Frio infinito.

La temperatura estaba disminuyendo desde hacía unos minutos; pero no fue poco a poco, Lisa notó que era inmediata, cada segundo sentía que bajaba un grado. Observaba por la ventana la gran cantidad de nieve que empezó a caer hace un minuto. Y, en tan solo ese minuto, logró juntar grandes cantidades de nieve, o puede que solo cambio la estructura molecular de las cosas, daba lo mismo, porque, fuese cual fuese la situación, hacia frio. Le daba lo mismo morir, ya ni siquiera podía llamar casa a su casa, todos estaban locos. O se comportaban de un modo que ella, en un tiempo diferente, al verlos no hubiera creído que fueran sus hermanos.

¡Que estupidez! Comenzó a reír. Le resultó gracioso pensar en su familia antes de todo esto. Algo más que podía ser considerado como una familia era su cuerpo, y en su cuerpo había una cosa que no debería de estar ahí. Se quitó el zapato donde estaba su dedo extra. Lo miró un momento. Miró su reflejó en el espejo que lo alentó para que lo cortara, la Lisa del espejo le pasó un bisturí que estaba en su realidad.

–Gracias –le dijo a su reflejo, el cual le guiñó un ojo.

Cortó el dedo extra limpiamente.

La familia de dedos estaba normal nuevamente. Ahora, ¿Qué faltaba?

"Crucifíquenlo. Él debe estar colgado en la cruz".

Lisa se asomó nuevamente por la ventana. Había parado de nevar, aunque la temperatura seguía disminuyendo. Sin embargo, logró juntarse una cantidad de nieve. La nieve le gustaba, no tanto porque sus hermanos la convencieron de las nevadas, sino porque el color blanco de la nieve le daba un aspecto bastante bonito al vecindario, y con las cruces colocadas en la nieve eso resaltaba aún más.

Jesucristo había bajado de nuevo a la tierra, esta vez en forma de cruz.

"Los perros del infierno huelen tu olor. Nunca estarás a salvo".

Lisa vio a Willie Brown en la puerta de su habitación cargando a Leni. Él le sonrió alegremente mientras desaparecía, Leni cayó en un golpe seco sobre el suelo.

– ¿Si me la como, tendrá buen sabor? –Preguntó Lisa a su reflejo –. Es carne tierna.

El reflejo comenzó a reír. Golpeó el espejo con fuerza, haciendo varias grietas hasta que salió algo... lo que salió... Lisa lo sintió como un golpe que le hizo entender lo que estaba pasando; no la podía describir, simplemente intentar, hacer una vana descripción de lo que había salido del espejo, o siquiera intentar darle forma con su mente, la volvería aún más loca. Lo único que podía entender, o quizás lo único que su cabeza le decía, es que tenía su mismo rostro. Pero no describir su cuerpo burbujeante como una sopa de carne cubierta de órganos.

La cosa sostuvo a Leni (por decirlo de un modo, porque esa cosa no tenía brazos o tentáculos), y la arrastró hasta llevársela al espejo.

– ¡Entonces baila y canta! ¡Vamos, puta! ¡Enséñame esa cosita ente las piernas!

– ¡Obsérvala bien, de seguro la tuya debe oler tan mal que ni siquiera Charles tendría sexo contigo!

Lisa salió de su habitación. No podía dejar de temblar por lo que había visto. Lana y Lola la miraron un momento, la ignoraron simplemente.

– ¿Por qué no la chupas, apestosa?

– ¡Claro que sí, zorra!

Lana se lanzó contra Lola, comenzó a lamerle la vagina. Hizo movimientos con la lengua que una niña no debería hacer, pero ella los conocía perfectamente y a Lola le gustaba. Le gustaba mucho que sintió ganas de orinarse. Le hacía sentir cosquillas.

Tengo un chiste, Lisa. –Ella miró enfrente donde vio a Luan; su boca estaba completamente despedazada; a pesar de eso, formaba una gran sonrisa –. La familia Loud esta con un tornillo suelto. Espera, no es puto chiste, es una puta realidad. Caguémonos de risa.

De la cara de Luan comenzó a salir una sustancia viscosa, de color marrón y apestoso.

Ya no lo soportaba. Lisa comenzó a golpearse contra la pared repetidas veces. Sintió como la sangre ya comenzaba a salir de su cabeza, no faltaba mucho, solo un poco más...

Algo la agarró. No pudo observar bien. Odió a esa persona por hacerlo. Comenzaron a moverla hacia algo que no podía ver debido a que su visión se había tornado entre roja y negra por la sangre y porque comenzaba a quedarse inconsciente. Parecía que la arrastraban por el suelo y después sintió aire y algo relajada.

¿No se salió tu cerebro, o si?

¿Puedo caminar? No lo sé, pero si te estoy respondiendo es obvio que aún tengo cerebro.

Era solo oscuridad. Y de la oscuridad todos rieron.

Jesús es crucificado por la humanidad, oh, mira esto: la humanidad es tragada por una entidad cósmica. Una fuerza de la naturaleza.

