Décimo octavo capítulo
Décimo octavo capítulo: Nuevas sensaciones.
—Dale unos segundos a papi, HaYul.
A su bebé no le gustaba esperar, era un exigente cuando de tener atención se trataba, y aunque le había dado una maraca para que se distrajera, había empezado a agitar esta con furia y ahora el sonido constante del juguete le estaba estresando un poco.
Tuvo que disminuir el fuego de la sopa que estaba preparando, luego de terminar de picar las zanahorias y vaciarlas allí para que se cocinaran junto al resto de los ingredientes. Era claro que también era hora de la cena para HaYul, por ello estaba molesto, porque tenía hambre y nadie se había dignado en darle su leche, así que tan pronto lo tomó en brazos tuvo que desabotonarse la camisa y acomodar al bebé en su pecho.
Tomó los minutos en los que HaYul estaba comiendo como un descanso, se sentó en el sofá y se permitió relajarse mientras su bebé comía, gracias a Dios la sala había quedado en silencio y podía tomarse un descanso, fue cuestión de segundos para que los ojos comenzaran a pesarle y los cerrara mientras sostenía a su hijo en sus brazos, poco a poco la succiones fueron menos notorias en su cuerpo hasta que ya no sintió nada, tal vez durmió un minuto, porque al instante un llanto lo hizo saltar en su lugar y mirar asustado por toda la casa.
Su bebé también había sucumbido al sueño mientras le daba de comer, últimamente había notado aquello, a HaYul le gustaba dormirse mientras le daban de cenar porque incluso en ocasiones parecía olvidarse que estaba comiendo y soltaba su pezón para luego volver a meterlo a la boca. Aprovechó que su bebé se veía más allá que aquí y lo dejó con cuidado sobre la carriola que le pertenecía, le cubrió con las mantas que tenía allí y no olvidó colocarle al lado su conejito de peluche, el cual tan pronto tuvo cerca fue aprisionado entre sus pequeños bracitos.
Corrió tan pronto lo dejó allí hasta una de las habitaciones de la gran casa, abotonando su camisa en el trayecto, llegó a la habitación con una cuna en ella y se acercó hasta el bebé que pataleaba molesto, tuvo que ser cuidadoso cuando lo tomó en brazos, porque DongMin solía ser un poco agresivo y sería capaz de arañarle el rostro. Sabía leer bien el lenguaje de los bebés ahora, no había nada malo con él, solo estaba aburrido y necesitaba de atención.
Lo meció por un largo rato por la habitación, hasta que estuvo obligado a ir a la cocina de nuevo porque la sopa había comenzado a hervir, tuvo que mantener distancia debido a DongMin, porque él era curioso y le gustaba el calor del vapor, pero eso podría ocasionar un accidente así que era obligatoria la distancia. Aunque su relación con el bebé de los Yoo había mejorado, no era del todo buena, porque al menos ya no lloraba cuando lo tomaba en brazos, pero tan pronto la señora Yoo llegaba a casa, él hacía un escándalo y no lo quería ver cerca ni de chiste.
No era algo como un jardín de niños o tener dos bebés, porque DongMin era agresivo y no le agradaba la idea de que le arañara el rostro a su bebé o lo golpeara, así que el lugar de DonGmin era en su habitación en su cuna fina y el lugar de HaYul era junto a él, cargado en su espalda o en su pecho. En ese momento agradeció que él estuviera durmiendo, porque su niño era celoso, no le gustaba verlo con DongMin en brazos o empezaría un berrinche para que lo soltara.
Faltando un cuarto para las siete, él empezó a organizar sus cosas, debía quitarse su uniforme que constaba en una camisa blanca con un pantalón de poliéster color azul petróleo, era sencillo y estaba agradecido, aunque siempre debía tener cuidado de no mancharlo porque era el único que tenía y debía mantenerlo limpio porque la señora Yoo era muy exigente con la pulcritud. La comida estaba caliente y lista, había hecho una sopa de verduras para el señor SeungMin que le gustaba la comida más casera, tuvo que hacer aparte una ensalada de pollo con lechuga, tomate, maíz y un poco de yogurt griego, porque a la señora JiMin le gustaba mantener su figura y que las calorías de su comida fueran lo más reducidas que se pudieran.
