Décimo segundo capítulo

Décimo segundo capítulo: Ilusiones.

-Pensé que aún no llegaban de su vuelo -habló, tratando de sonar calmado ante los mayores por el reciente susto.

-Claro que sí, dijimos dos semanas, ya era hora de estar aquí -su madre fue la que habló, estaba extrañamente calmada ahí de pie en la sala, al lado de su padre que estaba sentado en un sillón individual. Siempre que estaban en esa posición quería decir problemas.

-¿Cómo están los abuelos? -intentó cambiar de tema, no le importaba una mierda como estaban sus abuelos que solo había visto una vez a los trece años, y esa misma vez le dijeron sin escrúpulos que estaba gordo y necesitaba bajar de peso.

-¿Cómo está el niño? -contraatacó su madre con otra pregunta.

No respondió, estaba intentando evadirlos lo más que pudiera, su bebé estaba aún succionando de su pecho con relativa calma y en medio del silencio las succiones era lo único que se escuchaba en la sala -: Se llama HaYul -respondió en cambio.

-¿Puedo cargarlo? -preguntó la mujer, HyungWon no escondió su mal humor y le soltó un brusco "¿Para qué?", que hizo a la mujer reír. -Te alimentamos durante nueve meses para que ese bebé se formara bien en ti, creo que lo mínimo que puedes hacer por nosotros es permitirnos conocerlo.

Los miró dudoso, su padre incluso había relajado su expresión dura de siempre por una más relajada, seguía siendo serio, pero su ceño no estaba fruncido. Su bebé aún no terminaba de comer, así que usó aquello como excusa para no pasarlo, su madre se mostró comprensiva en ese momento y dejaron de insistir en el tema.

Si era sincero estaba asustado, asustado de sus padres, estaban extrañamente amables esa tarde y no quería confiarse. Subió a su habitación luego de un rato incómodo en la sala, su cama estaba exactamente como la había dejado la noche que empezó su parto, las sábanas revueltas y algunas almohadas tiradas descuidadamente en el suelo.

-Esta es tu casa, bebé, bienvenido -su chiquito había soltado recién su pezón y aún tenía algunos hilos de leche y saliva en sus labios, así que se encargó de limpiar con su pulgar los pequeños labios, pero su bebé detuvo los movimientos de la nada tomándolo entre sus pequeñas manitos, era tan pequeñas que con ambas manos apenas y lograba cubrir todo su pulgar. Casi llora al ver a su bebé mirar curioso su dedo, luego simplemente lo acercó a su boca y empezó a llenarlo de saliva.

Así como HaYul vivía curioso sobre él, él también vivía curioso sobre el bebé, le gustaba mirarlo durante largos ratos e intentar comprender su lenguaje corporal; debía hacerlo, HaYul no podía pedirle con palabras un poco de leche, que le cambiara el pañal o que lo acomodara de otra forma porque no le gustaba la posición en la que estaba durmiendo, él se comunicaba de otra forma y debía aprender ese lenguaje de bebés si quería que las cosas con HaYul funcionaran.

Nuevamente su bebé se había dormido luego de un cambio de pañal, él quiso dejarle sobre la cama y permitirle dormir más cómodo de lo que podría hacerlo en sus brazos, sin embargo, su bebé se despertó molesto cuando dejó de sentir su calor y empezó a llorar y gimotear por él. Retomó la tarea de dormirlo, meciéndolo, cantándole, hablándole y hasta rogándole para que se durmiera, pero ese pequeño era un hueso duro de roer y solo se la pasaba mirándole la cara con inocencia.

-HyungWon ¿Puedes salir un momento? -habló su padre, que estaba detrás de la puerta. No le causó confianza aquello, así que simplemente le dijo un no. -Es algo importante, tu madre y yo necesitamos hablar contigo.

-No hasta que HaYul se duerma, necesita silencio para eso, bajaré en un rato -su padre pareció entender con eso y con una afirmativa le dijo que lo esperarían a la sala.