Y son digeridos por su cuerpo donde sus células son monstruos.

Dinos, Dios, ¿Dónde estás ahora?

¡Papi! ¡Papi!, no me abandones. No me dejes morir.

Calla, zorra. Ahora chupa. Chupa, pendeja, no tienes idea de lo que te hago y me alegro.

Un príncipe viene. Oh, pero quiere que sea su puta. Una puta infantil. Para eso sirven las niñas modelos. Cógete mi cosita.

No me gusto tu mierda, sabe extraño.

¡Toda la mierda sabe a lo mismo!

La mierda y la miel son lo mismo.

Siempre quise hacerlo, lo siento. ¿De verdad pensaron que era tan inocente? Solo hace falta un puto empujón. Quiero cogérmelas hasta que el pene se me caiga, o me dé un paro cardiaco.

"Házmelo como solo una negra sabe hacerlo, Azúcar morena, las negras son lo mejor". Pero tú eres una puta bisexual, ¡oh maldita puta! ¿Qué te paso? Papi te cogió antes de la primera regla.

Los pedos que te tirabas era por toda la verga que te metía Bobby. Acéptalo de una vez.

Lisa estaba en un agujero oscuro donde solo escuchaba voces. En la negregura de aquella oscuridad comenzaron a salir cabezas con manos, la tomaron con fuerza partiéndola en varios cachos de carne. Lisa volvió a reír al imaginar sus intestinos colgar como serpentinas.

Ahora que se calló, pueden tragársela y dejar de quejarse que no hay comida.

Eres un marica que nunca supo hacer nada. Por eso papi iba todas las noches te visitaba y te ignoraba en el día.

Lisa sintió que todo le daba vueltas a su cabeza. Puede que se debiera a que ya estaba perdiendo la razón. ¿No la había perdido hace mucho? ¿Qué clase de niña puede ser muy lista o ver a esa cosa salir de los espejos? No le interesaba. Se quedó un momento mirando a la nada. Luego sintió como todo se iluminaba...

...

Lisa se despertó de golpe. Su cabeza la daba vueltas acompañado de un dolor y ardor en la cabeza. No quería ver quiénes eran los que estaban a su lado. Claro, como si aquello fuese algo bueno. Tuvo ganas de reír, lo hubiera hecho si su abdomen no le estuviera doliendo demasiado. Agitó ligeramente su cabeza. Seguía doliéndole bastante, incluso sintió que parecía rebotar en su cráneo como una pelota de pingpong. Al recordar la razón la razón del dolor, se levantó en seco, ¿Quién la interrumpió?

– ¿Estas bien? –preguntó Lucy de pronto. Estaba a su lado.

Lisa pensó que quizás ella la había llevado a su habitación. Pero no era así, estaban en la habitación de Lincoln, y en esta estaban Lily, Lincoln, Lisa y ella. En su boca comenzó a invadirla un sabor de asqueroso. No podía saber de exactitud, ¿mierda, quizás? ¿Y que si era eso? No es como si eso fuera lo peor que estuviera pasando en estos momentos. Miró de reojo a Lucy, quien seguía atenta a lo que fuera hacer o decir. De seguro algo de ellos ya no era humano, si era sincera, sentía que de todos, la menos humana podrían ser Luan o Leni.

–Si vas a matar alguien, no te veas tan obvia –dijo, ignorando por completo la pregunta de Lucy. Su hermana pelinegra la miró con algo de furia –. Deberías ser más discreta si quieres matar a alguien. Pensé que eras la mejor en estos temas por tus lecturas raras.

– ¿Te sientes bien? –Preguntó. Lisa no pudo evitar soltar una carcajada.

–Me siento como tú.

–Ignorante y con un fuerte dolor de cabeza. –Lisa asintió –. Te encontré en el pasillo balbuceando cosas. ¿Te paso algo?

–Nada –respondió secamente. No quería recordar aquella blasfemia que salió del espejo. Dios, si es que había uno, no podía entender cómo es que él, incluso pudo crear tal abominación.

–Las cosas se están saliendo de control.

–No me digas. ¿Enserio?

–No sé qué me está pasando –rió con algo nerviosismo –, me gustaba decir que oigo las voces de los fantasmas en cada lugar al que iba, pero... ya no puedo más... –Lucy comenzó a llorar desoladamente mientras se llevaba las manos a la cara –. Escucho cada grito, cada lamento, cada que alguna persona pide auxilio... Son de tiempos amorfos... Puedo ver como salen algunas partes de su cuerpo por un rio... Quiero que paren... Puedo ver cómo están furiosos de que no lograran lo que querían en vida.

Lisa observó detenidamente a Lily. Ella parecía divertida con el llanto de su hermana. Era ridículo pensar que un bebe pudiera disfrutar que estaba disfrutando verla llorar, pero esa era la mirada que ella veía en esos ojos. Y Lisa tuvo ganas de matarla y comérsela viva.

