Capítulo 22
Era fin de semana y no tenia ningún plan para ir a ver a Frederick, no habia ido a la escuela estos últimos días y nunca se encontraba en el departamento, no sabia donde era su casa y bueno la única opción que tenia era esperar hasta mañana para verlo, mi abuela dijo que tendríamos que ir a la "fiesta" que harían los Normant pero, no sabia si el iría, tendría que hechar suerte.
Mi abuela dijo que era el aniversario de los padres de Frederick asi que tenia que ir a comprar un regalo, la gente rica realmente es algo delicados con los regalos,¿que podría darle a alguien quien lo tiene todo?,¿que cosa? Esto de por si ya era difícil, ahora pensar en algo cuando mi mente no tenia ni un triste recuerdo en cual pensar, algo patético hasta cierto punto.
-Iré a buscar algo.
Dije mientras me levantaba de aquel sillón de la tienda de manualidades antiguas, habiamos pasado viendo las mismas cosas mas de 20 veces y mi abuela aun no sabia que tipo de juego de te debería llevar, pense que cualquiera estaba bien en especial al ver sus altos precios, eso si que me causo un mini infarto, nunca pense que algo tan pequeño como un juego de te podría valer tanto en especial porque eran manualidades.
-¿Estas segura de ir sola?- pregunto mi abuela preocupada.
-Estaré bien, si sucede algo prometo llamarte por el teléfono.
-De acuerdo- dijo mi abuela poco convencida.
A pesar de que no esta muy convencida de las cosas que hago, me da mi espacio y cierta libertad. Es demasiado permiciba ante las cosas, creo que debería de ser un poco mas estricta aunque no me parezca despues. Mientras salia de la tienda, me pareció observar la silueta de Frederick a lo lejos, me dirigí a buscar para verificar si realmente era el.
Mientras atravesaba la gran multitud de personas lo perdi de vista, mire por todas partes en busca de el, pero no lo encontré, seguí con mi camino para encontrarme con aquella tienda donde compre aquel regalo para Frederick, realmente me hacia sentir mal en arruinar las cosas con el y no saber el por que todo salio mal. Entre en la tienda con el pequeño milagro de encontrarlo pero nisiquiera encontré a aquella joven mujer, de hecho no habia nadie, cuando me acerque a observar unos pinceles una voz algo conocida llamo mi atencion.
-Vaya pero si es Kimberly- dijo Carlos mientras se colocaba detrás del mostrador.
-¿Profesor Carlos?, ¿Que hace aquí?- pregunte realmente sorprendida.
-Ayudo a mi madre a cuidar la tienda.
-¿Tu madre es Valeria?.
-Asi es- dijo el con una gran sonrisa- no sabia que la conocieras.
-En realidad no mucho- dije mientras me concentraba en Carlos- ¿has visto a Frederick estos últimos días?
Pregunte algo nerviosa, pense que tendría un pequeño milagro en su respuesta.
-No- dijo mientras miraba hacia una puerta- o al menos eso deberías responderte.
Observe la puerta que Carlos estaba mirando, me acerque a ella lentamente y mientras colocaba mi mano en la perilla de la puerta, observe a Carlos quien me estaba haciendo una seña de aprobación con su mano, solte un pequeño suspiro y abrí la puerta, la habitación esta vacía, no habia ninguna persona.
-Parece que alguien escapo- dijo Carlos mientras entraba a la habitación y se acercaba a la ventana.
-Creo que me esta evitando.
-¿Tuvieron una pelea?.
-Nisiquiera yo se que paso- dije en un tono triste.
-Pues tienes una oportunidad mañana- dijo Carlos tratando de animarme- no hay como hablar y arreglar las cosas.
-¿Como arreglar algo donde no sabes que salio mal?
-Ya te lo dije hablando y si no, esta el plan B.
-¿Cual es?.
-Arrinconarlo y atraparlo hasta arreglar las cosas.
Solte una leve sonrisa, ante el comentario de Carlos.
- Tal vez lo haga.
-Siempre funciona.
-Apuesto que si- dije mientras salia de la tienda.
Mientras regresaba al lado de mi abuela, pase por una pequeña joyería, estaban vendiendo pulseras personalizadas, entre a la tienda sin pensarlo, mientras recorría el pasillo no podía evitar observar mi pulsera.
-¿Algo en especial que le gustaría comprar señorita?- pregunto un hombre en un tono realmente amable.
-Me gustaría una pulsera personalizada.
-¿Con los mismos accesorios?- pregunto el hombre refiriéndose a mi pulsera.
-No, quisiera que fuese algo diferente.
-Entonces, por aquí señorita.
Dijo el hombre mientras me llevaba a una sala de la joyería para escoger las piezas que quisiera ponerle a la pulsera. Donde escogi un pincel,un cuadro, una taza de café me hacia recordar el color de sus ojos, un cono de helado y por último a dos niños tomados de la mano, no sabia el significado de esto pero queria que esa pieza estuviese en la pulsera. Despues de haberla envuelta en una hermosa caja, la guarde en mi bolso y me dirigí a otra tienda para comprar papel decorado, pensaba que si mañana no tuviera la oportunidad de hablar con el, tal vez esto lo arreglaría.
O al menos vivía con esa pequeña esperanza.
Cuando llegue a con mi abuela ella aun no terminaba de escoger el regalo.
-¿La familia de Frederick es tan difícil para escoger un regalo?
-No es eso, solo quiero que sea perfecto.
Solte un leve suspiro de desesperación, mientras avanzaba hacia la tienda observe un pequeño jarrón blanco decorado con flores de varios colores, observe un pequeño juego de te que también estaba decorado con flores, llame a mi abuela que inmediatamente respondió a mi llamado.
-¿Sucede algo?
-¿Que opinas?- pregunte refiriéndome al jarrón y al juego de te.
-Es algo lindo.
-Creo que es perfecto, estoy segura que les encantara.
-Bueno si eso dices tu, creo que podríamos llevarlo.
-Por supuesto.
Apesar de que mi abuela no estaba convencida del todo, escucho mi opinion y la tomo en cuenta. Algo bueno de todo esto es que por fin iríamos a casa.
Ya era hora despues de tanto tiempo, era algo realmente grandioso, mientras sabíamos al auto observe a Frederick salir de aquella tienda, creo que despues de todo me estaba evitando.
Ahora si no le permitiría que lo volviera hacer, si era necesario recurriria al plan B.
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