Eres Tu

La mujer que amo es muy debil y de un raro caracter, es bastante delgada y algo bajita de estatura. Nos conocemos de hace años pero mi relación con ella no es ni tan buena ni tan mala, quisiera que fuera algo más de lo que se aparenta, solo pero la carga sobre mis hombros me impide ser realmente honesto sobre lo que siento y tenido que reservarme todo esto por muchos años, solo que no gozo de tener más placer qué el observarla a lo lejos, verla vivir su vida y desearle la más grata felicidad, aún si yo no soy parte de ella.

Yo mismo he hecho que me desprecie, solamente sé decirle cosas crueles, a pesar de que simplemente lo hago para que me vea o me preste algo de atención, no significan lo mismo para ella como para mí.

El tener que marcar la distancia entre nosotros ha sido dura, por tener que luchar contra el deseo de tomar su mano, tenerla entre mis brazos y querer besar sus labios es un (sinónimo de tortura) que a pesar de amarla, de descubrir a mi corta edad que era tener a alguien preciado,tengo que mantenerla alejada de los peligros y dificultades qué conlleva ser Satoru Gojo, que incluso desde mi nacimiento muchas personas intentando matarme, muchas personas tratando de dañarme, que no puedo permitirme una debilidad, porque Si supieran que la tengo sería lo primero que quisieran arrebatarme , solo puedo desearte a la distancia.

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Suponiendo que iba a ser un día común y corriente después de toparme con ella e intercambiar un par de palabras y cerrando la conversación haciéndole enojar continue mi camino, yo estoy acostumbrando a ver la molesta de vez en cuando, siempre es por mi culpa, pero por una vez quisiera ser también quién la hiciera reír, emocionarse, y sonrojarse. Pero no el que la haga llorar, sería algo que jamás quisiera ver qué mi dulce ángel sufra por mi culpa.

-Profesor , puedo preguntarle algo- la voz de yuji y me distrae de mis pensamientos, no me había dado cuenta de que me estaba siguiendo desde hace rato.

-¿ Qué sucede yuji? - doy la vuelta y sonrío para que no Note los restos de preocupación que tengan un pensamientos.

- profesor Quiero hacerle una pregunta, ¿porque siempre trata de esa forma a la profesora Iori? - pregunto- porque puedo notar que usted la quie..- sin mas, reconozco qué es un chico muy intuitivo.

- Eso es verdad pero, fue hace mucho tiempo- lo mire con una expresión seria-creo en ese entonces yo era un poco mayor que tú,mis decisiones me llevaron a lo soy, pero como podrás ver ella y yo no nos llevamos bien, la profesora utahime, no es de mi tipo- me sentía mal por mentirle en realidad, yo estoy enamorado de ella pero ella me odia a pasado tanto tiempo y cuando me di cuenta de mis sentimientos hacia ella ya la había lastimado tanto- bueno yujii, Nobara y Megumi ya deben estar practicando porque no los alcanzas.

- Sí, es verdad, voy a apresurarme- dijo tomando impulso para correr-profesor - se detuvo y me llamo-ya no le mienta a la profesora, ni se mienta así mismo - tras decir eso salió corriendo tan rápido que apenas Sí pude ver el humo que dejaba su velocidad ,este chico podría ser tan maduro y a la vez tan parecido a mí. Si yo hubiera sido un buen chico como él, tal vez, ella y yo hubiéramos sido más qué colegas.

-oh Utahime- suspiré y seguí caminando.

Casi siempre te molestaba y me burlaba de ti, solo sabía jactarme de mi mismo y nunca me di cuenta de los problemas que sufrían los demas. Recuerdo ese dia, decías que era raro de mi parte estar en un completo silencio, solo te miraba esperando a que te fueras. Que me dejaran solo pero por más que quería estar solo permaneciste a mi lado Aún si era permanecer en un silencio incómodo te quedaste ahí y me aproveche de eso.

Tras lo sucedido con Suguro, solo sentía remordimiento y cuando no supe que hacer, tu me abriste tu corazón, para consolar lo poco que sentia, pero en realidad, te use, solo para tener una buena distracción, para olvidar la ira y el dolor en esos momentos, me aproveche de tu buen corazón, te engañe con besos frios y caricias que eran vacias, ya que realidad no sentía nada , solo para no pensar, cualquier cosa que no fuese lo sucedido, busque consuelo en tus brazos, la necesidad de calor, que alguien me amara quería consumirme de eso, pero no pude responder. No sentía amor hacía ti, no sentía siquiera cariño o consideración hacia ti y solo mantenía una mirada arrogante al verte acostada en mi cama y pensar lo había hecho una gran hazaña, de lo fácil que era, como este inocente pajarillo puede amarme. Te hice eso tantas veces que solo me enferma recordarlo.

Recuerdo esa noche después de haberlo hecho, estábamos acostados y lo único que hacía era mirar la pared como si fuera lo más interesante del mundo. Sin embargo pude sentir tu calor al lado de mi cuerpo te estabas acurrucando te veías tan tranquila y pacífica.

-en qué estás pensando?- escuché tu voz llamarme, giré la cabeza para encontrarme con tus ojos abiertos brillando.