Estaba listo para salir, ya había dejado a DongMin recostado en su cuna, con el pañal limpio y el estómago lleno con su biberón de fórmula, su bebé por suerte estaba durmiendo en la carriola así que solo era cuestión de colocarse su abrigo e irse, supo que era la hora cuando escuchó un auto frenar frente a la casa, esa debía ser la señora Yoo ya que ella llegaba siempre una hora antes que el señor SeungMin. Efectivamente era ella, así que se tuvo que atenderla tan proto llegó, recibiendo su abrigo, sirviéndole un té y trayendo al bebé para que ella lo mirara.
—¿Lavaste la ropa? —preguntó.
—Si, señora, su traje rojo está en su closet, limpio y planchado. También llamé al técnico para que revise su computadora, dijo que estaría aquí mañana en la tarde, así que es probable que ya la tenga a su disposición mañana en la noche.
—Esa es una buena noticia —mencionó a secas, perdida en su teléfono, apenas y tomando en cuenta al bebé que rogaba por un poco de atención estirando sus bracitos a ella, e incluso tomó entre sus manos uno de los largos cabellos oscuros de su madre y lo tiró con fuerza haciendo que ella se quejara. —Llévatelo, está demasiado inquieto y no me agrada.
Tomó de nuevo al bebé en brazos, haciendo que este se quejara de inmediato y comenzara a hacer un berrinche, ahora debía encargarse de él y eso le molestaba porque su horario había terminado hace rato y se supone ya debería estar en su camino, pero no pudo irse hasta que el niño no se calmó y tuvo también que servirle la cena a la señora Yoo, se estaba haciendo tarde y él tenía que llegar a casa a hacer la cena también.
—Señora, no quiero sonar grosero ¿Pero creé que ya pueda retirarme?
—Sí, sí, la comida de SeungMin no es mi problema, es cuestión de él si quiere comerla fría —ella se acomodó sobre el sofá, mirando la televisión con gran atención. Él hizo una reverencia, aunque ella no la tomara en cuenta y tomó la carriola donde su bebé aún estaba dormido, listo para irse, pero entonces ella le detuvo como si de repente hubiera recordado algo. —Por cierto, muchacho, el lunes en la noche mi esposo va a traer a un amigo a cenar, y quiere que estés aquí para que les sirvas.
—¿Quiere que me quede otra hora?
—Hasta las diez de la noche —eso le asustó, porque era mucho más tiempo de lo usual y él tenía que llegar a casa a hacer muchas cosas, tenía que hacer la cena, lavar su uniforme, encargarse de HaYul. La mujer pareció notar su rostro preocupado y habló de nuevo. —Te pagaremos las horas extra, muchacho, no te preocupes por eso.
Tuvo que callar y asentir, porque era su trabajo después de todo, a ellos poco o nada les importaba si tenía que andar a altas horas de la noche por la calle con un bebé, si tenía que tomar transporte público, así que ese era únicamente su asunto. Salió de aquella mansión con la carriola de su bebé, tuvo que caminar un largo tramo hasta la estación del metro y allí esperar por uno que lo dejara cerca de casa.
—Hola, HyungWon —MinHyuk ya estaba en casa cuando él llegó, llevaba sus lentes y estaba sentado en la cama con un montón de papeles rodeándolo. —Lamento lo de la cama, recogeré esto en un minuto.
—Está bien, tómate tu tiempo —él se quitó su abrigo y lo dejó en el respaldar de una silla, seguido a eso, sacó a HaYul de la carriola y con cuidado lo puso sobre la cuna. —Iré a preparar la cena.
—No, no hay necesidad, traje pollo frito —vagamente señaló la pared, donde se supone estaba la cocina. —Ya sabes que no hay necesidad de que llegues a hacer la cena, estás trabajando todo el día y llegas aquí a trabajar también.
No le respondió, supuso que era la costumbre de encargarse de esa casa que ya creía que nadie se haría cargo de la casa si él no lo hacía, así que solo fue por el pollo frito y se sirvió unas presas. Le gustó el sabor dulce en su boca, MinHyuk sabía que él no comía mucho picante porque era propenso a el reflujo, entonces, siempre pedía mitad de pollo picante y la otra mitad era de pollo dulce.