Por primera vez agradeció que HaYul no se durmiera hasta muy tarde, su bebé cayó rendido en sus brazos luego de que lo recostó en la cama y empezó a masajear su barriguita con movimientos circulares, él no se había separado en un largo rato por miedo a que se despertara de nuevo, pero debió imaginar que estar recostado junto a HaYul envueltos en mantas no le haría justicia tampoco y antes de darse cuenta también se había dormido sosteniendo el suave y tibio cuerpecito de su bebé.

Se despertó alrededor de las siete de la noche, su cuarto estaba oscuro a excepción de la luz que entraba por sus cortinas abiertas, era la de un poste de luz que estaba cerca de su casa. Bostezó no sabiendo exactamente si era por el hambre o por los rastros de sueño que quedaban en él, rascó un poco si barbilla antes de asomarse a observar el bebé que por suerte aún continuaba durmiendo como un angelito sobre sus mantas.

Le dio un beso suave sobre su frente, cubriéndolo mejor con las mantas y acomodando su gorrito; se levantó de allí en silencio y bajó hasta la cocina, en busca de algo bueno que comer porque había dormido prácticamente toda la tarde y su estómago le estaba reclamando por el almuerzo no ingerido.

Había olvidado por completo que sus padres andaban cazándolo como un par de hienas, así que tan pronto bajó a la primera plata ellos lo interceptaron.

-Buena noche, HyungWon -su padre fue quien habló desde el comedor, donde estaba ahí sentado tomando una taza de té.

-¿Qué tal? -no pretendía pasar mucho tiempo allí, solo comería algo y nuevamente subiría a la habitación para poder estar pendiente de HaYul. Siguió de largo hasta la cocina, buscando en los cajones de arriba algo sano que comer, sin embargo, no había nada más que comida de lata o en paquete. Oh, bueno, el mundo no quería que comiera sano.

Tomó un atún en lata y un paquete de arroz frito, comenzó a preparar el arroz en una de las sartenes y a vaciar el atún en un plato diferente. La doctora Song le había dicho que era extremadamente importante continuar con su dieta, ahora que HaYul había nacido él debía continuar consumiendo sus debidas proteínas y vitaminas, él continuaba siendo la fuente de alimentación de HaYul así que, si cuerpo estaba sano, su bebé también lo estaría.

Pero por una vez que no comiera cosas sanas no le haría daño.

-¿Quieres pasar a la mesa, HyungWon? Queremos hablar contigo -sus padres le llamaron desde el comedor, él estaba preparado para llevarse sus platos a la habitación y comer allá antes de que su bebé se diera cuenta que no estaba con él.

Suspiró, pero finalmente decidió llevar su comida hasta la mesa y sentarse en la silla que habitualmente era suya pero que no usaba hace mucho tiempo. Sus padres le sonrieron levemente cuando lo vieron allí, así que rápidamente empezaron a hablar.

-¿Cómo está el bebé? -empezó a preguntar su madre.

-Está bien -llevó a su boca una gran cucharada de arroz. -¿Por qué la pregunta?

-Solo es curiosidad.

No le gustaba el rumbo que sus padres estaban tomando a por él, no le habían dicho nada hiriente en todo ese tiempo y eso ya era algo bastante raro. Desde que había salido del hospital tenía en mente que la situación con sus padres iba a ser difícil, probablemente lo odiarían más que al principio, lo ignorarían como lo venían haciendo desde hace nueve meses, pero fielmente creía poder tolerarlo; él ya no estaba solo, tenía un hermoso bebé consigo y él nunca lo dejaría.

-Por favor díganme qué es lo tenemos que hablar, HaYul se va a despertar pronto va a hacer un escándalo si no me encuentra a su lado -soltó los cubiertos con los que estaba comiendo, dándole una mirada cansada a los mayores.

-Deja de estar tan a la defensiva, HyungWon. No vamos a decirte nada malo, es más, queremos arreglar las cosas contigo.

Sintió sinceras sus palabras, ellos no tenían esa expresión burlona en el rostro que siempre avistaba una mala noticia disfrazada de buena. Bajó la guardia, relajó su ceño fruncido y les pidió amablemente a sus padres que continuaran, más, sin embargo, escuchó como todo lo interrumpía HaYul con su alto llanto.

-Puedes bajar al bebé, queremos verlo también -habló su madre, lo cual le hizo sonreír levemente y acatar a la petición.