–Ahora lloras. Pero antes de esta mierda Luan y tú le dieron vida a objetos inanimados. –Lincoln se había despertado –. El señor Cocos estaba vivo y fue por tu culpa. Ahora lloras porque vez que lo paranormal no era algo hermoso como tú creías. –Lincoln miró a Lucy, y antes de que pudiera decir algo, se le arrojó, comenzó a golpearla con salvajismo mientras le quitaba cada prenda que llevaba puesta. Parecía que realmente quería matarla. Al mismo tiempo, Lisa supo que ya no era su problema. Lincoln quería desquitar algo de su furia con ella. ¿Por qué no darle la oportunidad? Hizo tanto por ellas que algo como la virginidad de Lucy es muy poco.

–Hare esto, y no me importa si lo disfrutas, zorra.

Lisa cerró la puerta. ¿Para que salió de la habitación? ¿No se supone que debería detener a su hermano? ¿Cómo una niña de cuatro años iba detener a su hermano de once? Hacía mucho frio. Fue a su habitación para ver desde su ventana como estaba todo afuera. Cruces en la nieve. Líneas de hielo sobre la realidad, si es que era la realidad. ¿Acaso ella lo sabía? Oh, Dios, la bendita ciencia puede hacerlo todo. Cuando era niña (hace menos de unos segundos), le encantaba la ciencia, hasta que creció de repente y dejó de hacer lo que le gustaba. Comenzó a sentirse mareada que no pudo evitar vomitar. Su cabeza comenzó arderle. El frio que sentía era insoportable. ¿Qué rayos estaba pasando? ¿Dónde estaban todos?

Bajó las escaleras rápidamente observando a sus hermanas jugando a princesas y dragones con su hermana Linka.

Su hermana la miró con una sonrisa.

– ¿Quieres jugar?

–No. Tengo frio y quería calentarme.

Linka rió. De su bolsillo saco un encendedor, al encender la flama este cambio a un color azul brillante. Linka pasó su mano por ella sin recibir una quemadura o que ella hiciera una mueca.

–El fuego ahora es hielo. Si quieres calor metete en hielo. –Se acercó a Lisa sin quitar la sonrisa de su cara –. Puede que te mate o no. Pero si tienes frio es lo que podrías hacer. ¿Te vas a meter en el hielo?

-¡Claro que sí!

–Vamos –dijo, sosteniéndola de la mano –, te dejare en la bañera.

Al subir Lisa miró que todas las puertas se abrían y cerraban con violencia. Miró por la de Lincoln donde vio a sus hermanos en el océano del tiempo. Era tan grande y se podía ver el universo.

Otra vez volvió a temblar.

Mira todo a tu alrededor, niña, mira como todo se consume.

Todo el lugar comenzó a comprimirse; simplemente se estaba convirtiendo en polvo. Lisa no podía describir como todo tenía una forma y de nuevo su forma física. Era algo que no podía entender su pequeña mente.

...

Se quedó mirando a la nada mientras todas las cosas de su hogar se acomodaban nuevamente en su lugar. Todas parecían estar llenas de nieve o parecían cristales blancos. Y cuando la sala comenzó acomodarse lo hicieron sus hermanos en el suelo completamente congelados. Su piel le recordó bastante a una paleta de hielo y tuvo la sensación de que si le daba una lamidita le sabría a carne de... y por el frio que hacia no parecía que sus hermanos fueran a moverse dentro de mucho tiempo. Al menos si empezaba hacer calor, y claro; si sus átomos estaban congelados.

–Falta Leni –dijo Lisa en voz alta.

–Estoy aquí tontita. –Lisa volteó detrás de ella donde vio a Leni sin ropa. Su hermana estaba temblando como gelatina y su piel se veía bastante pálida, parecía una muñeca de porcelana. Oh, claro, ¿Cómo podía olvidar algo que era tan evidente? Leni era la más bella de las once. Lo peor es que también era la de mejor corazón.

¿Por qué las demás eran una mierda?

Para empezar a ella no le importaba hacer experimentos con sus hermanos, ni tampoco quitarles sus órganos.

A Lynn no le interesaba lo que los demás sintieran si alguno de ellos no podía ayudarla o darle la atención que quería. Además, siempre considerarla la perra número en todos los deportes.

Luan siempre llegaba muy lejos con sus bromas.

Podía seguir y seguir, pero nunca terminaría. Aunque tenía una eternidad para pensar. ¿Estaban en la eternidad, verdad?

– ¿Sabes? Muy a pesar de que no soy muy lista puedo entender muchas cosas, una de ellas es que Lincoln y Luna siempre estuvieron demasiado cerca en varias ocasiones. Además de que varias veces a Lincoln siempre se le caía algo enfrente de Luna, y ella parecía abrir sus piernas. O también puedo decirte que en varias ocasiones los encontré durmiendo juntos.