Tuvo que despertar a HaYul para colocarle el pijama, pero a él no pareció gustarle eso e hizo un berrinche sin duda, estaba bien, a nadie le gustaba ser despertado de una siesta, así que fue paciente y lo arrulló hasta que de nuevo cayó rendido en sus brazos. Creía fielmente que HaYul vivía tan cansado como él, después de todo no debía ser fácil estar en una casa desconocida todo el día, en una carriola o en su espalda todo el tiempo, por ello es que cuando ambos llegaban a casa y tocaban la cama, caían como rocas del sueño.
No había mucho que relatar, sí consiguió el trabajo con los señores Yoo, tenía que esforzarse el doble, porque tenía que mantener bien cuidada toda una mansión y, aparte de eso, tenía que cuidar de dos bebés, uno de ellos siendo su hijo, pero creía que valía la pena porque en efecto, la paga era buena. Ya llevaba un mes trabajando con ellos, y cuando recibió su primera paga no podía creer que fuera tanto, era más de lo esperado y se mantenía agradecido con los señores Yoo por eso.
Continuaba viviendo con MinHyuk, pero ya no sentía ese peso en el pecho por sentirse como un parásito, de hecho, se sintió muy bien cuando fue él quien pagó la cuenta del agua y dejó que MinHyuk se comprara ropa nueva con su sueldo.
—¡Hola, HyungWon! —él iba saliendo de su habitación cuando encontró a la señora Choi, o MinHee, en el pasillo. Ella le había saludado alegre, incluso sacudiendo su mano y haciendo que todos sus brazaletes tronaran entre sí.
—Hola, noona —la saludó con cortesía. MinHyuk se había mostrado envidioso cuando le contó que ella le había permitido llamarle noona, él le había dicho "Ella jamás me ha permitido llamarla más allá de señora Choi".
—¿Qué tal amaneciste hoy? No te he visto mucho por aquí esta semana —iba vestida con su usual ropa deportiva, pero esta era de un color salmón fluorescente y lo acompañaba con unos tenis negros.
—Es el trabajo, el horario es un poco extenso —él iba con un canasto de ropa sucia, ahora que no estaba presente todos los días en casa, la ropa se acumulaba al igual que el resto de oficios, así que dedicaba su fin de semana en dejar la casa muy bien organizada. —Pero, dígame ¿Qué la trae a usted por aquí hoy? ¿Se le dañó la llave de la ducha de nuevo?
—Oh, no, no, vengo por MinJi —señaló con su pulgar la puerta que pertenecía a la habitación de su vecina. —Se va a mudar en estos días y necesito aclarar unas cosas con ella antes de que se vaya.
—Oh... No sabía que ella planeaba mudarse.
—Sí, dijo que el ambiente de esta pensión no le agradaba y blah blah blah —rio. —Pero, en fin, es lo mejor para todo, ella no quiere control y yo no necesito personas que no se acoplan a las reglas de mi casa.
—Ya veo —le sonrió levemente. —Espero puedan solucionarlo, la veré después —se despidió, dando un leve asentimiento con su cabeza.
Esa tarde HoSeok había salido con HaYul a dar un paseo, le dijo que estarían en un parque cercano a la zona, solo quería que su bebé tomara el sol y un poco de aire fresco, era genial porque tenía tiempo para sus quehaceres y para sí mismo, luego de que dejó lista la comida de MinHyuk para antes de que se fuera a trabajar, tomó una bien merecida siesta. Fue despertado por MinHyuk quien se estaba despidiendo antes de irse a su trabajo, él, como pudo, lo acompañó hasta la puerta donde casualmente también estaba llegando HoSeok junto a su bebé.
La primera vez que MinHyuk supo que HoSeok estaba yendo a verlo allí no estuvo muy feliz, de hecho, le dijo que estaba molesto por haberlo ocultado algo así, pero no duró mucho tiempo en ese estado, llegando después a la conclusión de que al menos era bueno que HoSeok visitara su hijo.
—Sólo dimos una vuelta por el parque, no hay muchas cosas que hacer con un bebé, HyungWon —su bebé se veía rendido en aquella carriola, entre sus manitas apretaba con fuerza la maraca que seguramente había estado agitando antes, y uno de sus pies tenía un zapato fuera. —Aquí está el zapato.
HoSeok siempre visitaba a su bebé los fines de semana, era atento con él, le traía regalos y otras cosas que necesitaba, por lo cual HaYul estaba bastante acostumbrado a su presencia y en ocasiones parecía simplemente extrañarlo, porque lloraba sin razón alguna, ni él ni MinHyuk, que en los últimos días se había vuelto objeto de adoración de su hijo también, podían calmarlo.
