes y solo hasta que el cielo comenzó a aclararse llegaron algunas personas. Su turno terminó a las seis de la mañana, por lo que, luego de dejar la tienda al siguiente encargado, salió por la puerta trasera con sus manos metidas en los bolsillos de su abrigo.

Pero al salir encontró algo inusual, y era ese auto gris que estaba estacionado a un par de metros. Eso, aunque lo sorprendió un poco, también era algo que le resultaba familiar. Conocía a JiHoon. No era alguien que aceptara el rechazo fácilmente.

Lo vio salir de su auto, quedándose unos segundos de pie al lado de este, mirándolo fijamente. Parecía estarle pidiendo con la mirada que se acercara, pero MinHyuk solo permanecía quieto con las manos dentro de sus bolsillos.

Entonces él se acercó, a paso lento. Una vez estuvo en frente, MinHyuk levantó su mirada lentamente, aunque él había crecido desde la última vez que se vieron, aún la diferencia de altura seguía siendo demasiado notable. Su rostro también seguía igual a como lo recordaba, con esos ojos oscuros y almendrados que lo habían cautivado desde que el momento en el que lo vio, y cuando él tomó su rostro entre sus manos, sintió su cuerpo temblar. Es como si reconociera su calidez, y, antes de poder pensarlo, pequeñas lágrimas estaban rodando por su mejillas.

—¿Por qué me haces esto?

—Te juro que lo explicaré todo. Entremos al auto, te llevaré por una bebida caliente.

Ese día no llegó a casa, el tiempo siempre era confuso cuando estaba junto a JiHoon, era como si el resto del mundo no importara cuando estaba junto a él. Luego de subirse en su auto, JiHoon lo llevó por un chocolate caliente y estuvieron largo rato sentados en esa mesa fuera de una tienda de conveniencia. No se habían dicho mucho en el camino ni cuando compraron la comida, pero JiHoon no había soltado su mano en todo ese rato y MinHyuk tampoco había hecho nada por soltarla.

—MinHyuk... Sé que cometí un grave error, nunca debí abandonarte y mucho menos en el estado en el que estabas. Pero yo simplemente... me asusté.

—¿Tú eras el que estaba asustado? Me embaracé a los dieciseis, JiHoon —le ataco, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada—. No sabía nada de la vida y tú te aprovechaste de eso.

—Nunca quise aprovecharme de ti, MinHyuk. Yo te amaba.

—¡No! ¡No me amabas! ¡Nunca lo has hecho y no me mientas más!

—MinHyuk, MinHyuk —lo llamó por su nombre, tratando de calmarlo—. No digas eso. Si me alejé es porque no quería seguir causándole problemas, MinHyuk nuestra relación era complicada, era riesgosa.

—Y-Yo nunca te hubiera delatado.

—Pero tus padres sí, los directivos también. Si se enteraban de nuestra relación me quitarían mi licencia o algo peor; pude ir a la cárcel.

—¿Y entonces por qué no me buscaste luego? H-Han pasado años desde que te fuiste. Yo te necesitaba. Él te necesitaba.

—Lo sé, lo sé y lo siento. Es solo que... luego de desaparecer no sabía cómo acercarme, no podía aparecer como si nada de nuevo en tu vida. No sabía si aún me aceptarías —tomó su mano de nuevo, acariciando con el pulgar su dorso—. ¿Cómo está él?

Ahí estaba la pregunta que tanto había temido.

No respondió nada en el instante, pero debió suponer que su silencio causó algo en JiHoon porque pronto comenzó a cuestionarlo insistentemente.

Las lágrimas lo delataron.

—Murió.

Estar ahí, frente a JiHoon, rememorando cada instante en el que su hijo estuvo a su lado era casi tan doloroso como haber perdido a su bebé y aunque JiHoon no había hablado mucho, sabía por su expresión que estaba consternado, con su mirada estaba perdida y sus labios entreabiertos. ¿Era eso tan doloroso para JiHoon como lo era para él?

—MinHyuk lo... L-Lo siento tanto, nunca imaginé algo como esto...

—Por supuesto que no. Porque nunca te interesaste por él ni por mi, incluso si estuviera vivo aún...

—Sé que me equivoqué, pero no creas que esto no me afecta. También era mí hijo y me duele no haber podido conocerlo.

—Da igual eso ahora —limpió sus mejillas mojadas con el dorso de su mano—. No importa cuánto lo lamentes, lo que hiciste no podrás remediarlo.

—Por favor no digas eso —la mano que lo sostenía se había apretado a su alrededor.

—JiHoon... —suspiró, cansado—. Por favor, ya no... No lo hagas más.

—Sé que no soy él único que ha extrañado aquí. MinHyuk —atrajo su atención, colocando su dedo índice bajo su mentón y guiando su mirada hacia él—. Mírame a la cara y di que en todo este tiempo, no pensaste en mí aunque sea una vez.

