6. ¡Hey, Valeria!
El viento sopla suavemente por entre los árboles. Christian llega a la escuela temprano, tal vez demasiado, solo dos chicos aparte de él se encuentran en el salón. Uno es el amigo de Sandy, que navega en su celular ignorando al mundo, el otro está durmiendo sobre su mochila.
Chris deja sus cosas en la mesa que comparte con Roberto y se acerca hacia el amigo de Sandy. Debe admitir que le da un poco de nervios, ya ha pasado una semana y él no tiene ni la mínima idea de cual puede ser el nombre de aquel chico.
—Que onda — saluda haciendo que el chico lo vea.
—Hola Chris, ya te aprendiste el diálogo — contesta guardando su celular.
—No, ¿cuál era?
—No sé, yo busqué el que dijo la maestra, pero es una conversación de puras mujeres — dice enseñándole el guión.
Christian lee la parte que el chico le muestra. En definitiva, es un diálogo entre Julieta, su madre y el ama.
—¿Y entonces? — pregunta Chris sentándose frente al sujeto.
—No sé, yo había pensado ir en el receso a hablar con la profa.
—Es una buena idea — concuerda.
Poco a poco el salón se va llenando de alumnos. Sandy entra sonriendo al aula. Es la primera vez que alguien la ve después de la discusión con Valeria el miércoles. Sus compañeros la observan avanzar hasta su sitio junto a su amigo.
—Hola Iker — saluda la chica —, y Christian, ¿que milagro que nos visitas?
Chris se alegra internamente de conocer el nombre del joven sin tener que preguntarle.
—Hablamos sobre tareas — contesta Iker.
—No hay tarea — asegura Sandy.
—Es del club.
—¿Estás en el club de teatro? — pregunta sorprendida, esta vez hacia Chris.
—Hola amigos — interrumpe una voz antes de que Chris conteste.
—Dafne, ¿hiciste la tarea? — le pregunta Iker a la pelirroja que toma asiento junto a Chris.
—¡¿Había tarea?! — cuestiona la chica, un poco preocupada.
Iker asiente lentamente, viéndola con algo de pena. Sandy lo golpea haciendo que voltee a verla molesto.
—No le creas a este loco — le dice a Dafne.
—No me asustes así — reclama la chica llevándose una mano al corazón.
Iker comienza a reír contagiando a Christian, Dafne se les une después de un rato.
—Buenos días — dice una voz grave al frente del aula —. Tomen sus asientos jóvenes, vamos a empezar la clase.
Christian voltea para descubrir que el salón ya está lleno. Al frente, Roberto saca una libreta de su mochila. Se despide de los chicos y camina hasta su puesto.
—Hola Ro — saluda sentándose a su lado.
—Hola — contesta sin voltear a verlo.
La campana repica indicando el inicio del descanso. Roberto comienza aguardar en su mochila todo lo que usó durante las clases pasadas. Christian se voltea a observarlo hasta que deja su mitad de la mesa sin nada encima.
—Oye Beto, ¿trajiste desayuno?
Roberto no alcanza a contestar, ya que tres chicos se colocan frente a ellos.
—Chris, vamos a hablar con la maestra, ¿vienes? — pregunta Iker.
—Claro — dice el chico poniéndose en pié —. ¿Vienes Ro?
—Prefiero quedarme a desayunar — contesta Beto sacando un sándwich de su mochila.
—Como quieras amigo — contesta Iker.
Sandy toma a Chris del brazo y los cuatro salen del aula para buscar a la maestra de teatro.
—¿Alguien sabe donde está la profa? — pregunta Dafne.
—Posiblemente en la sala de maestros — contesta Iker.
El cuarteto avanza en dirección hacia aquel lugar, casi prohibido y temido por muchos alumnos, tanto así como la dirección. Un letrero de «sala de maestros» adorna la puerta blanca. Iker la abre lentamente e introduce la cabeza. Después de unos segundos la vuelve a cerrar.
—No está la maestra — le informa a sus amigos.
—Tal vez no viene hoy — sugiere Dafne.
—Compermiso chicos — dice una voz detrás de ellos.
Voltean para encontrarse con un hombre joven, vestido de manera formal, llevando una mochila colgada al hombro. Los observa sonriendo esperando que se aparten de su camino.
—Hola profe Julio — lo saluda Iker —. Disculpe, ¿sabe si la maestra Melani viene hoy?
El profesor parece pensarlo un poco, luego niega.
—Creo que solo viene los martes y jueves, a la hora del club. ¿Pero para que la buscaban? — cuestiona el docente.
—Es que debemos aprendernos un guión, pero la parte que ella nos dijo es de puras mujeres — explica Iker —. Y yo no quiero actuar como Julieta.
El profe Julio ríe ante la explicación del chico, luego recobra la seriedad, pero sin dejar su sonrisa.
—Entonces deberían ensayar un diálogo de hombres, no creo que Melani se moleste por eso, solo diganle que no querían ser Julieta. Y si aún así no los quiere perdonar, entonces digan que la culpa es mía, y que yo los mandé a buscar otra escena.
—Esa es una buena idea — apoya Dafne.
—Y resuelto su problema. ¿Me permiten pasar? — pregunta el maestro señalando la puerta.
Los cuatro chicos se hacen a un lado dejando el camino libre.
—Muchas gracias profe, tenga un lindo día — se despide Iker.