Tal vez en realidad ellos solo habían necesitado tiempo, nunca se había detenido a pensar cómo se pudieron sentir al saber que su hijo ahora también tenía un hijo, no debía ser sencillo; sus padres siempre habían sido de una característica personalidad, nunca habían sido personas cariñosas con él, sin embargo, creía que, aunque no se lo demostraran todo el tiempo, en realidad lo querían. Una pequeña llama de esperanza se encendió, incluso lo hizo sonreír mientras levantaba a HaYul de la cama y lo arrullaba en sus brazos.

-Él es su nieto -habló una vez bajó de las escaleras, llegando hasta los mayores que aún estaban sentados en el comedor. El bebé aún no había parado de llorar, sus manitas se apretaban en puños mientras lágrimas fluían como rio de sus ojitos.

-Llora muy fuerte -escuchó a su padre por sobre el llanto del bebé.

-Si, lo siento, no sé qué le pasa. Déjenme atenderlo -tomó asiento en el sillón, acomodando al bebé de modo que pudiera ver su pañal y al abrir este efectivamente estaba sucio, así que tuvo que subir de nuevo para cambiarlo.

HaYul hacía popó realmente asqueroso, no era un popó común, los primeros días fue completamente negro y pegajoso, pero ahora solo hacia una cosa amarillenta aguada y rara, cada evolución de su popó era más asquerosa que la anterior. Fue difícil cambiarlo de pañal, porque él seguía molesto y constantemente lanzaba patadas que alcanzaron a darle en la barbilla cuando intentó quitarle el pañal, pero luego de unos minutos logró cambiarlo con éxito.

Su bebé se había calmado luego de que lo meció, tuvo que hacerlo por un largo rato mientras caminaba de un lado para otro por el pasillo, finalmente, el bebé se había calmado de nuevo y tenía toda su mano metida en la boca mientras miraba distraídamente el techo.

-El nombre me apareció en un sueño, esa noche no había podido dormir muy bien y luego soñé estando en un campo y solo recuerdo que el nombre HaYul me lo repetían constantemente -les comentó emocionado a sus padres, que tenían la vista en el bebé en sus brazos, luego su madre le pidió cargarlo. -Lávate las manos primero, por favor.

Ella le miró incrédula al principio, sin embargo, se forzó a colocar una sonrisa y se levantó para lavarse las manos, cuando regresó con las manos limpias, HyungWon, con extremada delicadeza, dejó al bebé sobre los brazos de su madre. Ella lo recibió bien, pero HyungWon se colocó un poco nervioso al ver la forma en que lo cargaba, a HaYul no le gustaba que le cargaran de esa forma, sabía que pronto se formaría un escándalo.

Efectivamente, luego de unos segundos de tenerlo en brazos el bebé comenzó a gimotear molesto, entonces HyungWon tuvo que intervenir para enseñarle a su madre como debía cargarlo, el bebé se tranquilizó al sentirlo cerca, así que tuvo que estar cerca de ellos todo el tiempo para que no se alterara por las presencias extrañas.

-HaYul es un bebé muy hermoso, sé que vamos a hacer felices todos los cuatro -le sonrío a sus padres, incluso atreviéndose a abrazar a su madre que aún tenía a HaYul en brazos.

-También lo creo -habló su padre luego de un rato. -HyungWon, mañana quiero que cenemos todos juntos.

-Está bien, por mí no hay problema -estaba feliz, estaba emocionado como nadie en aquel momento. Estuvo así durante toda la noche, incluso creía HaYul sintió su alegría porque esa noche durmió como un angelito la mayoría de la noche y no fue hasta las seis de la mañana que se levantó exigiendo un poco de leche.

Ni siquiera la visita de WonHo en la tarde le había hecho cambiar su buen humor, sus padres no estaban porque habían salido a hacer las compras de la semana, y mientras eso pasaba él atendía a WonHo que estaba en la sala, arrullando al bebé que de a poco caía rendido ante el sueño después de un almuerzo.

-Toma, también traje esto -él había llegado con cosas para HaYul, como pañales, una loción para el cuerpo, ropa y biberones también. Sacó una caja diferente a lo que había ahí, eso no parecía ser algo de bebé.