Odiaba cuando JiHoon actuaba de esa manera, odiaba cuando pretendía no conocer la respuesta. Siempre pudo leerlo como a un libro, nadie conocía a MinHyuk como JiHoon, pero quizá lo más lamentable del caso era que MinHyuk no conocía tanto de él como le gustaría, sus acciones siempre lo habían tomado por sorpresa. Había dicho que lo amaba, pero luego lo había abandonado, y ahora, se comportaba de esa manera tan extrañamente cálida, que estaba confundido.

¿Por qué le era tan difícil odiarlo?

Le hubiera gustado decir que luego de ese día, MinHyuk no había vuelto a encontrarse con JiHoon, que todo había terminado de esa manera, ambos habían atado los cabos sueltos y no existía nada más que los uniera. Pero no fue así. Su auto gris siguió esperándolo cada tarde al terminar su turno y siempre lo esperaba de pie al lado de la puerta del copiloto, fumando un cigarro mentolado que apagaba al instante tan pronto lo veía acercarse.

No era mucho lo que hacían. JiHoon solo lo llevaba por algo de comer, hablaban por un rato y luego él lo llevaba de vuelta a casa. Ese día había regresado un poco más temprano de lo usual, porque JiHoon le dijo que tenía algo que hacer esa tarde. Eso no le causó mucho conflicto, él ya estaba acostumbrado a la constante incertidumbre en la que JiHoon lo mantenía, siempre había sido alguien con demasiados secretos y no le sorprendía que aún los tuviera.

Tomó un baño y se preparó una infusión caliente. HyungWon aún no llegaba del trabajo y él lo estaba esperando para cenar, se estaba demorando un poco más de lo normal y eso lo estaba poniendo nervioso. Fue entonces cuando se asomó a la ventana y vio ese auto negro estacionado frente a su hogar, de allí salió HyungWon quien parecía apurado, lo vio también sacar todas sus pertenencias del baúl y caminar en dirección a su puerta sin siquiera mirar atrás. No había visto en un buen tiempo ese auto, sabía que pertenecía al interés amoroso de HyungWon, y él había pensado que finalmente se habían dejado. Pero verlo ahí de nuevo le causaba cierta inseguridad.

No había planeado cuestionarlo, pero con todo lo que sucedía dentro de su cabeza en ese momento, las palabras fluyeron por sí solas.

—Pensé que habías dejado de ver a ese hombre.

Había guardado la esperanza de eso, porque al menos así uno de los dos no estaría fallando. Pero tristemente no se lo negó. Sin embargo, le sorprendió que él lo abordara con varios cuestionamientos; era claro que la situación también le estaba afectando, pero MinHyuk no pensó que lo hiciera de una forma tan fuerte. Eso lo hacía sentir culpable.

Tal vez él era una persona más dañina de lo que pensaba.

Le contó sobre su ruptura con HoSeok, pero no fue capaz de contarle lo que había sucedido con JiHoon. Se sentía avergonzado. Si HyungWon supiera que lo había dejado ingresar de nuevo a su vida seguramente se decepcionaría. MinHyuk se había esforzado por mostrar una imagen madura y sensata, tenía un pasado que lo torturaba y no quería dejar ver que eso lo seguía persiguiendo, pero se había dado cuenta que en realidad era una persona débil.

No era maduro ni sensato, solo estaba tratando de sobrevivir fingiendo que lo era.

Eso lo estaba quebrando, la expresión de tristeza en el rostro de HyungWon no había podido olvidarla, así como tampoco podía olvidar a HoSeok, ¿realmente había arruinado sus vidas? ¿Por qué actuó de manera tan egoísta? Solo había pensado en su felicidad, en su búsqueda por sentirse amado y no había notado todo el daño que había causado.

Esa noche, cuando JiHoon fue a buscarlo luego de su trabajo, MinHyuk había corrido hasta sus brazos, llorando de manera silenciosa y manchando su abrigo con sus lágrimas. Era una reacción inesperada, pero tampoco lo cuestionó, solo lo abrazó, dejando que se desahogara en sus brazos.

Esa noche, MinHyuk no llegó a su casa. Pasó la velada junto a su ex amante, hicieron el amor como antes y se abrazaron tanto como sus cuerpos se lo permitieron.

Al amanecer, Min se había despertado cuando el sol aún no brillaba en su totalidad. Sus ojos se escanearon toda la habitación, sin reconocer al principio nada de lo que estaba allí, pero una vez tuvo su mente y su visión clara, pudo notar sus prendas sobre el suelo y también sintió el peso sobre su cintura. Se giró, ahora quedando cara a cara con JiHoon quien aún seguía durmiendo. Se sentía conflictuado con el hecho de sentir que ese plano no le era tan ajeno, aunque había pasado varios años desde que él y JiHoon estuvieron juntos, su rostro no había cambiado demasiado, era cierto que no demostraba la misma jovialidad que antes y que ahora era un poco más maduro, pero para MinHyuk, seguía siendo el mismo JiHoon.

—Te levantas más temprano de lo que recordaba —habló JiHoon, ahora despierto. MinHyuk, quien sin intención había empezado a acariciar las facciones ajenas, sintió como ahora su mano era besada por él.

