Décimo quinto capítulo

Décimo quinto capítulo: No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.

La vida lo estaba pateando como balón de soccer, cuando creía que le estaba dando tregua, nuevamente le pateaba con una nueva sorpresa. Había decidido tomar un respiro de su caótica vida dando un paseo por el parque con HaYul, lo había vestido con un lindo overol naranja, su cabecita estaba cubierta por un gorro pesquero del mismo color, ya que era un día soleado y no quería que el clima le diera en el rostro, y, por último, sus pies estaban cubiertos por un par de medias blancas. Se veía bien, era un bebé sano y hermoso, a diferencia de él, que había salido con una sudadera enorme que le llegaba hasta el trasero y un cubrebocas cubría parcialmente su rostro, empujaba la carriola de HaYul por el parque, escuchando a los niños reír en los juegos, algunos perros ladrar al jugar con sus dueños y a su propio hijo que gorgoreaba de felicidad al sentir aire fresco en su carita y ver tantas personas caminar de un lado a otro.

Se detuvo en una banca, tomando asiento allí y dejando la carriola de HaYul a un lado suyo, su bebé parecía tan feliz con todo, estirando sus manitas hacía arriba como si quisiera alcanzar las nubes, sonriendo cuando el viento cálido soplaba en su rostro y movía un poco el gorro en su cabeza, y cuando un cachorro pasó por un lado suyo ladrando y corriendo, él soltó un grito alegre mientras veía al cachorro correr más lejos. Claro, era un ser humano que estaba descubriendo la vida, estaba curioseando todo lo que veía y para él era fascinante.

No puedo evitar esconder su rostro entre sus manos mientras sentía su rostro empaparse en sus lágrimas, los sollozos no se hicieron esperar, pronto haciendo de él un desastre lloroso en medio del parque, intentaba disimularlo limpiando cada lágrima que se escapaba de sus ojos, sorbiendo la mucosa que se escapaba de su nariz, pero era inevitable no hacerlo, estaba lidiando con demasiado y no sabía hasta cuándo podría soportarlo. Pensó que la salida con HaYul lograría alivianar un poco su pesado corazón, pero solo pudo sentirse melancólico al ver a su bebé tan inocente, tan lindo, tan lleno de vida. Él no merecía nada de lo que estaba sucediendo, no merecía vivir en el ambiente en que lo hacía, lleno de personas malignas y despiadadas que no les importaba que él solo fuera un inocente bebé, desearía que todo fuera diferente, porque HaYul merecía algo mejor de lo que era él.

No aguantaba un segundo más en su casa, vivía como prisionero, se escondía todo el tiempo en su habitación porque sentía que fuera de ella le harían daño, lo cual también había incluido a HaYul, el cual, ese día, le había demostrado que su estadía permanente en la habitación no le era agradable, que le gustaba el aire fresco, los cachorros y las personas. Se sentía horrible porque estaba condenando a una criatura como a HaYul a una vida tan miserable, y todo era su culpa.

En ciertos momentos llegaba a pensar cosas que, si las dijera, posiblemente se llevaría el odio de todos sus conocidos, si es que no lo odiaban lo suficiente ya. Tal vez no debió ser un cobarde en la clínica clandestina, debió disimular su temor y dejar que el procedimiento avanzara, tantas cosas en su vida estarían bien en ese momento; sus padres no lo estarían obligando a casarse con un hombre para ocultar el hecho de que era un manchado, una persona que no valía nada porque tenía un hijo a sus dieciséis años, y tal vez incluso pudo haber mejorado de nuevo su relación con sus progenitores, ellos podrían haber perdonado su desliz y volver a ser justo como eran antes.

