Capítulo 25

Tobías me dijo te tengo una gran sorpresa, yo subi a su auto con toda la confianza del mundo, pensando que la sorpresa que me daría seria divertido o al menos genial. Pero ¡no!, a Baker se le ocurrió traerme a la casa de los Normant.

-¿Que hacemos aqui?.

-Dijiste que estabas preocupada por el.

-Si lo estoy.

-Entonces ve a verlo y preguntale como esta.

-¿Porque hacerlo ahora mismo?

-No pienso dejar que el me deje el camino fácil por lo que si hago esto estaremos a mano.

-¿De que estas hablando?

-Solo baja del auto y habla con el, sera una simple pregunta.

-No puedo hacerlo sola.

-Esta bien te acompañaré- dijo Tobias mientras abría la puerta del coche.

-Gracias asi me siento mas segura- dije mientras bajaba del auto.

-Claro no hay de que.

Me acerque a la puerta para llamar por el interfon, pero un pequeño miedo me invadió.

-Tobias no puedo hacerlo.

Dije mientras me daba media vuelta, observe como Tobías arranco el coche, el maldito me habia engañado, mentido y abandonado.
Cuando lo volviera a ver, era hombre muerto.
Pero bueno la mansión de mi abuela quedaba cerca podria regresar caminando o al menos eso pensaba.

-Vaya Katherinne.

-Kimberly.

-Lose- contestó Erwan- pero me gusta mas Katherinne... Supongo que vienes a ver a Frederick.

-Solo queria saber como esta ya sabes por todo lo que paso,¿no esta en problemas? .

-Esta bien y no, no esta en problemas.

-Tambien me gustaría pedir disculpas por lo que paso, no queria arruinar el aniversario de tus padres.

-Esta bien, en realidad fue algo entretenido, de hecho no tardaremos en cenar, por que no pasas.

-No hace falta.

-Insisto-dijo Erwan cuando abrió la puerta para que pasara- tengamos una linda cena familiar.

-Esta bien.

Conteste insegura, ahora sabia lo que Frederick sintió cuando lo pase a comer a mi casa, ahora mismo quiero que me trague la tierra, cuando entramos a la mansión Dimitri me observó y solto una risa.

-Frederick, podrias venir un momento.

Mientras oí los pasos de Frederick acercarse inconscientemente me di la vuelta para tratar de huir pero solo recibí un golpe contra la puerta, oí como Erwan y Dimitri soltaron una pequeña risa.

-¿Que suce... ¿Que estas haciendo Kim?

¿Kim? Nuevamente me habia llamado Kim.

-Solo estoy observando la puerta.

-¿Y que tal esta?.

-Nada mal, pienso hacer una igual... Creo que es todo me iré a casa.

-Esta bien.

¿Que rayos le sucedía a Frederick? Supongo que si se habia metido en problemas por mi, cuando pensaba retirarme alguien abrió la puerta de golpe, realmente un duro golpe entre mi rostro y esa puerta, me pareció que mientras caía al suelo vi pájaros volando al rededor de mi cabeza.

-¿Estas bien?- preguntaron todos al unisolo.

-Tu que crees- dije algo sarcástica.

-Lo siento- dijo el padre de Frederick con su típico tono de seriedad.

-No importa- conteste mientras me levantaba.

-¿No quieres que lleve a un doctor? - Pregunto Dimitri preocupado.

-Estoy bien.

-¿Que sucede aqui?- pregunto la voz de una mujer.

-Nuestro padre golpeo a Katherinne contra la puerta.

-¿Estas bien?- pregunto la mujer.

-Estoy bien Erike no es nada- dije mientras me dirigía a la puerta.

-¡Espera!- grito Frederick- ¿Porque la llamaste Erike?

-Asi es como se llama tu madre Frederick- conteste mientras salia de casa.

-Pero ella es Nora- dijo Frederick mientras se colocaba enfrente de mi- Kim, acaso... ¿Has recordado algo?.

No otra vez Kim.

-Acaso te importa Normant

Dije mientras me hacia un lado para irme a casa, cuando llegue a la salida de mansión senti un fuerte dolor de cabeza, el golpe realmente habia sido muy fuerte, comencé a ver las cosas algo borrosas y mientras trataba de dar un paso hacia fuera, cai al suele, oí la voz de Frederick a lo lejos pero no lograba entender lo qué me decia, hasta que finalmente quede inconsciente.

-Dime Kim, que te gustaría que pintara para ti- dijo una mujer realmente hermosa con una voz dulce, llevaba el cabello atado, ella me sonreía alegremente.

-Vamos Kim, Erike hara una pintura para nosotras.

Me dijo una mujer de hermoso cabello castaño, llevaba un vestido blanco, me acerque  a ella me sentó entre sus piernas y mientras se quitaba su sombrero, ella me sonreía cuando me miraba- dime Kim, ¿Te divertiste el dia hoy?

-Si, estuvimos jugando en el jardin.

-¿Que mas?- me preguntaba dulcemente.

Mientras le seguia contando todo lo que haciamos, ella me miraba con una tiernas sonrisa, a veces volteaba a ver a la mujer de reojo, quien nos estaba pintando con cuidado, me parecia que el tiempo no avanzaba pero el atardecer ya habia llegado, observe como la mujer bajo el pincel mientras nos sonreían.

-Parece que ustedes dos realmente se divirtieron- comento la mujer de ojos cafés claros.

-Esos dos terminaran casandose- dijo la mujer que me sostenía entre sus brazos mientras me llevaba al suelo con una leve sonrisa- tarde o temprano tendré a mi hija llamándote suegra.

La mujer solto una risa encantadora, mientras la mujer del vestido blanco se acercaba hacia ella.

-Realmente es una hermosa pintura, ven Kim.

Mientras me acercaba hacia ellas, la puerta fue abierta por un hombre alto de piel blanca, su cabello era negro y lograba ver a la perfección el color de sus ojos azules, a su lado entro un niño con cabello castaño era algo largo su cabello que hasta se le formaban pequeños chinos.

-Berly vamos a jugar- me dijo el niño alegremente.

Observe como la mujer del vestido blanco hizo un pequeño gesto de desagrado cuando el chico me llamaba Berly, la otra mujer reia junto con el hombre.

-No puedes acostumbrarte a que llame asi a Kim- dijo la mujer con una leve risa.

-Es que suena raro- expuso la mujer del vestido blanco.

-A mi me gusta-comento el hombre- verdad que suena genial.

-No creo que sea asi, pero es algo especial entre los dos- dijo la mujer de blanco entre risas- asi que esta bien.

-Bueno como el hombre que eres  cuida de Kim mientras estan afuera- el hombre embozó una sonrisa mientras observaba a la mujer del vestido blanco-Berly no seas ruda mientras juegan.

-Antonie.

-Karen- dijo el hombre dulcemente.

-Tu no puedes llamar asi a Kim.

El hombre solo solto una sonrisa mientras se acercaba a la mujer de vestido blanco para abrazarla, el chico me tomo de la mano para poder salir afuera, mientras ambos salíamos del lugar observe la pintura con atencion.

-Vamos Berly apresúrate- dijo Frederick mientras me sostenía de la mano.

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