Cai en cuenta que no era humano lo que hacía, cuál era la diferencia entre las maldiciones que exorciso y yo, pero como podría decirte que no sentir nada, sin embargo sentí la presión en mi mano, era tu tomándola con fuerza, aún dormías, Pero te veías tan angélical, que por primera desde que empezó esto, sentí haber profanado un tesoro.

Y luego el suceso/ incidente con la maldición de primera clase, liberada por un grupo de hechiceros malignos, decidieron atacar las afueras del recinto cuando no me encontraba, lamentablemente saliste involucrada, de haber estado ahí estoy seguro que ni siquiera te hubieras raspado las rodillas, en vez de eso lastimaron tu hermoso rostro, lastimaron tu orgullo y tu fuerza.

Cuando me avisaron, inmediatamente fui a buscarte, la preocupación me invadía, lo frías que podían estar mis manos y la inquietud en mis piernas, por primera vez sentí miedo cuando llegue a la enfermería shoko estaba fuera del cuarto esperando, imagino que trataba de explicarme la situación pero realmente no escuché nada de lo que dijo. Solo espere un momento y entre. Estabas dormida, a pesar de que estuvieras fuera del peligro pero a verte postrada en esa cama me destruyó completamente,


-Satoru- dijo, era sorprendente que a pesar de tener los ojos cerrados pudiera sentirme, su voz sonaba tan débil y cansada - ¿Satoru estas aqui?... - alzo su mano y la movió de manera que me buscaba,quería responder , si aquí estoy!!, pero soy un cobarde, no podía quedarme a su lado. Por mas que sentía que apuñalaba mi propio corazón, me quede en silencioso mientras veía tu mano, no hice nada, salí del cuarto, le rogué y supliqué a Shoko que no te dijera que había ido y simplemente me fui de ahi sin querer voltear. Tenia miedo, de perderla, yo soy fuerte, pero que pasa con la gente a mi alrededor que no lo es.

Soy un mentiroso, cobarde y muchas otras cosas que de momento no estoy dispuesto a admitir, cuando yo me sentía devastado y quería estar completamente solo, te quedaste a mi lado sin embargo yo no pude si quiera tomar tu mano.

Pasaste una semana en el hospital, yo no me atreví a verte, Por más que Shoko me pedía que fuera y me decía que preguntabas por mí pero yo nunca le decía nada y simplemente me aleje de ti, no fue hasta dos meses después que volví a verte, la postura de tu cuerpo había cambiado era más sólida más firme y ya no traías una sonrisa como antes habían dejado una marca en tu rostro y cuando nos encontramos, simplemente pude ver el desprecio en tu mirada, volví con mis burlas volví con mis bromas pero ahora simplemente había un rechazo, porque cuando tú me necesitaste yo simplemente me fui me borro de que tú fuiste una cobarde y yo ni siquiera tuve pues la valentía de tomarte la mano.

La mujer que amo es muy debil y de un raro caracter, es bastante delgada y algo bajita de estatura, es una maestra muy responsable y
bondadosa, tiene un buen corazón, confía en sus colegas y estudiantes, a mí me desprecia con todo su ser, pero es lo más preciado que tengo, por eso necesito que me odies, necesito que te alejes de mi, para que jamás sufras ningún daño por estar a mi lado.

Por más que lo desee, no fue hasta que me di cuenta de que siempre he sentido cosas por ella, porque en ese momento de debilidad lo primero que busqué fueron sus brazos? los únicos que sentí que podían consolarme y comprenderme, no pude darme cuenta de que siempre la he amado desde el momento en que la vi solamente era un niño de 10 años, que desde la puerta del jardín te veía dando vueltas mientras practicabas tu danza y yo estaba tan embelesado.

La última vez que hablamos sobre lo que había pasado entre nosotros fuiste a enfrentarme a preguntarme porque no había ido a verte, porque te evitaba Y por qué te ignoraba, no quería decirte la verdadera razón así que simplemente dije algo que sé que te haría enojar.

- Soy el hechicero más fuerte, tú solo eres una debilucha que me estorba- dije en burla aquella vez, pero sabía que eran las palabras suficientes para que quisieras huir de mí, pero hizo algo más que eso te hice llorar como reacción trataste de golpearme pero active mi infinito y no pudiste hacerlo.

No dijimos nada, tú simplemente te fuiste quería correr detrás de ti pero ni siquiera yo estaba seguro de que sí había hecho lo correcto o simplemente era una justificación para no querer decirte la verdad. De que apenas me di cuenta de que te había lastimado ya era consciente de mis propios sentimientos.

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La noche había caído sobre la escuela y los pasillos estaban tranquilos, reinaba el silencio, sin embargo en la cabeza del hechicero más fuerte había un completo caos mientras todavía resonaban las palabras que su estudiante le había dicho deje de mentirle a la profesora y de mentirse a sí mismo. Se recostó sobre una de las paredes en el pasillo, con la cabeza gacha.

- supongo que sí no lo hago ahora ya no habra otro chance- dijo el albino.

Soltó una pequeña risa, cayendo en cuenta de que no podía escapar de lo que ya era evidente para terceros y cuartos por una vez tenía que ser valiente respecto a ella así que sacó su teléfono y buscó el número de la persona, importándole muy poco la hora, el día y lo que estuviera haciendo.

2 segundos después escucho su voz responder,sonrío para sí mismo y lo único que dijo fue.

- podemos hablar?-

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