Su niño tenía entre sus manos un juguete de esos suaves para morder, tenía forma de zanahoria y a su bebé le encantaba, llevándoselo a la boca y mordiéndolo con sus encías con fuerza. Con cuatro meses de vida, su chiquito ya estaba mucho más activo, mientras estaba recostado en la cama le gustaba levantar las piernitas y moverlas como si anduviera en bicicleta, sus horas de sueño ya no eran tan largas y le gustaba reírse, gritar y llorar por todo. Había tenido que empezar a hacer masajes en su espalda, porque estar acostado todo el tiempo le entumecía un poco y eso lo irritaba, así que ahora tenía que acomodarse al horario de un HaYul mucho más activo, que intentaba buscar más acción que solo quedarse en su cama mirando el techo.

Su bebé le sonrió mientras aún tenía entre su boca el juguete mordedor, sus ojitos usualmente grandes se achicaban y sus mejillas regordetas se extendían, era entonces cuando se arrepentía y se regañaba a sí mismo, porque tal vez abortar a HaYul pudo haber cambiado muchas cosas, pero se perdería de algo tan lindo como era ver su bebé crecer y descubrir el mundo. En un descuido, HaYul dejó caer su juguete al suelo, pronto gimoteando por tenerlo de vuelta, pero el suelo estaba algo terroso por lo que el juguete también se llenó de aquel polvo, así que él solo lo recogió y lo guardó en uno de los bolsillos de la parte trasera de la carriola, de allí mismo sacó un biberón con leche, que rápidamente cambió el humor de su bebé que empezó a quejarse alegre cuando lo sacó de la carriola.

Era un momento demasiado íntimo cuando HaYul comía, porque él siempre lo abrazaba como si temiera que desapareciera, cuando le daba pecho él colocaba una manita cerca de donde estaba su corazón y lo miraba con detenimiento a la cara mientras se alimentaba, y cuando le daba biberón, él colocaba sus manos alrededor de la suya que le sostenía el biberón, e igualmente le miraba a la cara, parpadeando lentamente, casi comunicándose con él mediante telepatía.

-¿Está delicioso, bebé? -lo meció un poco con el brazo que sostenía su cuerpo, lo cual a HaYul pareció gustarle porque apretó su agarre en su mano y suspiró contra el biberón.

-¡HyungWon!

Ante la mención de su nombre, él levantó la cabeza, mirando por todos lados, hasta que en una esquina vio a dos personas a dos personas acercarse, las cuales identificó como HyunWoo y MinHyuk. Ambos se veían bien, venían con un par de conos de helados y algunas bolsas de compras, MinHyuk impresionantemente abandonó el color negro de su cabello y ahora lo tenía de un rubio atractivo, se veía bastante bien.

No como él.

-Que alegría verte a ver, no lo hacíamos hace mucho tiempo -se veía emocionado, y lo hizo aún más cuando vio al niño en brazos -¡Oh, Dios, HaYul! Es tan lindo, no puedo creerlo, está tan grande.

-Se parece muchísimo a ti -mencionó HyunWoo, también encantado por la belleza del bebé.

Era cierto, HaYul había heredado mucho de él, porque no había una sola cosa que le recordara a HoSeok en la cara de su bebé, tal vez sus orejas eran parecidas a las de él, pero el resto de su rostro era muy parecido al suyo, incluso su chiquito tenía la forma de sus labios, el labio superior más grueso que el inferior.

-¿Crees que pueda cargarlo? -HyungWon le dio un vistazo a su bebé, este parecía muy feliz en sus brazos, pero no sabía cómo reaccionaría a MinHyuk, ya que este era prácticamente un extraño y HaYul no estaba acostumbrado a otros brazos que no fueran los suyos o los de HoSeok.

-No creo, Min, acaba de comer, luego le dará sueño y se pone un poco irritable cuando quiere dormir.

-Es una lástima -hizo un puchero, MinHyuk, aún sin despegar su atención del bebé.

-¿Quieres almorzar con nosotros, HyungWon? -habló HyunWoo. Así podemos ponernos al día, vamos, nosotros invitamos.