—¿Tienes que trabajar el lunes? —le preguntó a HoSeok mientras este acomodaba al dormido HaYul sobre la cama, quitándole de a poco la maraca que aún sostenía.
—¿Por qué?
—Es que tengo que quedarme horas extra en el trabajo, el dueño de la casa tiene una cena y necesita de mi ayuda.
—El lunes tengo la tarde libre, de hecho, el dueño perdió a su esposa hace poco y quiere que todos guardemos luto. Ni el lunes ni el martes tengo que trabajar.
—Es perfecto, como yo tengo que irme de madrugada, dejaré a HaYul con la señora Choi mientras tú llegas. Por favor, ven aquí temprano, la señora Choi es muy amable, pero ella no tiene ninguna responsabilidad con mi bebé.
—Está bien, estaré aquí temprano ¿Y a qué hora quieres que lo traiga?
—Bueno, mi turno termina alrededor de las diez de la noche, así que...
—Wow, HyungWon, eso es muy tarde —mostró una expresión inconforme. —No puedo salir a esa hora a la calle con HaYul.
—¿Y qué hay con el auto de Jeong?
—Tú lo dijiste, el auto de Jeong, no es mío, no puedo tomarlo así como si nada —ambos se quedaron en silencio por un rato, intentando buscar una solución, hasta que HoSeok fue el primero en hablar. —Déjalo que se quede conmigo esa noche.
—¿Qué?
—Sí, va a ser genial, será nuestra primera noche juntos —sonrió de repente, animado, tomando una de las pequeñas manitas de su bebé —Será nuestra noche de chicos, sí —había cambiado de nuevo su tono de voz al tono infantil que usaba únicamente con HaYul.
—¿Estás seguro de eso? Yul nunca ha dormido con alguien que no sea yo.
—Tomaré el riesgo —dejó al bebé descansando y caminó hasta la silla en la que estaba su abrigo. —Es lo mejor para el bebé.
—Está bien, tendré la maleta lista, por favor, sé muy cuidadoso con él. Te daré también una lista con indicaciones, sus horarios de comida y demás, por favor, mantente atento a él.
—Te doy mi palabra —él estaba a punto de irse, dando un leve asentimiento a él en forma de despedida. —Hasta luego, HyungWon, nos vemos el martes.
Al día siguiente tuvo que levantarse mucho antes, tuvo que dejar lista la maleta de su bebé, con tres biberones cargados de su leche, era importante mantenerlos refrigerados, así que anotó eso en la lista que debía darle a HoSeok. La señora Choi se levantaba temprano porque hacía ejercicio, así que no hubo inconveniente cuando fue a dejarlo con ella antes de irse a trabajar.
El señor SeungMin le dio indicaciones antes de irse, le dijo que quería pasta para la cena, tipo fettuccine con salsa Alfredo, lo cual le colocó en una encrucijada porque él no sabía cocinar nada aparte de comida coreana. Tuvo que buscar tutoriales en YouTube, rogando que todo saliera bien, porque, aunque no conocía muy bien al señor SeungMin, tenía la idea de que era mucho más severo que la señora JiMin y eso era una gran presión.
Aunque hoy no tenía a HaYul, sentía que el trabajo era igual de pesado como si lo tuviera, porque DongMin era un bebé difícil, era inquieto y travieso, había tenido que cargarlo porque quería atención y todo el tiempo quería meter las manos en todo, se la pasaba tirándole del cabello y gritándole en el oído, no era para nada como su HaYul.
Cuando fue la hora de la siesta batalló como nunca para dormirlo, pero fue un descanso cuando logró dejarlo dormido sobre su cuna. Tenía que arreglar las habitaciones, lo cual fue vergonzoso, porque los señores Yoo no tenían reparo en dejar su ropa interior por ahí tirada, los lunes siempre eran los días más difíciles, porque todo lo que él había hecho en una semana, ellos lo revolcaban en dos días. Mientras pasaba la aspiradora escuchó un auto estacionarse en la cochera, así que tuvo que guardar rápidamente la aspiradora y salir hasta la sala para recibir a quien había llegado.
Escuchó risas en el pasillo, risas varoniles, lo cual le dejaba en claro que era el señor SeungMin quien venía, él fue el primero en aparecer y seguido de él llegó un hombre mucho más alto, de porte varonil, con un traje color gris y el cabello peinado hacia atrás.