Unos hermanos incestuosos. Lisa no pensó que fuera Luna, a todo caso pensaba que sería Lucy o Lynn; e incluso Luan o Leni. Lo pensaba con Leni porque siempre parecía llevarse muy bien sin importar las cosas bobas que hacía o decía. Bueno, puede que porque ella no era una perra como las demás.

–Deberías decirle a nuestros padres.

Del suelo salieron un par de tentáculos que comenzaron a moverse por todos lados, llegaron a golpearla en la cara; a Leni también. Lisa al sobar la parte del golpe notó que se le habían hecho unas grietas. Toda una muñeca de porcelana.

Los tentáculos se movieron de nuevo y luego regresaron del suelo. Levantaron algo de polvo al volver al abismo, o lo que fuera. Lisa estaba segura que no quería saberlo. O puede ni siquiera lo entendiera.

El sonido de una guitarra se hizo presente. Al voltear Lisa observó a Willie Brown.

Ya están lo suficientemente locas como para entender lo que está pasando y entender lo que estaba pasando aquí –dijo, tocando aleatoriamente una canción –. Pero creo que merecen que se los diga.

Sintió el frío inundar sus piernas. Parecía extraño pero sintió que su ano se había hecho más chiquito. Era la primera vez que pensaba en eso; las veces que se asustó de niña sentía que su culo se hacía más apretado. Era quizás que por eso los violadores metían algo primero dentro de los culos de los niños y después introducían su pene, así ya no les costaría trabajo y se sentirían apretados dentro de ellos.

Una imagen pasó por su mente: Lincoln siendo violado por un sujeto que nunca había visto en su vida. Y del otro lado un sujeto estaba grabando para... ¿Un video de internet? Y ella... ella estaba viéndolo desde su habitación sintiéndose algo impotente por no hacer nada...

"Se siente jodidamente fantástico. Aprieta."

"Es un niño. ¿Qué esperabas?"

Que rico. –Su copia se sentó a su espalda. Le dolían mucho los músculos para poder levantarse, su cabeza parecía que iba explotar en cualquier momento. – ¿Nunca has pensado en cómo sería esto si fueran adultos y todas ustedes fueran sus juguetes sexuales? –Su copia señaló enfrente. Lisa alcanzó a ver una niña de cabello rubio. La imagen cambio a sus hermanas, que a su vez no lo eran; estaban todas en una masa de carne indescriptible mientras brincaban sobre la pelvis de Lincoln; su cuerpo estaba despedazado, pero... su pene seguía erecto. La imagen cambió a unos niños parecidos a ellos, que les eran introducidos tentáculos sobre cada agujero de su cuerpo –. ¿Qué te parece?

–Que deberías estar siendo devorado por esas cosas.

Ella rió fuertemente. Rió tanto que sus oídos parecían querer sangrar por su risa.

Aunque lo hiciera terminó por reformarme.

–Entonces déjanos en paz.

No puedo hacer eso. A pesar de no tener propósito de vida desde que llegue aquí quiero saber quién ese tal Willie Brown, quien es esa tal Linka y la extraña energía que emite esta casa.

Ambas Lisas se miraron. Se dieron un beso en la boca. Movieron sus lenguas danzaron fuertemente para ver quien la metía más profundo. Lisa sintió que su copia era la que parecía ir más adentro de su esófago hasta sus intestinos, se sentía cremoso y suave, estaba sacando toda la mierda que estaba esperando a ser desechada por el ano, igual que una gallina cuando pone un huevo.

Pórtate bien –dijo, dándole un beso en la frente.

El frío aumentó y algo la empujo hacia el frente. Se golpeó haciendo haciéndole una pequeña cortada en la frente. La imagen otra vez tenía color, hace unos momentos con su copia todo parecía esta r de color gris... o era negro... o quizás ningún espacio existente dentro del espacio. Al mirar para todos lados observó que estaba en la habitación de Lucy con Lincoln. Su hermano parecía dormido, de hecho había estado durmiendo la mayoría del tiempo. Lucy, ¿ella qué? ¿Dónde estaba el resto de la familia?

–Te encontré en medio del pasillo balbuceando tonterías –dijo, acercándose rápidamente y tomándola de las mejillas –. Si dices una estupidez de que mi cerebro es muy pequeño, te saco a que coman las gemelas.

Lisa rió fuertemente. Lucy no la soltó, ni tampoco pareció molestarse por sus palabras.

–Ambas sabemos que sería mejor que seguir volviéndonos locas.

–Tienes razón. –Lucy la soltó con violencia. Se sentó en la cama y acarició el cabello de Lincoln –. Las gemelas están comiendo personas.

-No hemos visto una persona desde que esto empezó.

–Aparecieron unas cruces cuando nevó y algunos cuerpos salieron de la nada flotando por toda la casa –sentenció, acariciando la entrepierna de Lincoln.

– ¿Y Leni? –preguntó con curiosidad. Ha estado llorando desde hace dos días, acariciando su clítoris.

–De seguro alguien la violó. –Lisa miró a Lucy besar a Lincoln, pasó su lengua por sus labios y la miró –. ¿Cuánto tiempo estuve dormida?