Él no se negó, también estaba alegre de ver nuevamente a sus amigos y sinceramente también tenía hambre, así que colocó nuevamente a su bebé en la carriola y comenzó a andar junto a ellos, llegaron a un simpático lugar con temática de dinosaurios, algo infantil para ellos, pero MinHyuk había insistido pensando en HaYul y que era uno de los pocos lugares donde daban comida de bebé.

-No come nada aún, es pequeño y solo toma leche de pecho -mencionó, acomodando la carriola del bebé cerca suyo y quitando la carpa que le protegía del sol.

-Cierto, lo había olvidado, pero no se preocupen, aquí venden unas hamburguesas fabulosas. Además, a HaYul parece gustarle -efectivamente, su niño estaba con la mirada perdida en el lugar, metiéndose la manita a la boca mientras observaba el techo y las paredes del local que simulaban una gran cueva.

HyunWoo y MinHyuk hablaban emocionados, contándole sobre lo que había sido su vida, él los escuchaba atento, esperando poder evadir cuando ellos le preguntaran que era de su vida. MinHyuk le relató sobre su trabajo en un bar los fines de semana, algo que admitía no le pareció bueno a penas lo mencionó, pero Min le había aclarado que solo era como mesero, luego sobre su universidad y también el cómo era de difícil mantenerse solo desde que se había ido de la casa de sus padres.

-Sabes que mi mamá es un amor conmigo, pero mi papá no me tolera desde que me embaracé de JinSoo -dio un largo sorbo a su malteada. -Así que me cansé de él y me fui de la casa, mamá a veces me visita, pero mi papá parece tenerla más controlada ahora y ya no lo hace tan seguido.

-Yo le dije que podía venirse a vivir a nuestra casa, pero él no quiso -intervino HyunWoo también en la conversación.

-¿Con tía Hye? No, gracias, HyunWoo, es tu mamá y todo lo que quieras, pero ella fue la primera en criticarme tan pronto me embaracé -negó molesto con la cabeza, esta vez viéndose un tanto más irritado que antes, pero luego de que le dio una mirada cambió su expresión a una más cálida. -¿Y tú, HyungWon? ¿Qué ha sido de ti y de esta linda criaturita en estos meses?

-Normal -dijo, jugando con la pajilla de su malteada, pretendiendo sonar desinteresado.

Tanto HyunWoo como MinHyuk se dieron una mirada, no era usual que HyungWon fuera tan esquivo, sobre todo con ellos que se consideraban sus mejores amigos. -: HyungWon, yo... entiendo que estés molesto con nosotros, tal vez te abandonamos un poco, estuvimos muy centrados en nuestros problemas que olvidamos a nuestro amigo.

No había pretendido parecer grosero, solo había querido evitar el tener que hablar de su vida, pero sus amigos se mostraban realmente arrepentidos, con ojos de cachorro y los labios en línea recta. Había tenido que empezar a explicarles que no estaba molesto con ellos, que ya había pasado esa etapa en la que pensaba que sus amigos lo habían abandonado, entendía que ellos tenían sus propios asuntos y no tenían ninguna obligación con él, sin embargo, mientras más avanzaba su relato la voz se le iba quebrando, al punto en que no pudo controlarlo más y terminó llorando, limpiando la mucosa que se escapaba por su nariz con una servilleta. Había extrañado tener a alguien con quien hablar, con quien desahogarse, solo necesitaba a ChangKyun y YoonA con ellos y sería el escenario perfecto.

-¿Es por eso que no has vuelto a la escuela? -preguntó HyunWoo, y él simplemente calló.

El instituto era otro tema demasiado sensible aún, era una herida reciente y fresca. Aunque sabía que sus meses de reposo no estaban completos, él se sentía con ánimos de salir, de volver a la escuela, tal vez no podría realizar muchas actividades que sus otros compañeros sí, pero ya se sentía listo para estar en un ambiente diferente al que era su casa. Había hablado con la escuela, ellos le habían dicho que estaba bien su regreso si se comprometía a adelantarse y pagar la pensión, él tontamente les había dicho que sí, que se comprometía a todo eso y más.

