A veces creemos estar listos para la vida, creemos que nada nos faltará, que somos afortunados y todo nos sale bien; pero la realidad es que estamos ciegos la mayoría del tiempo nos concentramos en ver solo lo que nos gusta, lo que nos conviene o lo que creemos nos hace felices.

El destino es sabio y siempre encuentra una manera de abrirnos a la verdad, de hacernos caer y de arrastrarnos a tal grado que piensas que ya no sobrevivirás.

Pero eso amigo mío, tiene un porqué, y eso es simple y sencillamente para darnos cuenta de que todo lo que vivimos, todo lo que sufrimos y lloramos, todas las perdidas y alegrías, definen quien somos y qué rumbo tomará el resto de nuestra existencia. 

Y bueno, depende de nosotros ser felices.