-Muja-

Un día nuevo empezaba, hoy intentaré conseguir un empleo para probar que soy capaz de ayudar a los demás.

Salí de mi departamento para emprender camino hacia una cafetería cercana en la que desayunaría con mi mejor amiga.

-Por fin llegaste.

-¿Esperaste mucho?

-No te preocupes, pidamos ya porque tengo hambre.

-Esta bien.

Ambas empezamos a charlar de distintos temas triviales mientras esperábamos nuestros

-Como te decía, tienes que tener mucho cuidado con los chicos que se te acerquen.

-¿Por qué?

-Por que nunca sabes cuales pueden ser sus intenciones, mírate Muja, eres una mujer muy bella y linda, tienes un cuerpo bien desarrollado y un rostro hermoso y eso es en lo único que se fijan esos enfermos.

-No entiendo a que te refieres, tú tambien eres bonita.

-Si, pero intenta entenderme una vez ¿quieres? Sabes que el acoso es terrible y no te ofendas, pero tú puedes ser una víctima si no te sabes cuidar.

-Sé que el acoso es terrible, pero no creo que me pase -ella soltó un pesado suspiro.

-Por favor abre los ojos y no dejes que cualquier hombre que te mire mucho se acerque a ti ¿esta bien? Es por tú bien amiga, te lo digo en serio, esos bastardos solo quieren sexo y nada más -al escuchar esa palabra me avergoncé.

-¿Cómo puedes decir esa palabra sin vergüenza?

-¿Qué? ¿Sexo? 

-No lo digas por favor, no es apropiado.

-En serio eres muy inocente y pura... Por eso tienes que hacerme caso y alejarte de esos degenerados ¿ok?

-Esta bien, seguiré tu consejo.

-Al fin... Es por tu bien, ten en cuenta eso.

Nuestra charla continuó y ella me explicaba formas de como evitar el acoso y no dejarme influenciar por los demás, en verdad ella es una gran amiga.

-Te lo agradezco mucho Itami.

-Para eso están las amigas.

El tiempo pasó bastante rápido y llegó el momento de despedirnos.

Caminé por el centro de la ciudad para llegar a una de las clínicas más importantes de la ciudad. Hace unos días envié una solicitud de empleo y se supone que hoy me darían la respuesta.

Entré al edificio y la recepcionista pidió mi nombre, me dejó pasar y subí en el ascensor hacia el último piso en donde se encontraba la gerencia. Una señorita se encontraba sentada esperando, ¿ella tambien querrá el trabajo?

-Señorita Kina puede pasar -la secretaria abrió la puerta y me dejo pasar.

-Gracias.

La puerta se cerró y el CEO me permitió tomar asiento.

-Señorita Kina, es un gusto conocerla, hace unas semanas recibimos su solicitud -asentí- seré breve porque no cuento con mucho tiempo, usted no cuenta con la experiencia suficiente para trabajar aquí, lo lamento ya puede retirarse.

Me levante, hice una reverencia y salí sin decir nada. En verdad esperaba trabajar pero por lo visto esa oportunidad no era para mi.

Regresé por donde vine y empecé a deambular sin rumbo. Mi teléfono comenzó a sonar, era mi amiga.

-¿Que tal te fue?

-No obtuve el empleo.

-Oh, cuanto lo lamento... Pero tengo buenas noticias para ti.

-Dime...

-Escuché que un instituto está buscando una enfermera que suplante a otra por una semana.

-¡¿Enserio?!

-Te lo juro.

-¡¿Cuál instituto?!

-Es el instituto Akademi High School, pienso que sería un buen lugar en donde ganar experiencia.

-Akademi... wow claro que iré, gracias Itami, hablamos luego.

-Adiós, suerte.

Esto es increíble, podré regresar a mi instituto y trabajar ahí y si soy buena tal vez me den un trabajo estable, no puedo dejar ir está oportunidad.

Tomé un taxi hacia mi antiguo instituto, la puerta principal se encontraba abierta y vi a algunas señoritas que tal vez buscan el mismo puesto.

-Disculpe -una mujer me detuvo- ¿usted viene para solicitar el puesto?

-Así es.

-Pase por favor.

Me dejaron ingresar al edificio, todas las postulantes se encontraban formadas en una fila afuera de la oficina del director. Aun recuerdo todo.

Los minutos pasaron y la fila cada vez se hacía más y más corta, mi turno esta cerca.

Mi turno llegó y pasé a la oficina.

-Buenos días señor director -hice una reverencia.

-Buen día señorita Lina, es un gusto volverla a ver en el Instituto.

(...)

Cuando todas las entrevistas terminaron nos permitieron retirarnos y nos indicaron que mañana nos comunicarían quien obtuvo el puesto.

Al día siguiente

Empecé a perder las esperanzas porque mi celular no recibía ningún mensaje o llamada, mi correo electrónico tampoco registraba algún nuevo correo. Ya era más de medio día y nada.

Mientras comía mi almuerzo mi teléfono comenzó a vibrar, la pantalla se encendió y me indicó que un mensaje había llegado a mi email.

Tomé con rapidez el celular y debido a mi torpeza el objeto cayó al suelo.

-¡Esto no puede ser!

Me agaché y lo recogí, encendí el aparato e ingresé a mi correo, mi corazón latía con fuerza y sentí que se paralizó al leer aquellas palabras.

-"Usted fue aceptada"...