–Tres días...

Lucy se quitó la ropa, bajó los pantalones de Lincoln. Presionó su pene un par de veces hasta que se puso erecto. Se puso encima de él, dejó caer con suavidad. Gimió con algo de dolor, y comenzó a embestir lento. Lisa sintió cosquillas en su parte de abajo. ¿Por qué estaba pasando esto? ¿Por qué carajo podía sentirse excitada de algo que no estaba acuerdo a su edad? Lisa salió rápidamente con dirección al baño, se resbaló por la nieve, volviéndose a golpear, sus heridas volvieron a punzar. Volvió a ponerse de pie y continuó su rumbo. Fue al retrete. Expulsó algo extraño. No sabía qué era esa cosa, pero era viscosa. Grande. Sus ojos comenzaron a lagrimear y la extraña figura que salía de boca terminó de ser expulsada. Al mirarla volvió a sentir nauseas, era realmente repugnante... ¿Esa cosa tenía brazos, y ojos, y una boca? ¿Parecía verla?

– ¿Qué mierda? –Profirió un chillido de horror puro.

¡Esa mierda que salió de tu boca es tuya, puta!

Volteó al espejo del lavabo donde varias manos comenzaron a juntarse. El vidrió comenzó a estirarse con el empuje de las manos, era como un trozo de plástico para la comida que van empujando lentamente hasta que finalmente se rompió; los fragmentos de vidrió flotaron rompiendo las leyes de la gravedad y del espacio-tiempo... los objetos flotaban. No caían. Los cristales tintinearon. Entonces la cosa que vomitó comenzó a llorar.

"Su hija" salió del retrete con sus manitas. Le sostuvo la mirada. Lisa se aterró mucho más sintiendo que ya había sido suficiente y que su cabeza había explotado. La imagen de un trozo de mermelada flotando por su cabeza le inundo su cabeza; imaginó que así sería estar dentro de su cabeza. La intentaron morder, pero la cosa que salió del espejo comenzó atacar, la golpeó con sus tentáculos en el estómago haciendo que se le fuera el aire.

Aquella cosa la llevó al piso de abajo, sosteniéndola fuertemente de su piel, pero la falta de cordura le impidió sentir dolor. La cosa la empujo hacia el pasillo hasta la altura de las escaleras. Rápidamente bajó para no tener que ver esas cosas. Al bajar observó a sus hermanas bailando mientras un sujeto con una guitarra tocaba una canción. A Lisa no le gustó esa canción, no era Rap de la costa Oeste. Su hija vomitada apareció nuevamente y la arrastró hacia afuera donde observó hielo que parecía estar al rojo vivo. Su cuerpo comenzó a desintegrarse hasta que solo que solo era carne con tubos, que Lisa pensó que eran sus vasos sanguíneos.

Al pasar un segundo, un puto segundo que no sabía si era real o no. El tiempo parecía ya no existir, pero si una voz decía "uno", entonces era un segundo. El tiempo seguía corriendo como un tipo en una pista. No importa lo que pasara, ese tipo seguiría corriendo y así era el tiempo: movimiento, o quizás una forma de medida. Quizás nada existía, solo el tiempo y la materia; ambas podían tener un propósito como el estar y no estar.

Algo brilló fuertemente de un color gris que tenía la forma de gusanos que parecían chocar entre ellos provocando chispas, le recordaron a los fuegos artificiales. Se comenzaron amontonar hacia ella y los gusanos comenzaron adquirir un color rosado que le recordó a la cocción de la carne. Los gusanos entraron por sus ojos y salieron del otro lado de su cabeza, pero era algo que ella no sabía.

Al recuperar la vista observó una expulsaron en algo frio como el hielo, o mejor dicho, estaba atrapada en hielo. Intentó moverse inútilmente, su cuerpo no se podía mover y sentía sus músculos atrapados. Sintió la falta de oxígeno y eso la inundó de pánico. Intentó moverse con mayor desesperación para salir de ahí.

Y aparecieron unas personas de repente. Las cosas que llegaban a suceder no intentaba buscarles mucho razonamiento lógico. Lejos de asustarse como una persona normal...

"¿Y que era una persona normal?"

–Apúrense, idiotas –dijo uno de ellos al que no alcanzaba a ver por su vista distorsionada por el hielo, ¿Cómo podía escuchar exactamente? –, hay que sacar a esta puta de aquí.

Los que se acercaron fueron unos sujetos completamente de negro que comenzaron a golpear el hielo con mucha fuerza. El aire seguía faltando en sus pulmones y sintió que iba a morir, pero antes perdería la conciencia. Pero no sucedió, aquellos hombres de negro golpearon duramente el hielo. ¿Qué tan profundo estaba? Sintió que sus huesos comenzaron a romperse, sus ojos se partieron en dos viendo por dos lados diferentes y sentía como cada parte de su cuerpo se iba por otro lado. Estaba flotando en el aire o en el agua. ¿Por qué no moría, o se quedaba inconsciente? Lo que daría para terminar con la locura. Las ganas de vomitar regresaron mientras miraba su cuerpo ir en varias direcciones.