Era un teléfono celular, se veía un teléfono celular bastante avanzado contando con que se veía plano y tenía una pantalla gigante, había visto a muchos del instituto utilizar uno igual, así que debía ser de aquellos que estaban de moda.

-Mis padres no me dejan tener teléfono -le respondió, aún mirando el teléfono entre sus manos.

-No me hagas reír -él soltó una risa sin gracia, aun concentrado en la tarea de arrullar al bebé. -Tus padres tampoco te dejaban tener bebés y mira lo que tengo en los brazos.

No podía refutar a eso, así que simplemente agradeció por el teléfono, luego de un rato él se fue y se quedó allí a solas con HaYul, sus padres llegarían en cualquier momento para la cena así que quería verse lindo y que HaYul también lo estuviera. No quería ser un mentiroso y decir que no era algo paranoico respecto a lo que HaYul se trataba, no lo había bañado desde que había nacido por miedo a que se enfermera, se resfriara o incluso de ahogara, así que lo mantenía limpio cambiando su pañal con constancia y limpiando todo su cuerpo con paños húmedos.

-Uh, diabólico -había estado jugando con su teléfono durante todo ese tiempo, probando las apps que venían incluidas en el teléfono, viendo en los contactos en los que solo había uno agendado y finalmente la cámara, la cual había decidido probar tomando fotos de HaYul, pero su bebé no cooperó y en todas las fotos salió con el ceño fruncido, fue una secuencia en la que pasaba de molesto a mucho más molesto hasta que en la última foto tenía su boca abierta en un escandaloso llanto. Era terrorífico.

Sabía manejar un teléfono, claro que sí, pero no todos los teléfonos eran iguales y este personalmente no era parecido al de sus amigos. Más bien era parecido al teléfono de WonHo, pero él no había convivido mucho con ese teléfono, lo había usado solo una vez que él se lo prestó para que se distrajera jugando con su granja virtual y no le presionara para tener sexo.

Sus padres llegaron a eso de las seis de la tarde, con varias bolsas llenas de comida, así que se encargó de organizar a HaYul, le puso un cómodo mameluco azul con flores bordadas en algunas partes, le había puesto un gorrito también para que no tuviera mucho frío. Era una cena informal, claro que sí, pero no había cenado con sus padres en mucho tiempo y él sentía eso como algo especial y por ello quería verse bien y que HaYul también se viera bien.

HaYul hacía ruidos tiernos con su boquita a cada segundo, haciendo burbujas de saliva de vez en cuando y por ello tenía que estar pendiente y con un pañuelo para limpiarle la carita, lo acomodó de forma que quedara contra su pecho y no se distrajera mirando directamente a la lámpara que estaba sobre el comedor, podía dañar sus sensibles ojos.

Su madre no había hecho ese día comida común y corriente, pensó que tal vez harían unos fideos con carne y verdura, o podían arriesgarse haciendo estofado de mariscos con arroz, pero cuando una bandeja de lasaña fue puesta en la mesa se sintió un poco extrañado. No se quejaba, claro que no, la lasaña le gustaba mucho y su madre hacia una especialmente deliciosa, pero no creía que la ocasión ameritara para una.

A menos de que ellos pensaran que cenar juntos de nuevo era algo tan importante.

-¿Estás seguro de que puedes comer con ese bebé ahí? -habló su padre, analizando curiosamente la forma en que él lo mecía con un solo brazo.

-Sí, HaYul ya cenó hace un rato, entonces ahora necesito dormirlo -sonrió suavemente, viendo cómo su hijo tenía su mejilla pegada a su pecho, aun cuando la camisa era una barrera para el contacto piel a piel, él parecía feliz con estar tan cerca suyo.

-¿Y si ya está durmiendo por qué no lo dejas en la habitación?

-Porque no le gusta sentirse solo, si voy y lo dejo en la habitación va a comenzar a llorar y será un caos.

