Capítulo I

Natsu POV

¿Qué ganaba yo con toda aquella pantalla frente a mi padrastro? ¿Respeto? ¿Elogios? ¿Una buena postura social? ¿Una vida cómoda? Realmente, ¿Qué ganaba yo con todo esto?

Absolutamente nada que me hiciera feliz...

Soy un tipo de 25 años de edad cuya vida ha dado tantos giros que no sé en que punto me olvide de mí mismo. Mi padre biológico murio de cáncer de estómago cuando yo era un pequeño de 5 años y mi madre se casó con un empresario con aspiraciones políticas en beneficio de sus negocios, cuando yo tenía 7 años.

Acnologia Bermot, un hombre que vio en mí a la persona que haría realidad sus ambiciones. Desde que recuerdo, él siempre fue estricto con mi hermano Zeref y conmigo. Nosotros no salíamos a jugar con los niños del vecindario y nos la pasabamos estudiando siempre. Las navidades erán solo fiestas de adultos, nosotros estabamos en nuestras habitaciones y mi madre era la única que nos daba regalos.

¿Porqué mi madre se casó con un tipo así? La respuesta llegó hasta que llegue a mi adolescencia, cuando cumplí los 13 años mi madre falleció debido a una enfermedad crónica y fue en su lecho de muerte que nos confeso que se casó con Acnologia para que nosotros no quedaramos solos.

Mi hermano y yo lloramos por mucho tiempo y muchas veces fuimos castigados por eso. Eramos varones, no podíamos llorar. Nuestra adolescencia fue una pesadilla, entre la transicción de aceptar que mi madre había muerto y las reglas que mi padrastro nos imponía.

Mi hermano odiaba todo eso pero yo... yo opté mejor por adaptarme a las reglas y seguir con todo lo que se me indicaba. Me enfoque tanto en lo que ese hombre pedía de mí, que terminé por dejar mi más anhelado sueño de ser médico.

Cuando cumplí los 15 años perdí a mi hermano mayor, Zeref decidio irse de la casa y desde ese día no supe más de él. Ya no tenía familia de sangre, solamente un padrasto que se mostraba orgulloso de mí por que hacía lo que él quería.

Y es así como a mis 24 años me gradúe de la escuela de derecho de la universidad más prestigiosa del país. Yo era su orgullo, me había moldeado a su antojo e influía tanto en mí, que incluso mis parejas erán escogidas y aprobadas por él.

Acnologia: Natsu, supe que la hija del presidente del pártido esta interesada en tí, así que ya sabes que hacer.

Por supuesto sabía muy bien que hacer, así había sido desde mis 17 años con las mujeres pero tan pronto ellas no servían en los planes de mi padrastro, yo debía dejarlas.

Natsu: Claro que sí, papá.

Aunque por dentro, una voz interna me decía que no estaba bien jugar con los sentimientos de las personas. No negaré todas habían sido lindas conmigo y me ayudarón a escalar de manera éxitosa tanto en el pártido político al que pertenecía como en mi carrera de abogado pero nunca había logrado enamorarme.

Cuando cumplí un año de "noviazgo" con Flare, ella misma me dijo que había convencido a su padre para que me postulara como candidato a representar al pártido para el puesto de gobernador.

Natsu: Papá, Flare dice que el domingo su padre anunciará a los que concursarán para ser el candidato a gobernador y que logró convencerlo de que yo entrara en la lista.

Acnologia: ¡Esas son excelentes noticias! Vén, vamos a celebrar.

Las celebraciones de mi padrastro siempre las terminabamos en algún antro de la zona más exclusiva de la ciudad y con mujeres que se ganan la vida vendiendo placer; aunque siempre he sido muy precavido y me he protegido.

El día de la reunión de nuestro pártido llegó y como de costumbre mis padrasto andaba presumiendo sobre su hijastro que se gradúo con honores de la universidad y que siempre "hace las cosas bien"

Flare: Realmente su hijo es todo un caballero, el sueño de toda mujer.

Acnologia: Claro que lo es, yo mismo me he encargado de encaminar a Natsu por el buen camino.

Yo solo doy un trago a mi bebida, tratando de borrar el recuerdo de mi noche con una desconocida y de disimular que lo que mi padrastro dice es verdad.

Kurohebi: Sé que no me arrepentiré de la decisión de colocarte en la lista de canditos por nuestro pártido.

Natsu: Le aseguro que si me postulán por parte del pártido, el puesto de gobernador será nuestro.

Acnologia: ¡Así se habla!... Lo ves Kurohebi, mi hijo es el indicado para el puesto.

Kurohebi: Eso estoy viendo... Al parecer mi hija tiene un buen ojo para los tipos honestos y directos.

Mi "prometida" se abrazó más a mí en señal de que estaba complacida por mi actuación con su papá. El presidente se retiró a la tárima y nos hizo sentarnos en nuestros lugares para empezar la reunión. Los meseros salierón de algún lugar y mientrás Kurohebi hablaba algo llamó mi atención.

O mejor dicho alguién... A lo lejos observe a una chica que por algún motivo yo no paraba de ver. Rubia, de buena fígura a pesar de que andaba en uniforme, sonreía a todos por igual, su cabello recogido en un moño la hacía verse refinada y sus ojos chocolate simplemente son algo inexplicable. Cuando la ví llegar a nuestra mesa con unas bebidas, nos sonrió y con su mirada me atrapó.

Lucy: Señor, ¿qué le sirvo para beber?

Las palabras no salían de mi boca, por lo que fue mi padrastro quien ordenó las bebidas para todos. Ella nos sonrió de nuevo, sirvió las bebidas y se retiró.

¿Amor a primera vista? No lo sé pero... ¿Yo hablando de amor? No creo que sea eso, quizas deseo o no sé, en menos de un mínuto me siento confundido. Intente disimular que me sentía extraño ante la presencia de esa chica y Flare me mira con ojos de asesina. Sentí mi teléfono vibrar y era un mensaje de mi padrastro.

Acnologia: Sé que la mesera esta buena pero disímula con Flare al lado.

Intento ocultar la gracia que me causo el mensaje, aunque no puedo negar que esa rubia tiene algo que me hace mirarla mucho. Es raro explicarlo pero en su mirada hay cierta calidez que me gusta.

Cuando la chica regresó a nuestra mesa con la comida, sonreí. La rubia amablemente nos sirvió pero mi "prometida" hizo una escena por que algo en el plato no estaba bien, según ella. ¿Cuántas veces he presenciado este tipo de situaciones, en donde una persona se cree superior a los demás solo por el dinero que posee? Creo que perdí la cuenta y en ese momento caí que no estaba bien el comportamiento de mi prometida, ¿había presenciado muchas humillaciones y recién me siento mal por eso?

Pero la rabieta de Flare no logró mover la calidez en la mirada de la rubia y su sonrisa siempre permanecio ahí. Se disculpaba por el mal entendido, ofrecio cambiar el plato de inmediato y a parte de eso logró manejar la situación sin que uno de sus superiores interviniera. Fue fantástico, esa chica se había comportado de manera maravillosa y yo estaba muy impresionado.

Ella parecía un sueño hecho realidad, parecía algo bonito de esas que te dan cosquillas por dentro, algo que no se puede explicar, algo que uno desea tener por que es único; esa rubia ez especial y un deseo por tenerla nació en mí desde ese día.

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