Había alistado su uniforme desde el día anterior, lo había lavado y planchado él mismo, luego dejándolo sobre la silla de su habitación junto a sus zapatos lustrados, también había empacado su mochila con algunas libretas que guardaba por ahí y sus lápices, ya había planeado todo, también había arreglado el asunto de HaYul.

Tendría que irse más temprano ya que pasaría por la casa de HoSeok, no sabía si este estudiaba aún en la universidad o no, pero en caso tal de que así fuera, ellos contaban con una criada, y ella podría hacerse cargo de HaYul mientras él estaba en la escuela, luego pasaría en la tarde a recogerlo.

Esa mañana se había levantado, emocionado como nunca, se había duchado y peinado muy bien, incluso besaba la cabeza de su bebé repetidamente mientras lo alistaba también, aunque este estaba molesto y empezó a hacer un escándalo por haber sido levantado tan temprano, no bajó su buen humor, pero logró calmarlo después de que cambió sus ropas y lo guardó en la carriola, tendría que pedirle a HoSeok que le diera un baño, porque él no se arriesgaba a darle un baño con el frío de esa mañana.

-¡HyungWon! -le había gritado su madre desde las escaleras, llevaba su cabello recogido desordenadamente en un moño alto y también vestía una bata de seda. -¿Qué haces levantando tan temprano y por qué ese niño está llorando?

-Voy a la escuela, mamá, voy a dejar a HaYul en casa de HoSeok -le respondió como si nada, él ya estaba listo para irse, con su niño en la carriola calmado mientras tenía un chupón en la boca, y él con su mochila a los hombros.

-¿Crees que puedes aparecerte como si nada en la escuela? ¿Después de que faltaste todos estos meses?

-Hablé con las directivas, me dijeron que me aceptaban de vuelta si me comprometía a ponerme al día y a pagar la pensión que les debía.

-¿Y quién crees que va a pagar esa pensión?

Su buen ánimo bajó rápidamente, su madre le daba una mirada seria mientras cruzaba los brazos, él no supo responderle en ese momento, porque no sabía qué, era obvio que quienes pagaban su pensión eran sus padres y si ellos no se disponían a pagar, él nada podía hacer.

-Tuviste tu oportunidad de estudiar, pero tú decidiste cambiarlo por andar criando mocosos, no vamos a gastar un solo peso en pensiones que tú no sabes aprovechar ¿Acaso nos crees idiotas?

-Mamá, pero yo... -sus ojos se habían llenado de lágrimas rápidamente, porque estaba ilusionado, estaba ilusionado de volver a ver a sus amigos, de volver a estudiar y volver a conectar con ese HyungWon de antes. -N-No puedes dejarme sin estudios, es mi último año, es el más importante.

-Ya me escuchaste, HyungWon, ni tú padre y yo vamos a gastar un solo centavo en ti, si quieres estudiar, encuentra tu propia forma de pagar la pensión -dicho eso, ella tomó rumbo de nuevo a la habitación, dejándolo ahí frente a la puerta nuevamente devastado y con las ilusiones rotas.

Desde entonces, tuvo que hacerse a la idea que nunca volvería a estudiar y que las cosas nunca volverían a ser como antes, su vida solo giraba en torno a HaYul y no podía hacer nada para cambiarlo, de nuevo sus noches de insomnio lo atacaban, haciéndolo llorar por horas mientras pensaba que realmente su vida se había arruinado.

No tenía amigos, no tenía familia, no tenía nada, porque incluso HoSeok no se había reportado en semanas y no sabía nada de él, incluso marcando a su teléfono, él no respondía.

-Este es mi número -señaló MinHyuk, tomando el teléfono de HyungWon y anotando su propio número allí. -Puedes llamarme cuando sea, o mensajearme si quieres, es genial que tengas un teléfono, así podremos estar más unidos.

