—Tonteli —refunfuñaba Meliodas caminando por la acera—. No soy un gato faldero, ¡claro que sé andar afuera! —Había sido su primera gran pelea. Su dueña insistía en que no podía ir más allá de unas cuadras, él insistía en que estaría bien. Sabía cuidarse sólo. Sabía reconocer el peligro. Y sabía que ella tenía razón. Aún no podía andar por las calles como humano. Cuando era gato, unos pocos tejados eran "el mundo". Ahora este era enorme, había cientos de señales, luces y ruidos que no entendía, y no se atrevía a preguntar.

«Cuídate del gato callejero», se dijo mirando a las hurañas personas que pasaban, pero un instante después, reconsideró su propio consejo. Es cierto que algunos gatos eran violentos, pero había otros cuyas aventuras los volvían buenos y sabios. Debía encontrar al humano más parecido a un gato callejero, y luego, usar su intuición para ver si era bueno. Entonces lo vio. Entró al negocio con una sonrisa, se sentó en la barra, y esperó a que el hombre lo mirara.

—Lo siento chico, no vendo alcohol a menores —dijo el altísimo peliblanco de ojos rojos—. Si buscas calmar la sed, te recomiendo la cafetería de enfrente.

—Busco un amigo. Y también, alguien que me ayude a dominar estas calles —respondió sabiendo que había acertado—. Soy Meliodas —dijo ofreciendo una mano. El bartender se giró, lo analizó con su penetrante mirada... y un instante después, sonreía tanto como él.

—Soy Ban —respondió estrechándosela—. ¿En qué te puedo ayudar?

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Fufufu 7u7 Ya era hora de un pequeño cameo por acá. Hola a todos, aquí Coco, quien quería llegarles con esta pequeñay grata sorpresa de jueves fandom, y les desea lo mejor en esta antesala al descanso. ¡Ya casi es fin de semana! >u< Les mando un beso, un abrazo y, si las diosas lo quieren, nos vemos pronto para más.