– ¿Qué mierda, chicos? Al parecer la partimos en trozos. –Comenzaron a reír fuertemente al verla completamente hecha trocitos.

Lisa siguió observando su cuerpo volar por todos lados.

–Idiotas...

Lisa cayó por un abismo de color negro donde no veía nada y de repente vio su hogar, o lo que era antes. ¿Por qué esa misma puta casa? ¿No podía irse a otro lado? Su cuerpo ya estaba nuevamente junto. Observó alrededor y notó que había varias personas mirando con atención lo que estaba haciendo, y detrás de ellas seguían las cruces clavadas en la nieve. Las personas le sonrieron e hicieron un ademan para invitarla a entrar a su hogar.

¡Que se fueran mierda! Ella podía entrar a su hogar si quería, no porque un montón de simios sin cerebro se lo ordenaban, ella era más lista. Comenzó a vomitar repentinamente. La bilis subió por su boca y comenzó a vomitar sin siquiera tener previo aviso como las náuseas. Pero no era como si eso fuera malo.

– ¡Al fin algo de comida! –gritó uno de ellos, lanzando al charco de vomito.

Más personas le siguieron y bebieron cada mililitro de lo que Lisa había expulsado de su cuerpo. Por un momento tuvo ganas de reírse, ver las cruces le hizo recordar las oraciones: "beban y coman todos de él, porque esto es mi cuerpo y sangre". No pudo evitarlo; comenzó a reírse fuertemente por las palabras tan estúpidas en las que había pensado. A la gente se le podía convencer con decirles que era parte de la salvación, o que sus almas serian salvadas si hacían tal o actuaban de una manera. Quizás por esa razón es que no era creyente de alguna religión, ni tampoco respetaba a quienes lo eran.

Entró a su casa. Aun estaban todos en la sala. Lola y Leni no tenían ropa, bailaban tranquilamente mientras unas sombras las miraban, o eso parecía. Realmente ya no podía ver que era lo que enfrente suyo, o si eran personas tan siquiera. Su vista le engañaba bastante, como la cosa que sentía que era Lily. O si es que era Lily, su nombre podía ser cualquier otro.

–Hola, Lisa –la saludó cálidamente Leni.

–Hola, perra idiota –le regresó el saludó. Leni no pareció ofenderse por la exclamación de Lisa. ¿A quién le importaba? Todos la llamaban igual, ella solo la llamó por su nombre.

– ¿A dónde fuiste?

–A revisar mi cerebro, parece que tengo una cosa que me golpea –respondió de forma burlona.

– ¿Funcionó? –Lisa negó con la cabeza –. Es una pena. Ve el lado bueno, al menos ya no tendrás que preocuparte por tus estudios...

–Estudiaba porque odiaba tener que soportarlos a todos ustedes –dijo repentinamente, no supo porque dijo eso –. Cuando tenía el año entendía que ustedes hacían lo que querían sin pagar lo que llegaban hacer y por eso quería... yo solo quería, quería que ustedes se fueran a la mierda y quedarme con Lincoln.

Lisa no entendía de donde venía aquella aclaración. ¿Había sucedido en verdad?

Leni, sin embargo, no la vio con lastima; la miró como si fuera su igual, como si comprendiera perfectamente lo que estaba diciendo.

–Papa me metió la mano donde no debía.

"¿Y eso que me interesa, puta? Lo más probable es que te lo dijera y con tus dos neuronas no lograste comprender, así... así, si llegaban a atraparlos, papá podía decir que tú lo amenazaste, o es que eres tan estúpida que quizás le preguntaste sobre las abejas y flores, al no entenderlo papá te dio la explicación de tu vida. Oh, que puta eres."

Lisa sacudió su cabeza, cayendo al suelo, al golpearse una segunda cabeza creció en su cuello, esta era un poco más pequeña. Lisa la miró un momento intentando comprender si realmente le había crecido una nueva cabeza. Gritó, golpeándola furentemente contra la pared. Desapareció. Lisa intentó pensar si de verdad le creció una segunda cabeza o no. ¿Qué rayos estaba pasando? Tenía una teoría. Una teoría que podía tener o no sentido. Podía ser la respuesta correcta o incorrecta. Y dependiendo de si fuera incorrecta o correcta podía asustarla.

–Yo... simplemente papá entró a mi habitación cuando Lori fue a un campamento de la escuela. –Leni suspiró pesadamente –. Fue cuando tenía doce años. Pensó que por ser una idiota no iba saber lo que me hizo, ¡pero miren todos! ¡La pequeña perra sin cerebro de papá si tenía idea sobre las violaciones!

–Pero no quita el hecho de que fuiste una sucia ramera. –Enfrente de ellas apareció una chica. Lisa la había visto salir del sótano. Se parecía bastante a Luna, aunque cuando tenía el cabello largo y era más delgada y alta –. Sigues siendo una puta por tener un cuerpo que provoca al pecado.

