Capítulo 8: Un agujero entre sentimientos
En los recónditos confines del polvoriento Oeste, donde el sol se ocultaba tras las colinas y las sombras se alargaban en la llanura, Wyatt, el ingeniero errante, trabajó incansablemente en su taller improvisado. Después de meses de esfuerzo y dedicación, finalmente logró abrir un pequeño portal dimensional. Un agujero cuántico que conectaba su mundo con otros rincones del multiverso.
Emocionado y maravillado por su propio logro, Wyatt se asomó cautelosamente al otro lado del portal, esperando descubrir mundos desconocidos. Sin embargo, lo que encontró no fueron paisajes alienígenas ni extrañas criaturas dimensionales. En cambio, una voz suave y melodiosa rompió el silencio del otro lado.
Josephine: ¡Hola! ¿Hay alguien ahí?
Wyatt: (Sorprendido) ¡Oh! ¡Hola! No esperaba encontrar a nadie. ¿Quién eres?
Así comenzó la historia de un encuentro inesperado a través de dimensiones. Wyatt y Josephine compartieron su asombro y emoción por la conexión cuántica recién descubierta. Conversaron sobre sus mundos, sus estudios y, sin darse cuenta, comenzaron a compartir también sus anhelos más profundos.
Wyatt: Este portal es mi pequeño milagro en el desierto. Nunca pensé que encontraría a alguien al otro lado.
Josephine: (Sonríe a través del portal) Parece que el destino tenía planes para nosotros, Wyatt.
A medida que sus conversaciones se volvían más íntimas, la chispa de la conexión cuántica se transformaba en una llama de afecto. Las palabras digitales se convirtieron en cartas de amor que trascendían las dimensiones. Wyatt y Josephine se enamoraron a través de la brecha cuántica, encontrando consuelo y compañía en un lugar donde la distancia física no existía.
Wyatt: Jo, ¿alguna vez has imaginado un futuro donde nuestros mundos se entrelacen?
Josephine: (Suspira) Wyatt, eso sería lo más maravilloso, ¿verdad? Pero en mi dimensión, hay quienes temen lo desconocido.
Wyatt: Nada podría asustarme más que perderte.
Sin embargo, la felicidad compartida se desvaneció cuando la amenaza de científicos temerosos en la dimensión de Josephine se hizo evidente. Obligada por circunstancias fuera de su control, Josephine tomó la dolorosa decisión de cerrar el portal.
Josephine: Wyatt, hay algo que debes saber. Tengo que cerrar el portal. Es peligroso.
Wyatt: ¿Peligras tú? Por favor, Jo, no cierres la única ventana que nos une.
Josephine: (Con pesar en la voz) No es solo por mí. Hay fuerzas en mi dimensión que temen lo desconocido. Han descubierto el portal, y lo ven como una amenaza.
La revelación colapsó la burbuja de felicidad que habían construido a través del portal. Wyatt, aturdido, luchó por procesar las palabras de Josephine. A través del pequeño agujero cuántico, vio el dolor en los ojos de ella, reflejando su propio sufrimiento.
Wyatt: ¿No hay otra opción? No puedo perderte, Jo.
Josephine: Wyatt, si no cierro el portal, vendrán por nosotros. Lo siento, pero es lo que debo hacer.
A medida que Josephine pronunciaba esas palabras, el portal titiló como una estrella agonizante. Las lágrimas de Wyatt se mezclaron con el polvo del Oeste mientras veía impotente cómo la conexión cuántica que compartían se desvanecía.
Wyatt: (Gritando) ¡No! ¡No puedes hacer esto!
Josephine: (A través de lágrimas) Es el único modo de protegerte. No te olvides de mí, Wyatt.
Y con esas palabras, el portal se cerró abruptamente, dejando a Wyatt solo en su taller, rodeado por la frialdad de la realidad. El silencio era ensordecedor, y las cartas digitales que una vez fluían como un río de emociones se detuvieron de repente.
Las siguientes noches fueron una agonía. Wyatt miraba fijamente el lugar donde solía estar el portal, como si la voluntad pura pudiera abrirlo de nuevo. Pero la conexión, la ventana a través de la cual compartían sueños y secretos, se había sellado.
Wyatt continuó su peregrinaje por el Oeste, llevando consigo el dolor de una pérdida que trascendía las dimensiones. Y en la dimensión de Josephine, ella sostenía la promesa rota de un futuro donde los portales se abrirían nuevamente, aunque el precio que pagaron ambos fuera el de un amor perdido en la vorágine de la tecnología cuántica y las sombras del pasado.
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