Él no le preguntó más, por suerte, sin embargo, su madre siguió pasando más comida a la mesa y eso sí que era extraño porque eso era mucho incluso para tres personas. Iba a preguntar la razón de tanta comida, pero el timbre de su hogar resonó y sus padres se levantaron de su asiento con rapidez, corriendo hasta la entrada de su hogar, el no pudo con la curiosidad también y se dio vuelta en su silla para poder mirar.

-Que gusto recibirlo, JangSuk -su madre sonaba dulce, cálida, como nunca antes había hecho con él. Eso le extraño. -Por favor, siga.

El hombre, confianzudo, tomó asiento en la mesa, haciendo que se exaltara y lo mirara algo molesto. Era un hombre mayor, pero no tanto, diría que estaba en el limbo de no ser tan joven como él, pero tampoco ser tan viejo como su padre. Tendría unos treinta, probablemente.

-Pensé que esta era una cena familiar -murmuró entre dientes a su madre, cuando ella pasó por su lado en busca de un asiento extra para la mesa.

-Lo es.

Ella, como si nada, empezó a servir la cena para todos allí, ese hombre hablaba de forma descortés con su padre, lo cual a él le molestó porque si él hablaba, aunque fuera una sola vez a su padre de forma descortés, recibía un golpe certero en la cara; pero a su padre poco o nada parecía importarle que él se dirigiera a él por su nombre y no por los honoríficos correspondidos.

La lasaña le supo amarga, no era que a su madre le hubiera quedado mal, pero el ambiente lo mantenía tan tenso y molesto que no estaba disfrutando para nada la cena aún si era lasaña.

-HyungWon es alguien obediente, bueno, lo era... al menos la mayoría del tiempo lo era -cuando escuchó su nombre en medio de la conversación no pudo evitar levantar la cabeza con interés, pero al mismo tiempo con disimulo. -Si se le maneja con mano dura aún hay esperanza de que se encamine correctamente.

-Nunca he sido de golpear gente, ya sabe, en la universidad yo era ese tipo de hombre que se la pasaba en la biblioteca comiendo libros y nada de esfuerzo físico -rio, llevando a la copa de vino a su boca y dándole un largo trago. -Menos a quien sea mi esposo.

¿Qué?

Sus padres estaban tan ensimismados en la charla con el otro hombre que no notaron cuando él empezó a hiperventilar, pero quién si lo notó fue su bebé que empezó a armar un escándalo al sentirlo tan tenso, los mayores enfocaron su atención en él, que trataba de calmar a su bebé a como diera lugar, pero era difícil mantenerlo allí calmado e incluso sus anteojos se habían comenzado a resbalar por el puente de su nariz debido a los movimientos que hacía al mecer al bebé y constantemente debía empujarlos a su lugar de nuevo.

-Discúlpenme -se apresuró a decir, levantándose de la mesa y corriendo escaleras arriba hacia su habitación.

Iba a desmayarse, sin duda alguna, la cabeza le daba vueltas y el llanto de HaYul solo era un plus para la ansiedad que empezaba a sentir; incluso por encima del llanto de HaYul podía escuchar a ese hombre hablar, quería llorar justo en la forma en la que su bebé lo hacía, porque no creía cierto lo que había escuchado.

"Solo son suposiciones, solo son suposiciones" se estaba repitiendo, pero por más que se tratara de convencer a sí mismo que todo podía ser un mal entendido, no podía negar el hecho de que aquello había sonado simplemente extraño. HaYul no detenía su llanto, seguía gritando a todo pulmón e incluso sus manitas estaban hechas puños y su rostro rojo como un tomate, se asustó, no creía que fuera bueno para un bebé llorar de aquella forma y sacó fuerzas de donde no tenía para calmar a su chiquito.

Con el tiempo su bebé se fue calmando, su rostro se había apoyado nuevamente contra su pecho en un acto de confortación y estaba intentando retomar el sueño. Con el llanto fuera, sintió que podía pensar mucho mejor las cosas, analizar la situación, si de verdad ese hombre se refería a él como su esposo pues sus padres le debían una muy larga explicación.

Al bajar sus padres continuaban en una charla amena, sirviendo más vino al hombre mayor que ya se veía un poco ebrio porque reía sin necesidad de que le estuvieran contando algo gracioso. Había dejado a HaYul durmiendo en la habitación para evitar nuevamente el problema anterior en la mesa, así que cuando tomó asiento en la mesa lo hizo de forma llamativa para que todos los presentes supieran que él estaba ahí, que existía, que pensaba, que sentía, y que no podían hacer acuerdos matrimoniales sin su consentimiento.

