Si el perro es muy grande, corre. Si no puedes, plántale cara
Elizabeth y Meliodas se miraron uno al otro con ojos enormes y asustados al llegar a las puertas del gran edificio gris. El día había llegado, y era tan importante que el felino incluso había insistido en ir.
—Sabes que el primer instinto de los gatos es huir del peligro, ¿cierto Ellie?
—No puedo hacerlo, Mel. Está junta es muy importante, podría definir el rumbo de mi carrera.
—Pero... estará "esa perra".
—Sí.
—Y el pesado de tu ex jefe.
—Sí.
—Y varios tipos que no conoces.
—Sí. —El silencio que se impuso solo fue roto hasta que Meliodas suspiró.
—Bueno, cariño —dijo mirándola con intensidad—. Los gatos tenemos un dicho. "Si el perro es muy grande, corre. Si no puedes, plántale cara". —Más por el apodo que por el consejo, la albina por fin sonrió.
—No suena alentador.
—Es lo que hay, no tienes opción. Pero descuida —La mano sobre su mejilla. Sus rostros acercándose. Y luego, la lamida. La lengua de Meliodas deslizándose sobre su piel, casi a la altura del oído. Cada centímetro de ella se erizó de placer ante está húmeda caricia y, al separarse, el rubio le sonrió—. Estaré aquí para ti, pase lo que pase. ¿Quieres que vaya comprando taiyaki?
Lo último que dijo ya ni siquiera lo escuchó. Solo supo que, gracias a ese inusual beso, al entrar a la oficina estaba hecha una leona, una empoderada y sensual felina lista para lanzarse al ataque sobre sus enemigos.
***
Fufufu ^u^ Que buena motivación. Hola todos, aquí Coco, que viene hoy con ración doble de instantes felinos, y que les agradece a todos por su apoyo en esta y otras obras. A veces escribo mucho, otras veces apenas nada, pero cuando la escritura es con cariño, esta sin duda se disfruta, ¿no lo creen? Nos vemos en la siguiente página para un poco más de michi Meliodas, y si las diosas lo quieren, ojalá nos veamos pronto en mi especial de San Valentín.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top