Luego de que habían hablado durante un largo rato, tuvo que despedirse de MinHyuk y HyunWoo, porque se hacía de noche y no quería que HaYul se enfermara por estar en horarios tan fríos en la calle, así que, MinHyuk contrató un transporte y lo llevaron hasta su casa, una vez allí cerca tanto HyunWoo como MinHyuk le dieron sus números y le dijeron que podía acudir a ellos cuando quisiera.

Al llegar a su casa, sus padres estaban en la sala, ese día había un partido de béisbol y su padre era fanático de dicho deporte, no le dijo nada cuando lo vio entrar a la casa, solo le dio una mirada mientras le daba un sorbo a su botella de cerveza y luego solo continúo mirando su partido. Su bebé había dormido toda la tarde mientras él hablaba con MinHyuk y HyunWoo, así que lo escuchó quejarse dentro de la carriola y tuvo que quitarle la carpa de encima, encontrándolo envuelto en sus mantas, con su gorro fuera de su cabeza y sus manitas a cada lado de esta.

Debía apresurarse antes de que empezara a llorar fuerte, probablemente tendría hambre, y aún tenía biberones con su leche en el refrigerador así que le buscaría uno para calentarlo, mientras, debía buscarle una distracción, así que sacó de su mochila una maraca de juguete, su bebé se mostró rápidamente interesado, aun gimoteando, pero sin quitar la vista de la maraca que se sacudía frente a su rostro.

-Mira, bebé, una maraca, que linda -su bebé también reaccionaba a su voz, pronto mirándolo también y extendiéndole la mano, fue ahí que le dio el juguete y él por su cuenta comenzó agitar la maraca.

No quería problemas, así que rápido que se fue a la cocina por el biberón de HaYul, lo tenía en el congelador así que debía calentar la leche primero, su madre también estaba en la cocina, y tan pronto lo vio entrar solo le ignoró y continuó quitando la cascara de las nueces que tenía en un bol, él tampoco perdería tiempo intentando saludarla así que solo pasó de largo hasta el refrigerador, podía escuchar aún desde ahí como su chiquito seguía con la maraca, su atención en el juguete no demoraría mucho así que tenía que darse prisa. Puso su biberón a baño maría, pendiente de que el agua no llegara a punto de ebullición y la leche quedara más caliente de lo que debería, así que no podía despegar su mirada de la olla en ningún momento, por suerte fue cuestión de minutos en las que la leche estuvo tibia.

Iba camino a la sala, probando la leche en el dorso de su mano, pero cuando levantó la mirada solo pudo presenciar algo que lo dejó de piedra. Su bebé aún tenía la maraca en su mano en ese entonces, y sí, tal vez hacía demasiado ruido cuando se emocionaba con el juguete, pero en definitiva no merecía que se lo quitaran de una manera tan brusca, él había presenciado el momento exacto en el que su padre se levantó del sillón y quitó de manera brusca la maraca que su hijo tenía en las manos, tirando de su bracito bruscamente lo que le hizo inclinarse hacia adelante por la fuerza utilizada, su maraca fue tirada bruscamente al suelo, haciendo que rodara lejos de la carriola.

Él llanto de su bebé fue el que le hizo reaccionar, dejando de lado el biberón y soltando un grito que alertó a todos los presentes en la sala.

-¡No lo toques! -el biberón había caído al suelo cuando él fue por su bebé, el que lloraba descontrolado y lo hizo aún más cuando estuvo en sus brazos. -¿¡Cómo te atreves!? ¡Es mi bebé!

-¿Me estás gritando? -su padre también se mostró molesto al instante, girándose a él para enfrentarlo.

-¿Cómo puedes tratarlo así? Es un bebé -siempre había pensado que sus padres en algún momento sentirían algo de compasión y ternura por HaYul, no por él, ya había perdido las esperanzas con ello, pero al menos guardaba la esperanza de que no involucraran a HaYul en nada porque él era una víctima, él no había pedido venir al mundo en las circunstancias en las que estaba.

-Eres un insolente, dejas aquí a tú mocoso, mientras yo estoy viendo mi partido.