-HyungWon, el señor Kim tiene que irse pronto, podrías...

-Pues que se vaya ya y nunca vuelva -un silencio se instaló en la mesa tan pronto habló, tenía su mirada fija en la comida a medio tocar en su plato, pero podía sentir que todas las miradas en la mesa estaban sobre él. -Señor, ¿No tiene esposa e hijos a los cuales ver? ¿No tendría que estar cenando con ellos en vez de estar aquí?

-HyungWon -su madre reprendió, pero él no pensaba parar, al menos no hasta entender que factor cumplía la visita de ese hombre en su hogar.

-Dejemos de comportarnos como tontos y díganme realmente que está haciendo ese hombre aquí. Me dijeron que era una cena familiar ¿Por qué sigue aquí?

-En efecto esto es una cena familiar, HyungWon -habló su padre, ni un poco afectado por sus palabras. -Porque él va a ser tu esposo.

Sabía que aquello se le había cruzado por la mente, sin embargo, aún guardaba la esperanza de que solo fueran suposiciones suyas y que en realidad sus padres serían incapaces de ello, pero ahí estaban, con el rostro serio y poco afectado al ver las lágrimas que empezaron a correr por sus mejillas.

-¿Por qué? -su voz salió baja, amortiguada por el llanto.

-Tú no buscaste una solución a tu problema, nosotros sí.

Hipó, pasando su mirada de sus padres al hombre que también tenía una expresión seria en su rostro más no lo estaba mirando de vuelta -: Tengo diecisiete, papá ¿Cómo piensas que voy a casarme? Eso ni siquiera es legal.

-Los chicos de diecisiete tampoco tiene hijos, pero gran sorpresa, tú tienes uno -tan relajado como un depredador en su zona de confort, su padre tomó de su copa de vino y continúo hablando. -El rumor de que tienes un hijo corre rápidamente, así mismo como que es un hijo bastardo. Eso no podemos permitirlo, HyungWon, el señor Kim está dispuesto a casarse contigo incluso con ese niño a bordo.

-Yo no necesito de la caridad del señor Kim, no necesito un matrimonio, estamos más que bien de esta forma. No quiero, no pienso casarme con él.

-No es lo que quieras, HyungWon. Tienes dos opciones, o de esta casa sales casado con el señor Kim, o sales con tu bebé y tus maletas de patitas a la calle.

Su llanto incrementó, sintiéndose asustado como un niño pequeño, indefenso y débil. Le era increíble lo que estaba escuchando, ellos eran sus padres, maldita sea, se supone que eran las personas que deberían apoyarlo y hacerle sentir seguro, no lo contrario. Su valentía se fue al igual que su seguridad, y antes de pensarlo, estaba rogando en voz baja y de manera repetitiva.

-Por favor no me hagan esto, se los ruego -sus manos temblaban, pero aun así intentó tomar la mano de su madre que era la única que quedaba junto a él en la mesa, pero ella rápidamente se apartó. -Mami, no me hagas esto, por favor. Me voy a portar bien, de verdad, voy a tomar las clases de piano otra vez ¿S-Sí? Voy a retomar las clases que quieras, incluso las de esgrima, voy a ser muy obediente, pero no me hagas esto, por favor, no quiero casarme con ese hombre.

-Basta, HyungWon -ella, cansada, se levantó al igual que el resto y lo dejó completamente solo en aquella mesa. -No hay vuelta atrás.

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el otro fin había
estado un poco
ocupada y no
terminé de
escribir lo que
le faltaba a
este cap, pero
bueno, aquí
estamos.

me encanta
escribir sobre
hayul, perdonen
si me emocionó
mucho con la
narración sobre
él.

díganme ¿ustedes
aceptarían casarse
con un hombre
como el señor kim?
simple curiosidad.

¿qué piensan de
wonho? ¿cómo
será su situación
con sus padres?

nos vemos el
próximo cap,
besitos y cuidense.

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