—De nada. Buen día jóvenes.
El maestro entra a la sala y los cuatro chicos se encaminan hacia su salón.
—Tengo hambre — se queja la pelirroja —. ¿Vamos a la cafetería?
Sus amigos asienten cambiando el rumbo de sus pasos. Sandy refuerza el agarre del brazo de Christian, arrastrándolo junto a ella por los pasillos, que como cada día, están llenos de grupos de alumnos.
—Mira, es Sandy — susurra una chica después de que la mencionada pasara a su lado.
Chris voltea discretamente para ver quien había hablado, la niña al sentir su mirada, baja la cabeza un tanto avergonzada.
—Sandy y su nuevo novio — comenta otro grupo de chicos —. Creo que Valeria no estaba equivocada.
El grupo de amigos comienza a reír. Christian los mira molesto, sin saber si es por la mención de Valeria o por que lo emparejaron con la chica a su lado, que al oír a aquel comentario, apretó más su brazo.
A lo lejos se encuentra uno de los chicos que Chris vio con Valeria en el patio. Lo observa detenidamente mientras avanza hacia él. Descubre que es un poco más alto, moreno, parece que hace ejercicio, sin embargo no luce muy amenazante, hay algo en su rostro que lo hace parecer buena persona.
El chico al sentirse observado levanta la vista de su celular, encontrando la mirada de Chris que aún sigue sobre él. Christian no sabe como reaccionar, pero contrario a sus pensamientos, el sujeto sonríe y lo saluda moviendo la cabeza.
—Hola Fabián — saluda Sandy pensando que el chico la veía a ella.
—¡Hay no!, ya agarro plática — se queja Iker.
—Pues yo no me voy quedar con hambre — pelea Dafne.
La pelirroja toma de la mano a su amigo y lo arrastra hacia la cafetería. Dejando solos a Sandy, Christian y Fabián.
—Sandy, creí que habías muerto, después de lo del miércoles y no verte el jueves. Bueno... Las paredes decían que...
—¿Que decían? — lo interrumpe la chica — ¿Que estabas hablando con Valeria?... Tengo contactos amigo.
Chris recuerda brevemente el momento en el patio. Las palabras de Roberto se cuelan en su mente.
—Deben estar haciendo algún trabajo.
—Solo hacíamos una tarea — se defiende Fabián.
—Claro, la excusa perfecta para hablarla — le recrimina Sandy.
—¿No me crees? Ve y preguntale a Lucas, él te dirá la verdad. Si no, acercate a Valeria, también puedes preguntarle a ella, ya que ustedes son tan amigas.
Sandy se queda unos segundos en silencio, apretando el brazo de Chris, quien comienza a sentir dolor. Las pláticas en el pasillo comienzan a apagarse lentamente a su alrededor, Christian deduce su causa, y lo comprueba al ver una sonrisa malvada en el rostro de Fabián.
—¡Hey, Valeria! — grita el chico levantando una mano — Surgió algo hoy y no podré reunirme con ustedes, avisale a Lucas que mejor cambiemos el día para hacer la tarea — dice remarcando las dos últimas palabras.
—No soy tu mandadera — escucha Chris detrás de él.
Suenan pasos alejándose, las conversaciones resurgen y Fabián observa a Sandy con una sonrisa burlona. Chris voltea hacia el pasillo, la espalda de la rubia es lo único que alcanza a ver antes de que doble en una esquina.
—No tientes tu suerte Fabián, o puedo hacer que circulen rumores de que hablas con Valeria y convencer a todos de que...
—¿De qué? ¿De que se giren en mi contra? ¿De que nadie me hable? Intentalo amiga, no te tengo miedo.
Fabián la mira un segundo más sonriendo y se retira del pasillo. Sandy lo observa alejarse, soltando al fin el brazo de Christian.
—No podría hacer algo en su contra — susurra molesta — Y aunque lo lograra, sus amigos son tan leales que no lo dejarían solo — termina diciéndole a Christian.
—Solo hacía una tarea — lo defiende Chris.
—No, solo lo fingía. Pero si le digo a todos que habla con Valeria, entonces tendrá el camino libre para hacerlo sin ningún impedimento, y eso no es conveniente — suelta Sandy —. Nadie debe acercarse a Valeria — susurra más para ella que para él.
Christian la observa sin entender de que habla. Sandy parece recordar donde está, sacude la cabeza levemente, sonríe y vuelve a tomar el brazo de Chris.
—Vamos al salón, hay que desayunar antes de que termine el receso — dice sonriente.
Y nuevamente arrastra a Christian hacia el salón. Ignorando las miradas de los alumnos que hablan sobre la reaparición de Sandy, e intentando dejar de pensar en el encuentro con Fabián. Pero Chris no puede apartar de su mente las palabras de Sandy, sin encontrarles significado.
—Nadie debe acercarse a Valeria.
Me siento como mafiosa observando el celular... Viendo como cambia minuto tras minuto... Reloj en google... Reloj en mi celular...
Dieron las 7, dieron las 5... Pero mi celular está atrasado tres minutos, ¡tres largos minutos!... Hasta me dio tiempo de escribir nota de autor...
SusanLovers, ¿ya puedo cantar victoria?
No olviden que amo leer sus comentarios y votos... Me voy a disfrutar mi triunfo... Y almuerzo, jajaja.
Nos leemos pronto...
Pd. Ja, ja... Me pasé dos minutos
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