-¡Fueron unos segundos! No tienes por qué jalonearlo, él no estaba haciendo nada malo -sentía su rostro caliente y la vena de su cuello debía resaltar, estaba ofendido como ninguno, él toleraría los golpes y los jaloneos que fueran, pero no tolerara que a su bebé le tocaran un solo cabello. -¡Él no es tu hijo! No vas a tomarlo como saco de boxeo como lo haces conmigo.

Eso pareció poner alerta a su padre, que se mostró visiblemente ofendido, que se acercó con una expresión mucho más molesta que antes, solo fueron unos cortos pasos, antes que su gran mano estampara con fuerza contra su mejilla, fue un golpe certero y seco, sintió rápidamente el ardor por esa zona de su piel y no pudo evitar llevar su mano a la mejilla afectada. Aún tenía a su bebé en brazos, y este lloraba aún más alto que antes, porque ahora se encontraba asustado.

Toleraría mil y un golpes si se los daban, pero no toleraría que tocaran a su hijo, por lo que, como pudo, también levantó su mano y dio una gran bofetada en el rostro de su progenitor, la mano le ardió por el fuerte contacto, lo cual le hizo reaccionar y caer en cuenta de lo que había hecho, de que había golpeado a su padre.

Su madre había hecho presencia en la sala segundos después, se veía alterada también por los gritos, y llegó preguntando qué pasaba, ninguno de los dos respondió, su padre también tenía su mano en su mejilla mientras se quedaba en silencio, lo cual le causó un mal presentimiento a HyungWon, y supo que no se equivocaba cuando de un empujón el cayó al suelo con bebé en brazos y todo.

-Ya no te tolero, pequeña mierda, ni a ti, ni a tu bastardo, quiero que te vayas de la casa en este instante -anteriormente hubiera hablado para defenderse, para pedir por algo de compasión a su padre, pero aún estaba ofendido por la manera en que su padre había tratado a su hijo, el cual aún seguía llorando en sus brazos, por suerte él no se vio afectado con la caída porque su brazo sirvió como amortiguador. -¡Largo! ¡Largo o soy capaz de echarte a patadas!

Se levantó como pudo, con su brazo adolorido y su bebé asustado, como un insecto se levantó y salió corriendo hasta su habitación, intentó calmar a su chiquito, pero él estaba demasiado estresado y era difícil calmarlo, por lo que no tuvo otra opción más que empezar a sacar su ropa de sus ganchos y tirarla en su cama, este era más que un ultimátum, sabía que no habría segundas oportunidades, sus esperanzas finalmente habían sido destruidas y sabía que sus padres nunca cambiarían, que ni él ni su bebé serían bien recibidos en esa casa nunca más.

No tenía muchas maletas, tuvo que usar su mochila de la escuela para empacar un poco de su ropa ahí porque la maleta más grande que tenía la ocupaban muchas cosas de HaYul, pero era más importante que las cosas de su bebé estuvieran a que faltaran. No sabía a dónde ir, estaba sin rumbo, pensó rápidamente en HoSeok, así que, mientras metía a la fuerza algunas de sus prendas en su mochila, llamó al número del padre de su hijo, pero al igual que el resto de las semanas, no contestaba, esta vez ni siquiera la llamada entró antes de que lo mandara al buzón de voz, no tuvo otra opción que dejarle un mensaje relatando todo lo que acababa de suceder, intentando reprimir sus sollozos.

No podía evitarlo, aunque hace unos minutos se había sentido valiente, ahora estaba asustado porque una vez en la calle no sabría qué hacer, tenía un bebé que dependía completamente de él y no podía solo dormir en la calle con él, necesitaba pensar en algo rápido. Bajó las escaleras con cuidado, aún sostenía a HaYul con uno de sus brazos y con el otro tenía su maleta grande de viaje.