–Esto sí que es inesperado –dijo Willie, soltando una carcajada. Lisa no lo vio a él realmente. Cuando abrió su boca lo vio sentado en las escaleras –. No pensé que fueran haber tantas. Oh, sí, enserio que este sí que es un espectáculo digno.

– ¡¿Qué mierda quieres asqueroso negro?! Tu color representa la...

El silencio se hizo presente cuando escucharon pasos pesados detrás de ellos. Lisa, después de mucho tiempo, y dejando atrás cualquier rastro de locura en su cabeza, se asustó de verdad. Tenía miedo de lo desconocido; su mente le decía a gritos que eso que estaba caminando era algo como lo del pasillo hace unos momentos, ¿o eran horas? Cerró los ojos mientras gritaba fuertemente. Leni, por otro lado, lo estaba viendo con una expresión total de horror. Quizás su mente no se rompía porque su pequeño cerebro no entendía lo que estaba viendo, puesto que las palabras, ni siquiera la imaginación de un niño podía hacer una descripción cercana a tal monstruosidad; esa cosa no puede ser descrita por palabras o dibujos.

Aquella cosa tomó (si se le podía llamar así) a esa chica y la arrastró rápidamente al sótano. Lola y Lana gritaron. Se abrazaron fuertemente sin importar las cosas que se dijeron hace unos momentos. Esta vez actuaban como dos niñas de seis años que tenían miedo de verdad. Miedo a que aquella cosa se las llevara con esa chica. Esos ojos, ¡POR DIOS, ESOS OJOS!

–Yo no lo provoque –dijo Willie, sacando un cigarro de su bolsa –, pero que agradecido estoy de que se llevara a Lyra. Maldita perra loca. –Se encogió de hombros –. Da lo mismo realmente.

Willie se levantó de las escaleras y salió de la casa. Lisa se cansó de gritar y apretar sus orejas. Al escuchar llantos en la casa, se decidió abrir los ojos; sus hermanas estaban llorando mientras se cubrían la cara. Se acarició la sien. Estaba cansada realmente. Subió las escaleras para ir a la habitación de Lucy, al entrar observó a sus hermanos viendo horrorizados a una de las esquinas.

"Por Dios, ¿por qué no puedo estar tranquila un maldito momento?" –Pensó sarcásticamente, porque no estaba en condiciones de pedir. Así era, tenía que soportar la basura que estaba viviendo.

Y en la esquina estaba Linka, ¿Cómo la conocía?, siendo devorada por una cosa con tentáculos; su boca era tan grande como una portería de futbol. Sonreía de forma grotesca mirándolos a ellos.

–Es mío, maldita zorrita –gritó Linka, sacando una luz de sus dedos.

–Popo...

Y la realidad se desmorono. La existencia misma ya no era la existencia. Y la única cosa que estaba sucediendo era el tiempo. Todos estaban por un espiral de la nada y todo a la vez. Estaban navegando sobre un mar de oscuridad infinita que era fría. No había otro ser humano más que el resto de integrantes que conformaban la familia Loud. Todos golpearon sus cuerpos contra los suyos, formando una masa de carne que estaba punzaba por todos sus órganos juntos como bolas de plastilina. Y aquella cosa que decía "Popo", se lanzaba puntos de luz que al golpear cambiaban sus estructuras moleculares. Lisa incluso podía ver como los átomos se dividían y alejaban.

"¿Por qué no explotan?"

Y no supieron cuánto tiempo estuvieron de ese modo. Simplemente aparecieron en la sala. Mirando a la televisión.

– ¿Qué quieren ver? –gritó desde la cocina Lori. Segundos después se sentó con ellos.

Lincoln tenía la mirada perdida sin poder decir nada. En realidad, todos estaban igual.

– ¿Y a ustedes que les pasa? –preguntó con curiosidad.

–Fue un sueño, creo –dijo Lisa, riendo –. Un sueño compartido, creo, porque todos nos volvimos locos.

Lori rió de un modo que no podía ser humano, y a su vez sí. Rió hasta caer.

– ¡Papá! ¡Mamá! ¡Chicos! ¡Vengan ahora para que escuchen lo que dijo Lisa!

–Ya vamos, cielo –gritó su madre. Lori continuó riendo de ese modo que a todos les comenzó a punzar mucho más la cabeza. Esa maldita risa parecía tener algo extraño –. ¿Qué pasa, hija?

–Repite lo que dijiste, Lisa. –Esa voz ya no era de Lori. ¿Y que era esa cruz?

Sus padres aparecieron con un plato grande que tenía una forma muy extraña.

–Nos volvimos locos por un sueño compartido...

Y todos rieron apenas termino de hablar. Rieron de modo que a Lisa le dieron ganas de suicidarse.

–Estas, y creo que habló por todos –el resto de la familia asintió en señal de aceptación –, que estás loca, pequeña puta inteligente.