—No siempre estabas cuando yo despertaba. A veces te despedias de mí con una nota.

—Lamento eso, fue un acto poco caballeroso de mi parte —suspiró, dejando un último beso en su dorso—. Pero prometo hacerlo mejor de ahora en adelante.

Eso lo hizo suspirar, ahora alejando su mano.

—¿Qué fue lo que sucedió anoche? —le preguntó.

—No quiero hablar de eso.

JiHoon fue el que suspiró ahora, se acomodó un poco más cerca de Min y apartó un par de mechones rubios de su frente.

—Me gusta tu cabello rubio, te ves lindo —alagó, pero al notar reacción en el contrario dijo —: No me gusta verte triste.

—Es curioso que seas tú quien lo diga —MinHyuk cerró sus ojos cuando los dedos acariciaron su cuero cabelludo—. Solo tuve un mal día.

—No te creo. Nunca has sido alguien que llore por malos días, debió suceder algo realmente malo.

Odiaba cada vez que JiHoon tenía la razón. Eso solo demostraba lo ingenuo que había sido en su juventud y también lo poco que había cambiado en con los años.

—Creo que he estado haciendo las cosas mal todo este tiempo... —tomó una inspiración—, pensé que de verdad encontraría a alguien que me amara. Pero me equivoqué.

—¿Qué te hace pensar así? Eres estupendo, eres hermoso y muy inteligente.

Eso había calado profundo en su mente, porque ya había escuchado esos halagos antes, de otros hombres, incluso del mismo Hoseok, pero entonces, ¿por qué ninguno de ellos pudo amarlo?

—J-JiHoon... —las lágrimas habían empezado a salir, de nuevo, pero ahora, no se sentía avergonzado—. ¿Me amas?

JiHoon lo tomó en brazos, acariciando su cabello mientras lo escuchaba llorar, justo como la noche anterior. Le había prestado su hombro para que se desahogara, sin siquiera juzgarlo o cuestionarlo.

—No existe día en el que no piense en ti, Min. Sé que me equivoqué, que no merezco tu perdón, pero quisiera que jamás dudaras del amor que te tengo —acunó su rostro entre sus manos—. Te amo, MinHyuk.

—Tienes una manera extraña de demostrarlo —logró decir, en medio de temblores y suspiros.

JiHoon solo dejó ver un atisbo de sonrisa, acercándose a besar su frente con ternura. MinHyuk se dejó hacer cuando él lo arrulló, sus brazos rodeaban su cuerpo y una de sus manos subió hasta su cabello y continuó acariciándolo. Fue de la única forma en la que logró calmarse, y ahí, desnudo no solamente de cuerpo, sino también de alma; su mente pareció esclarecer más.

—MinHyuk... —llamó el mayor, el cual le prestó su atención levantando su mirada hacia él—, quiero que vengas a vivir conmigo.

La proposición lo tomó por sorpresa. Miraba anonadado a JiHoon, tal vez intentando encontrar algo de burla en su rostro, sin embargo, antes de poder analizarlo mejor él volvió a hablar —: Sé que puedes pensar que es algo apresurado, pero tengo razones para pedírtelo.

—JiHoon... esto...

—Te perdí una vez, MinHyuk, y ahora que te encontré no quiero volver a hacerlo. Te hice una promesa antes y quiero cumplirla.

—No, no —se incorporó—. No puedes hacerme esto, JiHoon, no juegues conmigo de esa manera de nuevo.

—No estoy jugando contigo —él también se levantó—, lo digo muy en serio, nuestra relación ha pasado por tantos tropiezos que realmente sería estúpido de mi parte no aprovechar esta oportunidad.

Se había quedado sin palabras. JiHoon no le estaba dando tregua de nada e incluso se había atrevido a tomarlo del rostro para besarlo, lo hacía de manera suave, solo presionando sus labios contra los suyos, sin moverlos demasiado.

—Nadie te ama como yo lo hago.

"Nadie me ama como tú lo haces."

—Te daré todo lo que te prometí alguna vez, e incluso más, porque te pertenezco y quiero que me pertenezcas.

"Ni nunca lo harán."

——————————

Según yo, todo va avanzando muy bien mientras escribo una nueva actualización, pero cuando me doy cuenta, ha pasado un mes desde la última actualización. Es muy frustrante.

Pero bueno, díganme qué les pareció el especial de hoy, MinHyuk es un personaje muy controversial en este fic y también, al parecer, de los que tiene la backstory más oscura jajsja. Sé que no es lo que muchas estuvieron esperando, pero da igual, también pueden comentar qué era lo que esperaban para esta nueva actualización.

Pero ahora, hablando con la verdad, ¿creen que el hyunghyuk serán capaces de aceptar las propuestas que les hicieron?

Recuerden, por cada comentario se hará una donación para llevar al Hyunghyuk a terapia y alejarlos de los hombres dañinos.

Nos vemos en la próxima actualización, (no) esperando que sea el siguiente mes <3. Besos y abrazos. 

 

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