-Y no quiero que vuelvas aquí rogando perdón porque no lo vas a tener, lo has arruinado todo, tu vida, tus estudios e incluso cuando intentamos solucionarlo por ti, tu arruinaste tu compromiso con el señor Kim -ambos estaban junto a la puerta, con la carriola de HaYul en las manos, parecían listos a botarla en cualquier segundo. -Espero no haya quedado nada tuyo ni de tu mocoso.

-Se quedaron algunas cosas, pero yo...

-Está bien, no te preocupes en volver por ellas, mañana mismo vamos a deshacernos de ellas.

-¡No pueden hacerme eso! -se quejó, mirando con ojos aguados a sus progenitores. -Son mis cosas.

-Cosas que nosotros hemos pagado por ti, HyungWon.

Apretó sus labios, no entendía porque sus padres lo odiaban tanto, lo consideraban un enemigo cuando él era lo más lejano a eso, era su hijo, él los amaba y se suponía que ellos igual deberían hacerlo. Sí, no había sido correcto embarazarse a los dieciséis, pero no creía que mereciera su odio eterno por ello, mucho menos HaYul que era solo un inocente bebé y no tenía culpa en nada.

Salió con la carriola de HaYul por delante, la empujaba con una sola mano mientras con la otra arrastraba su maleta, y con eso, tenía su mochila pesada y a punto de reventar en sus hombros, sus padres ni siquiera se despidieron de él, solo le cerraron la puerta en la cara como si el que se acabara de ir fuera un perro con peste. No pudo andar ni dos calles antes de que empezara a llorar asustado, no sabía que rumbo tomar, estaba completamente solo y desesperado, pensó en llamar a la policía, porque tal vez ellos podrían darle refugio mientras él encontraba a HoSeok y le daba una solución, sin embargo, en medio de su busca de los números de emergencia, encontró el recién agendado número de MinHyuk, y no dudo un solo segundo en marcarlo.

-¡HyungWon! Justo pensaba mensajearte, quería saber si a ti y a HaYul les gustaría salir el otro fin de semana conmigo, me van a pagar esta semana y podemos ir a algún lugar lindo, puede ser al zoológico -MinHyuk hablaba emocionado, ajeno a todo lo que estaba viviendo él.

-MinHyuk, necesito de tu ayuda.

-HyungWon ¿Qué tienes? Suena como si estuvieras llorando.

-Me echaron de mi casa, Min, necesito tu ayuda, por favor, no tengo a donde ir.

-¿Qué quieres decir con que te echaron de tu casa? HyungWon, no me digas que estás en la calle a esta hora, eso es inhumano.

-No estoy tan lejos de casa, a unas calles, pero no quiero seguir caminando y tengo miedo de que algo le pase a HaYul.

-Oh mierda, mierda, no, no, solo... quédate ahí donde estás, no te muevas, voy por ti en este mismo instante.

La llamada se cortó y él quedó ansioso, tal y como le había dicho MinHyuk, él se quedó estático en esa esquina, con una mano sosteniendo la carriola de su bebé que se removía incómodo entre sus mantas, había dejado de llorar hace un rato, pero parecía que pronto iba a llorar de nuevo y eso lo asustaba, no creía que fuera bueno que su bebé llorara tanto, podría lastimar su garganta o algo peor. Un taxi venía a lo lejos, dando vuelta por una esquina cuando la puerta trasera se abrió y de ahí salió MinHyuk, corriendo de inmediato hasta él.

-Dios, HyungWon, ven, ven rápido -lo tomó de los hombros, pronto ayudándole con la maleta también.
-Todo va a estar bien, no te preocupes, todo va a salir bien.

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se me está haciendo
costumbre actualizar
los lunes.

pero bueno, díganme
¿qué les parece que
hyungwon se haya
ido de casa?

¿qué creen que va
a ser de él y su bebé?

¿y wonho? ¿por qué
tan desaparecido?

¿alegres de que
minhyuk vuelva
a ser importante en
la trama?

cuídense mucho, nos
vemos el próximo fin
de semana o el lunes
jaja, tenemos una cita,
recuérdenlo.

besos y hasta luego.

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