–Pero ahora eso no es importante. –Lynn se sentó junto a Lincoln y comenzó acariciarle el pene.

–Es verdad hermanos. –Luna se quitó la ropa y comenzó a cagar en su mano.

–Es hora de tragar –dijo el señor Lynn, partiendo varios trozos de lo que estaba cocinado.

–Mejor que la mierda que está cagando Luna –dijo Lisa, burlándose.

–Di otra estupidez así y hare que te ahogues con ella.

Todos comenzaron a comer de lo que había hecho su padre. Luna había arrojado la mierda a la mesa. El sabor de aquel manjar tenía un sabor extraño, como a carne de cerdo. Pero no tenía mal sabor, sabia bastante bien. Lisa no quería preguntar que era. Nadie parecía estar muy interesado en realidad. Lincoln comenzó a mover sus caderas.

–Linka va matarte por esto, Lynn –dijo Lincoln, burlonamente –. Ella lo hará y yo me voy a reír, porque la verdad es que siempre te odie. –Comenzó a reír, luego comenzó a llorar –. Eras bastante perra, Lynn. Yo... yo nunca hice algo para que fueras de ese modo. Dios, siempre me hacías tus mierdas y solo porque me dabas lastima... no quería verte sola. Que los demás se burlaran de ti. Dios, yo te amaba, pero... no... no más... te odio, Lynn.

–Parece que al fin hablaste "blanco", eh, Linc. –Todos rieron.

–-Tu primer buen chiste, Luan –le dijo Leni.

–Oh, qué bien te quedo Lily, cariño. Su carne es muy suave.

–Gracias, amor.

–Soñamos cosas peores como para volvernos locos o vomitar por comernos a una bebe muerta. –Lisa se alzó de hombros. Leni, Lincoln, Lucy y las gemelas hicieron lo mismo y continuaron comiendo –. Apropósito, ¿Por qué tienen pintada la cara con esa cruz?

–Es un recordatorio de nuestros pecados –le respondió su madre, sacándole la lengua. La movió de forma lujuriosa. A Lincoln le gustó, tanto que comenzó a mover sus caderas un poco más rápido. Estaba seguro que Linka mataría a Lynn –. Me sorprende que ustedes no la tengan aun, sobre todo tu Lincoln.

– ¿No tengamos que? –Lincoln alzó una ceja.

–Ya lo verán.

Al pasar unos minutos se sorprendieron porque seguían siendo ellos mismos, por llamarlo de un modo. Aunque les dijera no entenderían que era lo que les tenía que pasar. Pero ellos no entendían del porque no pasaba.

–Ya fue mucho tiempo –dijo Luna.

–Podríamos matarlos.

Rita miró a Lynn. Su hija era una perra loca, pero tenía razón en ciertas cosas, porque si no lo hacían cualquier otra persona vendría a matarlos de todos modos.

–No pensé que también aquí vería algo igual. Esto sí que es impresionante. –Willie Brown de nuevo apareció en las escaleras –. Que grandes sorpresas suceden aquí.

– ¡¿Quién mierda hace este puto negro aquí?! –Gritó Lynn, lanzándose con un cuchillo. Al dar un brincó aquel sujeto desapareció.

–Apareció de repente en la sala. Sé que se llama Willie Brown, no sé cómo o de donde viene. –Lisa dejó el plato en la mesita de la sala.

Lynn se quedó un momento confundida al ver que ese tipo desapareció de la nada.

– ¿A dónde fue?

– ¿Por qué no lo buscas? –Aquella voz era parecida a la de Lincoln, al levantar la mirada vio a una chica bastante parecida a su hermano –. ¿Qué mier...?

Su cabeza reventó de un puñetazo que le dio Linka. Los demás se quedaron un momento callados. Cuando se iban a lanzar a ella nuevamente el espació se distorsionó de manera que no podían caminar. Una cosa llena de tentáculos, parecido a un calamar, y a su vez a una persona, llena de dientes que le salían de su boca de manera grotesca y que gozaban de un filo que los sorprendió; tomó a Lana, la mordió, arrancándole la mitad de su cuerpo limpiamente. Nadie gritó. Lana ni siquiera supo que le paso, tampoco cuando murió. Pero si es que la mente no moría, como había leído una vez Lucy, estaba segura que estaría feliz de no tener que soportar más la locura de la casa Loud.

Y Linka, la puta perra loca de cabello blanco, ya había acabado con la familia Loud que tenía cruces en su cara. Lisa esperaba que su teoría fuera correcta. Se movieron durante varios minutos más hasta que todos despertaron otra vez en la habitación de Lori y Leni. Les dolía la cabeza. Lisa se quedó un momento analizando la situación.

¿Qué más daba realmente pensar? Tenían que sobrevivir por sus instintos, pero no quería. Ya se habían vuelto locos y las cosas que habían visto hace unos momentos le hacían pensar que no debían estar vivos, mucho menos si existía una cosa como la que se llevó a esa tal Lyra al sótano en el mismo plano que ellos ni mucho menos en la misma casa.

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