—Buenas noches, HyungWon —saludó el señor Yoo, entrando a la sala, pasando de largo de él.
—Buena noche, señor Yoo —su voz había titubeado, solo bajando la mirada cuando fue el otro hombre el que pasó por el lado suyo, él le dio una mirada mientras daba una calada a su cigarro.
Sería sensato decirle que no podía fumar en esa casa, porque había un bebé, pero él estaba demasiado intimidado para decírselo y al señor SeungMin parecía no molestarle tampoco.
—¿Hiciste lo que te pedí?
—Sí, señor, la cena está lista ¿Quiere que la sirva ya o esperará a la señora JiMin?
—Ella no va a cenar con nosotros, está en una salida con sus amigas —hizo un amago con su mano, señalando a su acompañante levemente. —Trae una botella de vino de la reserva y un par de copas, yo te diré cuando sirvas la cena.
HyungWon no le quedó de otra que obedecer, estuvo sirviendo vino gran parte de la noche, y luego, cuando los dos hombres pasaron a la mesa, les sirvió la cena. Aún no podía irse porque debía lavar los trastes tan pronto ellos terminaran, pero debía admitir que estaba algo nervioso por la presencia de ese hombre, no en un mal sentido, suponía, solo que se volvía algo torpe cuando pasaba por su lado.
—Amigo, esto está delicioso —luego de que ellos terminaron la cena, él tuvo que recoger los platos, no pasando por alto como el hombre acompañante del señor Yoo lo miraba fijamente mientras decía ello.
—Mi mujer ha hecho un muy buen trabajo contratando a este chico, es eficiente, mantiene la casa limpia, hace comida deliciosa y nuestro hijo parece adorarlo.
—Me vendría bien algo así, mi casa es un desastre, me la paso en la oficina todo el día y no hay comida caliente cuando llego —él rio, continuando la charla con el señor Yoo durante el tiempo que él lavaba los trastes, esperaba poder irse apenas terminara, porque le dolía la espalda y el corazón aun le latía rápido debido a los nervios.
Por desgracia DongMin se levantó pidiendo su cena, así que tuvo que prepararle su biberón con fórmula y dormirlo de nuevo, el señor SeungMin no había reparado ni un solo segundo en él, desde que había llegado, ni siquiera había preguntado cómo había estado su bebé ese día. Tranquilizar a DongMin fue una batalla, porque estaba rebelde, era obvio que no lo quería a él ahí y a quien pedía era a su madre, pero ella tampoco daba señales de vida a esas horas de la noche.
—HyungWon, pídele al chófer que te acerque hasta tu casa —cuando estuvo organizándose para irse, el señor Yoo le dijo que podía hacer uso del chófer por esa vez, estuvo eternamente agradecido por ello, porque tomar metro a esa hora debía ser un martirio e incluso un poco inseguro.
—Hasta luego, HyungWon —aquel hombre se había despedido de él, colocándose enfrente suyo, lo cual lo hizo sentir minúsculo porque él era incluso más alto que él. Sabía que era mayor, muy probable de la edad del señor Yoo, pero se mantenía muy bien conservado. No tenía una buena experiencia con los hombres mayores, por su anterior fiasco con sus padres y el señor Kim, pero este hombre que tenía enfrente le estaba robando el aliento. —Fue un gusto conocerte.
—I-Igualmente —dio una reverencia corta, coincidiendo su mirada con el hombre que le regaló una sonrisa coqueta de medio lado, haciendo que el pecho le latiera fuerte y escapara de allí con velocidad.
Durante el viaje estuvo pensando sobre ese hombre, sobre la forma en que lo había hecho sentir durante toda la noche, era algo fuera de su conocimiento, algo que antes no había sentido y eso de cierta forma lo asustaba, porque parecía ser algo potente y lo mejor sería olvidarse de aquello, tomar una ducha caliente cuando llegara a casa y dormir hasta que el otro día llegara.
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hola, hola
amigas.
¿qué tal estuvo
su semana?
personalmente,
lo que se viene
ahora es lo
que más me
gusta de esta
historia jajaja
(inserten risas
malvadas).
¿qué tienen
esperado del
nuevo personaje?
¿influirá en la
relación de nuestro
2won?
por cierto, que
lindos son mi
hayul y mi
hoseok juntos.
nos vemos la
otra semana, besos
y cuídense mucho.
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